El blog de Marc Bernabé

Ore monogatari!! (¡¡Mi historia!!)

Thursday, February 28th, 2013
  • Título: 俺物語!! –Ore monogatari!!– (¡¡Mi historia!!)
  • Autor: Aruko (dibujo) y Kazune Kawahara (guión)
  • Editorial: Shūeisha
  • Revista: Bessatsu Margaret
  • Años publicación: 2011-?
  • Clasificación: shōjo, romance, humor
  • Tomos: 2 (en curso)

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Hacía mucho que no leía ningún manga para chicas. Obviamente, no soy el target de este tipo de obras y de un tiempo a esta parte he decidido leer solo lo que realmente me apetezca (hasta hace un par de años, mi interés podríamos decir que era más amplio, más “aprender sobre manga en general”, por lo que tocaba un poco de todo para situarme sin descartar nada), por lo que hacía mucho que no daba una oportunidad a un shōjo o josei. Ahora descubro que tal vez me he equivocado, ya que me estoy perdiendo una parte muy importante del manga, y probablemente lea un poco más de este tipo de obras en el futuro.

Leí Ore monogatari!! (traducido como “la historia de yo”, con la particularidad de que este “yo” (ore) lo utilizan solamente chicos) impulsado por la curiosidad, ya que hace unas semanas supe que este manga había sido elegido el número 1 para público femenino (siendo Terra Formars el número 1 en el apartado de “para público masculino”) en el libro Kono manga ga sugoi 2013. Este libro es una especie de anuario en el que se analizan las diferentes series de manga en publicación y se crea un ranking con las que se estiman más interesantes, con lo que tenemos un resumen de lo más puntero y rompedor en el panorama del manga, año a año.

¿Cómo sería este manga en cuya portada sale un tipo corpulento, con peinado estilo cepillo, labios de salchicha y aspecto de Ryōtsū de KochiKame (vamos, justo lo contrario de lo que suele ser el personaje tipo de los shōjo) para haber sido elegido como el más interesante para público femenino)? La curiosidad me pudo, así que me hice con él y lo leí y… La verdad, me ha encantado y me ha dejado con ganas de más (actualmente tiene 2 tomos solamente en el mercado).

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Así es él (arriba) y así le ve ella (abajo)

Me ha gustado porque, pese a ser una historia shōjo (que raya en el josei, por cierto), rompe con muchos tópicos del género, mientras que también juega, intencionadamente, con otros tantos tópicos. El protagonista de la historia es Takeo Gōda, este tipo corpulento, sincerón, bastante torpe, con muchos amigos pero cero empatía con las chicas con aspecto de Ryōtsū del que hablaba más arriba. El gran amigo de Takeo es Sunagawa (alias Suna), este sí, el típico chico-shōjo: guaperas a rabiar, melanita, aspecto más bien andrógino, que lleva de cabeza a todas las chicas, pero que pasa mucho de ellas porque a priori no le interesan y le resultan un engorro. Takeo ha ido viendo cómo siempre, a lo largo de los años, la chica de turno que le gustaba se acababa declarando a Suna, pero este siempre las rechazaba. Aun así, eso nunca ha sido impedimento para que Suna y Takeo sean grandes amigos.

Un día, Takeo ayuda con su fuerza y sinceridad a una chica a la que un pervertido estaba molestando en el tren. Esta chica, Rinko Yamato, le lleva al día siguiente unos dulces que ha hecho ella misma (le encanta la repostería) para agradecerle el gesto. Y es que a Yamato le ha encantado Takeo. Sin embargo, al principio Takeo se piensa (lerdo y sincerote que es) que Yamato va a por Suna, por lo que intenta por todos los medios juntarles hasta que finalmente se descubre que a ella realmente le gusta el forzudo y sincero Takeo, con lo que empieza una relación muy atípica de “chica mona y adorable muy shōjo” con “tío grandullón, feote, pero súper buena persona”. Una relación que, veremos, va avanzando de forma bastante rápida y atípica respecto a lo que solemos ver en el manga para chicas.

Resumiendo, es una historia muy original, amena, de lectura rápida y fluida, que me ha gustado mucho. Espero que con Ore monogatari!! se produzca una especie de “fenómeno Densha Otoko” y que se pongan de moda los personajes diferentes en el shōjo manga, que ya cansa tanto guaperas clónico, raquítico, afeminado y de pelo cardado (personaje ideal que luego se traslada a la realidad, como vemos en las figuras de los típicos japonesitos guaperas de la factoría de ídolos Johnny’s –personalmente no entiendo cómo a tantas japonesas les pueden gustar unos tipos tan antimasculinos, pero bueno, allá ellas…). Ya va siendo hora de que en los productos para mujeres de Japón empiecen a aparecer como “modelos positivos” personajes que se salen de estos cánones y que igual no serán “guapos de maniquí”, pero que tienen muchas otras virtudes. Un poco como pasó con el fenómeno Densha Otoko, que repentinamente provocó la “limpieza” de la imagen negativa del otaku y se colocó a este como una posibilidad real de pareja por su carácter fiel, puro y sincero a pesar de su aspecto más bien desaliñado.

Lo mejor

  • Un protagonista extremadamente original para un shōjo.
  • Suna, el personaje guaperas, también se sale de los cánones del género y se revela como un personaje muy interesante.
  • Desarrollo rápido, no se entretienen con “ay, sí, pero no” más de lo necesario.

Lo peor

  • No se me ocurre nada especialmente negativo que destacar.

Mahō Shōjo Madoka Magica (Puella Magi Madoka Magica)

Thursday, June 7th, 2012
  • Título: 魔法少女まどか☆マギカ –Mahō Shōjo Madoka Magica– (Puella Magi Madoka Magica)
  • Autor: Magica Quartet (guión) / Hanokage (dibujo)
  • Editorial: Hōbunsha
  • Revista: Manga Time KR Comics
  • Años publicación: 2011
  • Clasificación: shōjo?, shōnen?, aventuras
  • Tomos: 3

No soy aficionado a las series de anime, la verdad, aunque ver alguna buena película animada sí me gusta de vez en cuando. Ya lo sabéis, lo mío es el manga. Aun así, estando en este mundillo uno no puede evitar estar más o menos informado sobre lo que “rompe” en el anime, y en 2011 no paraba de escuchar maravillas sobre Mahō Shōjo Madoka Magica, título traducido literalmente como Madoka Magica, la chica mágica, pero que cuyos autores han preferido adaptar su título internacional al latín: Puella Magi Madoka Magica.

El proceso habitual en el mundo del manganime, como estoy seguro que sabéis de sobra, es que cuando una serie de manga empieza a romper y a tener cierto éxito, algún estudio de animación adquiere los derechos para convertirlo en anime. Hay, por supuesto, algunas excepciones en las que el proceso es justamente el contrario (Evangelion, sin ir más lejos), y Madoka Magica se incluiría en estas, por lo que estamos ante una obra manga que no es original, sino una adaptación, con todos los pros y contras que esto tiene. En general, la obra original suele ser mejor que la adaptación posterior. En este caso no sé si es así, ya que no he visto el anime, pero el manga se aguanta perfectamente solo y tiene una calidad más que aceptable, tanto en el plano del dibujo como del guión.

Todos los que hablan maravillas de Madoka Magica insisten en que es una serie diferente, que da una vuelta de tuerca importante a un género tan manido como el de las magical girls, en el que los clones de Sailor Moon y Card Captor Sakura abundan por doquier. Y lo cierto es que el manga de Madoka Magica empieza de forma muy típica: la chica protagonista de repente se topa con ciertos elementos fantásticos, conoce a una chica que es capaz de transformarse, adquirir poderes (y, no lo olvidemos, un vestidito y una varita de lo más mono todo) y luchar contra el mal. Luego está la típica mascota de este tipo de series, un adorable bichito llamado Kyūbee que no para de sugerirle a Madoka que se haga chica mágica también, que a cambio de luchar contra los seres malvados podrá ver cómo se le concede un deseo, el que sea. Hasta aquí, nada fuera de lo normal…

¿La enésima serie de magical girls? No exactamente.

Pero llegamos al final del primer tomo y nos encontramos con el gran impacto que provoca el gran giro en la historia y rompe todos los esquemas que teníamos hasta el momento. La historia deriva entonces hacia un argumento básicamente de manga de magical girls, no digo que no, pero ya muy diferente, muy fresco, novedoso e impactante. De ahí que no sea capaz de clasificar este manga. Lo lógico sería decir que es un shōjo, pero… Tiene muchos elementos de shōnen y también, aunque parezca sorprendente, de seinen… No voy a decir gran cosa para no destripar argumentos a nadie, aunque los que hayáis visto el anime ya sabréis por dónde van los tiros.

Lo mejor

  • Un soplo de aire fresco en un género que parecía estancadísimo.
  • Buen dibujo, buen guión.
  • Tanto el anime como el manga tienen buenas posibilidades de llegar a España, ni que sea por su corta duración (12 episodios de anime, 3 tomos de manga).

Lo peor

  • Evidentemente, gustará a muchos pero también echará para atrás a otros. A mí, francamente, me ha costado mantener la atención ya que prefiero otro tipo de historias, aunque confieso que la escena del “gran cambio de enfoque” me sorprendió gratamente.

Poe no ichizoku (El clan Poe)

Wednesday, June 6th, 2012
  • Título: ポーの一族 –Poe no ichizoku– (El clan Poe)
  • Autor: Moto Hagio
  • Editorial: Shōgakukan
  • Revista: Bessatsu Shōjo Comic (Betsucomi)
  • Años publicación: 1972-76
  • Clasificación: shōjo, histórico, vampiros
  • Tomos: 5

El llamado “Grupo del 24” que revolucionó el mundo del manga en general en los años 70 y consiguió hacer que el shōjo manga pasara de ser considerado un género “menor” a gozar del estatus de género respetado, con todos los honores, dentro del amplio mundo del manga. Las integrantes del “Grupo del 24” consiguieron reventar las barreras que el shōjo se había autoimpuesto según las que las historias creadas para el público femenino debían ser básicamente ñoñas y romanticonas, con princesitas o bailarinas inocentes que se enamoran de apuestos galanes. Hagio, Ikeda, Takemiya, Yamagishi y las otras autoras de esta generación empezaron a crear historias de lo más elaboradas, rocambolescas incluso, dramas, comedias y thrillers, historias de terror o ciencia-ficción incluso, ambientadas en todo tipo de escenarios: tanto vale la Inglaterra del siglo XVIII como en el Japón moderno o el espacio exterior. Y sus esfuerzos fueron recompensados con el favor del público, la “salida del armario” del shōjo, el inicio de un gran tsunami que haría del shōjo la gran fábrica de historias apasionantes que conocemos ahora, y el surgimiento de las raíces de varios subgéneros, entre los que destaca el yaoi.

Tengo que reconocer que, aunque en mi biblioteca tengo –como buen estudioso del manga que intento ser– varias obras de Moto Hagio (aparte de Poe no ichizoku, también tengo 11nin iru! y Thomas no shinzō), como el shōjo no es un género que me atraiga mucho siempre las había ido dejando “para otro día”. Tengo que agradecer a Pro Shoujo Spain que sirviera de espuela y me instara a leer Poe no ichizoku para hacer esta reseña, ¡porque me ha permitido descubrir un manga de lo más apasionante que imperdonablemente me estaba perdiendo y que estaba siempre relegando para otro día! ¿Cómo no había descubierto a una autoraza como Hagio hasta ahora?

Para mí, hay dos sorpresas principales con este manga. La primera es que es una historia romántica de vampiros que, para más inri, desestima directamente algunos tópicos vampíricos (aversión a la luz del sol, a las cruces, conversión en murciélagos, etcétera). Es sorprendente porque esta tendencia a desmontar los mitos vampíricos está actualmente más en boga que nunca con productos como Crepúsculo o True Blood, ¡y Poe no ichizoku se adelanta a ellas más de 35 años! La segunda es que, muchos años antes de que películas como Reservoir Dogs o Pulp Fiction pusieran de moda los argumentos no lineales y los saltos en el tiempo de la acción del futuro al pasado y luego al presente, otra vez al futuro y así, Moto Hagio ya lo hizo con este manga. O sea, que al menos en estos dos aspectos estamos ante una obra muy, pero que muy, avanzada a su tiempo. En absoluto me esperaba algo así, por lo que al finalizar el primer capítulo y acometer al segundo tardé varias páginas en comprender lo que estaba pasando, porque volvía a salir como si nada un personaje que en el primer capítulo había muerto… Al principio pensé que tal vez la serie era una recopilación de historias cortas independientes en las que se usaban siempre los personajes en distintas épocas, ambientes y papeles (como si fueran actores), pero no. Simplemente la historia está organizada de forma no lineal, algo revolucionario (para la época) e inesperado.

Poe no ichizoku nos cuenta las andanzas de Edgar, un chico que fue abandonado en un bosque junto a su hermana Marybell por ser hijo ilegítimo de un noble. En principio deberían haber muerto allí, pero Hannah Poe les encuentra y decide adoptarlos. El clan Poe resulta ser una familia de vampanellas (en la historia no se usa la palabra “vampiro”, sino “vampanella”, en un intento de Hagio de desmarcarse del concepto clásico del vampiro) y acoge a los dos jóvenes en su seno. Al cabo de unos años, cuando Edgar tiene 14, ocurre un incidente que pone en peligro la continuidad del clan; así, el gran capitoste, el poderoso King Poe, decide convertir a Edgar en uno de ellos a pesar de su temprana edad –en principio se evita no convertir en vampanella a personas no adultas, ya que una vez han sufrido la metamorfosis no envejecen jamás, por lo que en el caso de Edgar la conversión implica ser un chaval de 14 años para siempre. En cuanto a Marybell, se la deja tal cual y los caminos de ambos hermanos se separan.

Flores, floreeees... (Y vampiros)

Al cabo de unos años, y tras varios sucesos, los hermanos se reúnen de nuevo y Edgar “da la bienvenida al clan” (o sea, convierte en vampanella) a su hermana cuando esta tiene 13 años. Luego, ambos son adoptados por el matrimonio vampanella Portsnell para guardar las apariencias y cada unos cuantos años van cambiando de residencia, ya que resulta sospechoso que los hermanos no crezcan en absoluto a pesar del paso de los años. Tras más sucesos en el argumento de la historia, Edgar se encapricha de Allan Twilight, un joven de su edad de aspecto andrógino, y decide darle también la “bienvenida” al clan Poe. Así, muchos de los sucesos narrados en la historia están protagonizados por Edgar y Allan, del clan Poe. ¿Os suena de algo esta combinación de nombres? XD

Poe no ichizoku se desarrolla entre los años 1744 (cuando Edgar y Marybell son abandonados en el bosque a los 4 y 0 años respectivamente) y 1976, es decir, en la época contemporánea de cuando se dibujó el último capítulo de este manga. En los diversos capítulos se narran algunos episodios de las vidas de Edgar, Allan y/o Marybell en un complejo entramado de argumentos que contribuye a hilvanar y construir una historia sobresaliente.

Esta gran historia, sin embargo, requiere de un esfuerzo considerable por parte del lector, ya que Hagio no lo pone fácil y no explica más de lo estrictamente necesario, por lo que si en un momento dado te despistas es muy fácil que pierdas el hilo del argumento. En ocasiones, asimismo, el lenguaje lleno de florituras y poesía hace complicado seguir la historia, aunque cuando uno se engancha y se sume en ella, lo hace a una profundidad a la que pocos autores de manga son capaces de sumergir a sus lectores.

El dibujo es muy del estilo clásico del “Grupo del 24”, cercano, para dar un referente conocido, al de las historias de Riyoko Ikeda (La rosa de Versalles, La ventana de Orfeo): muy cargado, con mucho detalle, y muuuuchas flores por todas partes –los “vampiros” de Hagio tienen una relación muy estrecha con las rosas, lo cual sirve de excusa para llenar las páginas de flores por doquier. Los personajes también son muy rococó: chicos occidentales de aspecto andrógino, rubios y, en el caso de Edgar, de ojos azules y pelo rizado. Marybell, con su aspecto virginal, largo pelo rubio rizado y grandes ojos, también representa un cliché bastante claro que revela los gustos de las lectoras de shōjo de los años 70.

Por cierto, se suele decir que Kaze no ki to uta (1976-82) de Keiko Takemiya sentó las bases de lo que actualmente conocemos como boy’s love (BL)/yaoi, es decir, historias de amor (BL) y sexo (yaoi) homosexual entre chicos (generalmente de aspecto afeminado). Tal vez sea así de forma más directa, ya que sin ir más lejos el manga de Takemiya empieza con dos chicos desnudos metidos en la cama haciendo de las suyas, pero después de leer Poe no ichizoku (1972-76) ya no tengo claro dónde están esas raíces del BL/yaoi. Porque la relación de Edgar y Allan tiene muchísima tensión BL, especialmente en un pasaje en el que se deja bastante claro que lo suyo va más allá de la pura amistad… En cualquier caso, sin entrar en discusiones sobre “quién fue la primera”, lo cierto e indiscutible es que tanto Hagio como Takemiya son las verdaderas madres de este subgénero.

Poe no ichizoku consiguió, junto a 11nin iru! (de la misma autora), el honor de conseguir el premio de manga Shōgakukan de 1975, en la categoría de “mejor manga shōnen/shōjo” en el primer año en el que se instauraba esta categoría. Anteriormente, solo un shōjo había conseguido el premio de manga Shōgakukan: Fire! de Hideko Mizuno en 1969, una obra que reseñaré también un día de estos. Y en 1979, Keiko Takemiya, compañera de fatigas y amiga íntima de Moto Hagio, conseguiría el preciado galardón también con Tera e… y Kaze to ki no uta, lo que demostraba que, con el “Grupo del 24”, el shōjo había conseguido por fin la mayoría de edad y el reconocimiento social.

Por cierto, comentar también que, en su edición original, Poe no ichizoku cuenta con un total de 5 tomos, que se convierten en 3 o 2 según las ediciones posteriores que han ido saliendo en formatos de bolsillo o recopilatorio. En la Wikipedia inglesa se dice que son 9 tomos, pero se trata de un error.

Lo mejor

  • Un argumento muy bien hilvanado
  • Técnicas narrativas muy avanzadas a su época
  • La deconstrucción del mito vampírico realizado por Hagio muchos años antes de que el concepto se pusiera en boga

Lo peor

  • Muchas, demasiadas, flores por todas partes
  • El estilo dibujo a veces acaba siendo demasiado rococó, así como los diseños de personajes
  • La narración es bastante densa y requiere que el lector realice un esfuerzo considerable para seguir su hilo

Conferencia – Shôjo manga: ¡Cómic para chicas!

Monday, May 21st, 2012

El manga para chicas, o “shôjo manga”, es un género perfectamente establecido dentro del cómic japonés. En esta conferencia aprenderemos sobre sus orígenes y su evolución, y conoceremos a las autoras -prácticamente todas ellas mujeres- más influyentes del género.
Conferencia realizada en el marco de Expomanga Madrid el día 13 de mayo de 2012.

Hajimete mama ni nareta hi (El día en el que fui madre por primera vez)

Friday, January 29th, 2010
  • Título: はじめてママになれた日 –Hajimete mama ni nareta hi– (El día en el que fui madre por primera vez)
  • Autora: Yukari Kawachi
  • Editorial: Kōdansha
  • Revista: Dessert
  • Años publicación: 2006
  • Clasificación: shōjo, josei
  • Tomos: 1

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Hoy estoy muy contento de abrir las puertas del blog a Vero, mi pareja y la madre de mi hija, que comentará un manga. Es la primera vez que cuelgo una reseña que no sea mía y estoy muy contento por ello, ¡además es que ha quedado genial! Espero que os guste. Adelante, Vero:

Como sabéis, Marc y yo hemos sido papis recientemente y estamos descubriendo esta nueva etapa de la vida que cada día nos trae algo nuevo y distinto con una pequeña que cambia y crece a pasos agigantados, y que es capaz de hacernos babear, reír, frustrar, pegar un portazo y volver a babear, todo en menos de una hora. Tan agotador como apasionante. Buena parte del tiempo, pues, en eso estamos.

Una de mis aficiones desde que supimos del embarazo ha sido leer todo lo que cae en mis manos sobre la paternidad, diferentes maneras de enfocarla, teorías de crianza y demás. Como nuestra hija Gemma nos dio la sorpresa en Japón (la rayita azul; ¿o era rosa?), los primeros libros y revistas eran japoneses, y ya en ese punto empezamos a ver que el embarazo y la paternidad se viven de manera bastante distinta en los dos países. Un ejemplo de embarazo, por ejemplo: en España los médicos desaconsejan comer nada crudo por miedo a un posible contagio de una enfermedad llamada toxoplasmosis que puede ser fatal para el bebé; en Japón en cambio, la meca del sushi, a ningún médico se le ocurriría prohibírtelo. Y otro más: en Japón lo estándar es aumentar de peso entre 6 y 9 kilos durante la gestación; en España, los libros sitúan la media normal entre los 10 y los 16 kg.

En resumen, desde que empecé a leer sobre estos temas en publicaciones japonesas ha sido como hacer pasatiempos de “encuentra las 10 diferencias”. Globalmente, la impresión que me llevo es que en Japón se da un enfoque mucho más ingenuo y naif a la paternidad de lo que lo hacemos nosotros y que, así como aquí se vive cada vez más como una aventura compartida, en Japón es todavía maternidad de forma casi exclusiva. Según el almanaque de 2006, el último que tengo a mano, casi el 40% de las mujeres abandona su carrera laboral cuando da a luz al primer hijo (y del 60% restante hay que pensar que una parte ya dejó el trabajo al contraer matrimonio).

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Un bebé no es como una muñequita. Entre otras cosas, no tiene botón de "mute" ni de "OFF"

En estas, Marc se va a Japón el mes pasado y me trae un par de volúmenes de manga sobre el tema: Hajimete mama ni nareta hi (El día en el que fui madre por primera vez), de Yukari Kawachi y Hajimete mama ni naru anata e: 8% no kiseki (Para ti, que eres madre por primera vez: el milagro del 8%), de varias autoras, entre ellas la misma Kawachi. Supongo que pensó que entre tanta teoría y libro sesudo, un poco de ficción no me vendría mal tampoco. ¡Y fue un acierto!

En esta entrada comentaré solo Hajimete mama ni nareta hi. La historia que da nombre al tomo ocupa solo las primeras 75 páginas y narra en primera persona la experiencia de Rika, que recuerda a una madre distante y huraña que la maltrataba física y verbalmente. A los 18 años, Rika conoce a su primer amor y le falta tiempo para irse de casa. El día de su boda se promete a sí misma que el suyo será un hogar alegre. Y cuando al poco tiempo nace su hija Sakura, Rika se desvive por cumplir su promesa. Su meta es convertirse en una madre impecable.

Al principio lo consigue. Pero poco a poco el llanto del bebé, la soledad derivada de la escasa interacción de los primeros meses y la falta de tiempo la desbordan. Se exige tanto a sí misma que no se permite confiar en su marido, ni siquiera para comentarle el maltrato recibido de pequeña. A los nervios y el cansancio acumulados se suma un miedo cerval a convertirse ella misma en una maltratadora para Sakura.

Este sencillo argumento da que pensar en varios sentidos: en primer lugar, Rika se empeña en llevar sobre sus hombros toda la responsabilidad de la crianza del bebé, además del cuidado de la casa y de su esposo. Cierto, en un porcentaje muy alto las madres japonesas abandonan el trabajo para dedicar el 100% de su tiempo al niño. ¿Pero hasta qué punto justifica eso el escaso diálogo y el miedo a compartir inseguridades y flaquezas con la pareja? ¿Y la confianza? ¿Y el apoyarse en el otro? Luego, la figura del maltratador como mala persona o como persona frustrada y simplemente infeliz. Con su propia maternidad, Rika se plantea cómo debió de sentirse su madre cuando ella era pequeña y de algún modo empieza a comprender su transformación en una mujer hosca, amargada y resentida. Y por ende, violenta.

La violencia doméstica (katei bōryoku) y el maltrato infantil (kodomo gyakutai) son dos temas tristemente de actualidad tanto en España como en Japón y ese es el motivo por el que la autora, según explica en el epílogo del libro, decide tratarlos en esta historia. Lo hace no desde una perspectiva censora sino mediante un intento de buscar las causas que los provocan, proponiendo que de alguna manera que cualquiera puede convertirse en un maltratador si no canaliza bien sus emociones negativas que vienen con el paquete de la paternidad (y que pocos explican). Desde luego, la ecuación: responsabilidad de una nueva vida + soledad + inexperiencia + autoexigencia = ¡peligro! Pero bueno, todo con mesura. Personalmente, la historia se me hizo dura de leer y me dejó un regusto amargo, a pesar del inevitable desenlace feliz. Y seguramente esto no me hubiera ocurrido si la hubiera leído antes de ser madre.

Kawachi dedica el resto del volumen a otra historia, Hitori botchi no hōkago (Sola después de clase), la de una adolescente que tiene serios problemas para adaptarse a su nuevo instituto de Tokio cuando trasladan a su padre de Osaka a la capital.

Yukari Kawachi, de 41 años, es una autora de manga shōjo que publica principalmente en la Dessert de Kodansha y de la cual en España conocemos solo Mirai e no tegami (Carta al futuro) de 2002, un volumen único publicado por Planeta deAgostini en la colección “Un manga, un romance”. Hasta el año 2000 dibujaba básicamente historias de amor y fantasía y a partir de entonces añadió el tema de la maternidad en varios tomos, la mayoría autoconclusivos. Tiene un dibujo típicamente shōjo, con todos los elementos emblemáticos del género. La dibujante, me parece a mí, ha crecido con sus lectoras: la evolución temática es clara, aunque estéticamente conserva la esencia del shōjo. Y yo me pregunto: si la estética se mantiene pero, en veinte años más, nos cuenta una historia de amor en la tercera edad… ¿Seguirá siendo shōjo? ^_^ ¡Seguro que las expertas y expertos que leen este blog podéis contestarme a esto!