El blog de Marc Bernabé

Dokushin apart Dokudami-sō (Apartamentos para solteros Dokudani)

Tuesday, September 9th, 2014
  • Título: 独身アパートどくだみ荘 –Dokushin apart Dokudami-sō– (Apartamentos para solteros Dokudani)
  • Autor: Takashi Fukutani
  • Editorial: Hōbunsha
  • Revista: Manga Times
  • Años publicación: 1979-93
  • Clasificación: humor, pobretones, apartamentos, slice of life, erótico
  • Tomos: 35

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Muchas veces leo mangas, lo confieso, porque la portada me ha llamado la atención por algo, y a veces me apetece salir de lo que está en boga en estos momentos, o incluso huir de la estética imperante en la actualidad para sumergirme en obras en apariencia más cutres. Y esto lo hago en parte para desconectar, y en parte para buscar cosas que en su tiempo no fueron tampoco especialmente famosas ni exitosas… porque uno no siempre puede estar “alimentándose” de obras maestras y me interesa, hasta cierto punto, saber cómo eran las “obras del montón” de las diferentes épocas.

Por estos motivos decidí leer Dokudami-sō, y la verdad es que –adelantando un poco la conclusión– me llevé una gratísima sorpresa. Mi intención era escribir una reseña favorable a esta obra y destacar que “curiosamente, hay obras que en su momento pasaron sin pena ni gloria pero que valen bastante la pena, como esta”. Y esto ha sido así hasta hace tan solo unos minutos, cuando buscando la información sobre este manga para rellenar la pequeña ficha técnica que siempre abre mis reseñas, he descubierto que en realidad este sí fue un manga muy conocido y relativamente exitoso.

No tenía ni idea porque no conocía ni el autor, ni el título, ni tan solo me sonaba la portada ni el personaje principal, pero según fuentes japonesas, este manga se publicó durante 14 años en la revista Manga Times y era uno de los más esperados por los lectores. También es verdad que la revista Manga Times, pese a ser una gran veterana de la escena seinen (se publica desde 1956!!! Y fue la primera revista de manga semanal), al estar pensada para lectores masculinos de más de 30-40 años, no llama demasiado la atención ni tiene series especialmente destacables (y, desde luego, nada conocidas fuera de Japón).

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Llevando y enguarrando unas bragas durante varios días, sin cambiárselas, para que adquieran ese “aroma” que le permitirá vendérselas a algún pardillo que se crea que realmente eran de una chica.

En todo caso, me alegra haber dado con Dokudami-sō: esta es la historia de Yoshio Hori, un auténtico desarrapado, vividor y casi vagabundo, que vive en los apartamentos Dokudami-sō de la forma más cutre posible (y al parecer está inspirado en el propio autor del manga…). Yoshio es vil, capaz de casi cualquier cosa para conseguir lo que quiere sin tener que esforzarse por ella: una especie de hippy de la vida pero de mala manera. Además, es un cerdo pervertido que no tiene ni idea de cómo seducir a una mujer: es grosero, guarro y… bueno, básicamente lo tiene todo. En la obra, además, aparecen mafiosos, prostitutas, travestis, drogadictos… Lo más granado de la sociedad japonesa de la época.

Sin embargo, las situaciones en las que se mete Yoshio terminan siendo bastante entretenidas de cara al lector, que pasa un buen rato leyéndolas a pesar de que en ocasiones es inevitable una mueca de asco delante de según qué actitudes (como masturbarse a lo guarro delante de una chica que ella cree que se le está insinuando –nada más lejos de la realidad–, o ponerse durante semanas unas bragas para intentar vendérselas a un comerciante de bragas usadas diciéndole que son de una chica guapa). Aunque el manga tiene grandes dosis de humor y es básicamente un manga para reírse y pasar el rato, algunos capítulos nos van a sorprender porque no terminan con el típico slapstick que podríamos esperar, sino que tienen un componente tragicómico que a veces nos va a provocar lástima por Yoshio, como cuando parece que hay una chica que se interesa por él pero luego pasa algo que hace que despierte de mala manera de su sueño (como cuando descubre que esa chica tan fantástica que conoce resulta ser un travesti)…

Lo mejor

  • Historias divertidas y con un toque guarro bastante acusado.
  • Los giros argumentales que da el autor: cuando te esperas un final de risa, va y consigue que sientas lástima por el personaje de Yoshio, que en realidad es lo peor de lo peor.

Lo peor

  • Hay situaciones que están bastante pasadas de rosca, sobre todo respecto al trato de la mujer como objeto. Recordemos que la obra empezó en 1979 y que los estándares sobre este tema eran muy diferentes a lo que estamos acostumbrados ahora, pero aun así resulta bastante chocante.

Kiseijū (Bestia parasitaria)

Tuesday, August 19th, 2014
  • Título: 寄生獣 –Kiseijū– (Bestia parasitaria)
  • Autor: Hitoshi Iwaaki
  • Editorial: Kōdansha
  • Revista: Afternoon
  • Años publicación: 1988-95
  • Clasificación: sobrenatural, aventuras, horror
  • Tomos: 8 (edición kanzenban)

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El manga Kiseijū es uno de los favoritos de los japoneses de mi generación y hace tiempo me leí el primer tomo, creado por Hitoshi Iwaaki, que más tarde presentaría Historie, que reseñé hace ya seis años en este mismo blog. La obra me gustó, pero al no tener acceso en ese momento al resto de ella tuve que dejarla ahí. Hace poco me entraron muchas ganas de leerla de nuevo y, esta vez sí, de hacerlo de forma completa. En un primer momento no supe muy bien por qué tuve tantas ganas repentinas de leerla como es debido, pero al poco caí en que seguramente es una cuestión de mi subconsciente: como en los últimos días había leído que han anunciado un anime que se empezará a emitir en octubre de este año, y también una película de imagen real que se estrenará a finales de noviembre, seguramente el dato se había quedado en mi mente hasta finalmente lanzarme señales de “léela de una vez”.

Escribo esta reseña cuando apenas he leído dos tomos y medio de los 8 de los que consta la edición kanzenban de la obra, pero creo que si fuera a escribirla habiendo leído un poco más apenas variaría mucho, así que allá va.

La premisa de la historia es que un día, sin que sepamos muy bien por qué ni cómo, una especie de esporas del tamaño de una pelota de tenis caen en muchos rincones de la Tierra. Al cabo de pocas viñetas, vemos cómo las esporas se abren y de su interior aparecen unos bichos que parecen gusanos de pico afilado, que se introducen en las cabezas de las víctimas humanas para parasitarlas. Estos parásitos se hacen con el control del cuerpo de sus huéspedes sustituyendo su cabeza, que se convierte a su vez en una especie de arma, ya que es capaz de desmontarse y cambiar de forma (por ejemplo, adoptando formas afiladas, como de espada o punzón –Ojo, este manga es anterior a Terminator 2–).

Sin embargo, el caso de Shin’ichi, nuestro protagonista, es especial: por pura casualidad, se da cuenta de que el parásito intenta penetrar en su cabeza a través de su oído o su nariz y reacciona intentando detener la trayectoria del bicho con la mano… Con la consecuencia de que el parásito termina alojándose en su brazo y fijándose y asimilándose con él de forma irreversible.

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Shin’ichi y su “inseparable” Miggy, en una escena cotidiana.

Pronto descubrimos que estos parásitos tienen voluntad propia y una capacidad enorme de aprendizaje. El brazo de Shin’ichi, que al estar bajo el control del parásito puede adoptar todo tipo de formas y “generar ojos” o “bocas”, por ejemplo, actúa por su cuenta, estudiando libros y haciendo todo tipo de cosas con o sin permiso de Shin’ichi. El pobre protagonista, resignado, acaba rindiéndose a la evidencia y aceptando la presencia de ese ser que se aloja en su brazo, al que llama “Miggy” (migi significa “derecha” en japonés, y es que el bicho ha poseído su brazo derecho). Así, en vez de una relación de parásito-huésped, la relación en el caso de Shin’ichi y Miggy pasa a ser de simbiosis, ya que Miggy no podría vivir sin Shin’ichi y Shin’ichi no puede deshacerse de Miggy.

Sin embargo, por otro lado el resto de los parásitos que sí han conseguido su objetivo de controlar a las personas actúan asesinando horriblemente a otras personas… Y como los bichos estos se detectan entre sí a distancia, Shin’ichi correrá peligro más de una vez al llamar la atención de estos sanguinarios seres, lo que dará pie a emocionantes luchas y situaciones extremas de todo tipo.

Lo mejor

  • La premisa es original y está muy bien llevada.
  • El cariño que se le coge a Miggy.
  • El horror subyacente en el manga está muy bien llevado, y al combinarse con escenas más del día a día, incluso hasta de humor, nos proporciona un manga la mar de entretenido.
  • Las situaciones de enfrentamiento, así como el espectáculo que supone ver a los parasitados “desmontando” sus cabezas para disponerse a atacar, están muy bien llevadas.

Lo peor

  • El dibujo no es precisamente el fuerte de Hitoshi Iwaaki, pero esto nunca ha sido un impedimento en el mundo del manga japonés, donde se valora más un guión bien llevado e interesante que el dibujo que lo acompaña. No hay más que ver, sin ir más lejos, el reciente caso del increíble fenómeno de Ataque a los titanes.

Ping Pong

Friday, July 25th, 2014
  • Título: ピンポン –Ping Pong–
  • Autor: Taiyō Matsumoto
  • Editorial: Shōgakukan
  • Revista: Big Comic Spirits
  • Años publicación: 1996-97
  • Clasificación: deportivo, experimental
  • Tomos: 5

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Ya hace años, me leí parte de esta historia y también en su momento vi la película de imagen real basada en ella, y es una historia que me gusta mucho (enseguida explicaré por qué) que había dejado medio olvidada. Hasta que me enteré de que Masaaki Yuasa, un director de anime que me gusta muchísimo por tener un estilo inimitable (me flipa su película Mind Game, y también dirigió la película de Shin Chan más sui géneris, que también me gusta mucho: Aventuras en Henderland) está dirigiendo una serie de anime basada en este manga de los años 90.

Me puse a ver el anime y efectivamente no me decepcionó, es una obra bastante experimental y muy bien hecha (no gustará a todos los públicos, solo al gafapasta o cansado de siempre lo mismo y gustoso de algo fresco de vez en cuando) que adapta a la perfección el manga original. Totalmente recomendado siempre que te guste lo diferente y poco convencional. Si lo tuyo es Naruto o One Piece, entonces mejor ni te acerques a él.

Ping Pong cuenta la historia de dos chicos, Peko (Yutaka Hoshino) y Smile (Makoto Tsukimoto) que forman parte del club de ping pong de un instituto y participan en los diferentes torneos. Normalmente, los mangas deportivos tienen dos tipos de protagonista: el que es un genio innato (que suele ser el “rival” que al final pringa por arrogancia) y el que no lo es necesariamente pero con esfuerzo consigue la victoria. Sin embargo, Matsumoto se cargó todos los clichés del manga deportivo con esta obra: al principio puede parecer que es Peko, un chico muy abierto, bastante polémico y chuleras, el que tiene el don; mientras que Smile, un chaval de gafas, callado, cabizbajo y que nunca sonríe (de ahí su irónico apodo) es su sidekick, que a duras penas está allí porque simplemente se esfuerza por estar a la altura de su amigo de toda la vida.

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¿Quién dijo que el ping pong no podía ser excitante?

Pero pronto vemos que no es así necesariamente: es Smile el que realmente tiene el don y, aunque a regañadientes, su profesor consigue motivarle a su manera para que se esfuerce más y pueda superar a otros rivales. Uno de los momentos más impactantes de la serie, a mi entender, es cuando aparece un chico que, cuando nos cuentan su background, vemos que es un monstruo del esfuerzo, que todo lo que ha conseguido ha sido no por ser especialmente bueno, sino por entrenar como un loco. Y Smile va y se lo carga, con lo que ahí el autor Taiyō Matsumoto desmonta parcialmente uno de los dogmas más férreos de la mentalidad japonesa: el esfuerzo por encima de todo lo demás (digo “parcialmente” porque es cierto que Smile tiene un don, pero también es cierto que se esfuerza a su vez).

En cuanto al dibujo, es el Taiyō Matsumoto de los años 90, mucho más cercano a Tekkonkinkreet que a Takemitsu Zamurái o Sunny con un estilo muy suelto y muy poco “manga” que chocará a los no profanos que piensen que el estilo del manga es más o menos siempre igual con todos los autores. La puesta en escena me parece brutal, con un manejo magistral de las viñetas para dar sensación de velocidad e incluso ansiedad sobre todo en los partidos, que son cortos pero intensos.

Lo mejor

  • Un gran manga con un argumento sorprendente y muchas lecturas.
  • Un dibujo peculiar con una puesta de escena inmejorable.
  • No solo los protagonistas tienen carisma, sino sobre todo los rivales. China, Sakuma, Dragon… Impresionantes, todos a su manera.

Lo peor

  • Muy pocos valorarán realmente lo grande que es este manga.

Shima Kōsaku – Índice

Tuesday, April 8th, 2014

Voy a utilizar esta entrada como un índice de las diferentes reseñas de las varias sagas de la serie Shima Kōsaku que estoy realizando poco a poco.

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Buchō Shima Kōsaku (Jefe de departamento Kōsaku Shima)

Tuesday, March 18th, 2014
  • Título: 部長島耕作 –Buchō Shima Kōsaku– (Jefe de departamento Kōsaku Shima)
  • Autor: Kenshi Hirokane
  • Editorial: Kōdansha
  • Revista: Morning
  • Años publicación: 1992-2002
  • Clasificación: empresarial
  • Tomos: 13

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Hace tiempo que no me decido a escribir reseñas para este blog, y la respuesta a eso está en que apenas leo tomos sueltos de manga porque… ¡estoy absolutamente enganchado a las aventuras de Kōsaku Shima! Ya os hablé hace poco de esta saga del salaryman más famoso del manga, y os conté que había empezado a leer su primera serie, Kachō Shima Kōsaku (Jefe de sección Kōsaku Shima) y que me tenía en vilo. Pues bien, en cuestión de poco tiempo me leí los 17 tomos de que consta esta serie e inmediatamente pasé a su secuela, esta Buchō Shima Kōsaku (Jefe de departamento Kōsaku Shima).

En estos momentos me encuentro ya leyendo el tomo 9 (de 13), por lo que podéis imaginar que sigo totalmente fascinado por las aventuras de este ejecutivo en su empresa, la ficcional Hatsushiba. Os comenté en Kachō que me sorprendía mucho el aspecto erótico de la serie, y es que Shima no paraba de conquistar a mujer tras mujer, pero eso solo fue en los 6 o 7 primeros tomos de la serie. Más adelante, la mujer de Shima decide divorciarse de él y es en ese momento cuando él decide, aunque no de forma argumentada ni aparentemente consciente, sentar un poco la cabeza. A partir de entonces, no solo Shima deja de tener relaciones sexuales con mujeres de todo tipo, sino que incluso decide conscientemente evitar las insinuaciones que recibe. Es un poco como si Hirokane, el autor, hubiera sido muy criticado por este aspecto y hubiese querido redimir un poco al personaje y darle una pátina más respetable. La única relación un poco fija de Shima es con Kumiko Ōmachi, una chica que había sido su subordinada y que se descubre que es la hija del amante del fundador de su empresa, ya fallecido. Esta ex amante es muy rica, posee muchas acciones de la Hatsushiba, con lo que su hija Kumiko resulta ser no solo un gran partido, sino también fuera del alcance realista de Shima. Aun así, ambos van manteniendo cierta relación a distancia, relativamente libre pero estable, en la que impera el amor mutuo. De hecho, el amor que siente Shima por Kumiko es el principal motivo por el que evita conscientemente liarse con otras mujeres, ya que decide, de nuevo de forma no argumentada, declinar todas las insinuaciones para serle fiel a la joven (que por cierto casi podría ser su hija).

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El supersalaryman Shima partiendo la pana en La France.

Varios éxitos de Shima en su andadura como jefe de sección provocan pues que ascienda a jefe del departamento de promoción general de la empresa, puesto en el que destaca mucho por su excelente hacer. Sin embargo, más tarde explota la burbuja económica japonesa y unos años después el actual director general de la Hatsushiba, el señor Nakazawa (del que Shima es gran confidente), decide retirarse. Previendo que su retirada va a conllevar ciertos problemas a Shima, Nakazawa le propone trasladarle a la empresa filial Hatsushiba Trading, que se dedica principalmente al comercio de vinos de gran calidad desde Francia a Japón.

Así, la primera parte de Buchō Shima Kōsaku es una especie de excusa para que Kenshi Hirokane, el autor, hable largo y tendido sobre su pasión de la época, los vinos franceses. Vemos a Shima negociando la adquisición de caros vinos en Francia, así como participando en subastas en casas londinenses como la Sotheby’s (no sale ese nombre, pero vamos, se sobreentiende). Como no podía ser de otra forma, Shima consigue, con la ayuda de Kumiko y otras carambolas de la vida, hacerse con la distribución exclusiva de un vino que aún no ha salido al mercado pero que resulta ser una auténtica gallina de los huevos de oro. Shima, de nuevo, consigue apuntarse otro éxito en su haber, a pesar de que al principio no sabe nada de vinos. Pero eso lo usa Hirokane como excusa para contarnos la vida y milagros de los vinos franceses, desde las particularidades de su región de origen (Burdeos, Borgoña, etcétera) hasta comentarios sobre las marcas más prestigiosas y las mejores añadas.

Más tarde, y esta es la tesitura en la que me encuentro ahora, mandan a Shima a una empresa filial que se dedica al negocio de la música: Sunlight Records. Que está muy afectada por la crisis y los malos vicios acumulados desde hace muchos años, por lo que la misión del super salaryman consiste en realizar una desagradable e ingrata reestructuración empresarial extensiva para hacerla viable. Con Japón en plena crisis galopante, Shima se ve obligado a investigar los malos vicios de esta empresa, identificar a los empleados más nocivos y darles la ingrata noticia de que van a tener que ir al paro. Paralelamente, destacan sus esfuerzos por conseguir nuevos éxitos para la discográfica, desde “reinventar” a una veterana y ya un poco pasada de moda cantante de enka para volver a colocarla en el candelero hasta descubrir a una nueva cantante, muy joven (¡que resulta ser hija suya, de la época en la que tuvo una amante en Estados Unidos!), en un caso que a mí me recuerda sobremanera al de la famosa Hikaru Utada. No me cabe duda de que Hirokane se inspiró en Utada para realizar esta saga de la joven cantante, ya que además concuerda perfectamente en el tiempo: si Utada fue lanzada al estrellato en 1999, la saga de esta chica empieza sobre el año 2000 en las páginas del manga.

De nuevo, se trata de una serie de manga bastante espesa, con bastante diálogo especializado, pero que a mí ha conseguido fascinarme. En parte, es un viaje por la economía japonesa, empezando por la época de la gran burbuja, donde todo era Jauja (la serie Kachō) y ahora por la época en la que los japoneses debían apretarse el cinturón y pagar por los excesos cometidos (la serie Buchō). De momento seguiré leyendo y posiblemente dentro de unos días o semanas leáis una próxima reseña, esta vez sobre la siguiente saga, Torishimariyaku Shima Kōsaku (Gerente Kōsaku Shima).

Lo mejor

  • Un viaje por la economía japonesa de los últimos 30 años.
  • Muchos detalles sobre temas variados, en este caso sobre vinos y la industria de la música.

Lo peor

Igual el tema del vino se le fue demasiado de las manos a Hirokane; la obra pasó de ser un manga sobre un oficinista a ser un manga sobre vinos. Afortunadamente, pudo corregir la trayectoria.