El blog de Marc Bernabé

Nueva licencia: Nonnonbaa

Monday, November 2nd, 2009

Este fin de semana, casi sin hacer ruido ni con estrepitosos anuncios oficiales, ha saltado como quien no quiere la cosa, en la web de la editorial Astiberri, una noticia increíble para los aficionados al cómic en general y a los amantes del buen manga en particular:  la licencia por parte de esta editorial vasca de la gran obra Nonnonbaa to ore (NonNonBa) del no menos grande Shigeru Mizuki.

Así pues, como hago siempre que se licencia en España una obra que previamente he reseñado en este blog, la incorporo a la lista de “Mangas licenciados” de la derecha y os recomiendo que volváis a leer la reseña que hice en su día.

Recordemos que en el año 2007 esta obra ganó ni más ni menos que el Premio al Mejor Álbum del Festival de Angoulême, el primer y hasta la fecha único cómic japonés en obtener este prestigiosísimo galardón. En este año 2009, Mizuki ha repetido premio (esta vez con el Premio esencial patrimonio) en Angoulême con Sōin Gyokusai se yo (Operación Muerte), que también anuncia Astiberri para el año que viene (esta no la he leído aún, pero tiene una pinta fabulosa). No hace falta decir que estamos ante una obra más que genial y que personalmente recomiendo encarecidamente. ¡No os la perdáis cuando salga en algún momento del año que viene!

Nonnonba1

Shinpika Mizuki Shigeru-den

Wednesday, August 12th, 2009
  • Título: 神秘家水木しげる伝 –Shinpika Mizuki Shigeru-den– (Autobiografía del “misteriorista” Shigeru Mizuki)
  • Autor: Shigeru Mizuki
  • Editorial: Kadokawa Shoten
  • Revista: Kai
  • Años publicación: 2006-07
  • Clasificación: seinen, autobiografía
  • Tomos: 1

No creo que, después de haber leído la Autobiografía de Shigeru Mizuki, hubiese reparado nunca en esta obra, una de las más recientes del veteranísimo autor. Pero resulta que los tres tomos de la Autobiografía los conseguí en una subasta por internet y que este tomo venía como regalo extra del subastador. Así, sin comerlo ni beberlo, acabó en mi casa y me lo leí después de terminar los tres tomos de la biografía.
Estamos, de nuevo, ante una obra autobiográfica de Mizuki, la enésima después de Nonononbaa to ore y Mizuki Shigeru-den, y básicamente cuenta lo mismo que esta última. Pese a todo, a mí me ha gustado mucho leerla ya que, a pesar de el contenido es muy parecido, esta obra lo cuenta todo de forma más resumida (son 350 páginas, frente a las 1500 de la autobiografía) y por lo tanto más fácil de digerir.

Mizuki dibujando manga con su mujer embarazada de su primera hija

También incorpora algunos elementos de fantasía, como fantasmas corriendo por ahí, y sobre todo subsana uno de los defectos que le encontré a la autobiografía extensa. Aquí sí, cuenta Mizuki cómo empezó a dibujar, por qué se sintió atraído por el dibujo y por qué decidió hacerse dibujante. Además, como es una obra realizada un par de años después de la autobiografía, hacia el final cuenta cosas como la inauguración del museo y la calle en su honor en su pueblo, Sakai-Minato (que en la autobiografía relata de forma bastante circunstancial), y también comenta lo del premio que ganó en Angoulême por Nonnonbaa to ore.
El máximo defecto que se le puede achacar a esta obra es que, claro está, por su corta extensión no se recrea demasiado en según qué cosas y pasa muy por encima de un suceso a otro de su vida, pero como biografía resumida la verdad es que está muy bien.
Si me dijeran que alguien quiere publicar en España la autobiografía de Mizuki y me pidieran que eligiera entre esta obra o Mizuki Shigeru-den, la verdad es que no sé qué haría. Por un lado, la autobiografía es extensísima y detalladísima, muy interesante, pero son 3 tomos de 500 páginas, con lo que el coste de producción se dispararía y, dependiendo de las ventas que obtuviera, si fueran bajas sería un negocio ruinoso. Por otro, este libro es menos interesante pero es un solo tomo, por lo que sería más fácil de amortizar. Hmmm, ¿vosotros qué haríais?

Kappa Sen’ichi ya (Las mil y una noches kappa)

Monday, August 10th, 2009
  • Título: 河童千一夜 –Kappa Sen’ichi ya– (Las mil y una noches kappa)
  • Autor: Shigeru Mizuki
  • Editorial: Kōdansha
  • Revista: Varias
  • Años publicación: 1986 (esta edición)
  • Clasificación: shōnen, seinen
  • Tomos: 1


Probablemente, si sois asiduos a la lectura de manga, conoceréis la figura de los kappa, estos seres que viven en pantanos y ríos de aguas claras, que tienen apariencia de tortugas, con membranas entre los dedos, una coraza a la espalda y un peinado en plan fraile budista. En plena coronilla, tienen una especie de “plato” que siempre debe estar lleno de agua, porque si se vacía, el kappa morirá. A los kappa les encantan los pepinos y luchar al sumo, entre otros tópicos que se repiten a la saciedad en los manga y anime. En fin, si queréis información más detallada, os remito a la Wikipedia.
Una de las obras más conocidas de Shigeru Mizuki, el maestro manga del folklore y los seres sobrenaturales de Japón, es Kappa no Sanpei, es decir, Sanpei el kappa. Aún no he podido leer Sanpei, por lo que nada puedo decir de ella, pero hace años cayó en mis manos este libro sobre kappa también dibujado por Mizuki, aunque hasta hace muy poco no había encontrado el momento para leerlo. Este libro es el primero de una serie de cuatro publicados por Kōdansha a mediados de los años 80, y cada uno de ellos tenía la particularidad de ser una recopilación de historias cortas relacionadas con un tema o un ser sobrenatural en concreto. Así, el tomo 1 va sobre kappa.
Lamentablemente, en ninguna parte aparece la fecha ni la revista original de publicación de las historias recopiladas en este libro, pero por lo que he podido investigar, muchas de ellas fueron publicadas en tomo por primera vez en 1970 por la editorial Futabasha, así que se puede deducir que son historias creadas durante los años 60 en varias revistas.

Historias de kappa

Ha sido bastante sorprendente leer este grueso tomo de 367 páginas porque la imagen de los kappa que da Mizuki es muy diferente a la imagen que se fomenta actualmente de ellos. Me explico, en la amplia mayoría de las obras en las que aparecen kappa creadas en los últimos años, se nos presenta a estos seres como personajillos adorables, monísimos y muy inocentes. Esto no significa necesariamente que sean obras malas, sino que la imagen que dan de los kappa es muy diferente a la visión tradicional de ellos.
Por cierto, aprovecho para recomendaros la peli de anime El verano de Coo, que ha sacado recientemente Selecta Visión. La verdad es que es cosa fina, una película maravillosa que me temo pasará desapercibida pese a su grandísima calidad. El verano de Coo, con un planteamiento muy Ghibli, está protagonizada por un adorable kappa.
La imagen tradicional de los kappa, en contraposición, es la de peligrosos seres que, a la que te despistas, te atrapan y te succionan las entrañas por el agujero del culo. Como veis muy lejos de los kappa actuales. Pues bien, en estas obras de Mizuki no es ni una cosa ni la otra: los kappa son feos y bastante tontuelos, pero no tienen ni pizca de maldad y acaban a menudo siendo víctimas de los humanos, que se aprovechan de ellos o directamente los matan. Se trata de un punto de vista intermedio entre la visión tenebrosa que se tenía de ellos hasta el siglo XIX y la imagen adorable que se fomenta actualmente, lo que es bastante curioso ya que podríamos decir que Mizuki es como el “eslabón” que une a las dos tendencias de presentar a estos seres.
Las historias en sí están bastante bien, algunas son mejores y otras peores, pero en general tienen una pátina bastante oscura y tenebrosa que hace que la obra se quede más en el terreno del seinen que del shōnen. El tomo se complementa con un par de historias no relacionadas con los kappa, pero también muy interesantes.

Tetería Kitarō

Friday, August 7th, 2009
  • Nombre del lugar: 鬼太郎茶屋 Kitarō Chaya (Tetería Kitarō)
  • Dirección: 5-12-8 Jindaiji-Motomachi Chōfu-shi, Tōkyō-to (182-0017) (Google Maps)
  • Cómo ir: En bus Keiō u Odakyū (dirección Chōfu-eki kitaguchi) desde las estaciones de Mitaka o Kichijōji (JR línea Chūō) / En bus Keiō (dirección Jindaiji) desde las estaciones de Chōfū o Tsutsujigaoka (Keiō) / En bus Keiō u Odakyū (dirección Mitaka-Kichijōji) desde la estación de Chōfu (Keiō). Parar en las paradas Jindaiji Iriguchi o Jindaiji Shōgakkō y andar unos cinco minutos
  • Precio: entrada gratuita
  • Horario: De 10.00 a 17.00. Último pedido de comida o bebida a las 16.30. Cerrado los lunes no festivos.
  • Web (solo en japonés): http://www.youkai.co.jp/chaya.html

Cuando Shigeru Mizuki se mudó definitivamente a Tokio, fue a parar a la entonces pequeña ciudad de Chōfu, al oeste de la capital japonesa, y aún vive allí desde hace décadas. Por tanto, en Chōfu también le tienen un aprecio especial al anciano maestro mangaka, y en 2003 decidieron dedicarle un pequeño espacio: esta “Tetería Kitarō” (Kitarō Chaya).

La tiendecida de merchan y paridillas

Fue en marzo de 2008 cuando me entraron ganas de dar un friki-paseo de los míos y decidí ir primero a la Kitarō Chaya y después al bar-restaurante Jackson Hole (de Nana), ya que ambos sitios están en Chōfu y calculé que podía ir por la mañana a la tetería y luego llegar al Jackson Hole justo para la hora de comer. Desde la tetería hasta el Jackson Hole hay un buen trecho, unos 40 minutos andando o así, y no puedo decir que recomiende especialmente el paseo ya que no vi nada interesante en el camino: ninguna tienda rara, ningún templo misterioso, nada. Así que, si quieres ir a la Kitarō Chaya, tal vez es mejor ir y volver en bus y punto.

¿Qué mejor lugar para relajarse que la terracita? ¡Genial!


En fin, ¿y qué es la Kitarō Chaya o “Tetería Kitarō”? Pues se trata de una antigua tetería de madera tradicional japonesa, perfectamente conservada, solo que adornada con motivos yōkai desde que en 2003 fue convertida en lo que es ahora. Es un sitio encantador. En la planta baja tenemos una zona en la que se vende todo tipo de merchandising relacionado con la obra de Mizuki, incluidos libros y mangas suyos, y un apartado con dos o tres mesas donde uno puede sentarse a tomar un té (por supuesto, que por algo es una tetería) y algún dulce. Destaca el Medama oyaji kuri zenzai (Zenzai con castaña del “padre ojo”), donde se nos sirve un delicioso zenzai con una bolita de mochi que representa al padre de Kitarō (básicamente, un ojo con patas). Estaba muy bueno, por cierto. Ah, también destaca la “Cerveza Kitarō” y otras chorradillas del estilo.

Aquí te puedes sentar a tomar tu té o tu comida. Atención a los detallitos y muñequitos.


Luego, se puede subir por una estrecha y empinada escalera de madera al piso de arriba, donde hay una pequeña muestra de estatuillas yōkai y demás, así como una encantadora terracita en la que relajarse un rato en medio de la tranquilidad de la zona, ya que da a un pequeño estanque con tortugas. Lo que más me gustó de la tetería es la generosa cantidad de detallitos que hay por todas partes, como muñequitos de seres sobrenaturales por aquí o por allá, pequeñas representaciones de yōkai pintadas o colgadas en los sitios más inesperados, etcétera. Se nota que lo hicieron con muchísimo cariño.

Detalles encantadores por doquier


La Kitarō Chaya está situada al principio de una pequeña calle que lleva al templo budista Jindaiji. Es una de las típicas “calles de peregrinaje” con numerosos comercios tradicionales que venden recuerdos, comida y amuletos varios (como muñecos daruma). Este tipo de calles que conducen a templos pueden ser encantadoras o más bien sosas, pero en el caso del Jindaiji os aseguro que es una de las calles más con más carisma que he visto en Japón; realmente bonita y con mucha variedad de tiendas, chiringuitos y ambiente.

¡Y más detalles!


Francamente, hay que tener bastantes ganas de ir a este lugar, ya que el acceso es bastante complicado e implica subir a un bus, lo que no es fácil si uno no sabe japonés o va con alguien que sepa. Aun así, tampoco es imposible llegar si uno se enrolla con los pasajeros del autobús o con el conductor y les dice que “avíseme cuando lleguemos al Jindaiji, kudasai”. Si tienes una mañana en Tokio, no sabes qué hacer y te gusta o interesa el mundo de Shigeru Mizuki, recomiendo mucho esta visita. Por cierto, creo que se puede combinar bien con una visita al Museo Ghibli, ya que desde la estación de Mitaka (donde está Ghibli) se puede tomar un bus hacia el templo Jindaiji.

¡Y más estatuillas y detalles!

GeGeGe no Kitarō

Wednesday, August 5th, 2009
  • Título: ゲゲゲの鬼太郎 –GeGeGe no Kitarō–
  • Autor: Shigeru Mizuki
  • Editorial: Kōdansha
  • Revista: Shōnen Magazine
  • Años publicación: 1965-70
  • Clasificación: shōnen
  • Tomos: 9

No se puede hablar del gran autor Shigeru Mizuki sin mencionar su obra más conocida, GeGeGe no Kitarō. Antes de empezar con la reseña, quiero puntualizar que Kitarō es un personaje con muchas versiones, ya que Mizuki lo ha estado utilizando durante toda su vida profesional: ya empezó con él en su época de dibujante de obras de “teatro ilustrado” kamishibai, cuando lo tituló Hakaba no Kitarō (Kitarō del cementerio), y luego, a finales de los 50, recuperó al personaje para el mercado de librerías de manga de alquiler (kashihon’ya), con el mismo título y con un enfoque bastante siniestro.
En 1965, en pleno boom de las revistas semanales de manga, la editorial Kōdansha se fijó en Mizuki para que creara una nueva obra para la Shōnen Magazine, a lo que él respondió recuperando el personaje de Kitarō y suavizando sus características para que fuera apto para el público juvenil que leía la revista. El título siguió siendo Hakaba no Kitarō hasta que, en el momento de adaptar la obra para la televisión, le pidieron a Mizuki que cambiara el título a algo menos siniestro porque si no sería imposible conseguir un patrocinador. Así, Mizuki decidió ponerle GeGeGe no Kitarō (“Gege” es la onomatopeya japonesa para cuando te dan un susto espantoso, y además era el mote de juventud del propio Mizuki), título con el que pasaría a la posteridad.
Después de que GeGeGe no Kitarō fuera cortado en la Shōnen Magazine, la Shōnen Sunday de Shōgakukan recuperó al personaje y le dio una nueva oportunidad, y desde entonces Kitarō ha aparecido en multitud de ocasiones, en varias revistas para varias editoriales. No sé cuántos tomos ocupan en total las “obras completas” de Kitarō porque francamente es muy lioso todo el asunto, pero aquí voy a centrarme únicamente en la edición para Shōnen Magazine, de 9 tomos, que fue la que sacó al personaje del ostracismo y le permitió triunfar. Como veis en el scan de la portada que pongo aquí, el título es ゲゲゲの鬼太郎 (GeGeGe no Kitarō) pero arriba, en pequeñito, pone 「墓場の鬼太郎」改名, que vendría a ser algo como “anteriormente titulado Hakaba no Kitarō”. En la cotizadísima primera edición de este tomo, el título era pues Hakaba no Kitarō, pero luego fue cambiado a GeGeGe no Kitarō –mi edición es la 2ª, de 1968–. Esta inscripción que figura en mi tomo solo figuró durante un tiempo; a partir de poco ya desaparecería y solo pondría ゲゲゲの鬼太郎 (GeGeGe no Kitarō).

Kitarō y algunos de sus coleguillas monstruosos

Bueno, ¿y de qué va el famoso Kitarō? Pues son episodios autoconclusivos, que pueden tener entre veinte y ciento y pico páginas, sobre varias aventuras vividas por Kitarō, el último superviviente (junto a su padre: un ojo parlanchín y con patas) de la tribu de los Espíritus. Kitarō es una especie de niño misterioso que siempre va con el flequillo tapándole un ojo (en realidad no tiene ojo ahí, sino la cuenca vacía), una chaqueta a rayas amarillas y negras y unos zuecos de madera. No se sabe muy bien qué es Kitarō, puesto que a lo largo de las historias demuestra tener extraños poderes, como por ejemplo el de la regeneración, que lo hacen inmortal. El caso es que el protagonista se ve inmerso en todo tipo de aventuras en las que intervienen fantasmas, espectros, seres sobrenaturales y todo tipo de yōkai del imaginario japonés; normalmente, Kitarō acaba ayudando a los seres humanos, aunque normalmente estos se sienten repelidos por él.
La gracia del manga es esta atmósfera oscura y de “terror” que desprende, así como todos los yōkai que van apareciendo. Esta obra tuvo tanto éxito en su momento, sobre todo gracias a su adaptación animada, que generó toda una fiebre por los yōkai en Japón; así, los niños empezaron a coleccionar figuritas de yōkai y a saberse de memoria todas las características de estos “terroríficos” monstruitos.
A mí el manga de Kitarō me ha gustado bastante, aunque la verdad tampoco le veo tanta gracia: hay otras obras de Mizuki que me han gustado mucho más. Pero también es verdad que sin Kitarō no habría habido todas estas otras obras que a mí tanto me gustan, y Mizuki nunca habría dejado de ser un mangaka del montón. Kitarō ha gozado de ni más ni menos cinco series de anime, una por cada década desde los años 60, y luego algunas miniseries paralelas. La adaptación más reciente terminó a finales de marzo de este año, con un total de 100 episodios. Por si fuera poco, los años 2007 y 2008 se realizaron películas de imagen real basadas en este personaje, por lo que se puede decir que Kitarō sigue gozando de muy buena salud en Japón pese a contar ya con 60 añitos a sus espaldas.