El blog de Marc Bernabé

7 Seeds

Monday, February 6th, 2017
  • Título: 7 SEEDS
  • Autor: Yumi Tamura
  • Editorial: Shōgakukan
  • Revista: Betsucomi, Flowers
  • Años publicación: 2001-en curso
  • Clasificación: shōjo, aventuras, misterio
  • Tomos: 33 (en curso)

No sé quién, ni cuánto tiempo hace, alguien me recomendó encarecidamente este manga. Literalmente llevaba años en el montoncito de “manga por leer”, y siempre que iba a ese montoncito a por una nueva obra esta quedaba irremediablemente relegada a “otro día”. Cierto es que la portada del tomo 1 tampoco es que me parezca –a mí, lector varón de 40 tacos– a priori atractiva, pero no sé si este era el único factor del irremediable “bueno, ya otro día si eso”. En todo caso, craso error.

El otro día, no sé muy bien por qué, tomé por fin este tomo, dispuesto a ver qué tal era esta obra que hacía tanto tiempo que me habían recomendado, me sumergí en él y, al cabo de un rato, descubrí que me lo había leído entero del tirón. Aunque me gustaría hacerlo, y no lo descarto, no he leído más allá; será cuestión de ver si consigo los demás tomos, aunque estamos hablando de una serie que ya cuenta con 33 volúmenes y sigue abierta. No es precisamente cortita.

Eso sí, si os sumergís en ella, sobre todo no vayáis a la Wikipedia a conseguir información sobre ella, porque os va a destripar todas las sorpresas. El tomo 1 es un tomo muy misterioso, no sabes muy bien qué está pasando, te deja con una sensación de misterio impresionante, te introduce de forma magistral en la historia sin contarte nada del fondo y te deja con ganas de saber qué narices les está pasando a esos personajes y por qué. Yo he cometido ahora mismo el error de ir a la Wikipedia a por la información para rellenar la ficha que abre la reseña (años de publicación, revista, etc.) y allí, al menos en la versión en inglés, la primera que me ha salido, de buenas a primeras te desvelan todo el misterio que Tamura, la autora, se está guardando como oro en paño al menos a lo largo de todo el tomo 1.

Violentísimos conejos, enormes plantas carnívoras… Una maravilla de isla, la verdad.

En fin, ¿y de qué va este manga? Pues tiene un inicio de esos que podríamos definir como trepidantes. Tras una brevísima presentación de la protagonista, la tímida Natsu, que es la típica adolescente insegura pero por otra parte totalmente normal, con su familia y todo eso, la acción se traslada de golpe y porrazo a alta mar, en un bote hinchable en medio de una tormenta y en plena noche. En ese bote se encuentran otras tres personas: dos chicos (el guapo y atento Arashi y el guaperas y desvergonzado Semimaru) y una chica (la borde y sexi Botan). A duras penas consiguen capear el temporal, y al día siguiente logran llegar a una costa que parece tropical.

¿Qué demonios hacen esos cuatro allí? Ninguno de ellos sabe nada (corrijo: Botan sí parece saber algo, pero no acaba de soltar prenda y juega a hacerse la misteriosa), cuando se fueron a dormir, en sus respectivas casas, todo estaba perfectamente normal. Y de repente despertaron en un bote en medio del mar, equipados con mochilas con aparatos y provisiones de supervivencia.

Al desembarcar, empiezan a explorar la isla para ver si encuentran a otras personas o al menos algo de comida. Y se empiezan a topar con cosas rarísimas: cantidades enormes de grimosos insectos, una especie de conejos carnívoros que se devoran unos a otros y se abalanzan sobre ellos, gigantescas y peligrosísimas plantas carnívoras y muchísimas más anomalías.

¿Qué ocurre en esa isla? ¿Cómo han acabado allí? ¿Cómo saldrán de esta? Esta y muchas más preguntas acosan al lector desde el primer momento en el que se sumerge en 7 Seeds y, como digo, el misterio está a la orden del día, ya que en todo el tomo 1 no se da absolutamente ninguna pista: al contrario, el misterio aumenta a cada página que pasa. De nuevo, por favor, no vayáis a buscar información a Wikipedia o donde sea sobre este título: yo lo he hecho, para rellenar la ficha que abre la reseña, y me he comido un saco de spoilers tan grande que me está consumiendo la rabia. En todo caso, lo que he leído por encima, spoiler mediante, me ha dejado bastante sorprendido, y me ha dado aún más ganas de seguir leyendo esta historia.

Lo mejor

  • Un misterio total, la autora sabe mantener muy bien la tensión y dejarnos con ganas de saber qué narices va a pasar. Y no suelta prenda.
  • El survival horror que presenta este título me recuerda un poco a Lost. Aunque tengamos en cuenta que Lost es posterior, del 2004.
  • Un ejemplo más (por si hiciera falta, que creo que a estas alturas ya no) de que el shōjo manga, o manga creado originalmente teniendo en mente el público femenino joven como target principal, tiene una variedad de temáticas y estilos tan grande como el shōnen o el seinen.

Lo peor

  • Muchos ni se acercarían a este manga por la estética decididamente shōjo que tiene, con esos ojazos de la protagonista y los perfiles egregios de los guaperillas Semimaru y Arashi. A mí, y eso que soy un gafotaku bregado, casi me pasa. La habría cagado mucho.
  • Tamura tiene un dibujo que a veces peca de poco detallado y hasta sucio (al menos en el tomo 1), en el sentido de que, sobre todo en escenas de acción, a veces no sabes muy bien qué está ocurriendo.

Ultra Heaven

Sunday, January 29th, 2017
  • Título: ウルトラヘブン –Ultra Heaven–
  • Autor: Keiichi Koike
  • Editorial: Enterbrain
  • Revista: Comic Beam
  • Años publicación: 2001-detenida
  • Clasificación: psicodélico
  • Tomos: 3 (inconcluso)

Por fin creo que estoy en disposición de sacar este blog del estado de “hiato” en el que ha estado sumido durante mucho tiempo por cuestiones de carga de trabajo y compromisos varios y, sobre todo, por las exigencias de la paternidad. Si bien lo segundo es para toda la vida, cierto es que los dos primeros años de vida de un bebé son los que absorben más a los padres y creo que ya estamos en una etapa en la que puedo contar con un poco más de margen en este sentido. Además que he conseguido, por fin, regular un poco mejor mi carga de trabajo. Espero que esta resurrección del blog sea duradera y mi intención es presentar una reseña nueva cada semana, siempre dentro de lo posible.

Durante todo este tiempo no he dejado de leer manga, obviamente. Aunque a un ritmo mucho menor por la escasez de tiempo (¡y la escasez de sueño!), he seguido leyendo, pero también es cierto que lo he hecho de forma diferente a lo que solía hacer. Si antes me interesaba conocer cuantos más mangas posibles aunque fuera limitadamente (es decir, leyendo solamente un tomo o dos para conocer el argumento y los personajes), de un tiempo a esta parte me ha dado por leer obras completas relativamente largas, disfrutando por completo de ellas, de principio a fin. De ahí que si miramos cantidad de obras leídas durante todo este tiempo salga un número reducido, pero en cuestión de tomos leídos salen bastantes. En próximas reseñas de MangaLand os hablaré de dos obras que he disfrutado mucho a lo largo de los meses: Notari Matsutarō de Tetsuya Chiba y Natsuko no sake de Akira Oze. Pero no nos adelantemos a los acontecimientos venideros.

La obra de la que hablaré en esta ocasión, Ultra Heaven, es una excepción relativa a esta nueva forma de leer que he adoptado últimamente. Porque si bien es cierto que la he leído entera (al menos lo que hay disponible, porque de momento es una obra inconclusa) solo cuenta con 3 tomos editados.

No quiero dar muchos detalles al respecto de este manga porque prefiero que lo leas y disfrutes tú mismo si, como me gustaría, esta reseña hace que alguna editorial se interese por ella y acaba sacándola al mercado español. Porque no es un manga para disfrutar de su argumento –que también, ojo– sino sobre todo de su dibujo y de las impresionantes técnicas de representación de alucinaciones de las que hace alarde su autor, Keiichi Koike.

Es complicado elegir una página de muestra de esta obra, porque hay tantas y tantas con alardes como la que muestro…

Porque esto es lo impresionante de este manga: el increíble dibujo y el viaje psicotrópico al que somete al lector. De hecho, he llegado a leer por ahí que hay quien define a este manga como “droga en papel”. La historia se ambienta en un futuro no muy lejano donde tomar drogas psicotrópicas está a la orden del día y de hecho son legales, aunque eso no significa que los yonquis estén bien vistos socialmente: igual que en Ámsterdam puedes ir a un coffee shop a fumarte un canuto de marihuana porque es legal, pero eso no quita que si vas fumado por ahí eso se perciba positivamente por parte del resto de la sociedad.

En todo caso, la excusa de los viales de droga que se inyecta Kabu hace que Keiichi Koike nos deleite con impresionante página tras página de alucinaciones brutales, con un estilo de dibujo que recuerda bastante al de Katsuhiro Otomo mezclado con la acongojante imaginación y capacidad de plasmar según qué cosas de Shintarō Kago (pero sin escatología). Evidentemente, hay un argumento por ahí, la aparición de una nueva droga que lleva a Kabu a cotas aún más flipantes, juegos mentales, una especie de secta de iluminados psicotrópicos, engaños y mucha, mucha, mucha, alucinación. Realmente, leer este manga es seguramente la forma más cercana posible de tomar una droga alucinógena sin realmente hacerlo, de ahí esa denominación de “droga en papel”.

Koike no es un autor que se prodigue demasiado, sinceramente, y aunque Ultra Heaven empezó en 2001, solo han aparecido tres volúmenes en el mercado: el primero en 2002, el segundo en 2005 y el tercero en 2009. La obra no está terminada, de hecho el tercer tomo deja el argumento colgando, pero en todo caso eso es casi lo de menos. Si realmente te gusta el cómic y disfrutas con los alardes a los lápices de los mejores dibujantes, el hecho de que la obra esté inconclusa no debería ser impedimento para ir a por ella, ya que no todos los días uno se encuentra con semejante “tour de force”. A mí, sinceramente, me ha dejado impresionado y eso que, en cuestión de manga, he visto de todo. Esperemos que no tarde en ser editada en España.

Lo mejor

  • El dibujo es increíble, y las descripciones gráficas de las alucinaciones lo mejor que he visto al respecto. Y además, no es una página suelta muy currada aquí y allá, sino que las alucinaciones se prolongan durante páginas y páginas, a cuál más alucinante (válgame la redundancia).
  • La historia, aunque a veces se hace difícil de seguir (debido a que hay ocasiones en las que deliberadamente el autor no deja claro si lo que está ocurriendo es “la realidad” o forma parte de una “alucinación” (¡incluso con varias capas de alucinaciones dentro de alucinaciones!) también resulta muy interesante.

Lo peor

  • El hecho de que esté inconclusa y sin pistas sobre si va a seguir hasta su conclusión o nos va a dejar colgados.

Shiawase (Felicidad)

Wednesday, April 22nd, 2015
  • Título: しあわせ –Shiawase– (Felicidad)
  • Autor: Seiji Toda
  • Editorial: Ohzora Shuppan
  • Revista: autopublicado en web
  • Años publicación: 1999-2004
  • Clasificación: historias cortas
  • Tomos: 1

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Este es el típico manga que, en mi caso, me pillo básicamente porque me llama la atención la portada o el título. En este caso, me dio la sensación de que podría ser uno de esos mangas tranquilos, con cierto regusto gafapasta, y con una historia más bien costumbristas que se deja leer con facilidad y emociona al lector, un poco como la maravillosa Undercurrent que va a publicar dentro de poco Milky Way Ediciones y que he tenido el gran gusto de traducir.

Sin embargo, el “truco” de la portada o el título no siempre funciona como crees: en este caso, aunque no puedo decir que Shiawase me haya parecido mala ni mucho menos, la verdad es que ha resultado ser una obra muy distinta a lo que pensaba, ya que ha resultado ser una recopilación de historias cortas. A posteriori he descubierto que Seiji Toda, el autor, empezó publicando sus obras en internet, en su propia página web, y a raíz de esto llamó la atención de las editoriales, que no solo le publicaron en papel su creación digital (como es el caso de este libro), sino que lo ficharon para que trabajara para sus revistas como mangaka profesional. Así que, dibujantes aspirantes a profesionales de ahí fuera, que a veces me preguntáis qué tenéis que hacer para publicar vuestros cómics: vivimos en una era en la que cualquiera, sea bueno o malo, puede publicar sus obras: es tan sencillo como abrir un blog y empezar a subir el material. Si sois buenos y constantes, acabaréis llamando la atención de la gente y finalmente –si este es el objetivo que tenéis– podréis publicar en papel, sea de forma autopublicada (y con ejemplos de grandísimo éxito, incluso en España, como los de Jesulink o Andrés Palomino) o bien porque alguna editorial se ha interesado por vuestras obras y las quiere publicar en papel.

En japonés, como en todos los idiomas, existen palabras muy precisas que resultan muy complicadas de trasladar a otros idiomas, al menos en una sola palabra y sin mediar explicación. Entre ellas, tenemos la palabra 切ない setsunai, que vendría a ser un concepto a caballo entre la tristeza y la melancolía. Aunque a veces encontramos la palabra en contextos bastante duros (de hecho, mi diccionario da la traducción “triste y doloroso” para esta palabra, con un ejemplo que reza, en su traducción, “¡Cuán setsunai (triste/angustiada) tiene que estar la madre que ha perdido a un hijo!”), en general lo he visto muy utilizado en situaciones como “te deja la novia y estás triste, te sientes solo, desamparado, nostálgico”. Es decir, que describe un estado de ánimo malo, pero no de mal rollo total y absoluto. En mi percepción del idioma (que igual está equivocada porque no soy nativo), la palabra setsunai no tiene necesariamente carga estrictamente negativa. No sé si me explico, es una sensación de vacío, dolor y tristeza pero no necesariamente de mal rollo, en plan “ah, ya se caen los pétalos de los cerezos en flor, ¡qué setsunai!”. Y encuentro que dicha palabra tiene cierta relación con el concepto clásico del 物の哀れ mono no aware, que mi diccionario describe como “pathos” y también como “una respuesta estética a la transitoriedad de las cosas bellas”. Tenéis una descripción más detallada de este concepto en este artículo.

¿Por qué explico esto? Pues porque la palabra que me ha evocado la lectura de las historias de este manga es precisamente esta: setsunai. Es curioso, porque las historias que se incluyen en Shiawase son de longitud muy variable. Algunas tienen una sola página, hay un par bastante largas (de unas 20-30 páginas), otras de 2 páginas, de 3, de 5… pero todas ellas te dejan con un regusto triste, setsunai, en el cuerpo. Como ejemplo, os pongo una de las historias de una sola página con su traducción, para que veáis de qué estoy hablando.

Medusas Tengo medusas en casa. Cuando mueren, esas medusas se disuelven “totalmente” en el agua; no dejan cadáver. Es como si nunca hubieran existido en primer lugar. Quisiera ser una medusa... Pero yo sí dejaría un cadáver. Por eso sigo esforzándome.

Medusas
Tengo medusas en casa.
Cuando mueren, esas medusas se disuelven “totalmente” en el agua; no dejan cadáver.
Es como si nunca hubieran existido en primer lugar.
Quisiera ser una medusa…
Pero yo sí dejaría un cadáver.
Por eso sigo esforzándome.

Lo mejor

  • Historias autoconclusivas que evocan sentimientos en el lector, generalmente tristes.
  • Costumbrismo, metáfora y buena narrativa.

Lo peor

  • Algunas historias son más flojas, o se entienden peor.
  • Aunque en general el manga me ha gustado bastante, me he quedado con ganas de ver cómo Toda se desenvuelve en historias más largas, ya que creo que puede crear cosas bastante memorables. Le seguiré la pista al autor para ver cómo evoluciona.

Yōkai Hunter Series (Serie Cazador de Yōkai)

Tuesday, March 17th, 2015
  • Título: 妖怪ハンターシリーズ –Yōkai Hunter Series– (Serie Cazador de Yōkai)
  • Autor: Daijirō Morohoshi
  • Editorial: Shūeisha
  • Revista: Shōnen Jump y varias otras
  • Años publicación: 1974-?
  • Clasificación: sobrenatural, folclore
  • Tomos: 6

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No sé cuánto hacía que tenía este manga, así como su remake –próximamente reseñado en este mismo blog– también en la pila de los “mangas por leer”, pero me atrevería a decir que años. Las prioridades lectoras son siempre caprichosas, y lo más normal era que, cuando terminaba un manga, seleccionara cualquier otro de la pila, muchas veces obras nuevas que se añadían a ella o que incluso ni siquiera llegaban a incorporarse a ella, ya que en cuanto caían en mis manos las leía. Pero, no sé por qué, el otro día me dio por leer esta obra y su remake y la verdad es que me lo he pasado muy bien con ambas lecturas. Tengo muchas otras obras en situación similar: por algún motivo u otro me llaman la atención y las coloco en la montañita de las “futuras lecturas para cuando pueda”, pero va pasando el tiempo y van quedando cada vez más hundidas en ella. Pero bueno, poco a poco…

No es la primera vez que reseño una obra de Daijirō Morohoshi (acabo de abrir una “categoría” dedicada a él para mantener mejor ordenadas sus reseñas), así que tal vez os sonará porque he hablado antes de él: un autor bastante peculiar, el típico que gusta mucho a los especialistas y autores de cómic, que lo tildan de genio, pero que entre el público general tiene un éxito más bien modesto. Esto es debido a su peculiar estilo de dibujo, de apariencia tosca, y a sus argumentos más bien enigmáticos. A mí me recuerda, salvando las diferencias, al enorme mangaka undergroud Yoshiharu Tsuge, pero tal vez sea una simple impresión mía. También su estilo de dibujo tiene una retirada al de Kazuichi Hanawa, para más referencias.

La serie Yōkai Hunter (Cazador de seres sobrenaturales yōkai) fue la primera serie de este autor, allá en 1974, para nada más y nada menos que la actualmente celebérrima Shōnen Jump. La serie no duró mucho en la revista, unos cinco capítulos apenas, debido a que, según cuenta el autor, por un lado fue temerario darle una serie semanal a un autor novato como él y, por el otro, las historias que publicaba no eran del todo indicadas para los lectores de la Jump. No obstante, el personaje protagonista, Reijirō Hieda, se hizo con el cariño de muchos lectores, lo que ha propiciado que, a lo largo de los años, Morohoshi haya ido publicando historias protagonizadas por él, la más reciente de las cuales no es una historia autoconclusiva –como es lo habitual en Yōkai Hunter– sino una miniserie publicada entre noviembre de 2012 y marzo de 2013.

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Hieda investigando misterios en ambientaciones rurales.

Yōkai Hunter es una recopilación de historias que giran alrededor de Reijirō Hieda, un folclorista y estudioso de lo sobrenatural que va investigando diferentes leyendas y sucesos por todo Japón, principalmente rural (en estas ambientaciones “ruralísimas” es donde le encuentro mayor similitud a la obra de Tsuge, que gustaba mucho de ir a balnearios onsen cutres de provincias y narrarlo en sus historias). En este aspecto de folclore y estudios de lo sobrenatural, la temática es parecida a Munakata Kyōju ikōroku (Crónicas sobre pensamientos distintos del profesor Munakata) del grandioso Yukinobu Hoshino, una obra que me encanta.

Como decía, la obra está estructurada en historias autoconclusivas y cada una es totalmente distinta a la otra, con el único nexo en común del personaje de Hieda, que a veces tiene un papel activo y otras es un mero observador y narrador. Como es lógico, hay altibajos en la calidad de las historias; algunas son simplemente pasables y otras son obras maestras. En el tomo 1 de la serie, por ejemplo, me ha dejado patidifuso la historia Seimei no ki (El árbol de la vida), ambientada en un pueblo muy rural del norte de Japón donde, al igual que en la zona de Nagasaki –pero de forma mucho menos conocida–, el cristianismo sobrevivió gracias a los “cristianos ocultos” kakure kirishitan y se conserva una rama del cristianismo peculiarísima (atención, esto es invención del autor: solo hubo kakure kirishitan en las cercanías de Nagasaki).

El propio autor reniega del título Yōkai Hunter, que fue impuesto en su día por su editor al cargo por ser sonoro y atractivo. No obstante, como el autor comenta en el epílogo del primer tomo, raramente aparecen yōkai (seres sobrenaturales del imaginario japonés) y mucho menos Hieda se dedica a cazarlos. De hecho, Hieda raramente hace algo activamente, ya que lo más habitual es que se limite a observar y narrar. Aun así, debido a la necesidad de tener un título que englobe a las andanzas de este personaje, se sigue utilizando la denominación Yōkai Hunter.

La edición que comento, por cierto, fue editada como tomo unitario en 1988, pero luego, a lo largo de los años, fueron saliendo otros volúmenes. Aparte, hubo una edición anterior en 1978 de un solo tomo. Ahora mismo no tengo medios para saber cuántos tomos exactamente ocupan todas las historias recopiladas, pero por informaciones que veo por ahí deduzco que hay seis: una edición en tres tomos de bolsillo de Shūeisha en 2005 recopila supuestamente todo el material que hubo hasta ese momento. Y luego han salido tres tomos nuevos más, publicados por Kōdansha, en 2005, 2009 y 2014.

Lo mejor

  • Fantásticas historias. Con altibajos, pero hay algunas de una calidad enorme.
  • El dibujo y manera de narrar de Morohoshi resultan inquietantes, lo que contribuye a la experiencia lectora.

Lo peor

  • El dibujo puede no gustar a según qué personas, sobre todo el de las historias más antiguas, las setenteras.

Shinryaku! Ika musume (¡Invasión! La chica calamar)

Tuesday, March 10th, 2015
  • Título: 侵略!イカ娘 –Shinryaku! Ika musume– (¡Invasión! La chica calamar)
  • Autor: Masahiro Anbe
  • Editorial: Akita Shoten
  • Revista: Shōnen Champion
  • Años publicación: 2007-?
  • Clasificación: humor, moe
  • Tomos: 19 (en curso)

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Confieso que me enfrenté a la lectura de este manga con un ánimo muy perezoso: sabía que este título es uno de los iconos del manga comercial enfocado al público otaku, con altas dosis de moe y tal, ideado para gustar a público básicamente masculino y ya más bien crecidito, de 30 años de edad para arriba. Vamos, el típico otaku akihabarensis. O al menos este era mi prejuicio, básicamente alimentado por ver al personaje de marras en entornos muy del gusto de este tipo de público y otras situaciones que me hacían pensar que esto es así.

No creo que mi prejuicio esté equivocado: este es un personaje que gusta mucho a este tipo de público, pero tras haber leído el primer tomo del manga tengo más claro que esta es una serie que empezó como un manga de entretenimiento puro y duro. Con temática moe, sí, pero no específicamente pensada para intentar contentar al público otaku. Ha sido el público otaku el que, probablemente a través del tiempo y de los productos paralelos creados alrededor de esta serie (anime, videojuegos, merchandising de todo tipo…), ha creado el icono basado en el personaje protagonista de este manga.

¿Y de qué va la historia? Pues básicamente cuenta las andanzas de una chica calamar (sic.) que, harta de que el ser humano ensucie su entorno, es decir, el mar, decide salir a la superficie para subyugar al ser humano, conquistar la tierra y evitar que las personas sigan contaminando. Lo que la chica calamar no sabe es que hay miles de millones de seres humanos y que ella es solo una, y que encima no tiene precisamente grandes poderes más que echar tinta por la boca y manejar sus tentáculos-mechones de pelo para golpear fuertemente o sujetar cosas.

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¿Qué será esto-de-geso?

La chica calamar sale a la superficie en una playa japonesa y termina, sin comerlo ni beberlo, trabajando como camarera en un chiringuito de playa: ese chiringuito fue su primer objetivo de invasión y no solo no pudo invadirlo sino que encima la obligaron a trabajar para pagar los desperfectos que causó en un muro.

El manga está organizado en pequeños capítulos autoconclusivos de tipo humorístico y la verdad es que es bastante entretenido y terminas encariñándote de él: pese a lo rarísimo del concepto, la chica calamar acaba convirtiéndose en un personaje de lo más entrañable gracias a su ingenuidad y a su manera de hablar, con el uso de la desinencia -(de)geso a final de muchas frases (no significa nada, pero es como un tic del personaje-de-geso, es como si habláramos así adrede-de-geso) y la sobreexplotación del negativo japonés acabado en –ika (konaika? ¿No vienes? Tabenaika? ¿No comes?) etcétera. Ika significa “calamar”.

Lo mejor

  • Como manga de humor y entretenimiento, lo cierto es que está muy bien.
  • El personaje de la chica calamar es gracioso.
  • La propia idea de bombero de hacer un personaje que sea una chica calamar y hacerlo funcionar en un manga ya me parece digna de mención. Olé tus narices, Masahiro Anbe.

Lo peor

  • ¿Intento de invasión por parte de un ser ingenuo, que acaba siendo adoptado por los humanos en una serie de humor? Pues no me suena demasiado coffff-Keroro-cofff, pero bueno.