El blog de Marc Bernabé

Shiawase (Felicidad)

Wednesday, April 22nd, 2015
  • Título: しあわせ –Shiawase– (Felicidad)
  • Autor: Seiji Toda
  • Editorial: Ohzora Shuppan
  • Revista: autopublicado en web
  • Años publicación: 1999-2004
  • Clasificación: historias cortas
  • Tomos: 1

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Este es el típico manga que, en mi caso, me pillo básicamente porque me llama la atención la portada o el título. En este caso, me dio la sensación de que podría ser uno de esos mangas tranquilos, con cierto regusto gafapasta, y con una historia más bien costumbristas que se deja leer con facilidad y emociona al lector, un poco como la maravillosa Undercurrent que va a publicar dentro de poco Milky Way Ediciones y que he tenido el gran gusto de traducir.

Sin embargo, el “truco” de la portada o el título no siempre funciona como crees: en este caso, aunque no puedo decir que Shiawase me haya parecido mala ni mucho menos, la verdad es que ha resultado ser una obra muy distinta a lo que pensaba, ya que ha resultado ser una recopilación de historias cortas. A posteriori he descubierto que Seiji Toda, el autor, empezó publicando sus obras en internet, en su propia página web, y a raíz de esto llamó la atención de las editoriales, que no solo le publicaron en papel su creación digital (como es el caso de este libro), sino que lo ficharon para que trabajara para sus revistas como mangaka profesional. Así que, dibujantes aspirantes a profesionales de ahí fuera, que a veces me preguntáis qué tenéis que hacer para publicar vuestros cómics: vivimos en una era en la que cualquiera, sea bueno o malo, puede publicar sus obras: es tan sencillo como abrir un blog y empezar a subir el material. Si sois buenos y constantes, acabaréis llamando la atención de la gente y finalmente –si este es el objetivo que tenéis– podréis publicar en papel, sea de forma autopublicada (y con ejemplos de grandísimo éxito, incluso en España, como los de Jesulink o Andrés Palomino) o bien porque alguna editorial se ha interesado por vuestras obras y las quiere publicar en papel.

En japonés, como en todos los idiomas, existen palabras muy precisas que resultan muy complicadas de trasladar a otros idiomas, al menos en una sola palabra y sin mediar explicación. Entre ellas, tenemos la palabra 切ない setsunai, que vendría a ser un concepto a caballo entre la tristeza y la melancolía. Aunque a veces encontramos la palabra en contextos bastante duros (de hecho, mi diccionario da la traducción “triste y doloroso” para esta palabra, con un ejemplo que reza, en su traducción, “¡Cuán setsunai (triste/angustiada) tiene que estar la madre que ha perdido a un hijo!”), en general lo he visto muy utilizado en situaciones como “te deja la novia y estás triste, te sientes solo, desamparado, nostálgico”. Es decir, que describe un estado de ánimo malo, pero no de mal rollo total y absoluto. En mi percepción del idioma (que igual está equivocada porque no soy nativo), la palabra setsunai no tiene necesariamente carga estrictamente negativa. No sé si me explico, es una sensación de vacío, dolor y tristeza pero no necesariamente de mal rollo, en plan “ah, ya se caen los pétalos de los cerezos en flor, ¡qué setsunai!”. Y encuentro que dicha palabra tiene cierta relación con el concepto clásico del 物の哀れ mono no aware, que mi diccionario describe como “pathos” y también como “una respuesta estética a la transitoriedad de las cosas bellas”. Tenéis una descripción más detallada de este concepto en este artículo.

¿Por qué explico esto? Pues porque la palabra que me ha evocado la lectura de las historias de este manga es precisamente esta: setsunai. Es curioso, porque las historias que se incluyen en Shiawase son de longitud muy variable. Algunas tienen una sola página, hay un par bastante largas (de unas 20-30 páginas), otras de 2 páginas, de 3, de 5… pero todas ellas te dejan con un regusto triste, setsunai, en el cuerpo. Como ejemplo, os pongo una de las historias de una sola página con su traducción, para que veáis de qué estoy hablando.

Medusas Tengo medusas en casa. Cuando mueren, esas medusas se disuelven “totalmente” en el agua; no dejan cadáver. Es como si nunca hubieran existido en primer lugar. Quisiera ser una medusa... Pero yo sí dejaría un cadáver. Por eso sigo esforzándome.

Medusas
Tengo medusas en casa.
Cuando mueren, esas medusas se disuelven “totalmente” en el agua; no dejan cadáver.
Es como si nunca hubieran existido en primer lugar.
Quisiera ser una medusa…
Pero yo sí dejaría un cadáver.
Por eso sigo esforzándome.

Lo mejor

  • Historias autoconclusivas que evocan sentimientos en el lector, generalmente tristes.
  • Costumbrismo, metáfora y buena narrativa.

Lo peor

  • Algunas historias son más flojas, o se entienden peor.
  • Aunque en general el manga me ha gustado bastante, me he quedado con ganas de ver cómo Toda se desenvuelve en historias más largas, ya que creo que puede crear cosas bastante memorables. Le seguiré la pista al autor para ver cómo evoluciona.

Ad Astra – Scipio to Hannibal (Ad Astra – Escipión y Aníbal)

Tuesday, April 14th, 2015
  • Título: アド・アストラ -スキピオとハンニバル- –Ad Astra – Scipio to Hannibal– (Ad Astra – Escipión y Aníbal)
  • Autor: Mihachi Kagano
  • Editorial: Shūeisha
  • Revista: Ultra Jump
  • Años publicación: 2011-en curso
  • Clasificación: histórico
  • Tomos: 7 (en curso)

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Decenas de veces hemos visto a través de este blog que existen mangas de cualquier temática, y de hecho ya sabemos que el manga de tipo histórico es uno más. Generalmente, en Japón siempre han destacado, claro está, los mangas ambientados en épocas históricas del país del sol naciente, pero existen numerosas excepciones: desde mangas ambientados en la época de los vikingos como Vinland Saga hasta otros ambientados en la antigua Grecia como Historie, pasando por supuesto por la Roma clásica como Plinio o la época del Renacimiento como Cesare o la Revolución Francesa como La Rosa de Versalles o Innocent.

Este manga que comento ahora, Ad Astra, forma parte de estos mangas históricos de fuera de Japón, y concretamente se basa en la época de la Segunda Guerra Púnica entre los imperios de Roma y Cartago, con Escipión y Aníbal como protagonistas respectivos de cada bando, en el siglo II a.C. No os voy a contar ahora mismo cómo fue exactamente la Segunda Guerra Púnica, para eso tenéis el artículo de la Wikipedia que he enlazado. Sin embargo, resumiendo mucho, esta fue una guerra básicamente de venganza de Cartago, que trató de causar graves daños a Roma en una misión prácticamente suicida. Al no poder atacar por mar por tener la flota inutilizada en la anterior guerra (la Primera Guerra Púnica), el general Aníbal Barca decidió atacar por tierra, partiendo desde la costa de Hispania y recorriendo toda la costa hasta lo que ahora es Marsella, desviándose luego por los Alpes (ya que la costa iba a estar muy fortificada y defendida por Roma) para entrar en la península italiana.

Pese a que, evidentemente, la empresa terminó con el fracaso cartaginés, las sorprendentes decisiones tácticas de Aníbal consiguieron poner en muy graves apuros al poderoso imperio romano, e incluso estuvieron a punto de desestabilizarlo gravemente. Incluso hoy en día, las estrategias de Aníbal se siguen estudiando como ejemplos de gran maestría táctica en la guerra. Pero Aníbal encontró la horma de su zapato en la figura de Escipión, posteriormente apodado “el Africano”, un astuto general romano que consiguió doblegar al ejército cartaginés.

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Aníbal y su ejército, con los famosos elefantes de batalla.

Ad Astra (parte de la frase latina ad astra per aspera, “hasta las estrellas mediante el sacrificio”) narra todos estos hechos de forma amena y “muy manga”. La historia empieza con los últimos estertores de la Primera Guerra Púnica, situándonos en contexto y presentándonos al Aníbal niño, y poco después da el salto a varios años más adelante para narrar la expedición de Aníbal. El primer tomo termina con la batalla del Tesino, narrada de forma trepidante y con la primera hazaña de un jovencísimo Escipión salvando a su padre, que lideraba a las tropas romanas.

En definitiva, si te gusta la historia antigua, mangas como este Ad Astra o como los mencionados antes Plinio o Historie te encantarán y servirán para eso que a mí personalmente tanto me gusta: aprender mientras a la vez te entretienes. Claro está, al ser un manga, la prioridad del autor se centra en el entretenimiento del lector y, según he leído por ahí, hay algunas incorrecciones, pero aun así los que entienden de estos episodios de la Historia afirman que es un manga que, dentro de todo, está bastante bien.

Lo mejor

  • Otro de esos mangas que sirven para aprender entreteniéndose.
  • Buena narración y agilidad en las escenas de batallas, que el autor logra hacer trepidantes.

Lo peor

  • Se nota bastante que el autor aún es bastante novato y no está muy rodado, ya que algunos dibujos, sobre todo de personajes, quedan un poco acartonados.
  • Algunas incorrecciones históricas chirriarán a los entendidos.

Yōkai Hunter Series (Serie Cazador de Yōkai)

Tuesday, March 17th, 2015
  • Título: 妖怪ハンターシリーズ –Yōkai Hunter Series– (Serie Cazador de Yōkai)
  • Autor: Daijirō Morohoshi
  • Editorial: Shūeisha
  • Revista: Shōnen Jump y varias otras
  • Años publicación: 1974-?
  • Clasificación: sobrenatural, folclore
  • Tomos: 6

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No sé cuánto hacía que tenía este manga, así como su remake –próximamente reseñado en este mismo blog– también en la pila de los “mangas por leer”, pero me atrevería a decir que años. Las prioridades lectoras son siempre caprichosas, y lo más normal era que, cuando terminaba un manga, seleccionara cualquier otro de la pila, muchas veces obras nuevas que se añadían a ella o que incluso ni siquiera llegaban a incorporarse a ella, ya que en cuanto caían en mis manos las leía. Pero, no sé por qué, el otro día me dio por leer esta obra y su remake y la verdad es que me lo he pasado muy bien con ambas lecturas. Tengo muchas otras obras en situación similar: por algún motivo u otro me llaman la atención y las coloco en la montañita de las “futuras lecturas para cuando pueda”, pero va pasando el tiempo y van quedando cada vez más hundidas en ella. Pero bueno, poco a poco…

No es la primera vez que reseño una obra de Daijirō Morohoshi (acabo de abrir una “categoría” dedicada a él para mantener mejor ordenadas sus reseñas), así que tal vez os sonará porque he hablado antes de él: un autor bastante peculiar, el típico que gusta mucho a los especialistas y autores de cómic, que lo tildan de genio, pero que entre el público general tiene un éxito más bien modesto. Esto es debido a su peculiar estilo de dibujo, de apariencia tosca, y a sus argumentos más bien enigmáticos. A mí me recuerda, salvando las diferencias, al enorme mangaka undergroud Yoshiharu Tsuge, pero tal vez sea una simple impresión mía. También su estilo de dibujo tiene una retirada al de Kazuichi Hanawa, para más referencias.

La serie Yōkai Hunter (Cazador de seres sobrenaturales yōkai) fue la primera serie de este autor, allá en 1974, para nada más y nada menos que la actualmente celebérrima Shōnen Jump. La serie no duró mucho en la revista, unos cinco capítulos apenas, debido a que, según cuenta el autor, por un lado fue temerario darle una serie semanal a un autor novato como él y, por el otro, las historias que publicaba no eran del todo indicadas para los lectores de la Jump. No obstante, el personaje protagonista, Reijirō Hieda, se hizo con el cariño de muchos lectores, lo que ha propiciado que, a lo largo de los años, Morohoshi haya ido publicando historias protagonizadas por él, la más reciente de las cuales no es una historia autoconclusiva –como es lo habitual en Yōkai Hunter– sino una miniserie publicada entre noviembre de 2012 y marzo de 2013.

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Hieda investigando misterios en ambientaciones rurales.

Yōkai Hunter es una recopilación de historias que giran alrededor de Reijirō Hieda, un folclorista y estudioso de lo sobrenatural que va investigando diferentes leyendas y sucesos por todo Japón, principalmente rural (en estas ambientaciones “ruralísimas” es donde le encuentro mayor similitud a la obra de Tsuge, que gustaba mucho de ir a balnearios onsen cutres de provincias y narrarlo en sus historias). En este aspecto de folclore y estudios de lo sobrenatural, la temática es parecida a Munakata Kyōju ikōroku (Crónicas sobre pensamientos distintos del profesor Munakata) del grandioso Yukinobu Hoshino, una obra que me encanta.

Como decía, la obra está estructurada en historias autoconclusivas y cada una es totalmente distinta a la otra, con el único nexo en común del personaje de Hieda, que a veces tiene un papel activo y otras es un mero observador y narrador. Como es lógico, hay altibajos en la calidad de las historias; algunas son simplemente pasables y otras son obras maestras. En el tomo 1 de la serie, por ejemplo, me ha dejado patidifuso la historia Seimei no ki (El árbol de la vida), ambientada en un pueblo muy rural del norte de Japón donde, al igual que en la zona de Nagasaki –pero de forma mucho menos conocida–, el cristianismo sobrevivió gracias a los “cristianos ocultos” kakure kirishitan y se conserva una rama del cristianismo peculiarísima (atención, esto es invención del autor: solo hubo kakure kirishitan en las cercanías de Nagasaki).

El propio autor reniega del título Yōkai Hunter, que fue impuesto en su día por su editor al cargo por ser sonoro y atractivo. No obstante, como el autor comenta en el epílogo del primer tomo, raramente aparecen yōkai (seres sobrenaturales del imaginario japonés) y mucho menos Hieda se dedica a cazarlos. De hecho, Hieda raramente hace algo activamente, ya que lo más habitual es que se limite a observar y narrar. Aun así, debido a la necesidad de tener un título que englobe a las andanzas de este personaje, se sigue utilizando la denominación Yōkai Hunter.

La edición que comento, por cierto, fue editada como tomo unitario en 1988, pero luego, a lo largo de los años, fueron saliendo otros volúmenes. Aparte, hubo una edición anterior en 1978 de un solo tomo. Ahora mismo no tengo medios para saber cuántos tomos exactamente ocupan todas las historias recopiladas, pero por informaciones que veo por ahí deduzco que hay seis: una edición en tres tomos de bolsillo de Shūeisha en 2005 recopila supuestamente todo el material que hubo hasta ese momento. Y luego han salido tres tomos nuevos más, publicados por Kōdansha, en 2005, 2009 y 2014.

Lo mejor

  • Fantásticas historias. Con altibajos, pero hay algunas de una calidad enorme.
  • El dibujo y manera de narrar de Morohoshi resultan inquietantes, lo que contribuye a la experiencia lectora.

Lo peor

  • El dibujo puede no gustar a según qué personas, sobre todo el de las historias más antiguas, las setenteras.

Frankenstein

Tuesday, March 3rd, 2015
  • Título: フランケンシュタイン –Frankenstein–
  • Autor: Junji Itō, basado en la obra de Mary Shelley
  • Editorial: Asahi Sonorama
  • Revista: Halloween
  • Años publicación: 1994
  • Clasificación: adaptación literaria, horror
  • Tomos: 1

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Junji Itō es un autor que me encanta, y de los pocos que han conseguido que sienta escalofríos (de miedo, de asco, de estupor o sencillamente enormes WTF) leyendo un cómic. De él tenemos disponibles en España las obras Uzumaki (mi favorita de este autor, y desde aquí lanzo un llamamiento a una reedición en España de esta increíble obra), Tomie, Black Paradox y la desconcertante Gyo.

Itō no es un autor demasiado prolífico, la verdad. La mayoría de sus obras son cortas y no se prodiga demasiado, lo que es una lástima. Aunque tal vez si se prodigara más la “densidad” de sus obras bajaría y no resultarían tan brutales como lo son. No lo sé.

En todo caso, en Japón existe una colección de 16 tomos, titulada Itō Junji Kyōfu Manga Collection (Colección de manga de terror de Junji Itō) que recopila la práctica totalidad de la obra de este autor desde su debut hasta más o menos el año 2000, es decir, su primera época. Y lamentablemente en España, de esta colección, solo se ha publicado –y creo que solamente de forma parcial– Tomie.

El otro día, participando en el podcast Campamento Krypton donde se habló de manga en general y de la obra de Junji Itō en general, en el capítulo titulado Los mangas que nos marcaron y Junji Itō, tuve la oportunidad de conversar sobre este autor con los tres participantes habituales del podcast, y ellos me hicieron ver, entre muchas otras cosas, que Itō había realizado un manga adaptando el Frankenstein de Mary Shelley, cosa que se me había pasado por alto y que me llamó mucho la atención.

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El monstruo de Frankenstein se levanta…

Ni corto ni perezoso, me dispuse a leer el manga en cuestión, que abarca la práctica totalidad del tomo 16 (y último) de la colección que mencionaba hace un par de párrafos, y la verdad es que me ha encantado. Efectivamente, como decían los comentaristas de Camp Krypton, se trata de una adaptación magistral de la obra más famosa de Mary Shelley: Frankenstein o el moderno Prometeo.

Y hablo de adaptación de la obra de Shelley porque es exactamente esto: el manga adapta exactamente la novela original, y no se va por las ramas ni cambia nada. Es decir, que si tu imagen del monstruo de Frankenstein es la de las películas, clásicas o modernas, quítatela de la cabeza. A estas alturas no voy a hablar sobre el argumento de esta historia, que es sobradamente conocido (si no la conoces o no la recuerdas bien, puedes leer el libro –al estar libre de derechos está disponible online gratuitamente– o leer algún resumen), pero vamos, que el manga adapta a la perfección la historia, la obsesión de Victor Frankenstein por crear un ser humano a partir de cadáveres y los problemas que le comporta el hecho de tener éxito en su empresa y engendrar un monstruo que escapa a su control.

Lo mejor

  • Aunque un poco primitivo comparado con el actual, el dibujo de Junji Itō es muy bueno y su trazo “sucio” contribuye a la sensación de terror de la historia.
  • Una gran adaptación, muy fiel, de la obra original de Mary Shelley.
  • El tomo se completa con dos pequeñas historias muy curiosas y un epílogo en forma de manga aprovechando que ese tomo cerraba la colección de 16 volúmenes de obras de Itō.

Lo peor

  • A veces tiene pasajes un poco más tediosos que otros.

Aoi Honoo (Llamas azules)

Wednesday, February 18th, 2015
  • Título: アオイホノオ –Aoi Honoo– (Llamas azules)
  • Autor: Kazuhiko Shimamoto
  • Editorial: Shōgakukan
  • Revista: Young Sunday
  • Años publicación: 2007-?
  • Clasificación: estudiantil, metamanga, semiautobiográfico
  • Tomos: 13 (en curso)

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Ya sabéis que de vez en cuando encuentro un manga con el que me encariño de forma especial. No sé si es que soy de gustos fáciles o qué, pero existen bastantes obras que consiguen llamar mi atención hasta el punto de disfrutarlas muchísimo mientras las leo. Aoi Honoo es una de ellas. Conocí esta obra cuando unos compañeros empezaron a hablar de ella en Twitter, pero no por el manga, sino por la adaptación a serie de imagen real (dorama) que se había hecho. Tanto la temática como el argumento general me llamaron la atención, así que decidí conseguir el manga para leerlo.

Esta obra es una auténtica maravilla para alguien a quien le gusta el manga y el anime clásico en general, sobre todo de los años 70 y principios de los 80. Narra las peripecias de un joven estudiante, a principios de los años 80, en la Universidad de Bellas Artes de Ōsakka (nombre camuflado para una universidad real, en la que se basa, que es “de Osaka”). Este chico, un chico muy impulsivo y “ardiente” llamado Moyuru Honoo (se podría traducir el nombre como “llamaradas que arden”) es un aspirante a creador de manga, o de anime, todavía no lo tiene claro, y un verdadero otaku de la primera hornada.

Entre los estudiantes de su clase se cuentan nombres que a día de hoy son auténticos referentes del anime, como Hideaki Anno (director de Evangelion, entre otras series) y Hiroyuki Yamaga (director de Wings of Honneamise y fundador y productor en el prestigioso estudio Gainax), entre otros, que no tienen reparo en prestar sus nombres para este manga (de hecho, al final del tomo 1 se incluye una entrañable conversación entre Shimamoto y Anno, en la que Anno confiesa cosas bastante duras sobre el precio que tuvo que pagar por haber conseguido tantísimo éxito con Evangelion). Se supone que el personaje de Honoo es una autoparodia del mismo autor de este manga, Kazuhiko Shimamoto (autor también, por cierto, de Moe yo pen, reseñado en este mismo blog) , lo que convierte a esta obra en una especie de semiautobiografía.

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Honoo flipando con la irrupción de Rumiko Takahashi en escena con Urusei Yatsura (Lamu)

El manga está plagado de referencias a todo tipo de mangas y animes de esa época, desde Yamato hasta Maison Ikkoku pasando por Capitán Harlock, Gundam o Ideon, y es una auténtica gozada de leer porque el autor no se limita a hablar o referenciar obras, sino que además utiliza páginas o escenas sacadas de estas mismas obras, algo que no es nada común en Japón, donde son extremadamente prudentes con el tema de los copyrights. Shimamoto debe de tener mucha influencia y prestigio (de hecho es bastante veterano y de trayectoria consagrada) para poder conseguir los permisos necesarios; de lo contrario, no se explica el profuso uso de material ajeno en esta obra.

Aparte del propio valor que tiene como manga entretenidísimo y con muchas referencias a obras de la cultura popular japonesa de esa época, este manga también resulta muy interesante como retrato de cómo eran los otaku de la primera hornada (lo que lo convierte en una especie de Otaku no Video versión manga), sin tener ni de lejos el acceso que podemos tener ahora a todo tipo de material. Sin ir más lejos, al ser los aparatos de vídeo domésticos aparatos de reciente aparición y extremadamente caros, los fans del anime tenían que estar sentados ante el televisor cuando empezaba la emisión de sus programas favoritos, y de lo contrario, pues simplemente se lo perdían. Y no podían, claro está, hacer capturas de pantalla ni nada de lo que ahora nos parece tan obvio y sencillo.

Lo mejor

  • Fantástico si te gusta el metamantga y la historia otaku. Si te gustó Bakuman., no me cabe duda de que con este también disfrutarías muchísimo (aunque habla de una época de hace 30 años).
  • Que Shimamoto utilice escenas reales de anime y páginas reales de mangas (de Rumiko Takahashi, de Mitsuru Adachi, de Leiji Matsumoto, etcétera) con sus personajes tal cual, algo MUY inusual en Japón.

Lo peor

  • No me gusta el diseño de los personajes, sobre todo los pelos del protagonista. Pero bueno, al cabo de pocas páginas ya te olvidas.