El blog de Marc Bernabé

Shiroi hata (Bandera blanca)

Thursday, May 23rd, 2013
  • Título: 白い旗 –Shiroi hata– (Bandera blanca)
  • Autor: Shigeru Mizuki
  • Editorial: Kōdansha
  • Revista: Publicación original como kashihon (libros de alquiler)
  • Años publicación: años 60
  • Clasificación: manga documental, bélico
  • Tomos: 1 (colección completa: 4 tomos)

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Ya sabéis que soy gran fan de Shigeru Mizuki desde hace tiempo y que me encantan sus obras autobiográficas. Una de la que más me impactó, aunque técnicamente no es autobiográfica, es Sōin gyakusai se yo, editada en España bajo el título Operación muerte. Y es que aunque no está explícitamente protagonizada por él mismo, esta historia sí que incluye bastantes de las experiencias que sufrió Mizuki durante la Segunda Guerra Mundial: las condiciones en la selva de Rabaul (actual Papúa-Nueva Guinea), la mentalidad de los soldados y oficiales japoneses y el hecho de perder el brazo izquierdo durante un bombardeo de los Aliados.

En todo caso, me apetecía leer más de las obras bélicas de Mizuki y un día, en una librería de segunda mano, encontré este tomo, titulado Shiroi hata (Bandera blanca), el tercer tomo de una colección de cuatro volúmenes editada a principios de los años 90 (concretamente para “conmemorar” el 50.º aniversario del inicio de la Guerra del Pacífico) que presentan una selección de las obras bélicas del autor ambientadas en la Guerra del Pacífico. El primer tomo, por cierto, corresponde a Operación muerte.

Por lo que veo, la colección es bastante variopinta y recopila obras de varias épocas de este autor, realizadas entre 1960 y 1980. Concretamente, este tercer tomo es curioso porque contiene historias de la época más desconocida de este autor, principios de los años 60, una época en la que Mizuki dibujaba manga para ganarse, a durísimas penas, la vida. Y es que Mizuki, tras perder el brazo izquierdo en la guerra, pasó 20 años intentando hacer todo tipo de trabajos para salir adelante, pero solo el manga le reportaba algo de dinero, lo justo para poder vivir (miserablemente, pero vivir). Hasta que finalmente, en 1965, a los 43 años de edad, por fin conoció el éxito, un éxito que labró a lo largo de los años hasta ser considerado, actualmente, uno de los mejores mangaka de todos los tiempos.

Mizuki había realizado varios trabajos como artista para teatrillo callejero kamishibai hasta finalmente debutar como mangaka en 1957, por lo que dos de las obras que se recopilan en este tomo, publicadas en 1960 y 1961 respectivamente, son realmente de su primerísima época, lo que resulta muy interesante. Eso sí, su estilo aquí es extremadamente primitivo y tosco; pasarían bastantes años hasta que lo puliera.

Estas son las historias que contiene este tomo en concreto, todas ellas de tipo documental. Es decir, no narran grandes aventuras ni gestas, sino que explican lo que ocurrió en realidad en cada caso, eso sí, desde la perspectiva japonesa. Acostumbrados a conocer la guerra del Pacífico solamente por el lado americano, gracias a las películas, series y novelas dedicadas a ese conflicto, verla desde el otro bando resulta bastante refrescante.

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En esta plancha se puede apreciar el dibujo primitivo de Shigeru Mizuki de esa época. Desde luego, en pocos años mejoró muchísimo.

  • Shiroi hata (Bandera blanca, 1968): Se trata de un remake de una historia anterior, de 1964. Cuenta la cruenta y famosa batalla de Iwo Jima desde el bando japonés, y en ella vemos la actitud totalmente intransigente de los oficiales nipones, determinados a perder la vida (y hacerla perder a sus hombres) antes que escapar o rendirse. Al parecer está basada en la historia real de un amigo íntimo del hermano de Mizuki, uno de los escasísimos supervivientes japoneses de la batalla.
  • Bougainville jōkū namida ari (Lágrimas en el cielo de Bougainville, 1970): Narra la operación aliada para acabar con el comandante en jefe de la flota combinada japonesa Isoroku Yamamoto, la llamada Operación Venganza.
  • Tanaka Raizō (Raizō Tanaka, 1960): Reivindica la figura y las hazañas del sagaz almirante Raizō Tanaka, bastante famoso entre los americanos por su fiereza, pero curiosamente poco conocido entre sus compatriotas japoneses.
  • Tokkō (Kamikaze, 1961): Esta historia (la más larga del tomo), dividida claramente en dos partes cuyo vínculo es el piloto de Zero Mamoru Kamishiro, empieza narrando la última travesía del gigantesco crucero Yamato, buque insignia de la armada japonesa, concretamente los hechos que desembocaron en su hundimiento cuando se dirigía a Okinawa para ayudar en la batalla de Okinawa. Luego deriva hacia contarnos el papel de las tropas tokkō (“ataque especial”, conocidas en Occidente como kamikaze) y lo increíblemente difícil que resultaba hacer chocar un avión contra un objetivo enemigo sin ser derribado antes.

Lo mejor

  • Aprender sobre la guerra del Pacífico a través del manga y desde el punto de vista japonés.
  • Conocer mejor la obra de Shigeru Mizuki cuando no era famoso.

Lo peor

  • El dibujo es muy tosco, sobre todo en las dos últimas historias. Se nota que Mizuki tenía que mejorar muchísimo, aunque el salto de calidad entre la tercera (1960) y la segunda (1970) es abismal.
  • Algunas explicaciones resultan confusas. Concretamente, me perdí bastante en la tercera historia.

One Punch-man

Monday, May 6th, 2013
  • Título: One Punch-man
  • Autor: ONE (guión) / Yūsuke Murata (dibujo)
  • Editorial: Shūeisha
  • Revista: Tonari no Young Jump (online)
  • Años publicación: 2012-en curso
  • Clasificación: aventuras, superhéroes
  • Tomos: 3 (en curso)

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Esta serie me llamó la atención cuando, no sé a través de qué medio, me enteré de su argumento: “va de un superhéroe que es tan poderoso que acaba con sus enemigos con un solo puñetazo, lo que le frustra sobremanera”. Esto, sumado al hecho de que está dibujado por Yūsuke Murata, dibujante de la célebre serie de fútbol americano Eyeshield 21, hizo que, en cuanto pude, le echara la mano encima para leerlo.

Más curiosa resulta la historia de su concepción, que acabo de averiguar ahora mismo al buscar los datos de publicación para rellenar la minificha con la que empiezo todas mis reseñas. Resulta que la obra original es de un autor que usa el pseudónimo ONE, que la estuvo publicando en su propia página web Wanpanman. Como podéis ver, el dibujo (capítulo 1 de la obra original) es cutre de narices, pero la originalidad del argumento llamó muchísimo la atención a la gente y corrió como la pólvora. Corrió tanto que llegó a llamar la atención del dibujante Yūsuke Murata, que pidió permiso a ONE para hacer el remake de forma profesional, manteniéndole a él como guionista. Este remake empezó a publicarse en la revista online de Shūeisha  Tonari no Young Jump, medio en el que a día de hoy sigue presentándose de forma totalmente gratuita (aquí están los capítulos, solo que no los dan todos, van borrando algunos antiguos para que te compres los tomos).

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Saitama cargándose a un gigante con un solo puñetazo

Murata es un dibujante excepcional, de lo mejorcito del panorama del shōnen actual, y junto a la original historia de ONE han conseguido una obra muy atractiva, dinámica y divertida. El argumento es justo el que os he presentado antes: un superhéroe calvo con el anodino nombre de “Saitama” (su apellido real) se enfrenta a todo tipo de amenazas, monstruos gigantes incluidos, a los que derrota con un solo puñetazo por haberse pasado de rosca en sus entrenamientos en su momento. La obra es en clave de humor y los giros están muy bien buscados, además de presentar personajes secundarios como Genos, un joven cyborg que se empeña en ser el discípulo de Saitama y que puede dar mucho juego en tomos posteriores.

ACTUALIZACIÓN

Me veo obligado, varios días después de subir la reseña, a hacer algo que nunca antes había hecho en este blog: modificar o hacer añadidos a una reseña ya publicada. Y es que estos días me he puesto al día de esta serie tras conseguir los tomos 2 y 3 (los disponibles hoy en día), una lectura muy amena y divertida, sin más a destacar que lo que ya dije en su momento en la reseña… El caso es que, después de terminar los tomos, pensé que podría seguir la serie regularmente en su versión online, sin tener que esperar a los tomos, y me puse a leer con mi iPad a partir del capítulo correspondiente. Por cierto, la lectura online desde el Safari del iPad, muy buena. El interfaz es cómodo y el único fallo que se le puede achacar es cierta lentitud en cargar las páginas nuevas, sobre todo cuando vas leyendo con velocidad.

Fue entonces cuando pasé de estar leyendo una serie muy entretenida, sin más pretensiones que hacer pasar un buen rato al lector, a verme de golpe ante una propuesta extremadamente original, un experimento fantástico de cómo trabajar de forma online. Todos sabemos que en una revista dispones de ciertas limitaciones, ambas de tipo físico, impuestas por el propio medio de publicación: tinta sobre papel. Por un lado, los dibujantes disponen de un cierto número de páginas estipulado para cada entrega de su serie, y por el otro el uso del color está extremadamente limitado en el manga porque imprimir a color resulta muchísimo más caro.

Pero, obviamente, estas limitaciones no existen en el medio online, así que Murata aprovecha la absoluta libertad que le da internet para publicar entregas con número de páginas variable (la más corta que he visto es de 12 páginas, mientras que la más larga superaba las 60), y a menudo usa esa profusión de páginas para presentar escenas de forma espectacular, movimiento por movimiento, en forma de splash pages impresionantes que si se unieran conformarían prácticamente una obra de animación (y alguien ya lo ha hecho, mirad las imágenes aquí debajo –Importante: haz clic en ellas para ver a lo que me refiero). Por otro lado, la restricción del color tampoco existe en internet, lo que Murata aprovecha para marcarse un increíble capítulo entero a todo color, aparte de otros experimentos.

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Me parece una iniciativa increíble la de Murata, el hecho de leer One Punch Man en su versión en tomo es una experiencia de lectura de manga “normal”, de las de toda la vida (ya que recorta un montón estas espectaculares escenas para que cada capítulo tenga más o menos el mismo número de páginas y no obtengamos tomos enteros con muchísimas páginas sin texto, por muy espectaculares que sean), mientras que leer la misma historia online es una experiencia totalmente distinta y muy original.

Yo no sé cómo será el futuro del cómic cuando el formato digital sea mucho más común que ahora, seguramente la propuesta de Murata no será la que se acabe imponiendo. Pero lo que me parece muy bonito es que vayan surgiendo autores que vayan experimentando con el medio y rompan con las convenciones del pasado para crear cosas innovadoras y aprovechen, cada vez más, las enormes posibilidades que ofrece la publicación online. Y si encima son dibujantes tan requetebuenos y famosos como Yūsuke Murata, mucho mejor porque contribuyen a dar notoriedad y publicidad a estas iniciativas. ¡Bravo!

Lo mejor

  • Dibujo espectacular.
  • Lectura muy dinámica y divertida. Sensación refrescante.
  • La versión online: ¡Muy grande!

Lo peor

  • Alguna historia, aunque divertida, resulta un poco anodina.

Tetsu no Don Quijote (El Don Quijote de hierro)

Tuesday, February 19th, 2013
  • Título: 鉄のドンキホーテ –Tetsu no Don Quijote (El Don Quijote de hierro)–
  • Autor: Tetsuo Hara
  • Editorial: Shūeisha
  • Revista: Shōnen Jump
  • Años publicación: 1982-83
  • Clasificación: deportivo, motor
  • Tomos: 2

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Evidentemente, fue el título de este manga el que me empujó a leerlo. “El Don Quijote de hierro”, suena tan absurdo y tan curioso que es imposible no sentirte atraído por él, y más aún al ver que lo firma ni más ni menos que Tetsuo Hara, dibujante de la mítica Hokuto no Ken (El puño de la estrella del norte).

Estamos ante un manga de motocross (of all things), que narra las aventuras de Gen Kurosu (sí, kurosu es como se pronuncia “cross” en japonés, muy original no es ^_^), un joven piloto de motocross que, como todos en los shōnen manga, aspira a ser el mejor en su campo. La particularidad del motocross que se nos presenta en este manga es su extrema violencia, ya que los pilotos no dudan en abalanzarse los unos encima de los otros, con todo el peso de las motos, o en empujarse para echar al rival de la pista. Un ambiente muy “macho” y casi “apocalíptico” (la sombra de Mad Max es alargadaaaa) que sin duda casa muy bien con el estilo del autor.

Como suele ocurrir en este tipo de obras, el protagonista debe enfrentarse a un rival muy poderoso, que parece inalcanzable. En este caso se trata de Shun’ichi Igarashi, un rubiales de pelo largo que recuerda sobremanera al Shin de Hokuto no Ken y que es el líder del “Red Army”, un poderoso equipo de motocross que domina el campeonato sobre otros equipos. Gen Kurosu, hermano menor del fallecido hace unos años y legendario piloto (otro cliché del género) Shin Kurosu, piloto independiente, se enfrentará a Igarashi y su tropa en una violenta y sangrienta carrera.

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¡TESTOSTERONA sobre dos ruedas!

Aparte del manga que da título a la obra, relativamente largo (ocupará unas 320 páginas o así), el resto de cada uno de los dos tomos está ocupado por varias historias cortas. Todo el material junto, pues, es un poco un recopilatorio de la obra de Tetsuo Hara antes de que se hiciera famoso como dibujante de Hokuto no Ken. De hecho, dos de estas historias son los episodios pilotos de la legendaria obra, y su título es exactamente el mismo: Hokuto no Ken y Hokuto no Ken 2. Ambas autoconclusivas de Hokuto no Ken presentan al protagonista, Kenshirō Kasumi, y establecen las bases de lo que sería la obra, sobre todo el estilo de lucha Hokuto-shinken y la particularidad de destrozar a los rivales golpeando los “meridianos” de sus cuerpos y haciendo que estos (los cuerpos) estallen desde dentro de la forma más aparatosa y “visceral” posible.

Las demás historias son entretenidas pero no dejan de ser mediocres: Super Challenger es una historia de boxeo que recuerda muchísimo a Ashita no Joe; Crash Hero es como el episodio piloto de El Don Quijote de hierro y Mad Fighter también va sobre moteros y luchas sobre motos, pero esta vez (más) a lo Mad Max.

Lo mejor

  • Conocer a la versión primigenia de un autor como Tetsuo Hara.
  • Saber de dónde salió Hokuto no Ken. Por suerte, en la serie definitiva le pusieron a Hara un guionista como Buronson, porque ya se nota que el guión no es el fuerte de este autor y un Hokuto no Ken sin Buronson a los guiones probablemente hubiera acabado siendo una historia del montón y de relativamente corta duración.

Lo peor

  • Bastante simplones los planteamientos.
  • El dibujo es bastante sucio y abigarrado, como si Hara tuviera horror vacui. Pero también es verdad que esa es la base de su estilo y, sin él, nunca habría surgido una obra como Hokuto no Ken.

Ultra Q

Wednesday, February 6th, 2013
  • Título: ウルトラQ –Ultra Q–
  • Autor: Kamui Fujiwara
  • Editorial: Kadokawa Shoten
  • Revista: Newtype The Live
  • Años publicación: 2003-04
  • Clasificación: ciencia-ficción, fantasía, kaijū
  • Tomos: 2

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Si sois amantes del llamado tokusatsu o ciencia-ficción con muñecos y monstruitos de goma japonés, cuyos máximos exponentes son Godzilla, Gamera, Ultraman, Kamen Rider y sus “hermanos”, posiblemente os suene el título de Ultra Q, una de las primeras series televisivas del género, estrenada en 1964, y que fue el preludio a muchas otras series “Ultra”, entre ellas, cómo no, la celebérrima Ultraman.

Los 11 episodios de Ultra Q son de tipo autoconclusivo, un poco al estilo de La dimensión desconocida, y narran aventuras basadas en hechos sobrenaturales, con bastante participación de monstruos gigantes. Se dice que Eiji Tsuburaya, legendario especialista en tokusatsu que tuvo una participación decisiva en los films de Godzilla y las series de Ultraman, entre tantos otros, no abogaba mucho por la aparición de monstruos en la serie, pero los productores le forzaron a sacarlos aprovechando el tirón de las películas de kaijū (monstruos gigantes) que él mismo había causado.

Como digo, Ultra Q es una serie de episodios autoconclusivos precursora directa de Ultraman y, como tal, goza de un estatus de culto entre la generación de japoneses que ahora mismo rondará los 50-60 años de edad. Justo la franja de edad en la que se encuentra Kamui Fujiwara, conocido aquí por ser el autor de la inconclusa en España Raïka, pero que en Japón es más conocido por sus mangas de Dragon Quest: Roto no monshō y por la adaptación a manga de las historias de Mamoru Oshii Kerberos Panzer Cops (quizás os suene más su adaptación animada: Jin-Roh).

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¡Un monstruo gigante en el Polo Sur!

En todo caso, el manga de Ultra Q adapta seis de los 11 capítulos de la serie original, tres por cada uno de los dos tomos de los que se compone, y por lo que se ve es una adaptación extremadamente fiel. Hasta el punto de que la historia se ambienta siempre en los años 60 y que tiene un espíritu retro muy interesante. A mí no me ha acabado de gustar, la verdad es que encuentro las historias demasiado pueriles, pero es que así era la serie original, y así eran las series de tokusatsu en los años 60. Por comentarios de lectores japoneses que leo en Amazon o similares, a la generación que se crió viendo Ultra Q les encanta la gran fidelidad de Kamui Fujiwara en la adaptación, lo que denota “su amor por Ultra Q”. Sin embargo, a un lector que no conoce Ultra Q, o solo lo conoce tangencialmente, yo creo que le dejará más bien frío.

Lo mejor

  • Una ventana abierta a una de las series más míticas del tokusatsu televisivo japonés.

Lo peor

  • El dibujo es muy bueno, casi diría que excelente, pero para mí es bastante impersonal y “frío”.
  • Las historias son pueriles y bastante precipitadas.
  • No lo recomiendo a los que no sean fans del tokusatsu o de Ultra Q.

Terra Formars

Thursday, January 31st, 2013
  • Título: テラフォーマーズ –Terra Formars–
  • Autor: Yū Sasuga (guión) y Ken’ichi Tachibana (dibujo)
  • Editorial: Shūeisha
  • Revista: Miracle Jump / Young Jump
  • Años publicación: 2012-?
  • Clasificación: violencia, acción, ciencia-ficción, entomomanga
  • Tomos: 3 (en curso)

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Corre el año 2577 y la Humanidad está lista para comprobar los efectos del plan de terraformación de Marte iniciado hace unos siglos: la forma más barata y aparentemente efectiva de conseguir que Marte desarrollara las condiciones para albergar vida de tipo terrestre fue enviar al planeta rojo un cargamento de moho y de… ¡Cucarachas!, conocidas por ser resistentes en todo tipo de ambientes, por duros que estos sean. La idea es que el moho y las cucarachas se irían expandiendo por el planeta poco a poco e irían generando suficiente oxígeno para formar una atmósfera capaz de albergar vida terrestre.

Una primera nave con seis tripulantes, la Bugs 1, aterriza en Marte, solo para ser aniquilada de buenas a primeras no se sabe muy bien cómo ni por qué (se han apañado, por cierto, para mandar un mensaje a la Tierra in extremis en el que explican lo que se han encontrado; este mensaje se mantiene en secreto). Ahora, el gobierno terrestre manda una segunda misión conformada por 12 tripulantes que, pronto lo sabremos, han sido genéticamente modificados para adquirir propiedades de distintos tipos de insecto. ¿Y por qué motivo?

El motivo lo averiguamos cuando la segunda nave, la Bugs 2, aterriza en Marte y sus tripulantes, que a priori tienen la misión de exterminar a las cucarachas para iniciar la segunda fase del proceso de terraformación, se topan con que las cucarachas de marras han evolucionado a lo bestia (!!) hasta convertirse en enormes bicharracos llenos de músculos con una resistencia sin par, como no podía ser de otra forma. Los hombres-cucaracha empiezan entonces a cargarse a los tripulantes del Bugs 2 como quien aplasta hormiguitas… Cuando por fin los que sobreviven consiguen reaccionar e inyectarse la droga que les permitirá adquirir propiedades de diversos insectos, a cuál más pintoresco, inician un tímido contraataque que les permite al menos no acabar destrozados por las cucarachas a las primeras de cambio…

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¡Craka! Toma cucaracha.

Un planteamiento delirante, muy loco, que solo podría ser posible sin duda en el rico mundo del manga, donde absolutamente todo tiene cabida. La historia ha caído en gracia en Japón, ya que rápidamente ha conseguido muchísimos lectores y ha llamado la atención hasta el punto de ser nombrada mejor serie para público masculino en el recopilatorio Kono manga ga sugoi 2013 y ser nominada como finalista al premio Manga Taishō, que se fallará en los próximos meses.

Estamos ante una serie con muchísima acción y violencia. Para mí, ahora Gantz está en su recta final, es la clara sucesora de la serie de Hiroya Oku, ya que cuenta con todos los ingredientes por los que Gantz ha triunfado. El dibujo es un poco acartonado al principio, sin ser en absoluto malo, pero pronto gana en flexibilidad. El guión, fruto de un estudiante universitario (¡no es coña!), es una cosa muy loca, incluso absurda (¿alguien ha dicho Gantz?), pero que acaba enganchando muy bien al lector. Podría perfectamente haberse quedado en un intento absurdo de hacer un manga absurdo, pero entre el guionista y el dibujante se las apañan para conseguir una historia trepidante.

Lo mejor

  • Acción sin par.
  • Sensación de WTF constante muy “a lo Gantz”.
  • La reseña desde el punto de vista entomológico de este manga que ha hecho Jesús en Entomoblog.

Lo peor

  • Dibujo un poco acartonado al principio.