Ha sido solo el primer día (de 4), pero creo que puedo extraer algunas conclusiones de esta edición 2010 del Tokyo Anime Fair ya que llevo asistiendo a esta feria cada año desde el año 2006.
El año pasado, primera edición después del estallido de la crisis mundial, ya noté bastante desaliento en el recinto, con algunos stands más mustios que otros años y un cierto ambiente pesimista flotando por el aire. Pero este año yo esto lo he visto muy mal.
El recinto sigue teniendo el mismo tamaño que los otros años, no aumenta ni se reduce, pero este año me ha dado la sensación de que había más espacio entre stands. Sobre todo me ha sorprendido ver que muchas grandes empresas han invertido lo justo para estar presentes, pero sin grandes aspavientos. Ver a empresas como Yomiuri TV o TV Asahi, poderosas cadenas de televisión, con pequeños stands estándar y solo cuatro panfletos publicitarios y dos pósters colgados como decoración es deprimente. Ver a un estudio tan importante como Production IG con un stand raquítico es bastante penoso.
Algunas grandes empresas siguen con grandes stands y bonitas decoraciones, como el grupo Bandai con su decoración Gundam, o el gran stand de Toei Animation. Pero no hay grandes decoraciones, ni estatuas ni gran cosa del otro mundo. Da la sensación (que seguramente es cierta) de que la mayoría de los expositores “tradicionales” han querido recortar gastos al máximo. Unos reciclando los stands de otros años, otros directamente alquilando un stand pelado y decorándolo con cuatro pósters mal colocados. Como si fueran empresas pequeñas que apenas han empezado.
Curiosamente, como si fuera el mundo al revés, los que realmente sí parecen haber hecho un gran esfuerzo son las empresas pequeñas que hace relativamente pocos años que están en esta industria y tratan de hacerse paso. Kanaban Graphics, Shirokumi, GoodSmile Company, etcétera, tenían stands bastante grandes y, como poco, bien decorados.
La zona de escuelas y universidades, por cierto, bastante desolada en comparación con otros años.
Tengo la sensación de que la industria del anime, al menos tal como la conocemos hasta ahora, se está muriendo. Por un lado, la implacable crisis económica ha hecho que el pilar central del anime, o sea los patrocinadores, dejen de invertir tanto dinero como antes en publicitarse, y por lo tanto dejan de financiar los anime. Si alguna vez habéis visto un episodio de anime en Japón, veréis que siempre, al inicio y fin de cada episodio, así como en cada corte publicitario, sale una voz en OFF que dice “este programa está patrocinado por Toyota (o lo que sea) y por las empresas que se listan a continuación (y una lista de 4-5 empresas importantes)”. Asimismo, en los cortes publicitarios salen casi siempre anuncios de esas mismas empresas.
Por otro lado, el tema de la piratería. En los últimos años, las empresas japonesas de producción de anime, sobre todo las de anime “no familiar” (es decir, no me refiero a Doraemon, Shin Chan, Chibi Maruko-chan, etc.) cada vez se apoyaban más en los ingresos que provenían del extranjero en concepto de royalties por emisión en TV o edición en DVD. Con el DVD prácticamente muerto debido a la piratería y la emisión en TV casi extinguida por las pobres audiencias (recordemos los casos de Buzz y Animax en España, sin ir más lejos), las empresas lógicamente dejan de licenciar y los royalties de las licencias que sí han comprado ascienden a cuatro duros mal contados, cuando no arrojan pérdidas.
No me cabe duda de que la industria del anime no morirá. Van a surgir nuevas líneas de negocio, seguramente basadas en conceptos como el “product placement” o las descargas en dispositivos como el iPhone o el iPad, otros formatos, otras historias. Pero en el impasse que haya entre el momento actual y el momento en el que la industria vuelva a estar saneada y asentada en este nuevo escenario me da la sensación de que va a haber muchas bajas y vamos a vivir una época de vacas flacas bastante dramática. No dejará de producirse anime para la televisión tradicional (al menos hasta que esta también desaparezca como tal, que no le quedan muchos años creo yo), pero estas producciones se limitarán a los valores seguros y eternos tipo Doraemon, Chibi Maruko-chan, One Piece y similares. Vamos a ver qué ocurre. Va a ser una época bastante deprimente por un lado, pero muy interesante y dinámica por el otro. Va a haber un renacimiento completo de la industria del entretenimiento audiovisual que se cobrará muchas bajas pero que también verá nacer interesantísimas iniciativas que de otro modo nunca haríamos visto.
PS: Tengo problemas para subir fotos desde aquí y me da pereza usar Imageshack, además de que no tengo mucho tiempo. Así que he decidido subir las fotos del recinto a mi cuenta de Picasa. Si queréis usar alguna foto para vuestro blog, no tengo problema alguno, pero si lo hacéis por favor poned un link a este blog, ¿vale? ¡Gracias!
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