El blog de Marc Bernabé

¡Gracias! (Premio Expomanga)

Tuesday, May 4th, 2010

Por circunstancias personales, he tardado un poco más de lo previsto en redactar este post para contaros que el pasado sábado día 1 de mayo, en el marco del Expomanga 2010 de Madrid, me concedieron el Premio al mejor profesional del año del mundo del manga/anime.

Es un premio que me hace mucha ilusión. De hecho, es el primero que recibo en este sentido, y no sé si es merecido o no, pero se agradece un empujoncito como este después de tantos años de trabajar en los campos de la traducción y la divulgación (Japonés en viñetas, la antigua Nipoweb, Apuntes de Japón, este mismo blog…). La verdad, es un honor.

No quiero terminar este post de agradecimiento sin reconocer de forma muy especial a mis “rivales”, ya que los otros dos “finalistas” de este premio son, además de excelentes profesionales y ya de por sí merecedores de este premio por sus largas y notorias carreras profesionales, grandes amigos míos. Annabel Espada y Manu Guerrero, dos de los “otakus de primera generación” que llevan dando guerra desde los incios del manganime en España, incluso antes que yo mismo (sí, somos “dinosaurios” XDD).

Annabel ha estado siempre al pie del cañón, primero en la famosa revista Neko y después varios años como traductora, asesora del 3xl.net y posteriormente editora para Planeta deAgostini y, actualmente, Norma Editorial, donde curiosamente en la actualidad, aparte de trabajar con la línea manga de la editorial, se encarga de coordinar las tareas de edición de mis libros con Norma (Japonés en viñetas, Kanji en viñetas y futuros proyectos ya en marcha).

Y Manu… ¿Qué decir de Manu? Empezó en la mítica revista Kame, para pasar después al lado profesional para Dynamic SK España, desde donde dio el salto a Selecta Visión, donde lleva ya como diez años o más trabajando como product manager de los productos de esta distribuidora sin perder jamás ni un ápice del buen rollo que le caracteriza. Él es quien se encarga de seleccionar y comprar las series que Selecta editará luego en DVD, en impresionantes packs preciosos, y/o venderá luego a las televisiones.

En fin, desde aquí un fuerte abrazo a Annabel y Manu, grandes profesionales que espero que en los próximos años sean ganardonados también con este premio, que sin duda se merecen.

¡Gracias a todos vosotros, a la organización de Expomanga y a Ester, que fue a recoger el premio en mi nombre (ahora me encuentro temporalmente en Japón)!

Gekiga Yose – Shibahama (Teatrillo Gekiga – Shibahama)

Friday, April 30th, 2010
  • Título: 劇画寄席・芝浜 –Gekiga Yose – Shibahama– (Teatrillo Gekiga – Shibahama)
  • Autor: Yoshihiro Tatsumi
  • Editorial: Basilico
  • Revista:
  • Años publicación: 2009
  • Clasificación: costumbrista, histórico, humor, gekiga
  • Tomos: 1

Hace poco cayó en mis manos la obra más reciente de Yoshihiro Tatsumi, el gran maestro del gekiga que lleva más de 50 años en activo y con mejor salud que nunca tras la publicación de su obra de corte autobiográfico Gekiga Hyōryū (Una vida errante, publicada en España por Astiberri), que le valió el prestigioso Premio Cultural Osamu Tezuka.

Esta obra, titulada Gekiga Yose – Shibahama (Teatrillo Gekiga – Shibahama), en un principio no me llamaba nada la atención, porque básicamente la portada sugiere que es una obra de corte histórico ambientada en la época Edo, y en general este tipo de obras no me atrae demasiado. Sin embargo, el otro día cayó en mis manos y, ya que lo tenía a tiro, decidí leerlo. ¡Y suerte que lo hice! Es una obra impresionantemente buena y entretenida, como todas las de Yoshihiro Tatsumi.

Kabuki, noh, bunraku… Estas artes escénicas japonesas son bastante conocidas en todo el mundo, sobre todo las dos primeras. Sin embargo, hay un género que, a pesar de ser muy popular en el Japón de ayer y de hoy, pasa totalmente desapercibido en Occidente: estamos hablando del rakugo. En el rakugo, un solo “actor” (que suele ser de cierta edad) vestido con kimono, sentado con las rodillas y con un abanico en la mano, realiza monólogos que suelen tener componente cómico. Se trata pues de un arte escénico muy sencillo en apariencia, simples monólogos sin atrezzo ni vestuario: un solo hombre sentado y contando historias. De ahí que sea prácticamente desconocido en Occidente, ya que para poder disfrutar del rakugo se requiere básicamente saber japonés y tener un gran bagaje cultural sobre la vida en la época Edo, ya que casi todas las historias de rakugo, al menos las más famosas, se ambientan en ese período.

En el rakugo, lo que importa en esencia no es el “chiste” final, que a veces resulta incluso pueril o absurdo, sino el modo de contar la historia. En definitiva, no es el “destino” lo que es importante, sino el “viaje”. Y los maestros de rakugo transportan hábilmente a la audiencia en un viaje absorbente con las únicas herramientas con las que cuentan: sus gestos, un abanico y la voz, que modulan diferentemente según el personaje que interpreten (masculino o femenino, niño o adulto, joven o viejo…) y la situación en la que estén (horror, comedia, romance, misterio…). Todo tiene su manera de expresarse.

Líos de faldas en locales de geishas de la época Edo

Líos de faldas en locales de geishas de la época Edo

Pues bien, en esta ocasión, Tatsumi ha querido distanciarse un poco de su registro habitual de historias de perdedores, de los bajos fondos, de violencia y las bajezas del ser humano, y ha decidido adaptar algunas historias famosas del rakugo a formato manga. Así, en este libro se recogen ocho historias, una de las cuales, Shibahama, es el subtítulo del libro. Cómo no, la mayoría de las historias se basan precisamente en las temáticas que Tatsumi siempre ha tocado: la envidia, la codicia, la avaricia, la lujuria, etcétera. Pero esta vez no son historias salidas directamente de la mente del maestro del gekiga, sino que son adaptaciones de representaciones de rakugo ambientadas, cómo no, en la época Edo, sobre todo en los siglos XVIII y XIX. Historias de hombres que frecuentan el barrio de placer de Yoshiwara para pasar un buen rato en compañía de geishas, de amoríos e infidelidades, de timadores y hombres honrados, de golpes de fortuna y rachas de mala suerte… El ser humano en sí, pintado a menudo de forma cómica y realmente entretenida. Y, cómo no, aunque las historias suelen tener finales humorísticos, el chiste final es lo de menos: Tatsumi, al igual que los grandes maestros del rakugo, consigue meter al lector en la historia y hacerle partícipe de ese “viaje” en el que lo importante no es el destino, sino el trayecto. Impresionante Tatsumi.

Lo mejor

  • No habría imaginado que una adaptación a cómic de rakugo podría ser tan interesante.
  • Los “viajes” de las ocho historias que adapta Tatsumi son entretenidísimos.

Lo peor

  • Aunque a mí el dibujo de Tatsumi me gusta mucho y lo encuentro ideal para las historias que quiere contar, algunos lectores lo encontrarán tal vez un poco tosco. En este libro en concreto, esto tal vez sea “culpa” de la magnífica impresión con la que cuenta, que hace que las líneas estén perfectamente definidas y da la sensación de que no estemos ante un producto impreso, sino ante las páginas originales dibujadas por Tatsumi, con lo que se ven todos sus “defectos” (en algunas ocasiones se “pasa de la raya”, en otras se olvida de entintar un trozo de pelo…). A mí, que conste, esto me ha encantado, porque acerca el libro al lector y hace ver que el creador es solo uno, que ha hecho ese libro por sí solo, con todas las ventajas e inconvenientes que eso conlleva. Este, desde luego, es un producto artesanal creado sin la ayuda de ayudantes ni trucos informáticos.

Norakuro gunsō (Sargento Norakuro)

Monday, April 26th, 2010
  • Título: のらくろ軍曹 –Norakuro gunsō– (Sargento Norakuro)
  • Autor: Suihō Tagawa
  • Editorial: Dainihon Yūbenkai Kōdansha (actual Kōdansha)
  • Revista: Shōnen Club
  • Años publicación: 1931-1941
  • Clasificación: shōnen
  • Tomos: 10

Ya di unas cuantas pinceladas sobre Norakuro en el post sobre el Museo Suihō Tagawa, pero esta vez, aprovechando que tras escribir mi relato de esa visita me entraron ganas de leer el manga, escribiré esta reseña en la que ampliaré un poco sobre este icónico personaje.

Norakuro empezó en 1931 en las páginas de la revista para niños Shōnen Club. En aquel entonces, las revistas infantiles llevaban básicamente artículos, fotos y relatos, y muy poco manga, pero el editor jefe decidió que tal vez sería interesante incorporar un cómic, ya que podría tener éxito entre los chavales. Así, contactó con Suihō Tagawa, un dibujante que ya destacaba en la época. Al proponerle el editor la idea, Tagawa pensó en que, para gustar a los niños, había que hacer una mezcla de las cosas que les gustaban a los chavales de la época: los perros y jugar a batallitas. Y así se inventó la idea detrás de Norakuro: un perro que se apunta al ejército.

Norakuro empieza pues presentándonos al perro vagabundo (norainu) negro y blanco (inspiración directa del gato Félix, según dicen) llamado Kurokichi, que se alista como recluta de segunda al ejército. Su sobrenombre Norakuro viene pues de la contracción de Norainu no Kurokichi (Kurokichi, el perro vagabundo. Además, “kuro” significa “negro”). El personaje cayó tan bien a los lectores que llegó a tener un gran éxito, en parte porque Tagawa, respondiendo a las expectativas de los mismos lectores, hacía subir de rango a su personaje poco a poco: así, de recluta de segunda pasa a recluta de primera, después a recluta mayor, cabo de segunda, cabo, sargento, etc. Y así hasta llegar a teniente de segunda, que es donde se quedó el personaje.

Se dice que Tagawa quería seguir aumentando de rango a Norakuro, pero que el ejército japonés, harto de que el personaje banalizara a las fuerzas armadas y la guerra, no solo impidió que Norakuro llegara a capitán –al parecer, la idea original de Tagawa–, sino que presionó para que la serie fuera cortada. Recordemos que en aquella época, Japón estaba en plena carrera expansionista, en guerra contra China, y poco después se metería de cabeza en la Segunda Guerra Mundial, por lo que el ejército tenía un poder absoluto sobre la sociedad. Además, en una época en la que la guerra y la gloria de la “tierra de los dioses” estaba por encima de cualquier otra cosa, dibujar, publicar y leer manga se percibía como una banalidad imperdonable.

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Atención a la sencillez del diseño de las páginas. Tres viñetas iguales por página y efectos "cinemáticos" brillando por su ausencia.

Hacía años que tenía este manga en la estantería pendiente de leer (creo que lo compré en el año 2001 o 2002), y de hecho había hecho varios intentos por leerlo, pero siempre había desistido a las pocas páginas debido a que los textos están escritos en japonés de preguerra, es decir, con un uso muy distinto del hiragana para expresar ciertos sonidos o expresiones, uso de kanji con formas antiguas, etcétera. Unos ejemplos:

  • Para escribir gun’i (médico militar), en vez del actual 軍医, ponen 軍醫 (gun’i). O sea, usan el kanji antiguo 醫, que tras la guerra sería simplificado a 医. O para escribir 学生 (gakusei, estudiante), ponen 學生.
  • En vez de おとこ (otoko, “hombre”), escriben をとこ (wotoko). Esta を se pronuncia “o”, pero actualmente se usa solo como partícula gramatical. También en algunas ocasiones, el hiragana は ha se pronunciaba wa (en otras no, se pronunciaba simplemente ha). Así, la palabra actualmente escrita como おわり (owari, “fin”), en Norakuro aparece como をはり (wohari). Esta pronunciación de は como wa en vez de ha se mantiene actualmente, pero solo con la partícula gramatical de tema. En las demás ocasiones se ha sustituido por わ wa.
  • Usan los hiragana actualmente abolidos ゐ (i) y ゑ (e), actualmente sustituidos por い (i) y え (e) en todos los casos. O sea, en vez de しばい (芝居, shibai, “representación teatral”), ponen しばゐ.
  • El sonido shō, en vez de escribirlo しょう shō como se hace actualmente, se escribe せう seu. O sea, en vez del actual 行きましょう (ikimashō, “vayamos”), ponen 行きませう (ikimaseu). Imagino que se pronunciaba ikimashō igual. Lo mismo con 少尉 (“teniente segundo”), actualmente escrito しょうい (shōi) pero que en esta obra aparece como せうゐ (seui). Ojo porque en este caso también el い se escribe ゐ.
  • Lo mismo ocurre por ejemplo con ひょう (hyō), que aquí aparece como へう (heu). Ejemplo: 土俵 (dohyō, “ring de sumo”), aparece escrito どへう (doheu).
  • Las sílabas “ka” y “ga” se escriben muy distinto. En vez de poner simplemente ゆかい (yukai, agradable) o まんが (manga, cómic), escriben ゆくわい (yukwai) y まんぐわ (mangwa), respectivamente. (Ver el interesante aporte de Tatenori en los comentarios para más información).
  • Uso de algunas expresiones y palabras obsoletas actualmente.

En fin, realmente, aunque no lo parezca, no resulta tan complicado leer esta obra si tu nivel de japonés es alto, porque enseguida te acostumbras a las diferencias respecto al japonés moderno y al cabo de un rato estás leyendo normal. Además, como la obra tiene furigana en todos los kanji, pues cuando no entiendes el kanji en cuestión porque es una versión antigua lo puedes deducir a partir de la lectura. Y viceversa: aunque la lectura sea せうゐ seui, cuando ves el kanji 少尉 deduces rápidamente que actualmente eso se lee しょうい shōi.

En fin, y en cuanto al manga en sí, el tomo que tengo en casa corresponde a la época en la que Norakuro es sargento, de ahí que el título del mismo sea precisamente Norakuro gunsō (Sargento Norakuro). Los cómics de Norakuro se publicaron en blanco y negro en la revista Shōnen Club, pero más adelante fueron redibujados por Suihō Tagawa y publicados en lujosos tomos impresos a todo color, protegidos en una caja de cartón y con tapa dura forrada de tela. Cada tomo llevaba como título la graduación de Norakuro en aquel momento, y en total hay diez de estos tomos (Norakuro gunsō sería el tercero de la colección). Estos libros, a pesar de su caro precio (un yen) se vendieron como rosquillas e influenciaron enormemente a muchos chavales, algunos de los cuales, como Osamu Tezuka y Machiko Hasegawa, se convertirían en los mangaka de la siguiente generación.

Norakuro gunsō cuenta las andanzas de Norakuro en el cuartel militar donde se encuentra. A pesar de su graduación, ya todo un sargento con unos cuantos hombres (=perros) a su cargo, Norakuro sigue siendo un personaje torpón pero sumamente adorable que a menudo mete la pata. Pero si gran disposición y su tenacidad siempre obtienen recompensa, hasta el punto de que en un momento dado realiza alguna hazaña y, claro está, le suben de rango.

En este tomo se describe básicamente el día a día en el cuartel, y sorprendentemente, a pesar de que en los textos sobre manga siempre he visto descrito a Norakuro como “perro militarista”, no hay escenas de guerra, sino simples aventurillas cotidianas. Un entrenamiento sobre el uso de la bayoneta que acaba un poco mal, una expedición para ir a cazar elefantes con moraleja incluida, una competición de sumo, una representación teatral de la obra Chūshingura, unas maniobras de entrenamiento, etcétera. Todo muy blanco, con escenas de humor basadas en la relación de Norakuro con sus subordinados y sus superiores, y básicamente entretenido.

Quedé muy sorprendido al leer el tomo entero y ver que el personaje que se había descrito como “militarista” tampoco era tal. De hecho, Norakuro se revela como un perro realmente adorable. Voluntarioso y de ideas fijas y muy nobles, pero torpón, amable y con las ideas claras, mucho más “humanista” de como nos lo suelen pintar.

Monos contra perros, un compañero se suicida en plan kamikaze para salvar a los suyos y Norakuro acaba llorando ante su tumba.

Monos contra perros, unos compañeros se suicidan en plan kamikaze para salvar a los suyos y Norakuro acaba llorando ante su tumba. Versión en blanco y negro para la revista Shonen Club; aquí sí aparece el tema militar.

Por suerte, en casa tengo un libro japonés que repasa la historia del manga y da muchas muestras en forma de varias páginas de los cómics más representativos de la historia, y en este libro aparecen varias páginas de la primera etapa de Norakuro. Es decir, no la versión en tomo (coloreada y reorganizada), sino la versión original publicada en la revista (en blanco y negro y en pequeñas viñetas). En estas páginas sí se puede ver al Norakuro militar, el que va a la guerra (al principio contra los monos*, pero después contra otras especies, como cerdos y tal). Aparte del diseño totalmente distinto del personaje –la evolución gráfica del personaje hasta convertirse en el Norakuro que conocemos hoy en día es notable–, aquí vemos escenas de guerra abierta e incluso una historia en la que unos compañeros, al ver que la tropa está en apuros, deciden lanzarse en plan kamikaze contra el enemigo para abrir una vía por la que pasar. La historieta termina con Norakuro llorando delante de su tumba y dándoles las gracias por sacrificarse por sus compañeros.

*犬猿の仲 (inuzaru no naka), traducida literalmente como “llevarse como el perro y el mono”, es la expresión japonesa equivalente a lo que en español expresamos como “llevarse como el perro y el gato”.

Ha sido un placer leer a Norakuro, todo un icono de la cultura popular japonesa de preguerra y el primer éxito manga de la historia (con permiso de Shōchan no bōken –Las aventuras de Shōchan–, que comentaré en otra ocasión), y aprender más sobre él. No en vano, esta es una obra capital en la historia del manga, y sin la que posiblemente no se habría dado la evolución posterior que desembocó en la aparición de Osamu Tezuka y su quinta, los que hicieron del manga lo que es ahora.

Dos curiosidades para terminar:

  1. Como veis en la página de muestra que adjunto, el diseño de las páginas de esta obra es extremadamente simple. Normalmente son tres viñetas horizontales por página y la sensación de movimiento que se da de una viñeta a otra es prácticamente nula. A pesar de que el tomo contiene algunas escenas de acción, esta resulta totalmente estática.
    Como sabréis, cuando se habla de Shintakarajima (La nueva isla del tesoro), de Osamu Tezuka y Shichima Sakai, siempre se menciona la revolución gráfica que supuso en lo referente a disposición de las viñetas en la página y en la sensación de vertiginoso movimiento que consiguió Tezuka gracias al uso de técnicas cinematográficas. Imagino que ahora, tras ver cómo era el manga de la preguerra, podéis imaginar con más precisión el fuerte impacto que tuvo Shintakarajima. Porque pasamos directamente de un tipo de manga estático a otra cosa muy distinta: verdaderos dibujos en movimiento. Vista ahora Shintakarajima, resulta infantil, anodina y no muy destacable (hasta aburrida y chorras), pero imaginaos el impacto que tuvo en los lectores de la época, acostumbrados a algo mucho más estático.
    A mí esto me recuerda un poco a cuando vimos la peli Matrix, o recientemente Avatar: de repente, y de un momento a otro, los efectos especiales en el cine han dado un salto adelante brutal y decisivo. Matrix y Avatar han marcado un antes y un después en la historia del cine, igual que Shintakarajima hizo lo propio en la historia del manga.
  2. Cuando apareció el personaje de Keroro, inmediatamente pensé “vaya, esto está inspirado directamente en Norakuro”. Efectivamente, creo que no me equivoco, ya que hay muchos rasgos de Keroro sacados de Norakuro. Para empezar, el hecho de que sea un animal militar (Norakuro es un perro, Keroro una rana), el rango de Keroro es gunsō, o sea “sargento”. O sea, igual que el tomo que yo tengo de Norakuro (por casualidad): el título original de Keroro es Keroro gunsō, mientras que el de este tomo de Norakuro es Norakuro gunsō.
    Keroro usa el pronombre de primera persona wagahai (yo), bastante anticuado. El mismo que usa Norakuro. Además, Keroro utiliza de arimasu, la forma arcaica del verbo desu (“ser”)… Exactamente igual que Norakuro.
    Por si teníamos dudas, en el tomo 4 de Keroro se incluye un gag directamente inspirado en los cómics de preguerra. Tres viñetas por página, circulito amarillo con un dibujín en la parte superior, colores desgastados, sensación de movimiento cero, y uso de hiragana antiguos en los bocadillos. Además de los circulitos con rabo detrás de los personajes para indicar movimiento, un rasgo tan absolutamente característico de Norakuro.
    ¿A alguien le queda alguna duda? ¡A mí me parece curiosísimo todo esto, y parece que nadie se haya dado cuenta!
Página en el tomo 4 de Keroro. ¿Es o no es un homenaje a Norakuro?

Página en el tomo 4 de Keroro. ¿Es o no es un homenaje a Norakuro?

En fin, me dejo un montón de cosas en el tintero sobre Norakuro (adaptaciones a anime, otras versiones, spin-offs del personaje, etc.), pero creo que por hoy ya os he dado bastante la tabarra, ¿verdad? Así que lo dejamos aquí.

Lo mejor

  • Una obra imprescindible para entender la historia y la evolución del manga.
  • La presentación y edición del tomo. Mi copia es una edición símil publicada por Kōdansha a finales de los años 60 que se ve que se vendió muy bien debido al efecto nostalgia. Es una copia casi exacta de las ediciones en tomo de preguerra: la única diferencia, según el prólogo del propio autor, es que esta nueva edición tiene un papel de mayor gramaje.
  • El mensaje subliminal de paz y concordia que tiene la obra, en contra de lo que nos han hecho pensar hasta ahora las obras sobre manga editadas en Occidente que describen al personaje como “un perro militarista”.

Lo peor

  • La obra está descatalogada actualmente en Japón. Hace años que no se publica de nuevo, aunque no creo que tarden mucho.
  • Vista actualmente, es inevitable decir que es bastante aburridilla (aunque a mí me ha encantado por su carácter naif, ojo).
  • Es casi imposible verla publicada en Occidente.
  • Si se publican aquí obras como, digamos, El príncipe Valiente, ¿por qué no Norakuro?

Museo de Suihō Tagawa y Norakuro

Thursday, April 22nd, 2010
  • Nombre del museo: 田河水泡・のらくろ館 –Tagawa Suihō – Norakuro-kan– Museo de Suihō Tagawa y Norakuro
  • Dirección: 3-12-17 Morishita, Kōtō-ku, Tokio 135-0004 (Google Maps)
  • Cómo ir: A unos 10 minutos a pie de la estación Morishita de las líneas de metro Shinjuku u Ōedo. El “museo” se encuentra en el interior del Centro Cultural de Morishita.
  • Precio: Gratis
  • Horario: De 9.00 a 21.00. Cerrado el primer y tercer lunes de mes, así como la época de fin e inicio de año.
  • Web (en japonés): http://www5a.biglobe.ne.jp/~norakuro/sub1/index.htm (ojo: musiquita cojonera)

Hacía mucho tiempo que quiero escribir este artículo pero no acababa de encontrar el momento para hacerlo. La verdad es que el “museo” que comento en esta ocasión es un poco especial porque en él vivimos una de las anécdotas más bonitas relacionadas con el manga que hemos tenido, y además queda relativamente cerca del lugar donde nos alojamos cuando viajamos a Tokio, por lo que es un poco como “del vecindario”.

Suihō Tagawa (1899-1989) fue uno de los artistas de manga más influyentes de todos los tiempos; de hecho, y como podemos ver en el museo Tezuka, donde se exponen los libros que el propio Osamu Tezuka tenía en su infancia, el dios del manga era gran aficionado a su obra, y en sus estanterías figuraban en lugar prominente algunos tomos de Norakuro. Por si fuera poco, otra gran maestra del manga, Machiko Hasegawa, fue discípula directa de Tagawa.

Tagawa en su juventud (vaya pelos) y en la tercera edad

Tagawa en su juventud (vaya pelos) y en la tercera edad

Tagawa estuvo en activo durante muchos años y creó muchos personajes, aunque en realidad el único que realmente llegó a cuajar y a ser recordado durante décadas fue precisamente Norakuro, al que algunos japoneses llegan a llamar “el Mickey Mouse japonés”. Este manga, cuyo momento de esplendor fueron los años 1930, cuenta la historia de un perro negro y blanco llamado Norakuro que se apunta al ejército, donde realiza toda clase de “perrerías” (vale, chiste fácil). En otra ocasión reseñaré este manga con más profundidad; de momento quedaos con que es un personaje icónico y muy, pero que muy influyente en toda la generación posterior de mangakas.

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Detalles del museo: foto de Tagawa con Machiko Hasegawa (arr. iz.) / Dedicatoria de Osamu Tezuka - Norakuro con Astroboy (arr. der.) / Publicidad de Norakuro de la época (años 30) (ab. iz.) / Un Daruma Norakuro (ab. der.)

En fin, resulta que en 1998, la familia de Tagawa donó objetos personales del maestro al distrito tokiota de Kōtō. El distrito, agradecido, decidió habilitar una exposición permanente en el Centro Cultural de Morishita, muy cerca de donde el gran mangaka pasó la mayor parte de su vida: fue entonces cuando nació este “Museo de Suihō Tagawa y Norakuro”. Paralelamente a la inauguración de este pequeño museo, los comerciantes de la cercana calle Takabashi se pusieron de acuerdo para decorar el tramo lleno de tiendecitas que va desde la calle Kiyosumi hasta el Centro cultural.

Esta calle, por la que es muy recomendable pasar de camino al museo desde la estación de metro de Morishita, recibe el nombre informal de Norakuroad (Calle Norakuro) y está decorada con plafones, dibujos y chorradillas del perro militar. Además, algunas de las tiendas tienen decoraciones relacionadas con el personaje y venden algo de merchandising. Es uno de los pocos sitios de Japón donde se pueden encontrar a la venta productos de este personaje largamente olvidado por el grueso de la población japonesa, por lo que en este aspecto se trata de un lugar muy especial.

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Algunos detalles de la "Calle Norakuro"

En fin, una vez llegamos al Centro Cultural de Morishita, podemos ir a visitar libremente la exposición (puntualización: aunque lo llamen “museo”, en realidad no es más que un rincón con una exposición permanente). En la entrada de la exposición encontramos un gran peluche de Norakuro y unas gorras que invitan a ponérselas para sacarse una foto al lado del personaje (un poco roñosas las gorras, pero bueno XD).

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¡Buenas!

La exposición en sí, pues es bastante normal en este tipo de museos: una cronología, plafones con explicaciones, algunas fotos, exposición de originales y estas cosas. Lo más interesante, aparte de ver unos originales manga de unos 80 años de antigüedad, tal vez sea la exposición de merchandising relacionado con el personaje, –con algunos productos realmente añejos y curiosos– y el despacho de trabajo del mismísimo Suihō Tagawa, con sus muebles, sus libros y sus utensilios de trabajo.

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El despacho de Tagawa, tal cual lo dejó

Una vez fuera del área de la exposición podemos visitar la pequeña biblioteca, de acceso gratuito, que está bastante bien surtida con obras relacionadas con el manga. De hecho, más de un libro he descubierto yo gracias a haberlo visto en esta biblioteca: la biografía relacionada con el manga en Japón es bastante escasa, y además muchos de los libros más interesantes son en realidad catálogos de exposiciones, sin ISBN ni nada, así que no se venden en las librerías, pero si buscas bien sí los puedes encontrar en subastas por Internet.

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Originales de Norakuro (entre 70 y 80 años de antigüedad tienen)

Y ahora la anécdota a la que me refería. Fue durante mi primera visita, cuando fuimos Vero y yo. Estábamos mirando la exposición y sacando fotos y, al cabo de un rato, llegó un matrimonio de viejecitos muy viejecitos (80-90 años). Ella más lúcida que él. Él, bastante senil ya, el pobre. Pues los dos entraron a la exposición y la viejecita, como si le hablara a un niño, empezó a decirle a su marido, como queriendo estimular sus cansadas neuronas: “Mira, es Norakuro. ¿Recuerdas? Ay, cuántos ratos divertidos pasamos de niños leyendo sus aventuras, ¿verdad?”. Recuerdo que el abuelo alzó lentamente la cabeza, miró los dibujos expuestos y contestó, con voz entrecortada: “Sí, sí que me acuerdo. Me gustaba mucho Norakuro”.

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Exposición de merchandising antiguo del personaje.

No sé, esta escena nos llegó muy hondo a los dos. Nos hizo ver de repente algo que es obvio, pero hasta que no vives algo así no lo comprendes de verdad: el manga (el cómic en general) es mucho más que simples dibujos sobre papel. El manga son recuerdos de infancia, momentos felices, grandes ratos de diversión, historias que hacen soñar durante toda la vida. Y el manga es algo que en Japón leen o han leído todos: desde los más jóvenes a los más ancianos. Después de aquello, estos dos abuelos, lectores de Norakuro en su infancia, sin duda vivirán para siempre en nuestros corazones.

Más detalles de la Calle Norakuro

Más detalles de la "Calle Norakuro"

UnP Sensei (Profesor Caca)

Tuesday, April 20th, 2010
  • Título: うんP先生 –UnP Sensei– (Profesor Caca)
  • Autor: Hideki Ohwada
  • Editorial: Kadokawa Shoten
  • Revista: KeroKero Ace
  • Años publicación: 2008-?
  • Clasificación: infantil, humor
  • Tomos: 1 (en curso)

Después de Mudazumo naki kaikaku (The Legend of Koizumi) y Kidō Senshi Gundam-san (Mr. Mobile Suit Gundam), esta es la tercera obra que reseño de Hideki Ohwada. La verdad es que no es muy frecuente que reseñe tantas obras de un solo autor, y mucho menos de un autor no puntero como Ohwada, pero es que la casualidad ha querido que estas tres obras, las tres que lleva publicando en la actualidad, me hayan gustado por motivos muy diferentes.

Mudazumo naki kaikaku es un manga de mah-jongg protagonizado por famosos políticos de talla mundial en el que prima el humor cafre. Kidō Senshi Gundam-san es una parodia muy divertida de la famosa serie Gundam, que me encanta. Y UnP Sensei es una obra para público infantil de humor escatológico. Como veis, estos tres manga son de humor (un género que me encanta si está bien hecho), pero aparte de este punto en común la gracia es que están pensados para público totalmente distinto: adultos amantes del mah-jongg, frikis de Gundam y niños pequeños.

Makio Toguro es un profesor de primaria que está enamorado de su compañera de trabajo, la señorita Ayako. Un día, durante una excursión, le entran ganas de mear y encuentra una especie de urinario de piedra en medio del bosque. Sin más dilación, mea ahí dentro, lo que provoca que se “rompa el sello”. Una vez en la escuela, se encuentra con unos padres de alumnos que, muy maleducados, buscan follón. Toguro literalmente “se caga” de miedo: le entra dolor de barriga y corre al váter para defecar. Y una vez vaciados los intestinos, oye una voz que proviene de dentro de la taza: “¡¡Eres patético!!”

Sorprendido, mira dentro de la taza y se encuentra a una caca con antifaz allí flotando: es “el dios de la mierda”, que le dice que él es el elegido para ser el receptor de los poderes de la caca y le enseña un conjuro. Toguro, incrédulo, recita el conjuro y se convierte en UnP Sensei (Profesor Caca), una especie de superhéroe patético con antifaz, un sombrero en forma de truño y unos calzoncillos en forma de váter de estilo japonés. Lógicamente, las pintas asustan al principio a Toguro, que se avergüenza un montón, sobre todo delante de su amada Ayako, pero pronto le coge el gustillo a eso y empieza a aprender a luchar con las artes fecales.

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¿Es un váter? ¿Es una escobilla? ¡No, es el Profesor Caca!

A partir de entonces, el Profesor Caca se encargará de luchar contra el mal que amenaza a los anos de la población humana. Concretamente, sus mayores rivales son los miembros del clan Kurobenpi (Estreñimiento negro), los enemigos jurados de los diferentes UnP desde hace generaciones. Para ello, sin embargo, contará con la ayuda de Blue UnP (Caca Azul) y toda una serie de gadgets que va proporcionándole el dios de la caca, como los calzoncillos-cúter, la moto-taza, la escobilla-lanza y demás.

En fin, tampoco hay mucho que comentar de este manga. Acabaría rápido diciendo que es una mierda, pero la verdad es que no lo es (al menos en el sentido de “malo”). Se trata de un manga muy divertido, lleno de referencias a series tokusatsu como Kamen Rider y familia, con mucho humor escatológico, juegos de palabras muy chorras pero que te arrancan la sonrisa, y ese estilo de dibujo tan exagerado de Hideki Ohwada que me encanta. Es un manga pensado para público infantil, y como tal hay que leerlo. Ciertamente, no creo que a los padres de los niños que leen la KeroKero Ace les guste que sus hijos lean una serie tan guarra como esta, pero la verdad es que creo que no hace ningún mal a nadie.

En definitiva, no se me ocurre mejor manga que este para llevárselo al lavabo y leerse un capítulo o dos mientras uno está respondiendo a una llamada de la naturaleza. Confesaré que yo lo he ido leyendo precisamente de esta manera y lo cierto es que creo que es así como se debería leer, sentado en la taza y acompañado por esos “efluvios” que dan ambiente a la obra para convertir la experiencia lectora en una auténtica experiencia 4D. ¡Ríete tú de Avatar!

Lo mejor

  • Es un manga de mierda.
  • Exageradísimo y divertidísimo.
  • Los juegos de palabras.
  • Los guiños a series tokusatsu.
  • La posibilidad más que real de llevártelo contigo a cagar.

Lo peor

  • No va a gustar a los padres.