El blog de Marc Bernabé

Bakuman.

  • Título: バクマン。(Bakuman.)
  • Autor: Tsugumi Ohba (guión) / Takeshi Obata (dibujo)
  • Editorial: Shûeisha
  • Revista: Shônen Jump
  • Años publicación: 2008-?
  • Clasificación: shônen
  • Tomos: 1 (en curso) (act. mayo 2012: terminada con 20 tomos)

Después del sonado fiasco de Obata con Blue Dragon Ral Ω Grad (guionizado por Tsuneo Takano), la nueva serie de los creadores de Death Note ya está aquí. Bueno, en forma de tomo, claro, porque en la Shônen Jump hace meses que se publica y todo cristo se la ha leído ya por scans o a través de la página internacional de Shônen Jump, disponible en inglés, francés y alemán, aparte de japonés. Se la habían leído todos menos yo, claro, que prefiero leer en papel en vez de en la pantalla.
No creo que reseñando esta obra al estilo habitual diga nada nuevo a los miles de fans que ya conocen la historia, pero si eres uno de los pocos que todavía no han sleído lo que hay publicado de Bakuman, solo diré que es una historia que poco o nada tiene que ver con Death Note, y que va de dos chavales que deciden convertirse en dibujantes de manga. Así, con una trama de fondo que mezcla ciertas dosis de romanticismo y problemas de juventud típicos de un gakuen manga, los autores nos presentan el proceso de crear un manga a dúo. El objetivo último de Moritaka (apodado Saikô) y Akito (apodado Shûjin*) es crear un manga que se publique en la Shônen Jump, la revista de manga de referencia, y que llame la atención de alguna productora de anime para que se haga un anime basado en ella. Un anime en el que la voz de la protagonista debe estar interpretada por su tímida y guapísima compañera de clase Miho Azuki, cuyo sueño es llegar a ser seiyû (actriz de doblaje). ¡Y todo eso antes de cumplir los 18 años! Solo entonces se hará realidad el sueño de Saikô, que le arranca a Azuki el compromiso de que, si esto se hace realidad, se casarán (ejem).
Pero donde quiero centrar la atención de esta reseña es en los detallitos que quizás al lector superficial se le habrán escapado o en los que no habrá reparado. El primer tomo de Bakuman, el único que hay disponible actualmente en Japón, me ha parecido muy interesante porque es una especie de “manual” de cómo hacer un manga, solo que disfrazado de manga de entretenimiento con guión entretenido y resultón. En ningún caso, al menos de momento, se nos explica cómo dibujar ojos grandes y brillantes o líneas cinéticas, sino que el contenido didáctico es mucho más sutil que eso, y por consiguiente mucho más interesante que un simple libro de “cómo dibujar”, de los cuales hay a punta pala en el mercado.

Las ideas de Shûjin sobre el manga que van a crear

El primer tomo, de hecho, es más un “cómo guionizar” que otra cosa, ya que sobre todo se centra en el aspecto creativo del guión y los procesos que deben realizarse, tanto si el dibujante es también el guionista como si las tareas se reparten entre dos personas, una que guioniza y la otra que dibuja. Este segundo caso es el de los propios creadores del manga, así como el de sus personajes Saikô y Akito.
Así, aquí los dos personajes discuten sobre la temática que debe tener un manga según lo que esté de moda en ese momento, el estilo que debe tener y lo que hay que tener en cuenta para crear una historia que consiga el éxito. También se nos detalla la manera de trabajar el manga, con un proceso que incluye primero un borrador preliminar (que realiza el guionista con dibujos toscos y separación en viñetas) y luego el propio dibujo. Por cierto, es muy interesante que al final de cada capítulo se nos ofrece un montaje en el que se nos presenta el proceso de creación de una página del capítulo que acabamos de leer: podemos ver el borrador preliminar de Ohba, el borrador adaptado de Obata y luego el dibujo finalizado.
No se esconde en ningún momento la importancia del trabajo del editor, una figura vital en el mundo del manga, y que en Occidente al parecer es totalmente desconocida. Del editor depende en gran parte el éxito o fracaso de un manga. Por supuesto, la pericia del dibujante y del guionista debe ser excelente, pero el editor es realmente el que corta el bacalao. ¡Una figura capital en el manga! Y otra cosa que tampoco se esconde, de hecho se presenta con un “¡zas!” en toda la boca, es que no es fácil llegar a ser un dibujante de manga. Es un trabajo que requiere muchísimo esfuerzo y dedicación, y solo un porcentaje muuuuy pequeño (uno entre cada 100.000 dicen en Bakuman) logra el suficiente éxito como para poder vivir toda la vida del manga. Por si había dudas, vamos, y presentando el tema de forma realista, tal como es y sin que nadie se llame a engaño.
Es muy interesante que en la historia se referencien en otras obras reales, sobre todo de la Shônen Jump, como Dragon Ball, One Piece o Naruto, pero también grandes clásicos del pasado como Ashita no Joe. También tiene un papel muy relevante en la historia la figura de Ikki Kajiwara, considerado el mejor guionista de la historia del shônen y el que puso las bases de lo que es una buena historia en lo que el guión se refiere. Asimismo, también me parece muy interesante el punto de vista de Shûjin, que afirma que quiere dedicarse al manga para conseguir el máximo de fama y dinero. Y cuando Saikô le dice que por qué no intenta ser novelista, Shûjin le replica diciéndole que hay muchas más probabilidades de tener suerte con el manga que con la novela. ¡Vamos, igual que en España, donde los dibujantes de cómic se tienen que comer los mocos!
Viniendo del dueto creativo del que viene, ni más ni menos que los autores de Death Note, no me cabe duda de que veremos esta historia publicada en España en un futuro, así que estad atentos.

* Moritaka se escribe 最高, una palabra que normalmente se lee “Saikô” y que significa “lo más”, “genial”, “fantástico”. En cuanto a Akito, se escribe con unos kanji, 秋人, que también pueden leerse Shûjin. De ahí los dos apodos.

Museo Internacional del Manga de Kioto

Estas últimas semanas estoy realmente enfrascado -obsesionado, casi diría yo- en darle un buen empujón al libro Kanji en Viñetas 3 (¡el último de la serie!) que por varios temas va bastante retrasado respecto al plan original. Así que llevo días trabajando a destajo en este libro, lo que me quita casi todo el tiempo que tengo para otros asuntos, como por ejemplo actualizar el blog. Hoy por fin he terminado el trabajo gordo. Aunque todavía quedan bastantes -muchas- horas de trabajo por delante, esta tarea preliminar es de largo la más tediosa y delicada, así que me he quitado una buena losa de encima. Para celebrarlo, pondré un pequeño relato de mi visita al Museo Internacional del Manga de Kioto de hace un mes, una visita muy recomendada e interesante. ¡No os lo perdáis para nada del mundo cuando vayáis a Kioto!

Hace poco tuve por fin la oportunidad de visitar el Museo Internacional del Manga de Kioto, abierto desde el año 2006 en pleno centro de la milenaria ciudad japonesa. Como volví a Barcelona en otoño de 2005 y desde ese momento cada vez que he ido a Japón ha sido a Tokio y cercanías, hasta ahora no había podido desplazarme a Kioto para hacer esta visita al único museo profesional que trata el manga de una forma global que existe en Japón. En la actualidad, existen numerosos museos dedicados exclusivamente a la figura un mangaka, como el museo de Osamu Tezuka en Takarazuka, el de Shôtarô Ishinomori en Ishinomaki, el de Shigeru Mizuki en Sakai-Minato y muchos otros, pero hasta el año 2006, curiosamente, no existía ningún museo global sobre el manga ni ningún centro de investigación dedicado a esta parte tan importante de la cultura japonesa contemporánea. De hecho, solo había iniciativas privadas como la Biblioteca de Manga Contemporáneo de Tokio llevada en privado por el señor Naiki en unas condiciones más bien deplorables.

La entrada al museo

Pero esto se solucionó en el año 2006 cuando, fruto de una colaboración entre la ciudad de Kioto y la Universidad Privada Seika, que es la pionera en los estudios de manga en Japón y principal impulsora de la Nihon Manga Gakkai (Sociedad Japonesa de Estudios sobre Cómics), de la que soy miembro desde hace tiempo, se pudo crear este museo.

El museo y su espectacular patio de césped artificial

Las instalaciones del museo aprovechan la estructura de una antigua escuela de primaria, aunque por supuesto todo está perfectamente acondicionado y convertido en un fantástico museo de primerísima calidad que, en mi opinión, supera de largo el nivel del Museo de la Bande Dessinée de Angoulême. Una auténtica maravilla.

El pasillo elevado que une los dos edificios originales de la escuela

Aparte de tener una superficie bestial, el museo está concebido como un lugar de diversión en el que se trata al manga como lo que es: no solamente arte (que también), sino como un lugar en el que disfrutar de la lectura de manga. Esta es la principal diferencia con el museo de Angoulême, ya que en Angoulême todo está perfectamente puesto en vitrinas y enmarcado en cuadros, pero ay de ti que toques nada.

En el despacho del director hay guardados estos modelos de manos reales de mangaka que han visitado el Museo

En el museo del manga de Kioto hay disponibles para su lectura cientos de miles de tomos, dispuestos en estanterías a lo largo de todos los pasillos y estancias; mangas sobre todo donados por particulares (destaca una colección de más de 40.000 tomos donados por una kashihon’ya –tienda de manga de alquiler- que cerró en Tokio en 2005) que cualquier visitante puede tomar de la estantería y ponerse a leer en cualquier rincón, incluso en el patio que, tapizado por una hermosa extensión de césped artificial, se convierte en un lugar ideal para leer y tomar el sol en primavera, verano y otoño (yo fui a finales de diciembre, lloviendo, y lógicamente no había nadie ahí fuera leyendo). Quizás esto es lo que más me gustó del museo del manga, que no se lo tomen como puro arte que hay que colocar en vitrinas, sino como exactamente lo que es: un producto de entretenimiento para leer y disfrutar. ¡Me quito el sombrero!

Una de las muuuchas estanterías llenas de manga que hay por los pasillos

En cuanto a las exposiciones en sí, pues están las permanentes, que explican la historia del manga (a destacar los ejemplares expuestos de obras que antes solo había visto en foto, como ejemplares auténticos de la revista Tôbaé o la revista Tokyo Puck y una colección de números 1 de revistas, como la Shônen Jump, la Big Comic, la COM, la Garo… increíble) y otras particularidades.

La colección de números 1 de revistas legendarias

También tenemos exposiciones temporales: por ejemplo durante mi visita había una sobre manga inspirados en el período Heian de la historia japonesa y otra sobre cómic francés, ambas muy bien montadas y ambientadas, así como una exposición sobre un proyecto internacional relacionado con el manga cuyo representante español no era otro que J.M. Ken Niimura (¡y no me habías dicho nada, Ken, vaya sorpresa me llevé!).

Exposición sobre manga ambientado en el período Heian
Exposición sobre BD

Luego está la parte lúdica del museo, con una sala en la que un cuentacuentos explica historias con kamishibai, un sucedáneo del manga de los años 50 que consistía en explicar una historia pasando paneles ilustrados. O sea, como un teatro de marionetas, pero en vez de marionetas con ilustraciones.

¡La ilusión que me hizo ver por primera vez en mi vida una representación de kamishibai!

También hay una sala para los más peques, enfocada no tanto al manga como a los libros de cuentos ilustrados, en la que una persona se sienta a contar un cuento mientras los peques escuchan embelesados a su alrededor. Asimismo, en otra sala uno puede hacer sus pinitos con la animación con la ayuda de ordenadores. Y en los fines de semana se puede participar en talleres de cómo dibujar manga con clases magistrales por parte de profesionales y semiprofesionales, e incluso llevarse a casa una caricatura.

La zona infantil. Siendo un día laborable por la mañana, no había nadie

El tercer aspecto del museo se centra en la investigación y la conservación del patrimonio, y afortunadamente pude tener acceso a lugares a los que el público no puede entrar debido a mi condición de miembro de la Nihon Manga Gakkai. Este aspecto del museo, para mí, es el que más me impresionó, ya que por un lado está un equipo de investigadores permanente trabajando en el museo, preparando las diversas exposiciones, ordenando y clasificando el catálogo, etcétera. También se dispone de una sala de acceso limitado a investigadores en la que instalarse y ponerse a trabajar, con acceso a todo el fondo del museo…

Los trabajadores del museo trabajando como posesos para organizar, catalogar, ordenar, listar, restaurar… ¡Buf, cuánto trabajo por hacer!

Y luego están las “catacumbas”, salas perfectamente acondicionadas y protegidas, de acceso restringido, con cientos de miles de tomos y revistas guardados en interminables hileras de estanterías. ¡El sueño de cualquier amante del manga! En entre estos tomos, por supuesto, joyas increíbles que en el mercado costarían decenas y hasta cientos de miles de yenes… No podía dejar de babear.

Una de las muchas hileras de estanterías en las “catacumbas”
Otra parte de las “catacumbas”

El caso es que en el Museo del Manga previeron un espacio de almacenaje que ellos pensaban que sería más que de sobras, pero en solo un par de años estas previsiones se les están quedando cortas debido a que coleccionistas y amantes del manga de todo el país envían día tras día cajas y cajas y cajas con donaciones de manga valiosísimo; estos coleccionistas, que o bien están ya mayores o bien tienen tanto material que ya no les cabe en casa, saben que tienen colecciones que deben ser conservadas para la posterioridad y que por ningún motivo deben perderse. Por tanto las donan al museo, sabiendo que allí las cuidarán perfectamente. Emocionante, ¿verdad? En este caso, a pesar de que hasta el año 2006 no había habido ningún lugar donde conservar en las condiciones que se merece este importantísimo patrimonio de la cultura japonesa, se puede decir que la iniciativa privada ha conseguido hacer lo que la iniciativa pública no había hecho hasta ahora y gracias a coleccionistas privados se ha conservado hasta hoy todo este material de importantísimo valor histórico.

Cajas de donaciones apelotonadas en las escaleras que bajan a los archivos, esperando a ser catalogadas y ordenadas

En resumen, el Museo Internacional del Manga de Kioto es una parada obligatoria para todo amante del manga que visite Japón. Como está situado en la ciudad de Kioto, una ciudad que hay que incluir en cualquier visita turística a Japón que se precie, no cuesta nada apartar una mañana o una tarde y hacerle una visita… ¡Sin olvidarse de parar a tomar un cafelito o un té en la cafetería adjunta, en cuyas paredes hay ilustraciones realizadas in situ por grandes mangaka que en el pasado han visitado el museo!

En la pared del café, autógrafos y dibujos del “trío Gundam” (Tomino, Yasuhiko y Ookawara) y un Joe fantástico de Tetsuya Chiba
¡Y parte de la sección de cómic español, una selección realizada por el expertísimo Toni Guiral con la humilde ayuda de un servidor!

Cesare

  • Título: チェーザレ –Cesare–
  • Autor: Fuyumi Souryo
  • Editorial: Kôdansha
  • Revista: Morning
  • Años publicación: 2005-?
  • Clasificación: seinen, histórico
  • Tomos: 6 (en curso)

Toca comentar un manga histórico increíblemente bien documentado y trabajado. Cesare, hakai no sôzôsha (Cesare, il creatore che ha distrutto), es un sorprendente manga en muchos aspectos. Primeramente, su aspecto externo resulta chocante en las estanterías de venta de manga, ya que, como se puede ver en el escaneo de la portada, más sobrio no puede ser: todo blanco y con las letras del título en negro. Punto. Si no fuera por la faja adicional que han puesto, con una ilustración a color del interior, difícilmente podríamos deducir que se trata de un manga (sin abrirlo, se entiende).
Cesare es una obra creada por Fuyumi Souryo, conocida entre los círculos otaku por la obra Mars y, debido al gran detallismo en documentación (tanto de hechos como de aspectos del tipo ropajes, herramientas, aspecto de las ciudades y demás) se publica a trompicones en la revista seinen de Kôdansha Morning desde 2005. Actualmente cuenta con seis tomos.
Esta obra se basa en la vida de Cesare Borgia (o César Borja), noble de origen español y figura importantísima en el Renacimiento italiano en la época a caballo entre los signos XV y XVI, aunque la historia se cuenta desde el punto de vista del joven florentino Angelo da Canossa. Todo empieza cuando Angelo, tras recibir una beca de la familia Medici, entra a estudiar a la Universidad Sapienza, en Pisa. Allí, los estudiantes deben dividirse en grupos según su origen, y Angelo por supuesto entra al “grupo fiorentino”. Sin embargo, desde el primer día, y sin que haya mala intención por su parte, se gana mala fama entre sus compatriotas debido a una supuesta falta de respeto hacia Giovanni de Medici, el líder de los florentinos e hijo del hombre que se ha convertido en su mecenas y le ha permitido entrar a la universidad. Es en este momento cuando la figura de Cesare, líder del “grupo español”, acompañado de su lugarteniente Michelotto (Miguel) aparece para ayudar a Angelo, lo que representa el inicio de su relación de amistad y camaradería, para desespero de su amigo y confidente Roberto, que le ayuda a comprender las situaciones y los diferentes rifirrafes políticos que hay.

Angelo con Cesare. Un poco gays, ¿no? XD

En medio de todo esto, Souryo nos deleita con sus extensísimos conocimientos sobre el Renacimiento y la situación de los estudiantes en la Universidad de Pisa, así como sobre la biografía de Cesare Borgia, los Medici y todo este percal. Todo está extraordinariamente documentado, como evidencia la extensa bibliografía que se incluye como extra al final del tomo, y comprobado y corregido por el especialista en el campo Motoaki Hara. De hecho, la historia sigue el hilo trazado por la biografía de Cesare Borgia realizada por el especialista más importante en este campo, Gustavo Sacerdote. Es cierto que a veces la lectura puede hacerse bastante espesa, sobre todo en japonés –con tantos nombres italianos, españoles, alemanes y franceses escritos en el silabario katakana– pero resulta muy interesante. Supongo que en una traducción a cualquier lengua occidental escrita en alfabeto romano, en este aspecto en concreto se mejorará considerablemente la legibilidad de la obra.
Por lo que se ve, Cesare se está publicando en Italia (Souryo y Hara fueron invitados a la feria de Lucca 2007 con motivo de la publicación de este título), y no me extrañaría que en un futuro no demasiado lejano tuviésemos también una versión en español, ni que sea porque el solo hecho de que el protagonista de la obra es una figura histórica perteneciente a una familia noble española tan famosa como los Borgia. Por supuesto, este hecho puede estimular mucho la curiosidad del público lector y de los medios. A mí me ha parecido una obra muy interesante, muy bien documentada, y excelentemente dibujada (todos los personajes son muy bishônen, eso sí –dudo que en la realidad fueran todos tan guapos– pero se puede perdonar).

¡Ey, que salgo en Gundam!

Bueno, técnicamente no salgo en Gundam, pero casi. XD

Como ya sabéis, uno de los invitados al pasado XIV Salón del Manga fue Yoshikazu Yasuhiko, autor, entre otros, de Gundam The Origin, la adaptación manga definitiva de la mítica serie de anime Mobile Suit Gundam, de la cual Yasuhiko-sensei fue el diseñador de personajes y director de animación. Por supuesto, como miembro del equipo de interpretación del Salón del Manga, tuve la suerte de conocer al sensei, un grandísimo artista y aún mejor persona.
Pues bien, Yasuhiko-sensei ha publicado una historia de seis páginas donde relata su viaje a España en forma de manga, ¡y Vero y yo (entre otros) salimos en ella!

Aquí, cuando fuimos a buscarle al aeropuerto
(c) Yoshikazu Yasuhiko / Kadokawa Shoten

Después de nuestro papel “estelar” en una historia de Shin-chan, es la segunda vez que me transformo en personaje de manga, ja ja.
La historieta del viaje a España de Yasuhiko-sensei sale publicada hoy mismo, 16 de enero, en la revista Gundam Ace, en concreto el número de marzo (sí, sí, de “marzo”; los japoneses tienen una manera muy sui generis de numerar las revistas), aunque su editor, el señor Hirao, ha sido tan amable de mandármela en primicia para que la pueda leer.
ありがとう安彦先生、MAKOTOさん、平尾さん、奥さん、ワラワちゃん!

Por otro lado, David “Flapy” Esteban ha colgado ya la entrevista que me hizo el mes pasado en Tokio, mientras que David “Nihoneymoon” Morales, que también estaba rondando por ahí, ha colgado unas fotos con el “making of“. ¡Kyaaah!

Piano no mori (El bosque del piano)

  • Título: ピアノの森 –Piano no mori– (El bosque del piano)
  • Autor: Makoto Isshiki
  • Editorial: Kôdansha
  • Revista: Morning
  • Años publicación: 1998-?
  • Clasificación: seinen, costumbrista
  • Tomos: 15 (en curso)

El ganador del prestigioso Gran Premio Media Arts en la categoría de Manga del año 2008 fue este Piano no mori (como curiosidad, uno de los accésits recayó sobre Munakata Kyôju Ikôroku, un título que me encanta, y el ganador del año pasado no fue otro que la genial Moyashimon), y ni corto ni perezoso me dispuse a comprar el primer tomo para probar a ver qué tal. A pesar de que el título se traduce directamente por El bosque del piano, su título oficial en inglés es The perfect world of Kai.
La verdad, no entiendo el porqué de este premio, porque al menos el tomo 1 no es tan especial, a mi entender. Pero no avancemos acontecimientos. Los protagonistas de este manga son Kai, un chico que es una verdadera incógnita, y Shûhei, un chaval de ciudad que al principio del manga se muda al pueblo en el que se desarrolla la historia. El taciturno Shûhei aspira a ser pianista y de hecho tiene bastante destreza tocando el piano; por su parte, Kai es un chico más bien alocado.
En medio de un bosque cercano se encuentra un piano abandonado y Kai afirma que es perfectamente capaz de tocarlo. ¡Y de hecho, lo toca de maravilla! Shûhei, sin embargo, intenta tocarlo y no consigue que salga ningún sonido del piano, que lógicamente está estropeado debido a las vicisitudes de la intemperie. Otro misterio es que Kai en realidad no sabe tocar el piano, ya que posteriormente Shûhei le deja probar el suyo y el resultado es poco menos que una verdadera cacofonía. ¿Por qué Kai consigue que un piano estropeado suene de maravilla y en cambio no es capaz de tocar bien un piano normal? 

Los dos chicos y el piano del bosque 

El manga parece ser una de esas historias tan emotivas y poéticas y probablemente llega a ser muy y muy bueno en tomos posteriores (por algo le habrán dado el premio), pero francamente el primer tomo a mí me dejó bastante frío. Supongo que es una especie de Nodame Cantabile, aunque protagonizado por niños (aunque parece que luego crecen) y en plan poético/misterioso. Aunque se inició en 1998, Piano no mori tuvo que sufrir un parón debido a que la revista en la que se publicaba, la Young Magazine Uppers, cerró. Después pasó a la Morning y, al cabo de un tiempo, dejó de publicarse de nuevo hasta que en diciembre de 2006 se reanudó su publicación. A día de hoy, 11 años después de su inicio, este manga acumula 15 tomos y ha sido adaptado en forma de película de anime que ha recibido muy buenas críticas.