El blog de Marc Bernabé

Otra licencia manga

Vaya, la segunda licencia en dos días solamente.
Veo en Misión Tokyo que Planeta deAgostini ha anunciado que, entre un porrón de nuevos manga, editará Rosario + Vampire, obra que reseñé en este mismo blog en el mes de abril. Aquí tenéis el post que puse en su momento. Bueno, ya llevo cinco mangas reseñados, que han pasado de ser inéditos a contar con edición en España. No está mal, no… ¡A la lista va!

Akatsuka Fujio 1000 pages (1000 páginas de Fujio Akatsuka)

  • Título: 赤塚不二夫1000ページ -Akatsuka Fujio 1000 pages- (1000 páginas de Fujio Akatsuka)
  • Autor: Fujio Akatsuka
  • Editorial: Hanashi no Tokushû
  • Revista: Varias
  • Años publicación: 1975
  • Clasificación: shônen, humor
  • Tomos: 1

El 2 de agosto de este año se anunció el fallecimiento de Fujio Akatsuka, auténtico padre del manga de humor y uno de los integrantes de la famosa generación de los apartamentos Tokiwa, la generación que, siguiendo los pasos del gran maestro Tezuka, puso las bases de todo lo que es el manga actual. Cómo no, aparte del post-esquela que puse en su momento, lo más adecuado para rendirle homenaje en este humilde blog es comentar al menos una de sus obras. Es difícil decantarse por una sola, ya que tiene al menos cuatro que son las más representativas: Osomatsu-ku, Tensai Bakabon, Môretsu A-Tarô y el shôjo Himitsu no Akko-chan.
Pero existe un libro que es como un resumen magistral de su obra de humor, una puerta de entrada ideal a su mundo: es este Akatsuka Fujio 1000 pages, o 1000 páginas de Fujio Akatsuka. Publicado originalmente en 1975 por la minúscula editorial Hanashi no Tokushû, se pasó muchísimos años sin ser reeditado hasta que en septiembre de 1998, la editorial Fusôsha lo rescató del olvido y lo volvió a publicar (ahora, al parecer, vuelve a estar agotado y, por lo que veo, está bastante cotizado en el mercado de segunda mano). Recuerdo haber visto muy a menudo este libro durante mi primer año en Japón, en Kioto en 1999-2000, y siempre me había llamado la atención por su evidente grosor y tamaño A-4. Precisamente por eso, por el peso y el tamaño, no lo adquirí en aquel momento. Pero siempre se me había quedado clavada la espina y hace uno o dos años conseguí encontrar un ejemplar de la primera edición, de 1975, en una librería de segunda mano.
Como indica su propio título, estamos ante un libro muy grueso de 1000 páginas, de tamaño DIN A-4, embutido dentro de una caja de cartón (algo muy habitual cuando se trata de diccionarios, obras de consulta, u ediciones muy de lujo en Japón, pero no tanto en el caso de manga). Y lo mejor de todo es que es un recopilatorio muy interesante de varias historias del “mejor” Akatsuka, ya que después de la publicación de este tomo en 1975, mucho de lo que creó este dibujante fue más bien poco destacado.
En las 1000 páginas que contiene, tenemos historias de (por orden) Osomatsu-kun (164 páginas), Môretsu A-tarô (221 páginas), Tensai Bakabon (271 páginas), Tensai Bakabon no oyaji (130 páginas), Rettsura Gon (132 páginas) y Gag Guerrilla (72 páginas). Esto significa que tenemos muchas páginas de muestra de sus tres obras de humor más representativas (Osomatsu, Bakabon y A-tarô), lo que convierte a este tomo en una verdadera joya, un “digest” ideal para los que quieren introducirse en la obra de Akatsuka pero no saben por qué obra empezar, así como para los que no tienen mucho tiempo pero aun así quieren leer un buen muestrario de este autor. Editar a Akatsuka fuera de Japón sería poco menos que un suicidio (enseguida explico por qué), pero si alguna vez se hiciera, estoy convencido de que la mejor manera de introducirlo sería con este tomo.

Página de Tensai Bakabon

¿Por qué publicar a Akasuka en Occidente sería tan arriesgado? Pues sencillamente porque es un humor muy japonés, muy burro, y también porque es muy antiguo. El dibujo es muy simple y los chistes son muy de su época, con algunas cosas que hoy en día se percibirían como “discriminatorias”. En anime todavía puede funcionar, pero en manga, que requiere que el lector ponga dinero de su bolsillo para adquirir el libro y leerlo, francamente lo veo difícil. Además, sus obras son muy largas: Osomatsu-kun tiene unos 34 tomos (según la edición, el número puede variar, pero para que os hagáis una idea), Bakabon unos 20 y A-tarô 12.
En Japón es un autor que funciona (bueno, funcionó en su momento, en los años 60-70, y actualmente sigue vendiendo por el efecto nostalgia), pero fuera de Japón no me parece una opción viable. Hasta cierto punto, y salvando las diferencias, se podría decir que Akatsuka es el Ibáñez japonés (o viceversa) y que los Osomatsu-kun, Bakabon, A-tarô y tal son los Mortadelo, Pepe Gotera y Otilio y Botones Sacarino de Japón (y viceversa). Realmente, si nos ponemos a comparar resulta bastante curioso ver las similitudes: humor cafre basado en el slapstick y en juegos de palabras, dibujo sencillo caricaturesco, y ambos grandes fenómenos en su país, pero prácticamente desconocidos fuera de él. Asimismo, la tendencia en ambos autores (Akatsuka e Ibáñez) de apoyarse mucho en los juegos de palabras y de dar idiosincradia idiomática a cada personaje para que hable de cierta manera distintiva hace que su traducción a otros idiomas resulte francamente complicada y con un elevadísimo peligro de pérdida de frescor y espontaneidad.
¿Y de qué van las historias? Pues más que nada son excusas para poner a los personajes en situaciones cómicas. En el caso de Osomatsu-kun, son seis mellizos que hacen de las suyas acompañados de algunos secundarios de excepción como el dentudo Iyami o el pequeño cabezón Chibita. En el caso de Bakabon, tenemos a una familia en la que el padre (del que nunca se dice el nombre y es conocido como “el padre de Bakabon”) es el verdadero protagonista: es un auténtico idiota (baka significa idiota) que no para de hacer cosas absurdas. Su hijo Bakabon no le va a la zaga, por cierto. En cambio, su mujer y su hijo pequeño son más normales (el hijo pequeño es bastante genio, de hecho, igual que Turbo en Dr. Slump). En A-Tarô, están A-Tarô y su ayudante Dekoppachi como protagonistas, aunque los secundarios, como el gato Nyarome (el de la portada de este libro) y el policía que siempre dispara a lo loco tienen mucha importancia también. Las otras dos historias (Rettsura Gon y Gag Guerrilla) son un bonito “bonus” del tomo y nos dan una satisfactoria muestra de lo que es la obra de Akatsuka más allá de sus tres grandes obras cómicas, siendo Rettsura Gon más infantil y Gag Guerrilla bastante más cafre y para público adulto.
Lo único que, en mi opinión, falla en el libro son los artículos complementarios que lleva. Supongo que fueron escritos en plan “homenaje” por famosillos de la época, aunque de los ocho que lleva solo me suena un nombre: el del director de cine Jûzô Itami (cuyas películas me encantan, por cierto). Y francamente, los artículos son infumables porque me temo que la mayoría de ellos quiso hacerse el graciosillo y se dedicó a escribir en plan “guay”, lo que resulta una tortura de leer. También hay dos o tres que van en plan académico, totalmente áridos. Por suerte, al final del tomo se nos ofrece una entrevista con el autor realizada por Makoto Wada (el editor del libro, que seleccionó las historietas que lo componen) y una completísima lista de la obra de Fujio Akatsuka desde su debut hasta 1975.
En definitiva, como ya he dicho antes, estamos ante un libro ideal para introducirse en el mundo humorístico de Akatsuka, el padre del manga de humor absurdo japonés, de cual se inspirarían, directa o indirectamente, grandes éxitos posteriores como Gaki Deka, Makoto-chan, Dr. Slump, Kinnikuman, Urayasu Tekkin Kazoku y tantas otras obras.

Nueva licencia manga – Aula a la deriva

Acabo de ver en La Cárcel de Papel que Ponent Mon ha anunciado la licencia de la desconcertante obra Hyôryû Kyôshitsu (Aula a la deriva) del gran Kazuo Umezu. Como ya viene siendo habitual en este blog, añado la referencia en la lista de aquí al lado. ¡Uno más que pasa a engrosar la lista de títulos comentados en este blog que dejan de ser inéditos en nuestro país!
Por cierto, en ese post, del 1 de enero de este mismo año, decía que veía complicado que se editara esta obra en España, que “tal vez en unos años” la veríamos por aquí. Pues ocho meses han durado mis “unos años”. Anda que podría ganarme la vida como “pitoniso”… XDD

Historie

  • Título: ヒストリエ -Historie-
  • Autor: Hitoshi Iwaaki
  • Editorial: Kôdansha
  • Revista: Afternoon
  • Años publicación: 2003-?
  • Clasificación: seinen
  • Tomos: 4 (en curso)


De este manga me habían hablado muy bien (sin ir más lejos, Range Murata me comentó en el pasado Salón del Manga que era de sus preferidos de entre los que se publican actualmente) y por lo tanto me sumergí en su lectura con mucha ilusión. Sin embargo, mi conclusión al acabar de leer el tomo 1 es que me ha dejado bastante indiferente. Tal vez da un giro radical en los siguientes volúmenes, lo ignoro, pero me temo que esto es más una cuestión de esas típicas de “o te gusta, o lo odias, no hay término medio” que otra cosa. En mi caso, no lo he odiado, pero tampoco lo he detestado (o sea, que sí hay termino medio, toma contradicción XDD).

En cualquier caso, esto no es nuevo para mí, ya que también me habían hablado muy bien de su anterior obra, Kiseijû (Parasyte), que cuenta la historia de un chico en cuya mano se aloja un alienígena parásito. Aun así, cuando leí el primer tomo hace unos años también me quedé bastante frío; una sensación muy parecida a la que me ha dejado Historie. Así que, una de dos: o mi problema es que este autor (su dibujo y forma de narrar) no casan con mis gustos, o bien sus historias siempre despegan a partir del segundo o tercer tomo y, como solo le he dado la oportunidad del primero tanto en Kiseijû como en Historie, me estoy perdiendo dos maravillas del manga actual. No lo sé.
Lo que sí sé es que Historie es peculiar en el sentido de que está basado en acontecimientos históricos de fuera del ámbito japonés o del ámbito cercano a Japón que siempre ha tenido mucha influencia en el imaginario japonés (China y Corea, básicamente). Raros son los manga históricos que transcurran fuera de estos dos marcos: tenemos quince mil manga sobre samuráis y señores feudales y diez mil sobre leyendas chinas como la Historia de los tres reinos o la leyenda del Viaje al oeste, pero muy pocos que nos ilustren sobre la historia del imperio romano, los mayas, los khmer o los songhai, por decir algunos grandes imperios de Europa, América, Asia o África.

Las tropas de Macedonia amenazando Cardia

En este sentido, Historie sí que es un manga muy especial, ya que es uno de los pocos que trata sobre el imperio persa de Alejandro Magno, así como sus regiones cercanas, sobre todo la parte griega. Así, Iwaaki nos narra aquí la historia de Eumenes, inteligente general y erudito de la polis griega de Cardia que llegó a ocupar importantes puestos de responsabilidad en el imperio persa durante el reinado de Alejandro Magno, así como después de su muerte.
Como hago habitualmente, solo he leído el primer tomo de la historia, que se centra en la figura del joven Eumenes antes de entrar a las órdenes de Alejandro Magno. Con un “cameo” del filósofo Aristóteles, se nos demuestra que ese chico de aspecto más bien soso y que parece un esclavo huido del yugo de su amo, resulta ser un inteligente chaval que ayuda a Aristóteles y a sus discípulos, perseguidos por soldados persas, a cruzar el estrecho de los Dardanelos desde las costas frente a las ruinas de Troya. En este primer encuentro con Aristóteles es donde se nos presenta verdaderamente el intelecto de Eumenes, ya que sigue sin ningún tipo de problemas la conversación de Aristóteles y ambos discuten sobre el hecho de que la Tierra es en realidad esférica (de ahí la portada del primer tomo). A partir de aquí, Eumenes se separa de Aristóteles y sigue su camino hacia su ciudad natal de Cardia, solo para encontrársela sitiada por las fuerzas de las tropas de Macedonia. Una vez consigue entrar a Cardia, sobre la mitad del primer tomo, empieza un largo flashback que nos narra su infancia y juventud. Imagino que la historia es de las típicas que “empieza por el final” y luego nos narra todos los acontecimientos ocurridos antes de ese momento.
Como he comentado antes, el argumento no es en absoluto malo, más bien al contrario, pero a mí no me termina de enganchar. Y el dibujo de Iwaaki, francamente, es bastante feísta y en ocasiones muy poco dinámico, algo que no ayuda sin duda a que su obra traspase fácilmente las fronteras japonesas. Por ejemplo, Kiseijû se publicó en Francia pero obtuvo un éxito más bien modesto, sin duda debido al dibujo, que es feúcho. Tampoco ayuda el hecho de que, a pesar de que lleva publicándose desde 2003, solo tiene 4 tomos publicados por el momento. Su publicación irregular y a trompicones hace que el ritmo de publicación de tomos sea de menos de uno al año; ciertamente, algo incompatible con la terrible impaciencia de los lectores occidentales de manga, que si no tienen un volumen nuevo de su manga favorito una vez al mes, ya encienden las antorchas para quemar la editorial que se atreva a llevar un ritmo superior al bimestral ^_^.

Sarusuberi (Espumilla)

  • Título: 百日紅 –Sarusuberi– (Espumilla)
  • Autor: Hinako Sugiura
  • Editorial: Jitsugyô no Nihon-sha
  • Revista: Manga Sunday
  • Años publicación: 1983-88
  • Clasificación: seinen, histórico, costumbrista
  • Tomos: 3

Ahora hacía un tiempo que no ponía un manga “gafapasta”, ¿verdad? ¡Pues nada, esto hay que remediarlo! Últimamente le estoy cogiendo el gustillo a esto de los manga de tipo costumbrista ambientados en el Japón feudal, y eso que no hace tanto que no me gustaba este tipo de obras. Hace poco, leí y disfruté muchísimo con Oo-oku y ahora es el turno de esta Sarusuberi. Voy a ser sincero y diré que me costó lo suyo entrar en esta obra. La adquirí tras leer una referencia a ella donde se la ponía por las nubes y se la describía como una obra maestra de la literatura manga. Lo cierto es que, en un primer momento, solo pude leerme medio tomo hasta que lo acabé dejando aparcado. Sin embargo, recientemente le he dado una segunda oportunidad y, ahora sí, he podido disfrutarla como se merece.
Sarusuberi nos cuenta retales de la vida del gran maestro del ukiyo-e (grabados tradicionales japoneses del período Edo) Hokusai Katsushika, de su hija Oei y de la gente de su alrededor, en la Edo (antigua Tokio) de mediados del siglo XIX, cuando el maestro ya era bastante mayor. Hokusai, como muchos sabréis, es el “inventor” de la palabra “manga”: fue él quien publicó una serie de libros de bocetos semicómicos a los que tituló Hokusai Manga (Dibujos irresponsables de Hokusai), que obtuvieron un gran éxito y que provocaron que la palabra manga fuera asociada a partir de aquel momento con las caricaturas o dibujos cómicos y, con el tiempo, al propio cómic.
La autora de esta obra, Hinako Sugiura, tuvo una vida lamentablemente corta (falleció en 2005 a los 46 años), pero intensa. Apasionada del período Edo, inició su carrera en el mundo del manga especializándose en obras de cómic con estilo de dibujo “a lo ukiyo-e” en la histórica revista alternativa Garo, lo que le valió hacerse un nombre en el mundillo “gafapasta” del manga en los años 80. Tuvo una carrera muy corta como mangaka, ya que en 1993 anunció que dejaba la plumilla para dedicarse a la pasión de su vida, que era el estudio de la cultura popular del período Edo (1600-1868). Como investigadora y especialista, Sugiura también destacó mucho: escribió numerosos libros y ensayos y colaboró en programas de televisión, en los que a menudo aparecía vestida con kimono. En realidad, tras su muerte se descubrió que en 1993 se le había diagnosticado cáncer y sus médicos le recomendaron que dejara la estresante y agotadora profesión de mangaka para realizar otro tipo de tareas menos exigentes y poder dedicarse mejor a luchar contra la enfermedad.

El maestro Hokusai, dibujando un dragón

Sarusuberi es una obra un poco especial. Por un lado, nos cuenta pequeños episodios de la vida de Hokusai y su entorno, presentándonos al maestro como un viejo excéntrico, muy curioso y francamente genial; un verdadero torbellino de creatividad. No en vano, el título de la obra hace referencia a semejante torrente creativo: Sarusuberi es una planta de origen oriental que, según he podido investigar, en español recibe el nombre de “espumilla” o “árbol de Júpiter”. Su nombre científico es Lagerstroemia indica. Al parecer, se trata de una planta que da flores grandes, en cantidad muy generosa, en un momento dado. Luego se les caen todas de golpe y a continuación vuelve a florecer de nuevo esplendorosa y abundantemente. Así pues, esta planta pasa a simbolizar la pasión creativa de Hokusai.
Las historias son curiosas: tal vez por esto me costó entrar en el manga la primera vez, ya que me esperaba otra cosa muy distinta (no sé exactamente qué esperaba, pero lo que me encontré me desconcertó e hizo que no pudiera entrar). Son pequeños relatos de tipo costumbrista, que nos narran episodios de la vida del viejo Hokusai. Lo que pasa es que, en ocasiones, mezcla pequeños detalles fantásticos en la historia (por ejemplo, en un momento dado, un hombre muerto cuyo rostro estaba inmortalizando Hokusai en su lecho de muerte se levanta y mira fijamente al pintor) que a mí personalmente me dejaron con un gran interrogante flotando sobre la cabeza. Sin embargo, también es verdad que, una vez entras y consigues que la obra te abra sus puertas, puedes disfrutar mucho más de su sutileza y su gracia.
El dibujo también en peculiar, ya que es bastante sencillo, pero tiene un aire “a lo ukiyo-e” muy interesante; difícil al principio, entrañable una vez te acostumbras. De hecho, las preciosas portadillas que abren cada historia están dibujadas con un estilo 100% ukiyo-e y realmente son estampas preciosas. En definitiva, esta es una obra recomendada para los “gafapastas” de pro, y más si están interesados en cómo se vivía en la primera mitad del siglo XIX en la antigua Edo y en conocer más sobre la figura del excéntrico Hokusai, su hija y sus discípulos. Los amantes del shônen, el shôjo romanticón o los seinen de acción, abstenerse. Solo recomendado para fans de Taniguchi y similares.