El blog de Marc Bernabé

Jun

Thursday, January 3rd, 2013
  • Título: ジュン –Jun–
  • Autor: Shōtarō Ishimori
  • Editorial: Mushi Pro
  • Revista: COM
  • Años publicación: 1968
  • Clasificación: alternativo, raruno
  • Tomos: 1

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Conocemos a Shōtarō Ishinomori (antes “Ishimori”) por muchos motivos: es considerado el “rey” del manga (solo tiene por encima al “dios” Osamu Tezuka); posee el récord Guinness de autor de cómic más prolífico del mundo; es el creador de personajes tan icónicos como los cyborgs de Cyborg 009 o el motorista enmascarado Kamen Rider; también es pionero del campo del manga didáctico, con su Historia de Japón en manga o su Nihon keizai nyūmon (Introducción a la economía japonesa / Japan, Inc.); entre muchas otras facetas…

Ishimori fue también una enorme influencia entre cientos, miles de dibujantes, que conformarían la siguiente generación de autores de manga: los que debutarían sobre los años 70. Primero, porque creó uno de los primeros (si no el primer) manuales de “cómo dibujar manga” (Ishimori Shōtarō no mangaka nyūmon, Introducción al oficio de mangaka por Shōtarō Ishimori) y segundo porque hizo muchísimos experimentos gráficos dentro del medio del manga que contribuyeron a hacerlo evolucionar considerablemente. En español, por cierto, podéis tener una primera toma de contacto con este autor, y su grafismo y manera de narrar, con la excelente Hokusai (EDT, 2012).

Lo que no es muy conocido, ya que parece ser una obra bastante olvidada, es el extremo al que llegó con la experimentación gráfica en la obra Jun, publicada a finales de los años 60 en la mítica revista COM fundada por Osamu Tezuka. De hecho, yo desconocía la existencia de esta historia hasta hace pocos años, cuando leí alguna referencia a ella en algún libro. No recuerdo cómo fue, pero rápidamente procuré conseguir la obra: cómo no, en su edición original, de formato A4, con cajita de cartón protector, tapa dura y excelente encuadernación e impresión, de 1968.

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Un ejemplo (doble página) del tipo de grafismo que podemos encontrar en las páginas de Jun.

Jun es una obra extremadamente experimental, sin aparente hilo conductor, protagonizada por un chico llamado Jun, que se entiende que es un alter ego del autor. Es una especie de recopilación de poesías en formato manga, con fuerte componente gráfico (ya que hay muy poco texto) y muchísima experimentación de todo tipo. Gráficamente es apabullante, aunque el contenido es directamente incomprensible en la mayor parte de las ocasiones (al menos para mí…). Creo que Ishinomori quería transmitir sensaciones y no contar ninguna historia, y lo consigue, al menos parcialmente.

La obra, como digo, se publicó en las páginas de la revista COM fundada por la empresa Mushi Pro de Osamu Tezuka, y se dice que, en una ocasión, este la criticó duramente con las palabras “esto no es manga ni es nada” (y, de hecho, personalmente creo que Tezuka tenía razón, porque no hay una historia en Jun, sino una sucesión de imágenes evocadoras sin demasiados vínculos entre sí).

Al parecer, Ishinomori se ofendió muchísimo con estas declaraciones, hasta el punto de desistir de seguir publicando su obra en la COM, pero Tezuka le pidió personalmente perdón e Ishinomori, como buen admirador y seguidor del gran maestro, aceptó las disculpas y siguió publicando la obra (que por cierto fue galardonada con el Premio Manga Shōgakukan). Tezuka era un hombre muy competitivo y envidioso del talento ajeno, y claramente Ishinomori estaba demostrando tenerlo a raudales, por lo que seguramente no llevó muy bien que un joven como ese le estuviera dando “sopas con honda” en lo referente a inventiva.

Jun, por cierto, fue un excelente campo de pruebas para poner en acción recursos gráficos que Ishinomori utilizaría más tarde en otras obras, como por ejemplo la excelente (¡impresionante!) Sabu to Ichi torimono hikae (Notas de los arrestos de Sabu e Ichi).

Lo mejor

  • Experimentación gráfica a palo seco, brutal y evocadora.
  • Una gran edición para ser de 1968, con páginas a color entre medio y todo lujo de detalles.

Lo peor

  • No hay hilo conductor y la mayoría de las historias resultan directamente incomprensibles.
  • En mí no ha despertado demasiadas sensaciones, la verdad. Sí, algunos recursos gráficos son impresionantes y el libro es todo un lujo visual, pero nada más que eso.

Neji-shiki (La espita) y Akai Hana (Flores carmesíes)

Monday, December 31st, 2012
  • Título: ねじ式 –Neji-shiki– (La espita) / 紅い花 –Akai Hana– (Flores carmesíes)
  • Autor: Yoshiharu Tsuge
  • Editorial: Shōgakukan
  • Revista: Garo
  • Años publicación: 1965-1984
  • Clasificación: alternativo
  • Tomos: 2

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Esta no es la primera reseña de obras de Yoshiharu Tsuge que realizo en este blog, por lo que, como estoy seguro de que me repetiría bastante si me pusiera a escribir tal cual, prefiero que leáis antes, aunque sea por encima, los posts sobre El hombre sin talento y la scanlation de Neji-shiki (cuyo enlace de descarga, por cierto, vuelve a estar activo después de muchos meses sin funcionar debido al “asesinato” de MegaUpload, ¡aprovéchalo!).

Hace ya unos diez años que descubrí a Tsuge. Fue a raíz de una convención Europa-Japón en Osaka, cuya temática era, ese año, el mundo del cómic. A mí me ofrecieron participar como ponente para contar el caso español, y acepté, por supuesto, de muy buen grado. Di mi charla y, en la cena posterior de los diferentes invitados pude conocer a varios expertos japoneses en manga, que previamente, en el simposio, habían hablado sobre una serie de cómics japoneses destacables. El nombre de Tsuge había salido varias veces y yo, ignorante de mí en esa época, no lo conocía, así que estuve hablando con ellos sobre el autor y, en cuanto pude, me pasé por una librería y me compré estos dos libros que reseño aquí.

Akai hana y Neji-shiki son dos libros de bolsillo de unas 300 páginas cada uno, pero podría perfectamente ser solo uno de 600, ya que ambos recopilan las historias cortas que han hecho de Tsuge el autor mítico que es actualmente. Aunque Tsuge debutó mucho antes como profesional, y creó numerosas obras para el mercado de las kashihon’ya, sobre todo de temática ninja y samurái, no fue hasta la segunda mitad de los años 60 que despuntó, sobre todo a partir de 1967 y hasta 1973 aproximadamente –el verdadero cenit de su carrera–. Estos dos libros, pues, recopilan la mayor parte de las historias cortas de esta época.

Se trata de historias, presentadas en su mayoría en la mítica revista alternativa Garo, con un alto contenido de melancolía, tristeza, e incluso surrealismo. Algunas de ellas, como las propias Akai hana y Neji-shiki, son directamente absurdas, como representaciones en forma de cómic de sueños, casi pesadillas. Invariablemente, la sensación que estas historias dejan en el lector llega a ser profunda: son historias que, en el momento de leerlas, te dejan con un WTF enorme (de nuevo, recomiendo encarecidamente descargar y leer su historia más conocida, Neji-shiki (La espita) y lo entenderéis), pero que conforme pasa el tiempo van calando y posándose en la memoria, dejando allí una impronta difícil de definir y que raramente permanece al leer o visionar una obra de ficción (a mí solo me ha pasado con cosas muy concretas, como Blade Runner). No sé, al menos a mí me produce esta sensación, y a juzgar por la fama que tiene Tsuge entre los lectores más gafapastas japoneses (gafotakus) y la “élite intelectual” nipona, no soy el único.

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“La familia Lee”, una historia sobre una familia de origen coreano que deja una sensación extraña en el cuerpo.

Es fácil dejarse llevar por las palabras de los grandes críticos que ensalzan a Tsuge como genio y mandan a sus obras, sobre todo a Neji-shiki, al Olimpo de los mangas más extraordinarios de todos los tiempos, y caer en la trampa de ensalzarlo a tu vez sin entender sus historias. Yo intento no caer en esa trampa; de hecho, no entiendo muy bien el mensaje que quiere transmitir el autor (si es que quiere “transmitir” alguno, claro está, que conociendo a los japoneses es dudoso), pero lo que sí sé es que Tsuge deja una fuerte sensación mí: una sensación de desasosiego, de soledad y hasta de “frío”, que me cuesta muchísimo describir pero que espero que hayáis, más o menos, entendido a través de estas palabras.

En estos dos libros (editados en 1994), como digo, se recopilan las 27 historias cortas más conocidas e influyentes de Yoshiharu Tsuge, entre las que destacan joyas como Numa (Pantano, 1966, la historia que “inauguró” la corriente de historias extrañas y surrealistas que tan conocido han hecho a Tsuge), Chiiko (1966), Umibe no jokei (Escena costera, 1967), Lee-san ikka (La familia Lee, 1967), Mokkiriya no shōjo (La chica del Mokkiriya, 1968), Gensenkan shujin (El amo del Gensenkan, 1968), o Yanagiya shujin (El amo del Yanagiya, 1970), aparte de las que dan título a sendos libros, Akai hana (Flores carmesíes, 1967) y, sobre todo, Neji-shiki (La espita, 1968).

Lo mejor

  • Recopilación bastante completa de lo más conocido y representativo de Tsuge.
  • Dibujo detallado y personajes bastante simples, bastante al estilo de Shigeru Mizuki (del que Tsuge fue ayudante durante un tiempo, por cierto).
  • Ese desasosiego que deja en el cuerpo. Increíble.

Lo peor

  • Algunas historias son directamente raras e incomprensibles. El lector no avezado puede sentir rechazo o pensar lo típico de “¿y este es el tan cacareado Tsuge? Pues vaya mierda”.
  • El autor, a priori, no permite que sus obras se publiquen fuera de Japón, por lo que en este aspecto es muy complicado poder leer algo de Tsuge en nuestro idioma.

Poe no ichizoku (El clan Poe)

Wednesday, June 6th, 2012
  • Título: ポーの一族 –Poe no ichizoku– (El clan Poe)
  • Autor: Moto Hagio
  • Editorial: Shōgakukan
  • Revista: Bessatsu Shōjo Comic (Betsucomi)
  • Años publicación: 1972-76
  • Clasificación: shōjo, histórico, vampiros
  • Tomos: 5

El llamado “Grupo del 24” que revolucionó el mundo del manga en general en los años 70 y consiguió hacer que el shōjo manga pasara de ser considerado un género “menor” a gozar del estatus de género respetado, con todos los honores, dentro del amplio mundo del manga. Las integrantes del “Grupo del 24” consiguieron reventar las barreras que el shōjo se había autoimpuesto según las que las historias creadas para el público femenino debían ser básicamente ñoñas y romanticonas, con princesitas o bailarinas inocentes que se enamoran de apuestos galanes. Hagio, Ikeda, Takemiya, Yamagishi y las otras autoras de esta generación empezaron a crear historias de lo más elaboradas, rocambolescas incluso, dramas, comedias y thrillers, historias de terror o ciencia-ficción incluso, ambientadas en todo tipo de escenarios: tanto vale la Inglaterra del siglo XVIII como en el Japón moderno o el espacio exterior. Y sus esfuerzos fueron recompensados con el favor del público, la “salida del armario” del shōjo, el inicio de un gran tsunami que haría del shōjo la gran fábrica de historias apasionantes que conocemos ahora, y el surgimiento de las raíces de varios subgéneros, entre los que destaca el yaoi.

Tengo que reconocer que, aunque en mi biblioteca tengo –como buen estudioso del manga que intento ser– varias obras de Moto Hagio (aparte de Poe no ichizoku, también tengo 11nin iru! y Thomas no shinzō), como el shōjo no es un género que me atraiga mucho siempre las había ido dejando “para otro día”. Tengo que agradecer a Pro Shoujo Spain que sirviera de espuela y me instara a leer Poe no ichizoku para hacer esta reseña, ¡porque me ha permitido descubrir un manga de lo más apasionante que imperdonablemente me estaba perdiendo y que estaba siempre relegando para otro día! ¿Cómo no había descubierto a una autoraza como Hagio hasta ahora?

Para mí, hay dos sorpresas principales con este manga. La primera es que es una historia romántica de vampiros que, para más inri, desestima directamente algunos tópicos vampíricos (aversión a la luz del sol, a las cruces, conversión en murciélagos, etcétera). Es sorprendente porque esta tendencia a desmontar los mitos vampíricos está actualmente más en boga que nunca con productos como Crepúsculo o True Blood, ¡y Poe no ichizoku se adelanta a ellas más de 35 años! La segunda es que, muchos años antes de que películas como Reservoir Dogs o Pulp Fiction pusieran de moda los argumentos no lineales y los saltos en el tiempo de la acción del futuro al pasado y luego al presente, otra vez al futuro y así, Moto Hagio ya lo hizo con este manga. O sea, que al menos en estos dos aspectos estamos ante una obra muy, pero que muy, avanzada a su tiempo. En absoluto me esperaba algo así, por lo que al finalizar el primer capítulo y acometer al segundo tardé varias páginas en comprender lo que estaba pasando, porque volvía a salir como si nada un personaje que en el primer capítulo había muerto… Al principio pensé que tal vez la serie era una recopilación de historias cortas independientes en las que se usaban siempre los personajes en distintas épocas, ambientes y papeles (como si fueran actores), pero no. Simplemente la historia está organizada de forma no lineal, algo revolucionario (para la época) e inesperado.

Poe no ichizoku nos cuenta las andanzas de Edgar, un chico que fue abandonado en un bosque junto a su hermana Marybell por ser hijo ilegítimo de un noble. En principio deberían haber muerto allí, pero Hannah Poe les encuentra y decide adoptarlos. El clan Poe resulta ser una familia de vampanellas (en la historia no se usa la palabra “vampiro”, sino “vampanella”, en un intento de Hagio de desmarcarse del concepto clásico del vampiro) y acoge a los dos jóvenes en su seno. Al cabo de unos años, cuando Edgar tiene 14, ocurre un incidente que pone en peligro la continuidad del clan; así, el gran capitoste, el poderoso King Poe, decide convertir a Edgar en uno de ellos a pesar de su temprana edad –en principio se evita no convertir en vampanella a personas no adultas, ya que una vez han sufrido la metamorfosis no envejecen jamás, por lo que en el caso de Edgar la conversión implica ser un chaval de 14 años para siempre. En cuanto a Marybell, se la deja tal cual y los caminos de ambos hermanos se separan.

Flores, floreeees... (Y vampiros)

Al cabo de unos años, y tras varios sucesos, los hermanos se reúnen de nuevo y Edgar “da la bienvenida al clan” (o sea, convierte en vampanella) a su hermana cuando esta tiene 13 años. Luego, ambos son adoptados por el matrimonio vampanella Portsnell para guardar las apariencias y cada unos cuantos años van cambiando de residencia, ya que resulta sospechoso que los hermanos no crezcan en absoluto a pesar del paso de los años. Tras más sucesos en el argumento de la historia, Edgar se encapricha de Allan Twilight, un joven de su edad de aspecto andrógino, y decide darle también la “bienvenida” al clan Poe. Así, muchos de los sucesos narrados en la historia están protagonizados por Edgar y Allan, del clan Poe. ¿Os suena de algo esta combinación de nombres? XD

Poe no ichizoku se desarrolla entre los años 1744 (cuando Edgar y Marybell son abandonados en el bosque a los 4 y 0 años respectivamente) y 1976, es decir, en la época contemporánea de cuando se dibujó el último capítulo de este manga. En los diversos capítulos se narran algunos episodios de las vidas de Edgar, Allan y/o Marybell en un complejo entramado de argumentos que contribuye a hilvanar y construir una historia sobresaliente.

Esta gran historia, sin embargo, requiere de un esfuerzo considerable por parte del lector, ya que Hagio no lo pone fácil y no explica más de lo estrictamente necesario, por lo que si en un momento dado te despistas es muy fácil que pierdas el hilo del argumento. En ocasiones, asimismo, el lenguaje lleno de florituras y poesía hace complicado seguir la historia, aunque cuando uno se engancha y se sume en ella, lo hace a una profundidad a la que pocos autores de manga son capaces de sumergir a sus lectores.

El dibujo es muy del estilo clásico del “Grupo del 24”, cercano, para dar un referente conocido, al de las historias de Riyoko Ikeda (La rosa de Versalles, La ventana de Orfeo): muy cargado, con mucho detalle, y muuuuchas flores por todas partes –los “vampiros” de Hagio tienen una relación muy estrecha con las rosas, lo cual sirve de excusa para llenar las páginas de flores por doquier. Los personajes también son muy rococó: chicos occidentales de aspecto andrógino, rubios y, en el caso de Edgar, de ojos azules y pelo rizado. Marybell, con su aspecto virginal, largo pelo rubio rizado y grandes ojos, también representa un cliché bastante claro que revela los gustos de las lectoras de shōjo de los años 70.

Por cierto, se suele decir que Kaze no ki to uta (1976-82) de Keiko Takemiya sentó las bases de lo que actualmente conocemos como boy’s love (BL)/yaoi, es decir, historias de amor (BL) y sexo (yaoi) homosexual entre chicos (generalmente de aspecto afeminado). Tal vez sea así de forma más directa, ya que sin ir más lejos el manga de Takemiya empieza con dos chicos desnudos metidos en la cama haciendo de las suyas, pero después de leer Poe no ichizoku (1972-76) ya no tengo claro dónde están esas raíces del BL/yaoi. Porque la relación de Edgar y Allan tiene muchísima tensión BL, especialmente en un pasaje en el que se deja bastante claro que lo suyo va más allá de la pura amistad… En cualquier caso, sin entrar en discusiones sobre “quién fue la primera”, lo cierto e indiscutible es que tanto Hagio como Takemiya son las verdaderas madres de este subgénero.

Poe no ichizoku consiguió, junto a 11nin iru! (de la misma autora), el honor de conseguir el premio de manga Shōgakukan de 1975, en la categoría de “mejor manga shōnen/shōjo” en el primer año en el que se instauraba esta categoría. Anteriormente, solo un shōjo había conseguido el premio de manga Shōgakukan: Fire! de Hideko Mizuno en 1969, una obra que reseñaré también un día de estos. Y en 1979, Keiko Takemiya, compañera de fatigas y amiga íntima de Moto Hagio, conseguiría el preciado galardón también con Tera e… y Kaze to ki no uta, lo que demostraba que, con el “Grupo del 24”, el shōjo había conseguido por fin la mayoría de edad y el reconocimiento social.

Por cierto, comentar también que, en su edición original, Poe no ichizoku cuenta con un total de 5 tomos, que se convierten en 3 o 2 según las ediciones posteriores que han ido saliendo en formatos de bolsillo o recopilatorio. En la Wikipedia inglesa se dice que son 9 tomos, pero se trata de un error.

Lo mejor

  • Un argumento muy bien hilvanado
  • Técnicas narrativas muy avanzadas a su época
  • La deconstrucción del mito vampírico realizado por Hagio muchos años antes de que el concepto se pusiera en boga

Lo peor

  • Muchas, demasiadas, flores por todas partes
  • El estilo dibujo a veces acaba siendo demasiado rococó, así como los diseños de personajes
  • La narración es bastante densa y requiere que el lector realice un esfuerzo considerable para seguir su hilo

2001-ya monogatari (Las 2001 Noches)

Tuesday, April 24th, 2012
  • Título: 2001夜物語 –2001-ya monogatari (Las 2001 Noches)–
  • Autor: Yukinobu Hoshino
  • Editorial: Futabasha
  • Revista: Super Action
  • Años publicación: 1984-86
  • Clasificación: seinen, ciencia-ficción
  • Tomos: 3

Hace muchos años, sería a mediados de los 90, encontré en una librería barcelonesa varios manga japoneses de saldo, cuando en España prácticamente no conocíamos nada más allá de Dragon Ball. Uno de ellos era el primer tomo de Ranma ½, otro era el primer número de una serie titulada Mushimushi Korokoro que estaba guionizada por Buronson y dibujada por Tsuyoshi Adachi y el tercero era un tomo de 2001 Nights (y sí, estaba en inglés). Por supuesto, ni Ranma ni Mushimushi los podía leer, aunque es cierto que los hojeé cientos de veces antes de aprender japonés, lleno de curiosidad, así como durante mis primeros pinitos con el idioma, para practicar la lectura aunque en realidad no entendiera nada de nada. Por cierto, Ranma ½ acabé traduciéndolo para Glénat (actual EDT) y de Mushimushi Korokoro me compré todos los tomos durante mi primera estancia en Japón en 1999-2000 ^_^

Me estoy yendo por las ramas, perdón. 2001 Nights, sin embargo, al estar en inglés sí lo pude leer, y recuerdo que me gustó mucho y me picó el gusanillo: quería saber cómo continuaban las historias de esa fantástica epopeya de ciencia-ficción. Así, a lo largo de los años, de forma intermitente (o sea, cuando me acordaba de ella), fui intentando buscarla. A veces encontraba en las librerías de segunda mano algún tomo suelto, otras veces encontraba la serie pero a precio muy caro, y en las librerías de libros nuevos en las que, después de preguntar, resulta que sí lo tenían, me encontraba con una edición increíble en 2 tomos a tamaño casi DIN-A 3 que costaba la friolera de unos 5000 yenes por tomo (unos 45 euros al cambio actual). Ni por precio ni practicidad (llevar unos tomos tan grandes y caros a España puede salir por un ojo de la cara, o restarte muchísimo y valiosísimo espacio y peso en las maletas) me decidí a comprarlos nunca. Y, por fin, en mi último viaje, como 15 años después de conocer la serie, pude encontrar los tres tomos de la edición original a un precio decente.

Yukinobu Hoshino, además, es un autor que me disfruto mucho (ver: Munakata Kyōju Ikōroku y La leyenda de los gigantes), así que esperaba bastante de Las 2001 noches, y más después de lo que tuve que esperar para finalmente poder leerla. Pues bien, me lo he pasado genial con esta obra, una de las mejores de la ciencia-ficción japonesa en manga, un estilo de ciencia-ficción “hard” que recuerda a las obras de Arthur C. Clarke (clarísima referencia en el título a la celebérrima 2001, una odisea del espacio), es decir, ciencia-ficción seria, bien documentada, creíble y que presenta la carrera espacial y el espacio en general dando una sensación que mezcla el respeto, el miedo y el asombro, sin grandes filigranas ni aventuras imposibles. El hombre contra los elementos, contra el frío vacío del espacio, dependiente de la tecnología (naves espaciales, trajes herméticos, radios, radares…) para sobrevivir. El “hijo” más conocido de Las 2001 noches, para que me entendáis, es la magnífica Planetes de Makoto Yukimura (que por cierto tenemos disponible de forma oficial en España en manga –por Panini– y en anime –por Selecta Visión–).

Impecable realización gráfica y argumental.

Las 2001 Noches es un compendio de historias cortas que narran distintos episodios de la conquista del espacio por el hombre, empezando por un preludio y unos primeros pasos que podrían situarse pocos años después del inicio de la serialización de este manga (es decir, finales de los años 80), con una historia llena de tensión que narra, de forma bastante velada, un encuentro en una estación espacial similar a la Mir entre, lo vemos en la última viñeta, dos personas vestidas con traje a las que vemos de espaldas, contemplando el planeta azul. Traduzco la conversación que cierra el capítulo:

  • Qué bonito planeta… Este es el único astro en medio de la oscuridad del espacio que refulge con el brillo de la vida.
  • Hablemos, entonces… Sobre lo que ocurre en la superficie de la Tierra. Sobre lo que tenemos que resolver antes de que el ser humano protagonice su gran salto al espacio, señor Secretario General…
  • Por supuesto, señor Presidente…

Poco después, la historia deriva hacia el descubrimiento de un décimo planeta en el Sistema Solar, un planeta al que llaman Lucifer que, se descubre después, está compuesto de antimateria. En los siguientes capítulos, veremos al hombre intentando dominar la antimateria hasta finalmente conseguirlo: ello permite conseguir una fuente de energía prácticamente inagotable que permitirá proveer al planeta entero durante eones, y que además abre las puertas a desarrollar la tecnología que hará posible viajar en el espacio a velocidades muy superiores a la de la luz. Así, poco a poco, y a lo largo de varios siglos (en el manga se narran episodios que abarcan unos 400 años), el ser humano va extendiendo su radio de acción, descubriendo nuevos mundos y nuevos retos, y… Bueno, tal vez será mejor que me quede aquí y no siga a riesgo de destripar la historia si alguno de vosotros la consigue en inglés (editada por Viz a mediados de los 90, aunque desconozco si de forma completa) o si alguna vez se edita en español.

Solo añadir que, según veo por ahí, existe un OVA de 1987 y en 2009 se produjeron 2 más, así que si tenéis curiosidad y podéis conseguir las versiones animadas, posiblemente ronden por ahí.

Lo mejor

  • Ciencia-ficción dura, bien realizada y documentada.
  • Un estilo gráfico impecable, de lo mejorcito que hay.

Lo peor

  • Que no se haya editado en España a pesar de que es cortita, está muy bien dibujada y tiene una calidad general impecable (todas ellas condiciones indispensables para que una obra pueda funcionar aquí). La única pega que tiene es que seguramente puede ser percibida como “antigua”. Tiene casi 30 años, por supuesto, pero nadie lo diría ya que ha envejecido muy bien.

Conferencia – Tokiwa-sô, los apartamentos del manga

Sunday, April 1st, 2012

En los años 50, el gran padre del manga moderno, Osamu Tezuka, se mudó a Tokio desde Osaka y se instaló en un edificio de apartamentos llamado Tokiwa-sô. Pronto, otros dibujantes jóvenes, atraídos por el aura del gran maestro, se instalaron en esos mismos apartamentos incluso después de que Tezuka hubiese salido de ellos. Entre estros dibujantes se encuentran algunos de los autores más importantes de la historia del manga, como Shôtarô Ishinomori (Cyborg 009, Hotel, Kamen Rider…), el dúo Fujio Fujiko (Doraemon, Obake no QTaro, Ninja Hattori-kun…) o Fujio Akatsuka (Tensai Bakabon, Osomatsu-kun…). En esta conferencia aprenderemos sobre ellos e, indirectamente, sobre la historia del manga en general.
Conferencia realizada en la Centro Cultural CorpBanca de Caracas (Venezuela), en febrero de 2012 y organizada por Fundación Japón y la Embajada del Japón en Venezuela.