El blog de Marc Bernabé

Tokiwa-sō nikki (Diario del Tokiwa-sō)

Monday, May 10th, 2010
  • Título: トキワ荘日記 –Tokiwa-sō nikki– (Diario del Tokiwa-sō)
  • Autor: Hideko Mizuno
  • Editorial:
  • Revista:
  • Años publicación: 2009
  • Clasificación: memorias
  • Tomos: 1

Esta reseña es un poco especial porque no es de un manga, sino de un librito escrito por Hideko Mizuno en el que narra sus recuerdos y anécdotas de su estancia en el Tokiwa-sō, allá en 1958, cuando ella tenía 18 años. Fue en diciembre de 2009, durante el mismo viaje en el que grabé los vídeos de mi paseo por los alrededores del Tokiwa-sō (aquí, aquíaquí), cuando vi este libro en una librería de manga vintage del centro de Tokio a la que voy siempre que estoy en la capital japonesa, y no dudé ni un segundo en comprarlo pese a que cuesta 1500 yenes por menos de 100 páginas (para que os hagáis una idea, los libros de bolsillo japoneses, de entre 200 y 400 páginas, no suelen llegar a los 500 yenes). La razón de este elevado precio es que es un libro con una tirada muy reducida y editado de forma personal por la propia Mizuno, al parecer porque ninguna editorial comercial se interesó por publicarlo. Claro está, se trata de un libro muy especial y además de una temática que a mí, personalmente, me interesa mucho, por lo que tenía que ser mío. Al día siguiente, por cierto, lo vi a la venta en algunas tiendas de la zona cercana al Tokiwa-sō, mientras grababa mis vídeos.

El libro nos narra las experiencias y recuerdos de Hideko Mizuno, la única chica que, a finales de los años 50, vivió (aunque fueron solo unos meses, no llegó a medio año) entre todos esos mangaka que se convertirían en los verdaderos padres del género. Mizuno llegó en marzo de 1958 desde su población natal de Shimonoseki (prefectura de Yamaguchi, tocando casi a la isla de Kyūshū) a los apartamentos Tokiwa-sō para colaborar con Shōtarō Ishimori (luego “Ishinomori”) y Fujio Akatsuka en la creación, bajo el pseudónimo de U-MIA, de unas cuantas historietas. Fue el mítico editor Akira Maruyama quien tuvo la idea de juntarlos a los tres: Mizuno (la “M” de “U-MIA”) se encargaba de dibujar a los protagonistas, Ishimori (la “I”) de los demás personajes y los animales, y Akatsuka (la “A”), básicamente de los retoques y los fondos.

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Muestra de las páginas interiores: texto y algunos dibujos ilustrativos

En el libro, Mizuno describe de forma muy amena sus experiencias en los míticos apartamentos, y de paso desmiente también algunas cosas que los otros (como Ishinomori o Akatsuka), dijeron erróneamente en sus respectivos escritos. Por ejemplo, Mizuno afirma que Akatsuka dice en sus memorias que un día, volviendo de los baños públicos, le dijo: “-Qué noche más preciosa, ¿verdad? Qué estrellas más bonitas…” y que ella le contestó, airada, “-¡Imbécil!” (entendiendo que él quería ligársela pero que ella no dio pie a eso, claro). Mizuno afirma en este librito que ella no solo nunca dijo eso (¡ni habría dicho una palabrota como esa!), sino que ni siquiera recuerda haber vuelto de los baños públicos ninguna vez a solas con Akatsuka. Supongo que es la manera de Mizuno de poner las cosas en su sitio, ya que ella, hasta ahora, era la una de las pocas integrantes del Tokiwa-sō que no había publicado ningún libro o manga sobre su estancia en los “apartamentos del manga”.

En todo caso, el libro no deja de ser más que nada una simple anécdota. A pesar de que es muy ameno y se deja leer, y que lleva bastantes extras en forma de ilustraciones de muestra y cosas así, no deja de ser una recopilación de pensamientos, recuerdos y anécdotas. Todo está bastante suelto y Mizuno cambia de tema sin previo aviso: en un momento dado te está contando algo sobre aquel día en el que se fue al cine con Ishimori y Akatsuka, y justo después, en el siguiente párrafo, avisa de que “por cierto, había un bidón al lado de la escalera del Tokiwa-sō”. En definitiva, un libro recomendable solo para obsesos (XD) del tema Tokiwa-sō (entre los que me cuento).

Lo mejor

  • Es un libro muy ameno.
  • Las anécdotas resultan interesantes.
  • Los cómics e ilustraciones que Mizuno ofrece como muestras de lo que cuenta.

Lo peor

  • Que ninguna editorial haya querido publicarlo de forma oficial.
  • La maqueta y el tipo de letra utilizados son bastante cutres (se nota que es una autoedición).
  • No hay cohesión interna entre las distintas anécdotas; puede pasar de un tema a otro prácticamente de golpe y porrazo.

Honey Honey no suteki-na bōken (La maravillosa aventura de Honey Honey)

Friday, July 17th, 2009
  • Título: ハニーハニーのすてきな冒険 –Honey Honey no suteki-na bōken– (La maravillosa aventura de Honey Honey)
  • Autor: Hideko Mizuno
  • Editorial: Asahi Sonorama
  • Revista: Ribon
  • Años publicación: 1968
  • Clasificación: shōjo, aventuras
  • Tomos: 2


Esta vez comentaré un manga shōjo clásico, de los años 60 concretamente, es decir, de antes de la irrupción de las autoras del “Grupo del 24” (más info sobre esto en la introducción de este post). Me gustaría conseguir más de shōjo antiguo, pero lo cierto es que es muy complicado, ya que, aunque se publicaba mucho material en las revistas de manga desde los años 50, este material raramente se recopilaba en forma de tomo y, por lo tanto, son un tipo de obras que cuesta mucho conseguir hoy en día. Es cierto que se están realizando recuperaciones del manga shōjo “primigenio”, sobre todo, claro está, salido de la pluma de grandes autores (masculinos) de manga como Osamu Tezuka, Shōtarō Ishinomori, Fujio Akatsuka, Kazuo Umezu o Mitsuteru Yokoyama, pero es raro que estas recuperaciones se realicen con material de autores y autoras menos conocidos o aún por reivindicar, como Hideko Mizuno. Esperemos que, con el tiempo, haya editoriales (japonesas, claro) que apuesten por la recuperación de parte de este fondo.
En cualquier caso, el manga que comento esta vez, Honey Honey no bōken (La maravillosa aventura de Honey Honey) es una feliz excepción a todo esto. Primero porque se publicó poco antes del gran “boom” que representó para el shōjo manga la eclosión de las autoras del “Grupo del 24”, sobre todo gracias a La rosa de Versalles, y por lo tanto las mentes empezaban a estar un poco más abiertas a que el manga para chicas era un género más dentro del manga y a que dentro del shōjo manga también había lugar para buenas y originales obras. Segundo porque es obra de Hideko Mizuno, una de las autoras shōjo más conocidas del momento y famosa por ser la única mujer que llegó a vivir en el Tokiwa-sō, los apartamentos del manga, aunque fuera solo por unos meses en calidad de invitada.
Como decía en la reseña de Kaze to ki no uta, se suele decir que el shōjo manga pre-Grupo del 24 “había sido básicamente un subgénero del manga bastante marginal y plano, con historias pueriles y poco elaboradas, destinadas a entretener a las niñas. Historias de chicas desafortunadas, huérfanas, con inmaculados amoríos, suspiros, príncipes azules y estas cosas”. Pues bien, Honey Honey no suteki-na bōken es exactamente esto, aunque en su favor se puede decir que tiene bastante más gracia que la media habitual.
Honey Honey, la protagonista, es una guapa sirvienta en la corte de la princesa austríaca Florel que se ve inmersa en una enorme y divertida aventura que la lleva a dar la vuelta al mundo sin comerlo ni beberlo. Todo empieza cuando Florel organiza una fiesta ante sus numerosos pretendientes y llega el famoso y guapísimo ladrón Fénix para robarle “la sonrisa del Amazonas”, un anillo con una piedra preciosa valiosísima. Lo que son las cosas, el anillo acaba dentro de un pescado, que cae encima de un tejado y que posteriormente se come el gato Mimi (que es el gatito de Honey Honey), tragándose la joya en el proceso. Florel declara entonces que el que le devuelva el anillo podrá casarse con ella.

En el baile de máscaras, la arrogante princesa suelta un “jooo, jo, jo, jo” dramaqueenero ante la desazón de la dulce Honey Honey… Aysh…

Empieza entonces una alocada persecución en plan slapstick con Honey Honey y Mimi en cabeza y Florel y sus pretendientes detrás, con el ladrón Fénix en medio. Así, Honey Honey subirá por pura casualidad a globos, barcos, trenes, avionetas, barcos vikingos, alfombras mágicas y a todo lo imaginable e irá desplazándose por el mundo: Venecia, París, las tierras vikingas, Turquía, Japón, Hollywood, el oeste americano, el Chicago de Al Capone, las cataratas del Niágara, Nueva York, África y de nuevo Austria. Todo en una aventura llena de sobresaltos, nuevos amigos y muchísima imaginación. Y, por supuesto, llena de tópicos: princesitas austríacas, la torre Eiffel, los vikingos, góndolas venecianas, indios y vaqueros, mafiosos de Chicago, caníbales africanos, turcos que parecen sacados de las mil y una noches, samuráis, el Fuji, etcétera. Claro está, no podía faltar el romance con el guapísimo ladrón Fénix, y encima mucho más cuando se descubre que Honey Honey es en realidad la princesa de un pequeño reino ya desaparecido y que Fénix es en realidad su guardaespaldas… Hmmm.
Bueno, se trata de una obra muy simpática y trepidante y, claro está, bastante llena de ñoñería, pero siempre desde el buen humor, lo que se agradece. Al ser solo dos tomos, además, se lee rápidamente y deja un buen sabor de boca. El estilo de dibujo es muy de su época, es decir, muy “tezukiano”, como debe ser, pero también muy gracioso. Mizuno hizo muy buen trabajo con esta obra.
Por cierto, Honey Honey no suteki-na bōken fue adaptada al anime entre 1981 y 1982 en una serie de 29 episodios en la que, al parecer, Honey Honey visita España en su alocado viaje, una visita que no figura en el manga original. Estaría bien ver esta parte para ver cómo sale retratada España. Viendo que Mizuno recurre deliberadamente a los tópicos en todos los países o regiones que visita Honey Honey, probablemente saldrán toreros y flamencas a mansalva. Por lo que veo en la Wikipedia, hay tres episodios en los que seguro está en “la piel de toro” (igual hay más, pero por el título no se puede deducir): son el episodio 15 (La sonrisa de Madrid), el 16 (El fuerte de Gibraltar) y el 17 (El mejor bizcocho del mundo). A ver si alguien los encuentra XD.