El blog de Marc Bernabé

Subete no jidai o tsūjite no satsujin-jutsu (Técnicas de asesinato a través de todas las eras)

Friday, April 5th, 2013
  • Título: すべての時代を通じての殺人術 –Subete no jidai o tsūjite no satsujin-jutsu– (Técnicas de asesinato a través de todas las eras)
  • Autor: Shintarō Kago
  • Editorial: Kubo Shoten
  • Revista: (no figura)
  • Años publicación: 2013
  • Clasificación: seinen, ero-guro
  • Tomos: 1

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Como ya sabéis si me seguís por Twitter o Facebook, recientemente he estado en Japón, donde he aprovechado para hacer todo tipo de cosas, entre ellas ponerme un poco al día en cuestión de manga. Sinceramente, en los últimos tiempos estoy un poco aburrido del shōnen de toda la vida, me parece en general poco original, y en cuanto al seinen, lo que más vende, lo más comercial, generalmente tampoco me atrae demasiado (con las debidas excepciones).

Uno de los “descubrimientos” del pasado año fue la figura de Shintarō Kago. Lo pongo entre comillas porque hace ya años que conozco a este autor, concretamente una vez, hará como 7 u 8 años, que me pidieron investigar sobre el manga más bestia que se publicaba en Japón di de bruces con Kagayake! Daitōa kyōei-ken (¡Resplandece! Esfera de prosperidad del gran oriente asiático), una de las primeras obras suyas que me pareció extremadamente bestia, tanto que no le di más importancia que “una simple frikada más japonesa, revuelve-estómagos”.

Sin embargo, el año pasado la editorial EDT decidió apostar por este autor y, como traductor, descubrí su obra más reciente, que sigue siendo muy bestia, pero que contiene unas dosis increíbles de imaginación y potencia, tanto en el plano argumental como en el gráfico. A pesar de sus temáticas, en las que abunda el sexo, las entrañas y lo grotesco (el llamado género “ero-guro”), Kago se revela como un autor increíblemente imaginativo, brutalmente versátil y fascinantemente enfermizo. No soy amante del ero-guro, pero Kago me ha atrapado en la telaraña de su imaginación.

Cómo no, aproveché este viaje a Japón para investigar un poco más sobre el autor, aparte de conocerle en persona (fue un auténtico placer y no, no es un tío tan raro como sus obras sugieren). Y me traje un par de libros suyos y tres dōjinshi (fanzines) que pillé en una tiendecita especializada en manga raruno a la que él mismo me guió. Uno de estos libros es este, Subete no jidai o tsūjite no satsujin-jutsu (Técnicas de asesinato a través de todas las eras), el más reciente hasta la fecha. El otro lo reseñaré en cuanto lo termine de leer.

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El ataque de los “hombres-electrodoméstico”.

Su obra más reciente, Subete no jidai… es una recopilación de 11 historias cortas con el típico “sello Kago”, un poco en la línea de las que se encuentran recopiladas en Novia ante la estación (el segundo libro de Kago publicado en España). Aunque por supuesto las historias tienen ese inconfundible sello Kago y resultan sencillamente fascinantes (una vez obviada la gran carga sexual y gore que contienen, claro), los experimentos gráficos y argumentales son mucho menos intensos que en Reproducción por mitosis (el primer libro que se publicó de Kago en España). Así pues, estamos ante 11 historias, unas mejores otras peores, unas más impactantes y otras menos, que se dejan leer con gran fluidez y resultan un grandioso entretenimiento, pero que carecen de las sorpresas, trucos y experimentos con el propio medio del cómic con las que Kago nos obsequia en otro tipo de obras. Para este otro tipo de relatos tendréis que esperar a la reseña del segundo tomo que me traje, que por lo que llevo leído está a la altura, o incluso supera, lo que pudimos leer en la segunda mitad de Reproducción por mitosis y nos dejó con la boca abierta a tantos y tantos lectores.

Lo mejor

  • Es Kago. Argumental y gráficamente, brillante.

Lo peor

  • El potencial desplegado en Reproducción por mitosis resultó tan apabullante que uno se decepciona un poco al leer otras obras de Kago que no incluyen tantos y tan brillantes tour de force y experimentos con el propio medio del cómic.
  • La temática ero-guro puede repeler a más de uno.

Eroman no hoshi (La estrella del manga erótico)

Monday, February 25th, 2013
  • Título: エロ漫の星 –Eroman no hoshi– (La estrella del manga erótico)
  • Autor: Morihito Kanehira
  • Editorial: Shōnen Gahōsha
  • Revista: Young Comic
  • Años publicación: 2010
  • Clasificación: how to, erótico, humor
  • Tomos: 2

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El hecho de traducir (y haber sido lector) de una serie como Bakuman. hace que, cuando veo un manga sobre mangakas, este automáticamente me llame la atención. Este fue el caso de Eroman no hoshi (La estrella del manga erótico), una especie de manual sobre cómo dibujar manga erótico/pornográfico.

Sin embargo, en este caso no tenemos un simple “manual” de how to y nada más (como pueden ser los libros Academia de Manga que sacó hace unos años Planeta deAgostini), ni tampoco es una historia sobre mangakas en la que, por exigencias del guión, podemos aprender cosas tangencialmente (como es el caso de Bakuman., sin ir más lejos). Esta obra es una especie de híbrido entre ambas cosas, una creación muy curiosa y amena que puede gustar al lector ocasional (como yo mismo), y a la vez ser útil a los aspirantes a dibujantes profesionales.

La historia nos cuenta la evolución de un personaje llamado Kusomushi Gorota, un muchitreintañero virgen bastante inútil aspirante a mangaka profesional especializado en manga erótico. Bajo la supervisión de una tía despampanante y autoritaria que aparece de la nada cuando Kusomushi termina su primer manga para ir a enseñarlo a una editorial (y se lo destroza ante sus narices y le dice que es una mierda), el protagonista irá aprendiendo varios trucos esenciales para llegar a ser “la estrella del manga erótico”.

Los temas que se tratan en el primer tomo son: el dibujo correcto de los pechos; la importancia de “no mostrarlo todo, sino mostrar lo justo para estimular la imaginación del lector”; el papel esencial de las onomatopeyas en el manga erótico; la importancia de enviar tus ilustraciones a los “rincones del lector” de las revistas; cómo dibujar buenos culos; cómo representar por escrito los gritos y gemidos de placer; la recomendación de hacer tu dōjinshi y participar en algún evento como el Comiket para darte a conocer; un curso intensivo de dibujo y representación del sexo femenino (aunque este quede luego tapado por la censura japonesa al respecto); y una clase magistral sobre líquidos y fluidos del cuerpo durante el acto sexual (algo extremadamente exagerado en el manga porno japonés).

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Ejemplos de culos

En el segundo tomo la cosa ya varía un poco, ya que la mujer que guía al protagonista le manda a hacer de ayudante a un estudio de manga, donde aprenderá cosas diferentes, sobre todo relacionadas con la creación de argumentos y la composición de página.

El manga, como digo, es muy interesante y divertido. Primero porque no es solo una simple “clase” de dibujo o de composición de guiones o historias, sino que ofrece mucho más en forma de un argumento bastante divertido y muchos gags que hacen que la lectura de esta obra sea muy amena y que cualquiera, sepa dibujar o no, tenga interés en el manga erótico o no, puede disfrutar. Sin ir más lejos, yo he aprendido (o más bien me he dado cuenta de) cosas que desconocía, como por ejemplo la enorme importancia de las onomatopeyas y el porqué de la obsesión de los mangaka porno con los fluidos corporales, que rezuman por todas partes en la páginas de los manga guarros japoneses.

Segundo por las continuas referencias gráficas, a veces sutiles, a veces no tanto, a muchas otras obras de manga como podrían ser Death Note, Evangelion, Hokuto no Ken, Black Butler… Un montón. Y también he aprendido mucho sobre cosas que desconocía, como por ejemplo la existencia de un tío llamado Tooru Mitsumine (¿inspiración para el personaje Tooru Nanamine de Bakuman.?), que es conocido por el apodo de 投稿の神 tōko no kami, “el dios de la participación en las revistas”, y que lleva más de 20 años enviando ilustraciones (bastante mierder, por cierto) a decenas de revistas cada mes. A pesar de que su arte es bastante chungo, el tío se ha hecho famoso con la gracieta. El primer tomo de Eroman no hoshi contiene muchas referencias a este hombre, y encima una extensa Q&A de 100 preguntas en la que lo sabremos todo sobre Mitsumine.

Poco a poco, a través de los consejos de “la chunga” y de los continuos “ensayo y error” de Kusomushi, el protagonista irá depurando su arte hasta que, presumiblemente, conseguirá debutar. ¿Podrá convertirse Kusomushi en “la estrella del manga erótico”?

Lo mejor

  • Ameno, divertido y encima aprendes.
  • Las parodias y referencias a otros mangas famosos.
  • El dibujo me parece excelente.

Lo peor

  • Es un poco “ni carne ni pescado”. No sé si servirá a gente que aspire a ser dibujante, ya que no llega a ser un manual, y a los que buscan un “argumento” tampoco satisfará del todo, ya que no presenta un argumento lineal como tal (ojo, pero a mí me gusta tal cual).

Soap no Moko-chan (Moko del Soapland)

Thursday, July 26th, 2012
  • Título: SOAPのMokoちゃん –Soap no Moko-chan– Moko-chan at soapland
  • Autor: Naruo Kusugawa
  • Editorial: Akita Shoten
  • Revista: Young Champion
  • Años publicación: 1990-92
  • Clasificación: seinen, hentai
  • Tomos: 5
 

Los llamados “soapland” (lit.: tierra de jabón) son uno de los tipos de locales de servicios sexuales más peculiares de Japón, y uno de los pocos donde, a pesar de que la ley japonesa prohíbe la prostitución, se pueden conseguir “favores” sexuales completos, ya que todo el mundo hace la vista gorda a lo que ocurre dentro de las cuatro paredes de estos sórdidos establecimientos. De puertas afuera, los soapland son establecimientos de relax y de disfrute del baño, la higiene y los masajes. De puertas adentro, lo que en realidad ocurre es que los clientes pueden disfrutar de un buen baño acompañados por una solícita chica que les enjabona con profusión, les lava y mima (frotándose con ellos con su enjabonado cuerpo desnudo), con “final feliz” que incluye penetración vaginal. Destaco esto último porque, al estar prohibida la prostitución, en la mayoría de los locales de servicios sexuales japoneses no se permite la penetración vaginal y el “final feliz” se obtiene de maneras alternativas.

En cualquier caso, ya he comentado muchas veces que existen mangas de todos los tipos, para todos los públicos y de todas las temáticas y, bueno, los soapland no podían ser obviamente ninguna excepción. Soap no Moko-chan nos cuenta la historia de la guapa y más bien torpe Motoko, que acaba trabajando como soap-jō (lit.: “señorita jabón”) en uno de estos locales, pero no por trágicas circunstancias personales (deudas, víctima de trato de blancas, lo que sea…) ni tampoco por pura vanidad (para poder comprarse bolsos de marca o cosas así), sino porque termina llegando a la conclusión de que no sirve para otros trabajos y con este, que descubre que se le da bien, quiere “dar una alegría a los sufridos trabajadores que se pasan el día en la oficina, trabajando a destajo, y que se merecen un descanso y un momento de relax de vez en cuando”.

El gran clásico de los soaplands: el enjabonamiento sobre la estera hinchable.

Esta es una historia evidentemente para mayores de 18 años, con contenido sexual, pero de hecho es muy light, en el sentido de que las escenas sexuales son más bien escasas y muy poco subidas de tono. En vez de priorizar las escenas de sexo y hacer que sean lo más espectaculares posible, siendo el planteamiento más bien una excusa para mostrar esas escenas, estamos ante un manga que prioriza el argumento y que usa las escenas de sexo como una parte más del mismo. En definitiva, no es un manga porno porque sí, sino que es una historia normal y corriente que se ambienta en un soapland y que, en consecuencia, incluye algunas escenas sexuales.

El dibujo es muy ochentero-noventero (el manga fue publicado entre 1990 y 1992) y a mí personalmente me gusta ese estilo que ahora ya se percibe como bastante anticuado, seguramente por una cuestión de nostalgia puramente generacional. El manga está formado por capítulos autoconclusivos en los que Moko-chan tiene que satisfacer a un cliente cada vez (ejemplos: un viejo con la moralina subida que sin embargo “se deja hacer”, un hombre con un pene enorme, un travesti que, antes de operarse y despedirse de su pene, quiere saber cómo es “hacerlo con una mujer”, un sádico que disfruta torturando a las chicas, etcétera), o bien se nos cuenta alguna faceta alternativa de la vida de la chica. Un manga entretenido, para pasar el rato sin más, y curioso más que nada porque abre una puerta a poder conocer, de forma indirecta, un mundo bastante sórdido y curioso: el de los soapland.

Lo mejor

  • Historias autoconclusivas con bastante humor; fácil de digerir.
  • Permite conocer cómo son los soapland y qué ocurre en ellos.

Lo peor

  • Creo que se banaliza un montón el papel y las aspiraciones de Moko-chan y, por extensión, de las chicas que trabajan allí. Al fin y al cabo, Moko-chan está vendiendo su cuerpo, y cuesta creer que lo haga para “dar una alegría a los sufridos trabajadores”.

Ever Green

Friday, February 19th, 2010
  • Título: エヴァーグリーン –Ever Green–
  • Autor: Kengo Yonegura
  • Editorial: Wani Magazine-sha
  • Revista: Kairakuten
  • Años publicación: 2001
  • Clasificación: erótico, pornográfico
  • Tomos: 1

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A raíz de la visita de Range Murata al Salón del Manga de hace un par de años pude conocer a la editora en jefe de la editorial Wani Magazine-sha, responsable, entre muchas otras publicaciones, de Robot y de la actual “sustituta” de Robot, la revista Gelatin. Gracias a esta amistad que trabamos en su momento, de vez en cuando recibo algún paquete con alguna muestra de Gelatin y algún que otro tomo. Aparte de los libros de manga e ilustración puramente “artísticos” tipo Robot, Gelatin o los libros de ilustraciones de Murata y los suyos, Wani Magazine-sha tiene un peso bastante importante en el mercado del cómic pornográfico, lo que ellos llaman seijin muke (para adultos) y nosotros llamamos hentai.

Normalmente, en los paquetes de Wani vienen muestras de libros de estos “artísticos”, sobre todo la Gelatin, pero en el último que recibí venía, sorprendentemente, un manga pornográfico, este Ever Green. Al abrir la caja me sorprendí bastante porque realmente no esperaba encontrar un manga hentai ya que en nuestros encuentros casi nunca hemos hablado de este tema. No tenía ni idea de por qué demonios me habían mandado eso, pero el otro día decidí abrirlo y empezar a leer en un momento en el que me apetecía leer algo sencillo y ampliar un poco mis conocimientos de manga erótico.

¡Cuál fue mi sorpresa al descubrir que no podía parar de leer! La verdad es que devoré este tomo en un santiamén y me encantó; ahora entiendo por qué la editora de Wani Magazine-sha me mandó este libro. Aparte de su condición de manga pornográfico con escenas de “chaka-chaka” destinadas a alegrar la vista del consumidor, esta es una obra realmente notable y que argumentalmente tiene peso por sí misma. Detrás de esta portada de una chica tetuda espatarrada y con un sospechoso líquido blanco por encima –una portada arquetípica de este tipo de manga, por otra parte, e incluso discreta en comparación con las aberraciones que se llegan a ver por ahí– se esconde una obra llena de fuerza y sentimiento.

Naoyuki es un estudiante de bachillerato de aspecto enclenque y con gafas. Su gran amigo del alma es Yutaka, un apuesto joven por el que todas las chicas del instituto suspiran. Naoyuki vive en una casa con sus dos hermanas mayores (son huérfanos). La mayor se llama Wakaba y es delgada, lleva el pelo corto y tiene aspecto serio pero a la vez amable. La menor es Moeko: pelo largo, pecho más que generoso y curvas impresionantes. El caso es que Moeko, una calentorra de cuidado se tira a su hermano Naoyuki, al que quiere con toda su alma, pero es que Naoyuki en realidad está enamorado de su hermana mayor Wakaba (!). Por si fuera poco, las casualidades de la vida hacen que Wakaba termine siendo la profesora particular de Yutaka; al cabo de poco, ambos se enamoran e inician una relación normal y corriente como novios (con “chaka-chaka” incluido, claro, que este es un manga porno). La cosa se lía un montón cuando Naoyuki descubre que su gran amigo Yutaka se está tirando a su hermana Wakaba y que (agarraos), ¡Moeko está embarazada de él…!

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Yukata X Wakaba ¿Vosotros creéis que este post es “meneable”?

El contenido de este manga no deja de ser polémico, ya que incluye incesto a mansalva (una temática que no parece importar mucho a los lectores japoneses a juzgar por la frecuencia con la que aparece en el manga porno). A pesar de todo, la maraña de sentimientos que se teje por encima de los cuatro personajes llega a ser asfixiante, y la sensación de pesadumbre se transmite perfectamente hacia el lector. Es como uno de estos típicos manga de triángulos (o cuadrados) amorosos, solo que aquí los personajes tienen relaciones sexuales explícitas… Dibujadas la hostia de bien, todo hay que decirlo. ¡Qué arte tiene Yonekura (¡que según la Wikipedia japonesa es una mujer!) para dibujar cuerpos desnudos y escenas de sexo!

Ever Green fue publicado originalmente en el año 2001, pero Wani Magazine-sha ha decidido este año rescatar la obra en una “edición definitiva”, con todas las páginas a color publicadas originalmente en la revista Comic Kairakuten, de lo que se deduce que esta es una obra bastante mítica dentro de lo que es el manga pornográfico. Y no es para menos.

Casualmente, hace unos años decidí adquirir un manga hentai, porque me parecía un poco “triste” como supuesto “estudioso del manga” que aspiraba-y aspiro- a ser no tener ningún ejemplar de este género en mi biblioteca. Tras meterme en una librería que daba bastante miedito, al fondo de un edificio de Kioto, y curiosear un poco entre libros con tanta teta gigante y tanto líquido blancuzco en la portada, al final me decidí por un manga con una portada un poco más discreta y con un estilo de dibujo bastante atractivo, ya que tampoco era cuestión de comprar cualquier guarrada. Nunca he llegado a leer ese manga, pero la casualidad quiso que sea también de Kengo Yonekura, por lo que, tras haber leído Ever Green y haberlo disfrutado tanto, no me cabe duda de que un día de estos lo leeré también y lo reseñaré en este mismo blog.

Lo mejor

  • Dibujo espectacular.
  • Un argumento apasionante y que consigue calar en el lector.
  • El personaje de Wakaba, una chica con proporciones corporales normales y corrientes, muy alejado del estereotipo de la mujer que aparece normalmente en este tipo de manga (este estereotipo corresponde al personaje de Moeko). Está bien ver a una chica de aspecto normal teniendo sexo normal con su novio normal. Nada de pechos enormes, penes gigantescos ni eyaculaciones masivas. Sexo normal y corriente.
  • Las espectaculares páginas a color.
  • Que este manga me haya abierto los ojos al hecho de que no todo el manga hentai es pura basura para pajilleros.

Lo peor

  • Lo de la relación incestuosa me parece bastante fuerte. Y me parece bastante fuerte que no sea solo en este manga, sino en muchos manga hentai, donde se trata el incesto como si fuera algo normal y corriente.

Golden Boy

Tuesday, December 29th, 2009
  • Título: GOLDEN BOY さすらいのお勉強野郎 (Golden Boy; Sasurai no obenkyō yarō) –Golden Boy, el estudioso errante–
  • Autor: Tatsuya Egawa y sus ayudantes
  • Editorial: Shūeisha
  • Revista: Super Jump
  • Años publicación: 1992-97
  • Clasificación: seinen, humor
  • Tomos: 10

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Golden Boy fue la segunda serie más votada en la 2ª encuesta MangaLand, unos cuantos votos por debajo de Master Keaton. Sin embargo, como cosechó una cantidad nada desdeñable de votos considero que, a pesar de no haber ganado la encuesta, merece que le dedique una reseña.

Tatsuya Egawa es uno de esos grandes autores de los años 90 que por alguna razón nunca han llegado a ser publicados en España. Aparte de Golden Boy, tal vez su obra más conocida internacionalmente, en su haber cuenta con otra famosísima historia como Tōkyō Daigaku Monogatari (Una historia de la Universidad de Tokio), un manga polémico que cosechó un gran éxito en los 90, así como el manga de humor Magical Tarurūto-kun, publicado en la Shōnen Jump. Sin embargo, resulta curioso que después de los impresionantes éxitos que consiguió en su época dorada, Egawa no ha vuelto a levantar cabeza como mangaka (sí en otras facetas, como la de invitado en programas televisivos) tras el fracaso de obras como Nichiro Sensō Monogatari (Historia de la guerra ruso-japonesa) o Genji Monogatari (La historia de Genji) -Por cierto, parece que le gusta la palabra “monogatari”, ¿eh? XD

Kintarō Ōe es un chaval de 25 años que va errando por la vida montado en su bicicleta. Se trata de un chico muy aplicado cuyo lema es el “estudio” y que siempre va tomando notas frenéticamente en una libreta a la par que exclama benkyō, benkyō, benkyō! (¡Estudio! ¡Estudio! ¡Estudio! / o bien ¡Aprendo! ¡Aprendo! ¡Aprendo!). Su objetivo en la vida es “estudiar” y para ello siempre está buscando nuevos trabajos en los que poder aprender de todo. Así, siempre se las apaña para acabar siendo empleado en empresas o tiendas/locales de lo más variopinto donde, invariablemente, hay una o más mujeres despampanantes y donde siempre se las apaña para meterse en líos de lo más hilarantes. Por ejemplo, muchas veces termina teniendo que limpiar los lavabos y, mientras limpia la taza del váter, empieza a comerse la olla y a ponerse “bruto” pensando en que en esa taza se sienta esa chica tan sensual. Invariablemente, acaba abrazándose y frotándose contra la taza, e invariablemente le pillan con las manos en la masa.

La típica situación en la que la tía buenorra pilla al prota abrazándose a la tapa del váter

La típica situación en la que la tía buenorra pilla al prota abrazándose a la tapa del váter

Kintarō parece una mosquita muerta y da la sensación de que no se entera de nada; de hecho, siempre parece poner en apuros a sus empleadores con su inutilidad. Sin embargo, una vez pasado el “punto de no retorno”, cuando ya le han despedido o se ha marchado del trabajo por su cuenta, se descubre que Kintarō en realidad se había marcado un grandísimo punto, lo que provoca que la chica de turno recapacite sobre él, descubra cuán equivocada estaba y prácticamente se enamore del protagonista, que en ese momento ya está muy lejos. En realidad, Kintarō se destapa como un superdotado para los estudios, que dejó la universidad de Tokio (la más prestigiosa del país) porque ya no le motivaba, y decidió marcharse y vivir la vida haciendo trabajos de lo más variados con tal de poder “estudiar”.

Golden Boy es una serie tronchante, muy divertida y muy bien dibujada, con mucho humor y grandes situaciones picantes (¡y unas chicas de lo más sexy!), que además cuenta con solo 10 tomos, lo que la hace una serie muy apetecible, a priori, para su publicación en España. Lo raro es que hayan pasado tantos años y ninguna editorial haya apostado por ella. Es de dominio público que Selecta Visión (que editó los OVA basados en este manga hace unos años) estuvo a punto de publicar este manga en nuestro país durante la época en la que compaginaba la edición de anime con la publicación de manga. Sin embargo, el cierre de la división manga de esta empresa debido a las pobres ventas de la series que había editado (Mazinger Z, FuriKuri, Excel Saga, Gasaraki, Cowboy Bebop…) frustró la salida de este título a nuestro mercado. Una verdadera lástima.

Espero sin embargo que algún día alguna editorial nos traiga este cómic. Como ya he dicho, creo que tiene todos los ingredientes para funcionar de forma cuanto menos satisfactoria.

Lo mejor

  • Mucho humor, mucho erotismo y un gran dibujo
  • Me gusta mucho el hecho de que Egawa fuera uno de los primeros mangaka en acreditar debidamente a sus ayudantes. No solo especificando en portada que los autores del manga son “Tatsuya Egawa & his assistants”, sino además listando al final del tomo los nombres de esos ayudantes y las partes exactas en las que han trabajado. Por si fuera poco, ofrece algunas de las páginas “sueltas” a estos ayudantes para que las usen a su gusto, por ejemplo presentándose. ¡Chapó para Egawa!

Lo peor

  • Kintarō a veces resulta muy cargante de lo gili que llega a ser
  • Algunas situaciones son de lo más machistas…