El blog de Marc Bernabé

2001-ya monogatari (Las 2001 Noches)

Tuesday, April 24th, 2012
  • Título: 2001夜物語 –2001-ya monogatari (Las 2001 Noches)–
  • Autor: Yukinobu Hoshino
  • Editorial: Futabasha
  • Revista: Super Action
  • Años publicación: 1984-86
  • Clasificación: seinen, ciencia-ficción
  • Tomos: 3

Hace muchos años, sería a mediados de los 90, encontré en una librería barcelonesa varios manga japoneses de saldo, cuando en España prácticamente no conocíamos nada más allá de Dragon Ball. Uno de ellos era el primer tomo de Ranma ½, otro era el primer número de una serie titulada Mushimushi Korokoro que estaba guionizada por Buronson y dibujada por Tsuyoshi Adachi y el tercero era un tomo de 2001 Nights (y sí, estaba en inglés). Por supuesto, ni Ranma ni Mushimushi los podía leer, aunque es cierto que los hojeé cientos de veces antes de aprender japonés, lleno de curiosidad, así como durante mis primeros pinitos con el idioma, para practicar la lectura aunque en realidad no entendiera nada de nada. Por cierto, Ranma ½ acabé traduciéndolo para Glénat (actual EDT) y de Mushimushi Korokoro me compré todos los tomos durante mi primera estancia en Japón en 1999-2000 ^_^

Me estoy yendo por las ramas, perdón. 2001 Nights, sin embargo, al estar en inglés sí lo pude leer, y recuerdo que me gustó mucho y me picó el gusanillo: quería saber cómo continuaban las historias de esa fantástica epopeya de ciencia-ficción. Así, a lo largo de los años, de forma intermitente (o sea, cuando me acordaba de ella), fui intentando buscarla. A veces encontraba en las librerías de segunda mano algún tomo suelto, otras veces encontraba la serie pero a precio muy caro, y en las librerías de libros nuevos en las que, después de preguntar, resulta que sí lo tenían, me encontraba con una edición increíble en 2 tomos a tamaño casi DIN-A 3 que costaba la friolera de unos 5000 yenes por tomo (unos 45 euros al cambio actual). Ni por precio ni practicidad (llevar unos tomos tan grandes y caros a España puede salir por un ojo de la cara, o restarte muchísimo y valiosísimo espacio y peso en las maletas) me decidí a comprarlos nunca. Y, por fin, en mi último viaje, como 15 años después de conocer la serie, pude encontrar los tres tomos de la edición original a un precio decente.

Yukinobu Hoshino, además, es un autor que me disfruto mucho (ver: Munakata Kyōju Ikōroku y La leyenda de los gigantes), así que esperaba bastante de Las 2001 noches, y más después de lo que tuve que esperar para finalmente poder leerla. Pues bien, me lo he pasado genial con esta obra, una de las mejores de la ciencia-ficción japonesa en manga, un estilo de ciencia-ficción “hard” que recuerda a las obras de Arthur C. Clarke (clarísima referencia en el título a la celebérrima 2001, una odisea del espacio), es decir, ciencia-ficción seria, bien documentada, creíble y que presenta la carrera espacial y el espacio en general dando una sensación que mezcla el respeto, el miedo y el asombro, sin grandes filigranas ni aventuras imposibles. El hombre contra los elementos, contra el frío vacío del espacio, dependiente de la tecnología (naves espaciales, trajes herméticos, radios, radares…) para sobrevivir. El “hijo” más conocido de Las 2001 noches, para que me entendáis, es la magnífica Planetes de Makoto Yukimura (que por cierto tenemos disponible de forma oficial en España en manga –por Panini– y en anime –por Selecta Visión–).

Impecable realización gráfica y argumental.

Las 2001 Noches es un compendio de historias cortas que narran distintos episodios de la conquista del espacio por el hombre, empezando por un preludio y unos primeros pasos que podrían situarse pocos años después del inicio de la serialización de este manga (es decir, finales de los años 80), con una historia llena de tensión que narra, de forma bastante velada, un encuentro en una estación espacial similar a la Mir entre, lo vemos en la última viñeta, dos personas vestidas con traje a las que vemos de espaldas, contemplando el planeta azul. Traduzco la conversación que cierra el capítulo:

  • Qué bonito planeta… Este es el único astro en medio de la oscuridad del espacio que refulge con el brillo de la vida.
  • Hablemos, entonces… Sobre lo que ocurre en la superficie de la Tierra. Sobre lo que tenemos que resolver antes de que el ser humano protagonice su gran salto al espacio, señor Secretario General…
  • Por supuesto, señor Presidente…

Poco después, la historia deriva hacia el descubrimiento de un décimo planeta en el Sistema Solar, un planeta al que llaman Lucifer que, se descubre después, está compuesto de antimateria. En los siguientes capítulos, veremos al hombre intentando dominar la antimateria hasta finalmente conseguirlo: ello permite conseguir una fuente de energía prácticamente inagotable que permitirá proveer al planeta entero durante eones, y que además abre las puertas a desarrollar la tecnología que hará posible viajar en el espacio a velocidades muy superiores a la de la luz. Así, poco a poco, y a lo largo de varios siglos (en el manga se narran episodios que abarcan unos 400 años), el ser humano va extendiendo su radio de acción, descubriendo nuevos mundos y nuevos retos, y… Bueno, tal vez será mejor que me quede aquí y no siga a riesgo de destripar la historia si alguno de vosotros la consigue en inglés (editada por Viz a mediados de los 90, aunque desconozco si de forma completa) o si alguna vez se edita en español.

Solo añadir que, según veo por ahí, existe un OVA de 1987 y en 2009 se produjeron 2 más, así que si tenéis curiosidad y podéis conseguir las versiones animadas, posiblemente ronden por ahí.

Lo mejor

  • Ciencia-ficción dura, bien realizada y documentada.
  • Un estilo gráfico impecable, de lo mejorcito que hay.

Lo peor

  • Que no se haya editado en España a pesar de que es cortita, está muy bien dibujada y tiene una calidad general impecable (todas ellas condiciones indispensables para que una obra pueda funcionar aquí). La única pega que tiene es que seguramente puede ser percibida como “antigua”. Tiene casi 30 años, por supuesto, pero nadie lo diría ya que ha envejecido muy bien.

Golondrina

Friday, April 20th, 2012
  • Título: ゴロンドリーナ –Golondrina–
  • Autor: est em
  • Editorial: Shōgakukan
  • Revista: Ikki Comix
  • Años publicación: 2011-?
  • Clasificación: alternativo
  • Tomos: 1 (en curso)

Ya hacía bastante tiempo que sabía que una autora estaba trabajando en un manga sobre el mundo de la tauromaquia, pero eso no impidió que me llevara una sorpresa cuando, hace unas semanas, vi el primer tomo a la venta en las librerías japonesas, con un pequeño folleto promocional incorporado que llevaba una sencilla ilustración y el mensaje “Gracias por su compra” en perfecto castellano. Como no podía ser de otra forma, adquirí el tomo para poder leerlo y analizarlo, a ver qué imagen se daba en Japón de los toros.
Empezando por las conclusiones, la verdad es que este es un manga sorprendente. No va “sobre” tauromaquia como tal, sino que la temática no es más que una excusa, una ambientación –ciertamente exótica para los japoneses pero eso es lo de menos–, para una historia que narra más bien los problemas de identidad y adaptación que tiene una joven, se supone que española, apodada “Chica” (sí, es un poco raro el apodo, lo sé…). Estamos ante un manga de corte alternativo, muy poco al uso, con un estilo de dibujo bastante original y muy alejado de lo que sería la imagen que generalmente se tiene del “manga japonés” en Occidente. La narrativa es también muy peculiar, pero está muy bien llevada y consigue transmitir lo que sin duda la autora desea expresar: los sentimientos y el estado de ánimo de la protagonista.
Como digo, la tauromaquia no es más que una ambientación para esta obra, pero no por eso está tratada a la ligera. Se nota (y me consta que es así) que la autora, est em, se ha preocupado de documentarse a conciencia sobre el tema y que ha visitado España en alguna que otra ocasión para asistir a corridas de toros, ganaderías y centros de adiestramiento de toreros. Tengo que confesar que apenas sabía más que lo básico sobre las corridas de toros y con las descripciones de este manga he aprendido mucho. Todo está llevado con un gusto exquisito y con muy buen hacer.

¡Ooooléeee!

La historia nos cuenta los problemas de la protagonista, apodada “Chica”, que al principio de la historia intenta suicidarse al haber sido rechazada por María, de la que está enamorada (la autora destacó bastante desde su debut hasta este Golondrina por sus obras de corte yaoi, así que tampoco sorprende mucho esta premisa). De pie en medio de una calle, en un día lluvioso, pretende dejarse atropellar. Justo entonces está a punto de arrollarla con su coche Antonio, un adiestrador de toreros que, posteriormente descubrimos, tiene un lúgubre pasado. Antonio se la lleva a su casa y allí conversan sobre los problemas de Chica. En medio de la conversación sale el tema de la tauromaquia, y ella decide, repentinamente, que quiere ser torera para morir en el ruedo, como el toreador Francisco Faria, cuya muerte presenció años atrás por televisión.
Antonio al principio se muestra lógicamente reticente a la idea, pero pronto irá descubriendo la pasión y el talento de Chica, hasta que al final accederá a adiestrarla con la ayuda de Sechu, un chico que es muy amigo de Chica (seguramente le gusta) y que aparece en medio de la historia para echar una mano.
Y así prosigue este manga, cuyo primer y único tomo disponible por el momento termina en pleno adiestramiento de Chica, que descubre que el toreo no es tan sencillo como parecía…

Lo mejor

  • Una historia excelentemente narrada.
  • Total respeto y objetividad en las descripciones y narraciones referentes a la tauromaquia.
  • Una gran capacidad para transmitir sentimientos y sensaciones.

Lo peor

  • Al ser una obra de corte alternativo, no gustará a los amantes de las historias más ortodoxas.

La obra, a la venta en una librería japonesa (marzo 2012)

Tobaku Datenroku Kaiji: Kazuya-hen (Kaiji – Crónica del advenimiento apostador: Saga de Kazuya)

Monday, April 16th, 2012
  • Título: 賭博堕天録カイジ 和也編 – Tobaku Datenroku Kaiji: Kazuya-hen– (Kaiji – Crónica del advenimiento apostador: Saga de Kazuya)
  • Autor: Nobuyuki Fukumoto
  • Editorial: Kōdansha
  • Revista: Young Magazine
  • Años publicación: 2009-?
  • Clasificación: seinen, apuestas
  • Tomos: 8 (en curso)

Seguramente algunos de vosotros ya conoceréis Kaiji, bien por el anime realizado en 2007, bien por las dos películas de acción real realizadas sobre el personaje. Sin embargo, yo no lo conocía más que de oídas. No he visto el anime ni tampoco me interesaba especialmente el personaje ni el manga.
Sin embargo, hace unas semanas, un buen amigo mío (japonés, claro) me habló tan bien de este manga, insistió tanto en él, que decidí que tenía que leerlo, y él me prestó los tomos. Empecé a leer y, la verdad, parecía que estaba ante una especie de secuela, ya que el autor no se molestaba en presentar a los personajes y, además, las fechas de publicación de los tomos eran muy recientes. Al investigar un poco más, descubrí que, efectivamente, estaba leyendo la cuarta (!) saga de este manga.
Kaiji empezó ni más ni menos que en 1996 como un manga de apuestas, de esos que tanto abundan en Japón (de póker, pachinko, mah-jongg, lo que sea…), y pronto cosechó un gran éxito. Tanto, que actualmente consta de 47 tomos repartidos en 4 sagas: las tres primeras tienen 13 tomos cada una y la cuarta, que es la que reseño en esta ocasión, tiene 8 y contando.
No conozco las otras sagas, así que me centraré solo en esta: el argumento a priori es bastante simple: un hijo de papá ricacho decide someter a tres pobres diablos a una prueba en apariencia muy sencilla. Deben sentarse, atados, en una especie de podio vertical, con unos cascos en cuyo interior suena música tan fuerte que les impide escucharse entre ellos, y con unas bombillas en la parte superior.
Aquel en cuyo casco se encienda la bombilla será “el salvador” y tendrá que apretar el botón que tiene al lado en el plazo de entre 30 y 60 segundos desde el inicio de la prueba para soltar el amarre que lo sujeta, bajar del podio y pulsar otro botón situado en la parte frontal, a la vista de todos, que certificará que la prueba ha sido superada. Solo el que está arriba del todo puede ver los cascos y saber si es el salvador, así que los dos de delante deben encontrar la forma de averiguar si son ellos los salvadores o no…

La prueba infernal...

Hasta un total de 15 veces tendrán que repetir la prueba, y cada vez se irá doblando el dinero en juego. Empiezan lógicamente con cuatro perras, pero poco a poco la suma se va volviendo realmente generosa, y los tres están con deudas hasta el cuello…
¿Y qué pasa si… 1) alguien que no es el salvador pulsa el botón; 2) se pulsa el botón antes de 30 segundos; 3), pasan 60 segundos y no se ha pulsado el botón frontal; 4) no se pulsa ningún botón? Pues que la presión que ejerce el casco sobre el cráneo aumentará hasta hacer explotar la cabeza de los dos concursantes que no sean el salvador.
El manga, pues, se centra en explorar las reacciones de los concursantes, y en poner a prueba sus vínculos de amistad. Porque, en un momento dado, la suma en juego empieza a ser muy importante y las tentaciones del salvador de dejar en la estacada a sus amigos, dejarlos morir y llevarse todo el dinero, empiezan a ser muy acuciantes…
El protagonista, Kaiji, no tiene un papel muy importante en este manga, realmente hace solo de testigo y un poco de narrador. Imagino que en las otras sagas es mucho más protagonista, pero no es el caso aquí.
El dibujo de este manga es realmente feo, los personajes están dibujados de forma bastante rudimentaria, pero esta es una de las maravillas del manga en general: si el argumento es bueno, si la puesta en escena engancha, el dibujo no tiene tanta importancia. De hecho, incluso dudo de que esta obra hubiese cosechado tanto éxito con otro tipo de dibujo. Otra de las maravillas del manga de la que esta obra nos hace dar cuenta es la forma con la que se puede explorar, durante páginas y más páginas, una situación aparentemente banal. Llevamos ya ocho tomos con el jueguecito de marras, es decir, unas 1700 páginas, y la tensión que se respira sigue siendo brutal. El autor procura narrar con todo lujo de detalles el estado de ánimo de todos los personajes, no solo de forma textual sino también gráfica, con grandes muecas y exageraciones, mucha insistencia en ciertas ideas, primeros planos y metáforas gráficas muy conseguidas.
Un grandísimo manga, sin duda, pero que por temática y estilo de dibujo jamás podría triunfar fuera de Japón o de los países más acostumbrados al consumo de manga. Tengo ganas de leer las otras tres sagas de Kaiji y, claro está, de que salgan más tomos de esta saga, ¡que quiero saber si los tres concursantes superan el juego y de qué forma! ¡Engancha que da miedo!

Lo mejor

  • Tremendamente adictivo.
  • La generosidad con la que se dedican páginas a narrar hechos y estados de ánimo.
  • La característica onomatopeya que define a la saga “Kaiji”: zawa zawa.
  • Lo rocambolesco de la prueba.

Lo peor

  • El dibujo es feúcho.

Imomushi (La oruga)

Monday, January 3rd, 2011
  • Título: 芋虫 –Imomushi– (La oruga)
  • Autor: Suehiro Maruo / Basado en una historia original de Ranpo Edogawa
  • Editorial: Enterbrain
  • Revista: Comic Beam
  • Años publicación: 2010
  • Clasificación: seinen
  • Tomos: 1

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La primera obra de Suehiro Maruo que cayó en mis manos fue La sonrisa del vampiro, cuando la editorial Glénat me encargó su traducción, creo que sobre el año 2001 o 2002. Esa obra me pareció extraña, macabra, pero curiosamente atractiva en lo malsano, debido sobre todo al atractivo trazo claro de su autor y a su fascinante preferencia por ambientar sus obras en las más bien tétricas primeras tres décadas del siglo XX japonés.

A partir de ese momento, fueron cayendo más y más obras de Maruo, uno de los autores fetiches de la editorial barcelonesa: Lunatic Lover’s, Midori, El monstruo de color de rosa, Gichi Gichi Kid, El doctor Inugami… Todas ellas repletas de ese sabor “Maruo” tan característico, de tullidos, de sangre, de sexo y violencia, de enfermos, de gusanos, hormigas y arañas, de putrefacción y enajenación… Repugnante, pero a la vez extrañamente atractivo.

Y entonces llegó La extraña historia de la isla Panorama. Un verdadero delirio visual, una maravilla de la novela gráfica moderna, un clásico instantáneo. Sin tantos elementos típicos de Maruo, sin –ni de lejos– tanta violencia ni locura como en sus anteriores obras. ¿Y el secreto…? Que era una historia basada en un relato del gran novelista de misterio japonés Ranpo Edogawa (1894-1965). El tándem Maruo-Ranpo se reveló imbatible, apabullante y conmovedor. Sin duda, uno de los mejores manga que recuerdo haber leído y traducido. Gran historia y brutal dibujo, un alarde de talento en cada viñeta, en cada página.

La buena noticia es que Maruo ha seguido en la misma línea de adaptar a Ranpo al cómic, y esta vez presenta una nueva historia, titulada Imomushi (La oruga), basada en la que es considerada obra más polémica del genial escritor, del mismo título.

Sin embargo, hay que tener mucho cuidado: pese a que se repite el tándem creativo de Isla Panorama, Imomushi es una historia mucho más “maruoesca” de lo que podría parecer, ya que en sus páginas se repiten esas temáticas que tanto parecen gustar al polémico dibujante: violencia, sexo, tullidos, enfermedad, gusanos… Por lo que si os gusta el Maruo de Isla Panorama pero no el de las otras obras, recomendaría que la evitarais. En cambio, si pensasteis que con Isla Panorama Maruo se había “ablandado”, esta obra os va a encantar porque recupera su esencia.

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Cuidando del marido tullido

Imomushi cuenta la historia de una mujer cuyo marido, un prestigioso militar, regresa de la guerra ruso-japonesa de 1905 gravísimamente herido. Ha perdido las cuatro extremidades y es incapaz de hablar; así, es más parecido a un enorme gusano que a una persona. A pesar de la tragedia, la mujer se ve obligada a cuidar del tullido, que aun estando inválido mantiene intactas sus capacidades sexuales.

Os podéis imaginar que a lo largo de las escasas 140 páginas de esta obra se pueden presenciar escenas bastante escabrosas, desde luego no para todos los públicos. Y, sin embargo, con ese estilo de dibujo fascinante del mejor Suehiro Maruo.

Lo mejor

  • El dibujo es sublime, así como algunas composiciones de página y metáforas visuales.
  • A pesar de que algunas partes son repugnantes, no puedes evitar seguir leyendo.

Lo peor

  • No llega al nivel de Isla Panorama.
  • No apto para estómagos sensibles.

Ganso dai yojōhan dai monogatari (La gran historia original de los grandes cuatro tatamis y medio)

Thursday, December 9th, 2010
  • Título: 大四畳半大物語 –Ganso dai yojōhan dai monogatari– (La gran historia original de los grandes cuatro tatamis y medio)
  • Autor: Leiji Matsumoto
  • Editorial: Asahi Sonorama
  • Revista: Bessatsu Manga Action
  • Años publicación: 1970-74
  • Clasificación: shōnen, seinen
  • Tomos: 6

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Decíamos en la reseña de The Insect que Leiji Matsumoto, pese a ser el gran referente de la ciencia-ficción del manga, tiene varias otras facetas en su carrera más allá del space opera que le hizo famoso con obras como Capitán Harlock o Galaxy Express 999.

Como decíamos, una de las facetas en las que más destaca este autor es el género llamado “cuatro tatamis y medio”. ¿Pero qué es exactamente este “género”? Para ponerte un poco en contexto, diré que a partir de los años 50 y hasta más o menos los 70 hubo un gran flujo inmigratorio desde las zonas rurales de Japón hacia las grandes ciudades, especialmente Tokio. Muchos jóvenes se iban a la ciudad a la busca del sueño de la prosperidad personal, sea en los estudios o en el trabajo, o en ambos.

Esto provocó una gran demanda de alojamiento sencillo y barato, y pronto se impuso un tipo de edificio muy sencillo, normalmente de dos pisos de madera, con pequeñas habitaciones individuales y WC y cocina comunitarias (no había bañeras ni duchas, lo que implicaba que los que vivían en estos pisos debían ir a los baños públicos del vecindario). Sin ir más lejos, los apartamentos Tokiwa-sō, de los que he hablado largo y tendido en este blog, eran de este tipo, y las habitaciones individuales tenían el tamaño de cuatro tatamis y medio.

En Japón, el tamaño de una estancia se mide según cuántos tatamis se puedan colocar. Según la región, el tamaño del tatami cambia. Mientras que en Tokio hablamos de poco más de 1,5 m2 por tatami, en Kioto son un poco mayores, poco más de 1,8 m2. Así, el tamaño de estos pisos tan pequeños y sencillos, de cuatro tatamis y medio, era de unos escasos siete metros cuadrados.

Imaginad vivir en una habitación de solo siete metros cuadrados, sin lavabo ni cocina, y con el suelo de tatami (eso sí, tenían un armario bastante profundo, que algunos aprovechaban como espacio para tender el futón y dormir, igual que Doraemon). Evidentemente, las condiciones de vida eran duras, pero miles y miles de japoneses vivieron en este tipo de alojamiento mientras se esforzaban duramente para conseguir una vida mejor.

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Calzoncillos y nada más en el cuarto de Futoshi

El género que Leiji Matsumoto ayudó a cultivar, el de los “cuatro tatamis y medio”, se basa justamente en esto: narrar las miserias, alegrías, frustraciones y sueños de uno o más personajes que viven en estas condiciones de casi miseria, pero siempre bajo la luz de un mensaje de “aquellos viejos buenos tiempos”. Y es que la mayoría de los que han cultivado este género, como Leiji Matsumoto, vivieron algunos años en estas mismas condiciones, por lo que pueden perfectamente narrar cómo era la vida en un piso roñoso de solo siete metros cuadrados.

La obra más famosa de Matsumoto englobada en este género es Otoko Oidon, pero conducido por una recomendación del propio maestro de cuando fui a entrevistarle para Masters of Manga, he empezado por una obra menos conocida pero, según él, “más realista” de cómo era la vida en esas condiciones: Ganso dai yojōhan dai monogatari (La gran historia original de los grandes cuatro tatamis y medio).

Esta historia, que agrupa historias autoconclusivas, episodios de la vida del protagonista que se van sucediendo en el tiempo, nos narra las desventuras de Futoshi Adachi, un chaval de Kyūshū (Matsumoto es de Kyūshū) que se desplaza a Tokio para trabajar solo para encontrarse con que la empresa que lo había contratado ha quebrado. A partir de aquí, el bueno de Adachi –que por cierto es bastante vago e irresponsable– tendrá que buscarse la vida para poder pagar el alquiler de su piso de cuatro tatamis y medio y comer, entre otras necesidades vitales.

Adachi ni siquiera tiene futón, duerme sobre papel de periódico e intenta calentarse como puede con la única bombilla que hay en la habitación. También tendrá que lidiar con los vecinos, como por ejemplo una extraña pareja: ella es una preciosa mujer bastante atenta que de vez en cuando se preocupa por Adachi –incluso acostándose con él XD–, mientras que él es un violento yakuza que a menudo pegará al protagonista.
Así, entre montañas de calzoncillos sin lavar, infecciones de hongos en las partes genitales, algo de sexo, algo de violencia, bastante miseria y demás, se van sucediendo las andanzas de Futoshi Adachi.

Lo mejor

  • La historia es bastante interesante y fácil de leer.
  • Tiene escenas subidas de tono que no tenían cabida en Otoko Oidon, el manga insignia de Matsumoto en el género de los “cuatro tatamis y medio” (que reseñaré pronto también).
  • Según me comentó el propio maestro, los “consejos” que da a través de este manga para tratar y curar las infecciones genitales de hongos ayudaron a muchísimos lectores que, avergonzados por la enfermedad, no osaban ir a la farmacia para describir sus síntomas (fuerte picor y eczema en los genitales) para conseguir un remedio. ¡Se ve que Matsumoto recibió numerosas cartas de lectores agradecidos!
  • Las chicas Matsumoto… ¡Aish!

Lo peor

  • Al protagonista a veces le darías dos bofetones y le gritarías “¡espabila, joder!”
  • Casi imposible poder ver algo así publicado en Occidente.