El blog de Marc Bernabé

Rosario

Wednesday, February 6th, 2008
  • Título: ロサリオ -Rosario-
  • Autor: Maldonado
  • Editorial: Kôdansha
  • Revista: Morning
  • Años publicación: 1995
  • Clasificación: Seinen
  • Tomos: 1 

Esta entrada va a ser un poco atípica. Primero, porque quiero contar un tema que hace mucho tiempo que me interesa y del cual no hay información por ninguna parte. Hace años que quiero investigar esto (haciendo entrevistas y tal) y no acabo de ponerme, porque nunca he encontrado el momento. Segundo, porque me gustaría que fuera un post “interactivo”, a ver si surge algún lector que proporciona información complementaria para investigar entre todos un poco el caso que comentaré.
Bien, no sé si a alguno de vosotros (tal vez a los veteranos sí) le sonará que a principios-mediados de los años 90, Kôdansha se sacó de la manga (nunca mejor dicho) una especie de beca, llamada “Morning Manga Fellowship”, con la que invitaba a autores europeos y americanos a Japón para que trabajaran para la revista Morning. Aparentemente, su intención era renovar un poco el género, buscar nuevos autores, en el extranjero, que pudieran aportar algo al mundo del cómic japonés, y para ello ficharon a prometedores autores jóvenes. El primero de ellos fue Frédéric Boilet, que más tarde fundaría el movimiento de la “nouvelle manga” y conseguiría cierto reconocimiento. De hecho, y aquí adelanto un poco los acontecimientos, es el único que acabó fijando su residencia permanente en Japón y tener cierto renombre allí. Otros autores, que yo sepa, son Lewis Trondheim, Baru, Alex Varenne, Benoît Peeters y Paul Pope. Como veis, amplia representación francesa, y algunos de ellos son pesos pesados actualmente en el mundo de la BD.
El caso es que el experimento no cuajó. En absoluto. Fracaso total y estrepitoso. Según me contó el mismo Boilet durante su visita en el pasado Salón del Manga, los autores extranjeros tenían dificultades para adaptarse a la vida japonesa, y además tampoco era muy bienvenido el típico estilo de los editores japoneses de exigir (bueno, pedir amable pero insistentemente) que se hagan las historias que ellos quieren, no las que los autores quieren dibujar. Como anécdota, me comentaba que el editor del proyecto le pidió que dibujara la historia de un japonés ligoncete en París… Cuando lo que él deseaba hacer, con lo que realmente se sentía identificado y podía poner mucho de sí, era la historia de un francés en Tokio. Al fin y al cabo, me decía, “¿qué narices podía saber yo sobre cómo se sentiría un japonés en París, cómo actuaría, qué haría, etc.?” En cambio, evidentemente, Boilet sí sabía cómo actuaba un francés en Tokio… Al final, el editor se salió con la suya, pero no con Boilet, que nunca cedió, sino con Varenne, que acabó creando Kiro. ¿Y de qué va Kiro, de Alex Varenne? Pues de un japonés que liga con francesas jamonas en París (también tengo este tomo, ya lo comentaré otro día). Boilet también se salió con la suya, por cierto (un poco tozudo sí es el tío ^_^), y publicó con otra editorial Tokio es mi jardín, que incluso podemos leer en español.
¡Ele! ¡Así se baila!

Es curioso, pero muy poca gente sabe que dos españoles han publicado en Japón, en la revista Morning ni más ni menos, y han sacado un tomo cada uno en el mercado japonés. Sorry, jóvenes mangakas, ya no podéis aspirar a ser “el primer español que publica un tomo en Japón” porque este título lo tiene Maldonado, dibujante nativo de Almuñécar para más señas. En su afán por encontrar autores e historias interesantes por el mundo, Kôdansha llegó también a España, donde se asoció con la editorial La Cúpula durante un tiempo. No sé si Maldonado llegó a Kôdansha a través de La Cúpula o si lo hizo independientemente, si alguien lo sabe podremos esclarecer un poco más esto.
Maldonado fue uno de los agraciados que recibió la beca de Kôdansha, hizo las maletas, se fue a Tokio y acabó publicando en la revista Morning, entre los números 15 y 27 de 1995, una historia llamada Rosario. Me imagino al editor diciéndole a Maldonado: “hombre, chico, bienvenido a Tokio. ¿Español, no? Pues venga, márcate una historia de flamenco, que eso a los japoneses nos mola”. No sé si a Maldonado le gusta el tema del flamenco o no (creo que sí, por lo que comenta en las historietas autobiográficas del final del tomo), pero fijo que el editor le “invitó amablemente” a crear una historia en la que el flamenco tuviera un papel central, y él tuvo que ceder. Sí, ya, ya sé…
La historia empieza una noche, en un tablao flamenco de una ciudad cuyo equipo está a punto de subir a la segunda división en un partido decisivo. El tablao está vacío y su propietario ha llamado a Rosario, una antigua bailaora, para que cubra las ausencias de las bailaoras titulares. A ese tablao acuden Pedro y Juan… Y casi ningún cliente más, por culpa del “furgo”. Pedro es un auténtico fanático del flamenco y sabe algo sobre una tal “Rosario” que era una increíble bailaora, y se ilusiona muchísimo cuando se entera de que alguien con este nombre bailará esa noche. Total, que Rosario baila, Pedro alucina pepinillos, y se prenda de ella. La historia evoluciona con la búsqueda de Rosario por parte del ingenuo y santurrón Juan, ayudado por el pícaro Pedro. En medio de la trama, una historia de drogas, desconfianza, puticlubs… En fin, esa España tan bonita que tenemos.
¿Mi impresión? Argumentalmente, para mi gusto, es un poco aburrido. No sé un japonés qué pensaría, porque ellos cuentan con el factor “exótico” que puede que les mole, pero ciertamente no es una obra destacable por su argumento. En el plano gráfico… Es muy curioso el esfuerzo consciente que Maldonado tuvo que hacer para adaptarse al estilo japonés, pugnando a la vez por mantener su estilo propio. El hecho de usar las tramas, de “descomprimir” la historia para que dure muchas páginas, viñetas grandes, “splash pages”, bocadillos en forma vertical para que puedan acomodar al texto japonés… Curiosísimo. Pero, ciertamente, deja bastante que desear.
Si algún día Maldonado lee esto, espero que me perdone, no estoy muy seguro de que él quiera que esta obra vea la luz ^_^ Igual está el tío ahora tranquilo pensando “buf, menos mal que nadie sabe que una vez publiqué ‘eso’ en Japón”. Si me lees y opinas así, lo siento, no lo he hecho con mala intención (es broma) ^_^
Antes he dicho que hubo dos autores españoles en Japón en esta época. Pues bien, esto es parte del “programa interactivo” que me gustaría montar en este post. Yo he tenido en mis manos, hace ya unos años, ese tomo de ese otro autor, pero no recuerdo ni el título ni el nombre del dibujante, ni tampoco he podido encontrar ninguna referencia. Sé que era un cómic muy surrealista, que iba de unos entes con formas raras que flotaban por el espacio, que usaba mucho el color negro y que era francamente raro. Éstas son todas las pistas que tengo. Así, la primera pregunta del “trivial”, sería,

  • ¿Alguien sabe el nombre del otro español que publicó para Morning y el título de su obra?

Y más preguntillas:

  • ¿Más autores que participaron en el Morning Manga Fellowship?
  • ¿Cuántos tomos acabaron saliendo? Yo tengo Rosario (de Maldonado) y Kiro (de Varenne)
  • ¿Más detalles sobre la beca? ¿Cuál era la asignación, contratos, por cuánto tiempo, ayudas para instalarse en Tokio…?
  • Otras cosillas que podamos averiguar…

¡A ver si entre todos conseguimos saber un poco más sobre esta interesante iniciativa del Morning Manga Fellowship, que fracasó tan estrepitosamente y sobre la cual hay cero información, al menos en Internet!

ACTUALIZACIÓN: Tras realizar esta entrada, hice unas cuantas investigaciones y decidí recopilar todo lo que iba averiguando en este otro post. De momento, varias preguntas han encontrado respuesta. El otro tomo de un autor español que fue publicado por Kôdansa es Kabel Imagines, de Juan Carlos Beneyto. También tenemos una lista de autores occidentales que gozaron en la beca, o como mínimo publicaron en Japón, así como la cuantía económica que se percibía y varios otros detalles.

Kingyo-ya koshoten suitôchô (El libro de cuentas de la librería de viejo Kingyo-ya)

Sunday, January 27th, 2008
  • Título: 金魚屋古書店出納帳 -Kingyo-ya koshoten suitôchô- (El libro de cuentas de la librería de viejo Kingyo-ya) / 金魚屋古書店 -Kingyo-ya koshoten- (La librería de viejo Kingyo-ya)
  • Autor: Seimu Yoshizaki
  • Editorial: Shônen Gahôsha / Shôgakukan
  • Revista: Young King Ours Zôkan Our Girls / Young King Ours Zôkan Ours + / Ikki
  • Años publicación: 2000-2002 / 2004-?
  • Clasificación: Seinen
  • Tomos: 2 (completa) + 6 (en curso)


Todos los que escribimos artículos introductorios sobre manga, sea de forma amateur o profesional, acabamos siempre recurriendo a la famosa frase de que “existe manga para todas las edades y estratos sociales, así como para gente de todas las profesiones”. Incluso acabamos diciendo (y me incluyo) la famosa frasecita de que “incluso hay manga para amas de casa”. Bueno, pues resulta que es verdad.
Ya he comentado alguna vez lo de mi afición por recorrer librerías de viejo japonesas, principalmente las que están especializadas en manga. También sé que hay pocos japoneses que tengan esta misma afición; es decir, existir existen, pero las dimensiones y extensión en páginas y tomos de los manga son inversamente proporcionales al espacio que el japonés medio tiene disponible para almacenarlos. Es decir, que muchísimos japoneses consumen manga pero no lo coleccionan porque simplemente no tienen espacio para guardarlo. Lo que hacen es principalmente venderlo a grandes cadenas de tiendas de manga de segunda mano (tipo Book-Off o Furuhon Ichiba), que acaban funcionando como una especie de bibliotecas de pago (empieza uno comprando un manga nuevo, lo vende a la librería, viene otro que lo compra, luego lo vuelve a vender, etc.) Aparte, están las librerías de segunda mano más pequeñitas, que acaban haciendo la misma función, pero a una escala mucho más modesta. Por último, existen unas pocas librerías de viejo especializadas en manga antiguo de verdad, que son las que tienen esas joyas que a mí me fascinan.
Por la cantidad tan reducida de librerías de manga de coleccionista que hay, así como la cara de pasmo en plan “joder, no pensaba que fueras tan friki” que me ponen los japoneses a los que les digo que colecciono este tipo de obras, deduzco que hay poquísima gente con mi misma afición. Pues bien, como reza el tópico del “existe un manga para cualquiera”, ahora puedo decir que, pese a que puede resultar increíble, existe un manga para : se trata de este Kingyo-ya koshoten suitôchô. Ojo, porque no tiene pérdida: la tienda Kingyo-ya (tienda del pez de colores) es una librería de viejo situada en una zona residencial, lejos del bullicio, y está especializada en manga antiguo, en verdaderas joyas de coleccionista. Tiene un stock increíble, con una especie de mazmorra interminable repleta de manga hasta donde alcanza la vista (esto es muy ci-fi, pero se lo perdonaré, hala).
Una página de muestra, con interesante nota al margen explicativa incluida. Aquí se habla de Roppu-kun (1965), de Tezuka, y de una obra llamada Dori-chan ikka (1953), de Shôsuke Kurakane, de la cual no existen reimpresiones.


Alrededor de la Kingyo-ya pulula una serie de personajes, ya que la historia se estructura en historias autoconclusivas cada una diferente, de gente que busca un manga en concreto por un motivo en concreto. Por ejemplo, una de ellas habla sobre un chico que empieza a leer Touch porque su vecino, al mudarse, le regala una bolsa con 25 tomos de esta serie. El chico se lleva el primer tomo al instituto y, justamente, a la chica que le gusta le llama la atención que esté leyendo Touch y le pide que le vaya prestando un tomo al día. Lo que pasa es que Touch tiene 26 tomos en su versión original, su vecino sólo le ha dado hasta el 25, y en las librerías de libros nuevos ya no tienen esa edición (tienen la de bolsillo o la wide-ban). Al cabo de 25 días, el chico se entera de que la chica tiene que irse a otra ciudad (toma dramón). Finalmente, consigue ese tomo 26 y último en la librería Kingyo-ya y se lo da en el último momento, cuando ella ya está dentro del tren y él tiene que correr por el andén para dárselo a través de la ventana (topicazo, sí, ya lo sé, pero funciona, snifff ^_^).
Otra historia: un chico y una chica que se dedican a ganarse unas perras con el “sedori”, el arte de comprar a precios irrisorios ciertas obras en tiendas de segunda mano no especializadas y revenderlas a otras tiendas especializadas, como la Kingyo-ya, a un precio mayor (no tenía ni idea de que existiera gente que se dedicara a eso). El chico y la chica acaban enfrentándose en una especie de “a ver quién puede más”; son el terror de las librerías de viejo.

Otra historia nos narra la relación de un hombre con su padre, coleccionista de todos los tomos de Golgo 13 en su primerísima edición. Se ve que Golgo 13 se edita primero en la revista Big Comic; al cabo de un año, se lanza un tomo llamado “Golgo 13 Series Bessatsu“, parecido a una revista; al cabo de otro año, ese material vuelve a editarse, en tamaño un poco más pequeño, en la colección “Big Comic Zôkan Golgo 13“; y, finalmente, al cabo de otro año, sale el tomo normal, que será el que se irá reeditando al largo de los años. Pues bien, el padre del personaje, con el que tiene una relación muy complicada, posee toda la colección de Bessatsu de Golgo 13 menos uno. El protagonista acaba descubriendo el porqué de esa falta en la colección: fue el tomo que salió a la venta cuando él nació y su padre no pudo ir a comprarla porque estuvo con él y su madre en el hospital, al complicarse el parto.

La gracia de este manga está en que, como veis, usa obras reales de manga como hilo conductor de las diferentes historias, lo que permite que aprendamos al mismo tiempo que disfrutamos de las varias historias. Además, el autor nos deleita con notas al margen explicando más datos sobre las obras de las que habla. Muchas veces, los manga que hacen de hilo conductor son bastante desconocidos, sobre todo en Occidente (pero me encanta, porque aprendo muchísimo y salen datos como cuál es el manga más antiguo -con viñetas y bocadillos- y cosas así*), pero otras veces se apoya en manga de sobras conocido como Touch, Ginga Tetsudô 999 o Golgo 13.
*Es Otogi Shô-chan no bôken, de Tôfûjin (1923-1926)
Descubrí este manga por casualidad, en una tienda de manga nuevo. Fue como si me llamara, porque aún no sé por qué -supongo que por la hilera larguísima de 9 kanji del título-, el lomo me llamó la atención. Al sacarlo de la estantería, vi la faja publicitaria que ponía algo así como “el manga para los frikis del manga”, lo ojeé y, al ver de qué iba, inmediatamente decidí comprarlo. De hecho, compré los dos tomos disponibles, lo que pasa es que hay otra colección que de momento lleva 6 tomos y todavía no la tengo…
Me explico: la serie tuvo un mal inicio, ya que empezó a publicarse en una revista de la editorial Shônen Gahôsha. La revista quebró y la serie pasó a otra revista… que también quebró. Así, Kingyo-ya se quedó en sólo dos tomos. Unos años más tarde, la editorial Shôgakukan decidió recuperar la idea y darle a su autor Seimu Yoshizaki la posibilidad de continuarla en la revista Ikki, especializada en manga alternativo. En la revista, el título de la serie fue abreviado (quedándose sólo en Kingyo-ya koshoten -La librería de viejo Kingyo-ya-, perdiendo la parte “Suitôchô”) y, a día de hoy, lleva seis tomos publicados y sigue en curso. Y ya que estaban, los de Shôgakukan decidieron republicar esos dos primeros tomos, que son los que yo acabé consiguiendo.
Ya cuento los días que faltan para mi próximo viaje a Japón para hacerme con los seis tomos de la nueva serie. ¡Es que es “mi” serie! Por cierto, ¿habéis encontrado vosotros “vuestra” serie?

Kodomo no jikan (La hora de los niños)

Tuesday, January 22nd, 2008
  • Título: こどものじかん -Kodomo no jikan- (La hora de los niños)
  • Autor: Kaworu Watashiya
  • Editorial: Futabasha
  • Revista: Comic High!
  • Años publicación: 2005-en curso
  • Clasificación: Moe, ¿seinen?
  • Tomos: 4 (en curso)


La reseña de esta vez tiene un contenido bastante polémico, y lo cierto es que no sé muy bien cómo enfocarla. Así que iré escribiendo y ya me saldrá lo que me saldrá, ¿vale? Vamos a ver… Hace un par de meses, la casualidad quiso que tuviera la oportunidad de visitar, después de un par de años, al editor Tooru Masuo de la editorial Futabasha en su oficina. Igual os suena Masuo de los cómics de Shin-chan, ya que aparece como personaje (al que siempre le dicen que “aunque no lo parezca, es un buen tío” XDDD) haciendo, cómo no, de editor de Yoshii Usuto, el mangaka perro y rastrero que es el alter ego del autor original, Yoshito Usui ^_^. En fin, que tuve la oportunidad de ir a tomar unas copas con él y con su compañero y tuvimos una agradable conversación. Hablando y hablando, no sé cómo surgió el manga de MPD Psycho en la conversación y él me preguntó que si no había problemas en España al editar manga tan violento y bestia como MPD Psycho. No me lo pensé dos veces y dije que en España, básicamente no hay problemas con nada, que tenemos una mente bastante abierta y que en general nadie pone el grito en el cielo por que se publiquen cosas violentas (por muy bestias que sean) ni siquiera por sacar material pornográfico de lo más basto (recordad que en Japón existe una ley de censura que prohíbe mostrar los genitales -aunque muchos se la salten casi-casi olímpicamente en la actualidad-).

Sin embargo, de repente caí en la cuenta de que hay un tema que en Japón está muy en boga, una industria nada desdeñable, ante la cual una amplia mayoría de la población española, conservadores y progres, se llevaría las manos a la cabeza. Estoy hablando del “lolicon”, o “lolita complex”, que es básicamente el fetichismo de tipo sexual orientado a chicas de apariencia virginal o directamente infantil. Un fetichismo que muchos tildarían directamente de “pederastia”. El “lolicon” se manifiesta básicamente en el manga y en el anime, aunque por supuesto también se ha extendido al AV (adult video) y otros tipos de entretenimiento erótico o pornográfico. Hay grados y grados en el “lolicon”, por supuesto, pero a mí me preocupa porque cada vez lo llevan más al extremo. He visto mangas aberrantes, enfermizos, terribles… Sinceramente, me preocupa muchísimo este aspecto del otakismo japonés, porque veo que cada vez va de mal en peor.
En España, concretamente, el tema de la pederastia es básicamente tabú, y con razón, y este tipo de manga o anime “lolicon”, si hubiese alguna empresa con las narices de traerlo, ciertamente no creo que recibiese muy buenas críticas. Yo creo que se montaría un buen pollo.


Es la hora de los niños


El manga que comento esta vez, precisamente editado por la editorial Futabasha a la que pertenece el editor Masuo, está en la frontera de lo aceptable o no en España. Yo creo que más bien cabe dentro de lo que no es aceptable, pero no soy yo quien debe juzgarlo. Desde luego, si yo tuviese una editorial de manga o anime, no me arriesgaría a jugármela con este título. Kodomo no jikan nos cuenta la historia del profesor Aoki, un maestro de primaria novato que acaba de entrar a trabajar en un colegio. Allí, le encargan la tutoría de una clase en la que destaca la pequeña Rin Kokonoe, de nueve años. Nada más entrar el profesor al aula, se encuentra a Rin en pelotas, cambiándose de ropa; entonces, ella decide que él le gusta y se dedica a perseguirle y a insinuársele, afirmando querer ser su novia y forzando al profesor a que le diga que le gusta y cosas así. Cierto es que el acoso proviene de parte de la niña y no al revés (porque si no, sería cuestión de apaga y vámonos), pero es que las situaciones no están exentas de polémica porque están bastante subidas de tono, llegando fácilmente al nivel sexual. Es decir, no es un simple encaprichamiento cariñoso, ¡es que la niña incluso llega a quitarse las bragas delante del profesor! Y luego están todos esos planos en la que se nos muestra a Rin (o a alguna otra de sus virginales amigas) en posturas eróticas, etc. ¡Buf!
A ver, el manga tiene su gracia y si en vez de ser una niñita de nueve años se tratara de una adolescente más crecidita no creo que me enganchara (porque yo prefiero otros géneros), pero posiblemente me entretendría más. Kodomo no jikan, sinceramente, me parece que va un poco más allá de lo que estoy dispuesto a considerar “normal”, y no me considero precisamente un mojigato. O tal vez es que soy más conservador de lo que pienso, no sé…
En Estados Unidos este manga llegó a estar licenciado y a punto de salir al mercado, pero el editor al final decidió desestimar su publicación. Al parecer, el tomo 1 tiene un contenido más light, y a partir del tomo 2 la cosa sube de intensidad (me parece increíble, porque el 1, que es el que he leído, tiene cada escena…). El editor supongo que por un lado se asustó ante lo que tenía entre manos, y por el otro también vio como los libreros se negaban a hacerle pedidos de esa obra y al final decidió no publicarla.
Kodomo no jikan es uno de los manga de moda entre el público otaku más acérrimo de la actualidad, ése que está enganchado al “moe” (chicas monas de estilo 100% manga, ojazos enormes, cabelleras imposibles y un toque de pavería importante). De hecho, ya se ha realizado un anime y todo, que tiene 12 episodios más un OVA. Como dato curioso, el anime está producido por un estudio, sito en Tokio, llamado “Studio Barcelona” (?). Otra curiosidad es que existe otro manga, que no tiene nada que ver con éste, que se llama Otona no jikan (La hora de los adultos), publicado en España con el título de Adult Time (es un shôjo). Por el título, parece que sean historias complementarias, pero no es así.
Bueno, ya está la reseña. ¿Qué os ha parecido? Para haberla escrito del tirón y sin pensar en absoluto en lo que iba a decir, creo que no me ha salido mal. Se la dedico a R.I., que me ha pinchado un par de veces para que le dijera mi opinión sobre ella. ¡Espero que no te haya defraudado! Por otra parte, me gustaría montar un pequeño debate en los comentarios, si os parece bien, porque no sé si es que soy yo el mojigato o bien mi opinión es compartida por los demás. ¿Qué me decís?

Pied Piper

Saturday, January 19th, 2008
  • Título: パイドパイパー Pied Piper
  • Autor: Trawar Asada
  • Editorial: Gentôsha
  • Revista: Comic Birz
  • Años publicación: 2002-2006
  • Clasificación: Seinen
  • Tomos: 6 (completa)

Pasamos a comentar una obra más actual, que no sabría catalogar como seinen o como shônen, ni siquiera si llamarla “gafapasta” o directamente de piños. Ciertamente, es complicado clasificar a esta obra. El argumento va de disputas de bandas juveniles en una Tokio situada en una especie de dimensión paralela, por lo que si fuera solamente por esto diríamos que es claramente un shônen de peleas. Sin embargo, las escenas violentas que contiene, así como algunas escenas pseudo-impresionistas y de fumadilla psicológica (hay alguna escena que recuerda a Maruo y todo), así como el brillante dibujo lleno de experimentos, podría situarlo en la línea del seinen de tipo “gafapasta”. Total, al final no es ni una cosa ni la otra.
También es complicado definir el argumento de Pied Piper más allá de decir que va de bandas juveniles, ya que tiene un desarrollo muy confuso que no ayuda en absoluto al lector a situarse. En la Tokio del futuro próximo que nos presenta la obra, viven bastantes extranjeros, y las bandas multinacionales de jóvenes que se forman luchan entre ellas por el territorio. Pied Piper nos cuenta la historia de una de estas bandas, llamada “357”, formada por personajes japoneses, hongkoneses/americanos, chinos y coreanos. Entre ellos destaca el andrógino Natsuhiko, un tío de estética gótica que da bastante “yuyu”, y al que le mola auto infligirse heridas (es el tío de la ilustración de la portada). ¡Brrr! 

El dibujo de esta obra es un portento 

Ésta es de las típicas lecturas que requieren un elevado grado de concentración y, aun así, resultan complicadas de entender. No soy muy amante de este tipo de obras, ya que si yo leo manga lo hago para entretenerme y pasar un buen rato, no para que el autor juegue conmigo y me dificilte la comprensión de su propia historia. Por eso, en el plano argumental, debo decir que esta obra directamente no me ha gustado.
Pero el dibujo… ¡Ah, el dibujo! Es lo que le merece a esta obra el apelativo de rareza digna de estudio, puesto que su autora (firma con nombre masculino, pero se ve que es mujer) es un portento de la experimentación gráfica y domina de maravilla las posibilidades de la aplicación del diseño gráfico por ordenador en los cómics. Su uso del ordenador da un plus muy interesante al dibujo, trufado de dinámicas viñetas con muchísimo volumen, efectos muy bien utilizados y un uso estéticamente bellísimo de las onomatopeyas similar al de, por ejemplo, Oh! Great en Air Gear. Como dijo un amigo al que le presté el manga, “del argumento no he entendido un pijo, pero este manga podría ser un bonito ‘table book’ para admirar su dibujo”. (Un table book es uno de esos libros tipo Taschen: grandes, llenos de fotos a todo color, que básicamente son para dejar en una mesa y hojear de vez en cuando y maravillarse.)
Pied Piper se ha publicado en Italia por la editorial d/visual. Precisamente he encontrado el dossier de prensa de esta editorial en PDF y la verdad es que se lo han currado mucho, con muchas informaciones e imágenes del interior. Aunque está en italiano, no es difícil de entender grosso modo. Por supuesto, como es de la propia editorial, su reseña habla maravillas de la obra (aunque avisa de que resulta “complicada” de entender), pero no por ello se debe descartar como simple “propaganda”. Es un gran dossier, sí señor. Podéis verlo aquí.

Bradherley no basha (Los carros de Bradherley)

Saturday, January 12th, 2008
  • Título: ブラッドハーレーの馬車 -Bradherley no basha- (Los carros de Bradherley)
  • Autor: Hiroaki Samura
  • Editorial: Ohta Shuppan
  • Revista: Manga Erotic F
  • Clasificación: Seinen
  • Tomos: 1
Hiroaki Samura es internacionalmente conocido por ser el autor de la soberbia Mugen no jûnin (La espada del inmortal), una obra que tengo el placer de traducir y que personalmente me fascina. Aparte de su maestría con los lápices, el ritmo narrativo que impone Samura a su obra es capaz de hacer que me cueste despegarme de ella, y eso es algo que pocos autores consiguen conmigo. Por ejemplo, es de los pocos que logra que, al pasar página, a veces me dé incluso un sobresalto (incluso me pasa traduciendo, me pregunto qué pensarán mis compañeros en la oficina las (pocas) veces que me ocurre ^_^). Y es que su capacidad para la sorpresa se ve apoyada por una destreza gráfica que consigue perfectamente transmitir lo que está pasando. Por ejemplo, las crudas escenas de la tortura y violación de Hyakurin en el tomo 10, o la tensión electrizante del interrogatorio en el paso fronterizo del tomo 8, o cuando le revientan el ojo al cabrón de Kagimura Habaki, entre muchas otras, son escenas que se han quedado grabadas a fuego en mi mente.
A juzgar por sus escritos en las solapas y en los extras de la Espada, Hiroaki Samura es un tío raro-raro. Los que sigáis la Espada ya sabréis a qué me refiero. Siempre que sale un tomo nuevo y llega a mis manos, lo primero que hago es mirar a ver si hay extras, porque es una auténtica pesadilla traducirlos. Nunca sabes por dónde te saldrá el hombre, y sus paranoias son tan absolutamente bizarras* que traducirlas es un reto enorme (para un ejemplo, leed los extras del tomo 20, ¡menuda fumada!). Para fumadas, tampoco os perdáis la delirante Ohikkoshi, que tiene detalles dignos de mención. La faceta rarilla de Samura se amplifica cuando uno se entera de que a veces se dedica a dibujar dôjinshi de corte sado-maso (he leído alguno, y ¡buf!) y a hacer ilustraciones para las portadas de una publicación también sado-maso.
A mediados de diciembre, me sorprendió muchísimo saber que iba a salir un nuevo tomo de Samura, éste que comento ahora, puesto que no tenía ninguna noticia de que estuviera publicando ninguna historia aparte de la Espada. Y encima, el tomo sale de la mano de una editorial muy pequeña, Ohta Shuppan, tras haber sido serializado en una revista llamada Manga Erotic F. Como Samura me encanta, les pedí a unos amigos que justamente pasaron las Navidades y el Año Nuevo en Japón (¡thanks, Manu e Irene!) que me lo trajeran, preparado a leer una historia súper heavy en plan hard porno sadomasoquista.

“Chicas Samura” a tutiplén 

Pues sí y no. Sí, porque la historia es muy dura; no, porque apenas hay escenas de sexo o violencia, sólo unas pocas en el primer tercio del libro. Luego he sabido que la revista Manga Erotic F, pese a su título, se dedica principalmente al manga de corte adulto, pero sin recrearse en el sexo explícito, así que ya me cuadra más la cosa. La historia, ambientada en algún lugar semejante a la Inglaterra del siglo XIX (dice Samura en el epílogo que ya estaba harto de dibujar kimonos y que quería probar con vestidos occidentales de época ^_^), nos cuenta la tragedia de las niñas huérfanas de aquel país. La influyente familia Bradherley regenta un prestigioso teatro y, cada año, selecciona a una adolescente huérfana de cada orfanato para que forme parte del mismo. Todas las chicas, ilusionadísimas, pasan sus días en el orfanato intentando mejorarse a sí mismas, practicando canto, baile e interpretación y soñando con que un día llegue el carro de caballos de Bradherley a buscarlas. Sin embargo, tras este bonito panorama se oculta una tremenda verdad: la mayoría de las adolescentes seleccionadas, en vez de ir a la mansión Bradherley, acaban en cárceles del país, donde una vez al año se celebra el “Festival de Pasca”, consistente en echar a las chiquillas en manos de los brutales reclusos para que hagan lo que quieran con ellas. Así, la peregrina teoría dice que los reclusos se amansan y dejan de actuar con violencia y de amotinarse.
El planteamiento del manga es turbador, muy en la línea del Samura más siniestro, pero en vez de recrearse en las escenas más puramente “gore”, lo que hace el autor es centrarse principalmente en el punto de vista de las chicas, presentándonos sus ilusiones y anhelos, para inmediatamente después dejarnos ver cómo esos anhelos acaban hechos añicos de forma brutal a manos de los reclusos y de la crueldad del gobierno de ese país y de los Bradherley. La lectura de este magistral manga no puede dejar indiferente a nadie.
Aparte del argumento en sí, para los fans del dibujo de Samura, y en especial de sus chicas (¡qué absolutamente bonitas las dibuja el tío!), este tomo representa un verdadero caramelo. No sé cuándo tardaremos en verlo publicado por aquí, pero no me cabe ninguna duda de que acabará saliendo. Y ojalá me toque a mí traducirlo.

* Ya sé que la palabra “bizarro”, estrictamente, no significa “raro”, pero me da igual. ^_^