El blog de Marc Bernabé

Boys on the Run

Thursday, December 18th, 2014
  • Título: ボーイズ・オン・ザ・ラン –Boys on the Run–
  • Autor: Kengo Hanazawa
  • Editorial: Shōgakukan
  • Revista: Big Comic Spirits
  • Años publicación: 2005-08
  • Clasificación: humor, romance
  • Tomos: 10

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Como sabéis, en el pasado Salón del Manga de Barcelona recibimos la visita de varios pesos pesados del manga, y uno de ellos fue Kengo Hanazawa, invitado por Norma Editorial para presentar su manga I am a Hero (reseñado en su momento en este blog) . En mi caso, en parte por ser el traductor de I am a Hero para su versión española, editada por Norma Editorial, se me encargó la tarea de interpretar para este autor, con el que surgió muy buen rollo y nos lo pasamos genial.

A raíz de hacer buenas migas con Hanazawa, me interesé por su obra anterior, lo que inevitablemente me llevó a ponerme a leer Boys on the Run, su anterior obra y la más conocida hasta que empezó con I am a Hero, hasta el punto de haber sido adaptada a película y serie televisiva de imagen real.

Y mis impresiones no pueden ser mejores: estamos ante una obra que no es ninguna maravilla, pero que resulta entretenidísima, y muy rápida de leer. Vamos, ideal para cuando tienes una tarde tonta y quieres algo que te haga pasar un estupendo rato de lectura en el sofá.

El manga nos cuenta la historia de Toshiyuki Tanishi, un tipo de 27 años más bien mediocre y muy normal, con escaso o ningún éxito entre las chicas, muy tímido e inseguro, etcétera. Bueno, si habéis leído I am a Hero, estamos ante un personaje “typical Hanazawa”, ya que es muy parecido a Hideo Suzuki y, de rebote al mismísimo Kengo Hanazawa, que afirma que para dar realismo a sus historias se inspira en sí mismo, hasta el punto de que sus personajes (tanto Tanishi como Suzuki) son muy parecidos físicamente a él. Y, se sobreentiende, también en carácter y forma de pensar… Sinceramente, me parece muy original que un autor de manga se sitúe a sí mismo como personaje en sus obras, es graciosísimo.

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Cuando consigue por fin embaucar a la chica para ir a un love hotel, resulta que la única habitación disponible (sin que ellos lo sepan) es la habitación S&M… Bochorno total.

Pues bien, la historia (de momento me he leído unos tres tomos) nos cuenta las andanzas del bueno de Tanishi para intentar establecer una relación con su compañera de trabajo Chiharu, con varios tropiezos y meteduras de pata que hacen que el lector se parta de risa y al mismo tiempo sienta mucha lástima por lo patético de las situaciones. Por ejemplo, frustrado el día de su cumpleaños, decide llamar a un teléfono de citas para que le manden a una chica con la que salir y luego follar, a cambio de dinero, claro está, y se le presenta una mujerona gorda, mal vestida y muy desagradable en general… Pero él no tiene narices de decirle que “contigo no, bicho” y se deja llevar, terminando en un love hotel con ella, con ella desnuda sobre la cama, y siendo incapaz de consumar el acto sexual por el asco que le da… Lo que luego le provoca muchísimos problemas ya que ella empieza a perseguirle por toda la calle gritándole que es un violador en potencia, que la ha engañado, que ha abusado de ella, etcétera. En fin, situaciones patéticas, MUY patéticas, una tras otra, y algunas con su novia potencial como testigo de primera mano, que sin embargo enganchan cosa mala.

Según puedo ver, creo que la historia luego se va por otros derroteros, con él apuntándose a un gimnasio de boxeo o algo así, pero bueno, ya lo iré viendo según vaya leyendo… Porque este manga es tan entretenido que me lo pienso leer entero.

Lo mejor

  • Muy entretenido.
  • Situaciones patéticas muy adultas, con sexo y cosas así de por medio, que no se ven en los manga shōnen.
  • Un retrato del hombre pusilánime japonés. Hay muchos japoneses con este tipo de traumas o manera de pensar, los llamados hi-mote (“que no ligan”, “que no son populares entre las chicas”).
  • Hanazawa se quedó tan chafado cuando en su momento le cortaron esta obra por baja popularidad (imagino que los últimos tomos ya pierden ese “punch” que tienen los primeros) que tuvo impulsos hasta violentos del cabreo que pilló. Y su editor le dijo “¿por qué no usas esas ganas de destruir y las vuelcas en tu próximo manga?” Y de ahí surgió el concepto de una obra tan genial como I am a Hero.

Lo peor

  • El dibujo de Hanazawa aún está en evolución en esta obra, no está al nivel de lo visto en I am a Hero.

Henshū-ō (El rey de los editores)

Tuesday, December 9th, 2014
  • Título: 編集王 –Henshū-ō– (El rey de los editores)
  • Autor: Seiki Tsuchida
  • Editorial: Shōgakukan
  • Revista: Big Comic Spirits
  • Años publicación: 1994-97
  • Clasificación: metamanga
  • Tomos: 16

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En los últimos años, la popularidad de Bakuman. ha provocado que el manga sobre crear manga se haya puesto de moda y ha propiciado que muchísima gente joven desee seguir los pasos de Mashiro y Takagi. Pero mucha gente desconoce, o simplemente ha olvidado, que Tsugumi Ohba y Takeshi Obata en realidad no inventaron nada nuevo, ya que existían mangas sobre la creación de manga desde mucho antes. Sin ir más lejos, en este mismo blog, aparte de Bakuman., ya hemos visto la obra semiautobiográfica Manga Michi (1970-82), de Fujiko Fujio A, y sus secuelas, el “metamanga” más veterano y el que inició este subgénero de “manga sobre manga”, así como una curiosidad como Eroman no Hoshi (La estrella del manga erótico) (2010).

En general, las obras de metamanga hablan sobre los problemas de los mangaka durante su proceso creativo: cómo debutar en el mundillo, cómo conseguir más éxito, de dónde sacar inspiración, cómo mejorar el dibujo, etcétera. Y el editor, figura fundamental en el manga japonés ya que en ocasiones es una especie de cocreador e incluso “niñera” del mangaka, aparece solamente para dar algunos consejos y ayudar al dibujante en momentos delicados (cuando es un buen editor) o para meter broncas y presionarle, en plan “sargento de hierro” (cuando es malo).

Henshū-ō (El rey de los editores), la obra que reseñamos en esta ocasión, se centra no tanto en la figura del manga como en la del editor, esa parte fundamental del proceso creativo de un producto comercial de masas como es el manga, la figura que hace de puente entre la empresa que saca la revista y los tomos recopilatorios, y que solo mira el aspecto comercial del negocio, y los creadores, que tienden más a centrarse en el aspecto creativo y artístico.

En realidad, el manga comercial japonés tiene poco de artístico, como he puesto un poco más arriba, se considera puramente un “producto comercial”, y si una obra no tiene buena aceptación (es decir, si no genera dinero en cantidades que la editorial considere aceptables), por muy excelente que sea artísticamente hablando no hay ningún reparo en guillotinarla. Por eso, el editor está en una posición muy delicada, y claramente existen varios tipos de editores, que a grandes rasgos podemos dividir entre los que miran por el bien de la empresa y procuran que sus dibujantes al cargo creen obras que comercialmente se vendan muy bien (aunque eso vaya en detrimento de la faceta artística) y los que no miran tanto las ventas y quieren que sus autores creen obras que perduren en la memoria colectiva y se puedan considerar “buenas” de verdad.

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“¡Por muy consagrado que esté el maestro Manbo Yoshizuka, no me creo que un loco por el manga como usted esté satisfecho con unos originales como estos! ¡Hay que rehacerlo todo!”

Es muy significativo que Henshū-ō comience con una fantástica referencia al final de la mítica Ashita no Joe, un manga que marcó a toda una generación: en 1973, un grupo de jóvenes lee la revista en la que se publicó ese final y, de entre ellos, uno decide que quiere ser como Joe y dedicarse al boxeo y otro decide que intentará ayudar a crear obras tan magníficas e inmemoriales como Ashita no Joe.

Años más tarde, a principios-mediados de los años 90, efectivamente vemos como el niño que quería ser boxeador para ser un nuevo “Joe del mañana”, el impulsivo Kanpachi Momoi, lo ha conseguido y el que quería crear manga, el paciente pero apasionado del manga Hiromichi Oume, se ha colocado en un puesto de relativa responsabilidad como editor en una revista de manga seinen que vende más de un millón de ejemplares cada semana.

Sin embargo, Kanpachi nunca ha llegado a ser un gran boxeador y de hecho un desprendimiento de retina le obliga a dejar dicho deporte, al que había dedicado absolutamente todos sus esfuerzos. Su amigo Oume, al verlo tan abatido, le propone meterse como ayudante y aprendiz en la redacción de la revista de manga Young Shout, donde trabaja.

Y es en este momento cuando empieza un viaje por las interioridades de la creación de manga y por los puntos de vista enfrentados entre lo comercial y lo creativo, con un montón de situaciones y discusiones sobre lo que debe ser el manga y cómo debe enfrentarse a su trabajo tanto el autor como el editor. Sin tener ni idea de cómo funciona la sociedad adulta japonesa y sus problemas de jerarquías y egos, Kanpachi, que se pone el objetivo de llegar a ser “el rey de los editores”, entra como un elefante en una cacharrería en escena y, desde su punto de vista ingenuo y a la vez pasional y hasta violento, va destapando las contradicciones, inercias y malos hábitos de la industria del manga en los años 90, justo el momento en el que el manga japonés alcanzó su cénit en cuestión de popularidad y ventas.

Henshū-ō es un manga crudo, terriblemente adictivo, y mucho más sincero sobre la realidad de la creación de manga que obras como Bakuman., que básicamente loan el romanticismo de la creación de manga y se olvidan, hasta cierto punto, de las partes más sórdidas. En Henshū-ō, seguramente la obra más conocida del malogrado Seiki Tsuchida (1969-2002), encontramos verdaderas perlas en forma de discusiones sobre qué es el manga comercial y cómo debería ser o dejar de ser, que dan mucho que pensar. Estamos ante una obra realmente adictiva que, aunque obviamente describe situaciones límite que nunca se van a dar en la realidad, da que pensar sobre el tema de la creación de manga comercial de una forma cruda y curiosamente realista.

NOTA POSTERIOR

Escribo esto unas semanas después del texto que acabas de leer, una vez he terminado de leer todo el manga. En tomos posteriores, el nivel de realismo de la obra desciende bastante, presentando situaciones bastante irreales e incluso surrealistas. Pero eso no hace que pierda ni un ápice de su interés, y se enfrente con valentía a cuestiones y problemas no ya solo del mundo del manga, sino también de la edición en general, en un momento en el que las editoriales japonesas estaban muy volcadas en el manga pero estaban dejando de lado la literatura más “elevada”, que había sido su puntal durante décadas.

Si bien el principio del manga se centra en las aventuras de Kanpachi y su aprendizaje en el mundo de la edición de manga, al cabo de unos tomos la historia deriva muchísimo y pasa a presentar diferentes arcos argumentales, que se centran en un personaje concreto o incluso en el recuerdo (en forma de flashbacks). Algunos de estos flashbacks llegan a durar un tomo entero, pero esto no hace que el interés de la obra decaiga, sino al contrario: presentando nuevas situaciones, no solo de los años 90 (época en la que se ambienta la obra) sino de otras décadas, como por ejemplo los años 50 o 60, en los inicios del verdadero boom del manga, aprendemos muchísimo sobre historia del manga y sobre cómo era la vida de un mangaka y de un editor en aquellas épocas. En definitiva, podemos decir que esta obra está compuesta por varias subtramas muy diferenciadas y que la primera, protagonizada por Kanpachi, no es más que una de ellas. Muy interesante y muy bien narrada.

Lo mejor

  • Entretenidísima ventana abierta al proceso de creación de manga comercial desde el lado editorial.
    Las referencias a Ashita no Joe.

Lo peor

  • El personaje de Kanpachi, el protagonista, es poco creíble, pero sirve como bisagra para forzar situaciones y conversaciones que de otra forma sería imposible generar.

Kakarichō Shima Kōsaku (Vicejefe de sección Kōsaku Shima)

Monday, July 28th, 2014
  • Título: 係長島耕作 –Kakarichō Shima Kōsaku– (Líder de grupo Kōsaku Shima)
  • Autor: Kenshi Hirokane
  • Editorial: Kōdansha
  • Revista: Evening
  • Años publicación: 2010-13
  • Clasificación: empresarial
  • Tomos: 4

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Poco me queda ya que comentar del salaryman Kōsaku Shima y sus aventuras empresariales después de haber reseñado 8 de sus sagas, que suman un total de 70 tomos a día de hoy (más los 4 de esta saga Kakarichō, 74). La saga Kakarichō es la continuación lógica de la saga Young/Shunin-hen, que a su vez era una precuela.

Recordemos que el personaje de Kōsaku Shima apareció por primera vez en 1983, en la serie titulada Kachō Shima Kōsaku (Jefe de sección Kōsaku Shima), una serie que tuvo tanto éxito que, al hacer méritos suficientes el personaje como para que ya no tuviera sentido que siguiera con el puesto de kachō y fuera ascendido a buchō (jefe de departamento), en vez de cerrar la serie para siempre se decidiera continuar con ella, solo que cambiándole el título para reflejar la nueva realidad. Y esta tendencia se fue perpetuando en el tiempo hasta que Shima llegó a ser el mismísimo presidente de la empresa, cargo que dejó recientemente para ser nombrado presidente honorífico (kaichō), puesto que ostenta en el momento de escribir esta reseña, a fecha de julio de 2014.

Paralelamente, el éxito de la serie propició que su autor empezara, en 2001, a escribir una precuela que nos contaría las andanzas del personaje desde que entró a la empresa hasta –presumiblemente– el momento en el que fuera nombrado kachō, con lo que se cerraría el círculo y podríamos, por primera vez, conocer toda la carrera de un personaje de manga en una empresa japonesa, desde su fichaje por la misma hasta –seguramente, si todo va bien y la salud del autor aguanta– la jubilación definitiva. Shima tiene la misma edad que su creador Kenshi Hirokane, por lo que el 9 de septiembre cumplirá 67 años, edad más que adecuada para jubilarse, aunque en altos cargos es habitual mantenerse en activo hasta bien entrada la setentena.

En todo caso, la saga Kakarichō es la pieza que le faltaba al puzle, que quedó completado hace poco menos de un año (en octubre de 2013) cuando Shima fue nombrado finalmente kachō. En los cuatro tomos de esta serie, de lectura muy amena y rápida, mucho menos farragosa y más entretenida que en las sagas más recientes (shachō y kaichō, que son valiosísimas fuentes de información sobre ámbito empresarial y económico, pero menos entretenidas desde el punto de vista de lectura pura y dura de manga), podemos disfrutar de un montón de situaciones en las que Shima se ve envuelto en el contexto de su empresa y la vida privada.

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Shima teniendo que soportar a jefes inútiles… Gran contraste con el momento actual, en el que es la cara visible de su empresa.

A mí un contraste que me hace gracia es que en los primeros tomos de Kachō, Shima era un personaje mucho más desinhibido y tarambana, que tenía constantes aventuras amorosas (evidentemente, poniéndole los cuernos a su mujer), fumaba, se emborrachaba y en general era más “humano”. Desde más o menos la mitad de Kachō, y acentuándose mucho más a partir de Buchō, el personaje deja de tener líos amorosos más que muy esporádicamente (y cuando los tiene es porque no tiene un compromiso con ninguna otra mujer, al estar divorciado) y se convierte en un adalid de la moralidad y el autocontrol, siempre fiel a su esporádica amante Kumiko –con la que finalmente se casa hacia el final de la saga Shachō–. Incluso en ocasiones en las que prácticamente cualquier hombre se dejaría tentar, e incluso estando divorciado y sin compromiso, Shima declina oportunidades de acostarse con auténticas bellezas que hacen mucho más que insinuársele. Y esto es algo que ocurre también en las sagas Young y Kakarichō, por lo que contrasta mucho con la siguiente pieza del puzle, Kachō, que temporalmente fue la primera en aparecer en 1983. Imagino que el personaje sería criticado en su momento por “dar mal ejemplo” o algo y Kenshi Hirokane quiso lavar su imagen y presentarlo como un hombre estoico que sabe poner el raciocinio por encima de los impulsos biológicos, de ahí este cambio.

Una vez terminada la saga Kakarichō, por cierto, su autor ha empezado con una “precuela de la precuela”, llamada Gakusei Shima Kōsaku (Estudiante Kōsaku Shima), de la que todavía no ha salido ningún tomo recopilatorio, y que reseñaré tan pronto aparezca y pueda conseguirlo para, definitivamente, cerrar toda esta serie de reseñas (el primer capítulo se puede leer gratuitamente aquí).

Eso sí, en Kakarichō se incluyen tres capítulos llamados Shōnen Shima Kōsaku (Chico Kōsaku Shima) que narran unos pequeños episodios de la vida del personaje cuando tiene 15 años, en su pueblo natal de Iwakuni (prefectura de Yamaguchi). Por si tenéis curiosidad, estos episodios están también disponibles online, aquí: Capítulo 1  / Capítulo 2 / Capitulo 3.

¿Cómo seguirá esta macrosaga? ¿Podremos leer sobre el nacimiento e infancia del personaje en algún momento? O incluso… ¿Su fallecimiento y funeral? Porque, si Kenshi Hirokane lo hace, tendremos en forma de manga la vida entera de un personaje, gran parte de ella en tiempo real, un hito único en la historia del cómic. Seguiremos atentos.

Lo mejor

  • Muy entretenido.
  • Se cierra el círculo y por fin podemos leer toda la vida empresarial del personaje Kōsaku Shima.

Lo peor

  • Nada que no haya comentado en anteriores reseñas.

Shachō Shima Kōsaku (Presidente Kōsaku Shima)

Wednesday, June 25th, 2014
  • Título: 社長島耕作 –Shachō Shima Kōsaku– (Presidente Kōsaku Shima)
  • Autor: Kenshi Hirokane
  • Editorial: Kōdansha
  • Revista: Morning
  • Años publicación: 2008-2013
  • Clasificación: empresarial
  • Tomos: 16

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Shachō (Presidente) Shima Kōsaku, la etapa en la que Shima llega al puesto ejecutivo más alto de su empresa, debería haber sido en principio la saga que cerrara la historia de oficinistas japoneses más exitosa y longeva: no en vano, a lo largo de más de 30 años, Kenshi Hirokane nos ha contado, en tiempo real, la historia de un hombre, Kōsaku Shima, desde que fue nombrado kachō (jefe de sección) hasta llegar a lo más alto (y, por si fuera poco, ha realizado varias secuelas, la primera –temporalmente- de las cuales, Young Shima Kōsaku, con lo que está completando la biografía manga entera de una persona). Te recuerdo el post-índice para que sepas cuántas sagas existen sobre Kōsaku Shima y puedas, si no lo has hecho, leer las reseñas.

Durante 6 años, Shima fue presidente de su empresa y, al retirarse, en vez de terminarse el manga como podríamos haber pensado, el personaje fue nombrado kaichō o presidente honorífico, con una nueva saga, Kaichō Shima Kōsaku , que es la que se está publicando en estos momentos (de hecho, ayer día 24 de junio de 2014 salió el tomo 2 en Japón). Así que, a saber hasta cuándo va a durar esto.

Recordemos que, en la saga Senmu, Shima acabó siendo nombrado presidente de la nueva Hatsushiba Goyō Holdings tras culminarse la fusión de su empresa, la Hatsushiba, con la Goyō, por presiones debido a un intento hostil de compra de la Goyō por parte de los coreanos Somsan.

En la saga en la que es presidente, Shima tendrá que enfrentarse a varios problemas al más alto nivel. Uno de ellos, sin ir más lejos, es consumar la fusión y buscar un nuevo nombre y logotipo para la empresa, que deje atrás los nombres tradicionales Hatsushiba y Goyō. Después de varias consideraciones, el nuevo nombre pasa a ser TECOT, una denominación que juega con los conceptos techonology y ecology. El cambio de nombre supondrá una serie de consecuencias que, obviamente, tendrán un coste, pero que en principio tienen que ser positivas a la larga, aunque ello requerirá de una elevada inversión sobre todo en publicidad.

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Shima, por fin, en lo más alto de su empresa (en esta escena por cierto empieza el terremoto de 2011).

Otra saga bastante interesante es la de las baterías: con el mercado de la electrónica de consumo ya prácticamente en manos de los coreanos y los chinos, los japoneses tienen que intentar sobrevivir y afianzarse en otro tipo de negocios. La TECOT, gracias a lo que antes era la Goyō, tiene un control bastante férreo del mercado de las baterías, que se prevé que será de gran importancia en el futuro próximo (esta saga en concreto transcurre sobre el año 2009) debido a la gran demanda de baterías para coches, ordenadores, móviles, tabletas, etcétera. Pero uno de los grandes problemas del mercado de las baterías es la obtención de la materia prima: metales raros como el litio que no son fáciles de encontrar. En esta subsaga asistiremos a una auténtica guerra entre chinos, coreanos y japoneses por hacerse con el control de minas y otras fuentes de litio, en la que se ven involucrados gobiernos enteros, por ejemplo el de Bolivia, debido a la riqueza de este país en este sector gracias al salar de Uyuni.

También destacar, en esta saga, sobre el tomo 10, un aspecto concreto de la incorporación al manga de problemas de la vida real, en una fusión fascinante entre el mundo real y el manga. Me refiero al terremoto y tsunami del 11 de marzo de 2011 que, además, provocó la gravísima crisis nuclear de Fukushima. Puedes leer más sobre este tema en este post que escribí hace ya más de 3 años en mi otro blog Niponadas.

Lo mejor

  • Más y más Shima, con más información y más oportunidades de aprender. Pero sin nunca dejar de lado el entretenimiento, con algunas historias más light que amenizan la historia.
  • Rabiosa actualidad (en el momento en el que se editó originalmente el manga, claro. Este es un factor que se va diluyendo con el tiempo, aunque dentro de unas décadas yo creo que este será un manga esencial para entender el mundo empresarial y social de Japón durante los años en los que este manga ha estado siendo publicado).

Lo peor

  • Algunas partes resultan muy densas (aunque a mí esto me gusta, porque me permite aprender un montón).

Young Shima Kōsaku (Joven Kōsaku Shima)

Monday, June 16th, 2014
  • Título: ヤング島耕作 –Young Shima Kōsaku– (Joven Kōsaku Shima)
  • Autor: Kenshi Hirokane
  • Editorial: Kōdansha
  • Revista: Morning
  • Años publicación: 2001-2010
  • Clasificación: empresarial
  • Tomos: 8

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Por orden lógico de lectura y reseñas, ahora vendría la lectura y reseña de Shachō Shima Kōsaku, es decir, Presidente Kōsaku Shima, que es la serie que viene inmediatamente después de la saga Senmu. Sin embargo, durante mi lectura de las aventuras del salaryman perfecto pensé que, en este punto, estaría bien introducir una pequeña variación: efectivamente he seguido leyendo la serie en su orden, es decir, la saga Presidente, pero he decidido ir cogiendo de vez en cuando algunos capítulos de la precuela Young, la primera que existió de esta enorme saga.

¿Las razones? Bueno, la primera es que a partir de la saga Torishimariyaku ya la cosa se vuelve muy informativa e interesante, con muchos datos, pero obviamente esto hace que a veces sea un poco “cansado” leer tanto dato y tanta negociación, por lo que me pareció buena idea alternar un poco la lectura con algo más light. Y la segunda es pura curiosidad, ya no aguantaba más las ganas de saber qué y cómo cuenta Kenshi Hirokane en estas precuelas, que por ahora son tres: Gakusei (estudiante, y curiosamente es la más reciente -acaba de empezar-), Young (esta de ahora) y Kakarichō (líder de grupo). Tienes la referencia de las sagas aquí, por cierto, por si te pierdes.

Young Shima Kōsaku empezó en el año 2001 en las páginas de la revista Evening, que por aquel entonces debutaba en los kioscos japoneses. Para captar la atención de los potenciales compradores, decidieron que publicar una precuela de Shima Kōsaku, una de las series más exitosas de la revista “madre” Morning, podría ser una buena idea. Ya por el solo hecho de ser quincenal en vez de semanal como la Morning, el ritmo de publicación fue más suave y en cuestión de 9 años se publicó material que cubrió un total de 8 tomos.

Recordemos que el autor Kenshi Hirokane empezó a narrar las aventuras de Kōsaku Shima en 1983, cuando este era ya kachō (jefe de sección), y que el personaje ha ido subiendo en el escalafón de su empresa a lo largo de los años en tiempo real hasta llegar al momento actual (junio de 2014, cuando escribo esto), en el que, después de haber sido nombrado presidente de su empresa, llega el punto en el que pasa al siguiente nivel y es nombrado presidente honorífico o kaichō.

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El joven Shima recibiendo una bronca de su jefe.

Sin embargo, muy poco sabíamos sobre la trayectoria anterior de Shima, algo que se ha ido solucionando con el tiempo gracias las precuelas, la primera de las cuales fue esta Young, seguida de Kakarichō, y recientemente el autor ha retrocedido aún más en el tiempo con Gakusei (Estudiante universitario), en la etapa previa a entrar incluso en la empresa Hatsushiba. (Lo que me hace preguntarme, por cierto, si una vez terminado Gakusei y enlazando ya con Young, Hirokane decidirá retroceder aún más y hacer Parvulito Kōsaku Shima, Alumno de Primaria Kōsaku Shima, Alumno de Secundaria Kōsaku Shima y Alumno de Bachillerato Kōsaku Shima, que básicamente sería lo único que le quedaría por contar, mientras el resto, el momento actual, lo va contando en tiempo real).

En todo caso, como ya parece que se puede intuir de lo que acabo de contar, Young Shima Kōsaku es la historia de nuestro super salaryman a partir del punto en el que entra a trabajar en la empresa de electrónica Hatsushiba, la que será su casa laboral durante todo el resto de su vida. Se trata de episodios bastante más inocentes y lights que en posteriores sagas, por supuesto, ya que aquí las responsabilidades de Shima en la empresa son lo más limitado que nos podamos imaginar (no en vano entra como el “último mono”). No faltan momentos de “politiqueo” dentro de la empresa, movimientos (rastreros o de cara) para ganar favores o intentar poner la zancadilla a otro, pero en general Shima poco participa de estos tejemanejes y resulta un mero espectador. Tampoco faltarán cosillas de la vida privada del personaje, algún que otro lío amoroso (conoceremos por ejemplo a Reiko, la madre de su hija Nami y la que fue su esposa durante parte de Kachō hasta que se divorciaron, y las circunstancias que llevaron a su boda, entre muchas otras cosas), problemas o momentos bonitos con compañeros, etcétera. Ah, y por supuesto aparecerán personajes que reconoceremos de otras sagas posteriores, entre ellos compañeros, jefes, amigos y, claro está, conoceremos su pasado…

Esta saga Young está subdividida a su vez en dos sagas de cuatro tomos cada una. La Young a secas, en la que Shima es un trabajador raso sin ningún tipo de rango, y la Shunin-hen (Saga “responsable”) en la que nombran shunin (responsable) a Shima, el primer peldaño en la escalera de responsabilidades hacia lo más alto de su empresa.

Lo mejor

Lo peor

  • Realmente no se me ocurre nada especialmente negativo que destacar.