El blog de Marc Bernabé

Parfait Tic

Thursday, April 10th, 2008
  • Título: パフェちっく -Parfait Tic-
  • Autor: Nagamu Nanaji
  • Editorial: Shûeisha
  • Revista: Margaret
  • Años publicación: 2000-07
  • Clasificación: Shôjo
  • Tomos: 22 (completa)

Hace unas semanas, la casualidad quiso que hablara de Lovely Complex, un manga shôjo, en este mismo blog y que, escasas horas después, se anunciara la licencia del mismo por parte de Planeta deAgostini. Fue pura casualidad, por supuesto (no hace falta recordaros el primer post de presentación de este blog, ¿verdad?), pero a ver si con esta entrada ocurre el mismo fenómeno. ^_^
En cualquier caso, Parfait Tic es otro de esos shôjo que parece rarísimo que todavía no se hayan licenciado y editado en España. Hay unos cuantos de éstos, siendo Lovely Complex (hasta hace pocos meses) y este Parfait Tic los casos más flagrantes, así que no sería de extrañar que alguna editorial anunciara su licencia en las próximas semanas o meses.
Sólo he leído el primer tomo y no tengo una opinión muy sólida formada de este título, pero sinceramente no me ha parecido nada del otro mundo.
Fuuko es una chica muy alegre y dicharachara que vive en una comunidad llamada Sweet Heights. Un día, se mudan a la comunidad, justo al piso de arriba del de Fuuko, un par de chicos de su misma edad que resultan ser primos. Los dos, cómo no, son muy guapos, pero radicalmente distintos. Daiya es el chico alegre y despreocupado, pero también ligón; mientras que Ichi es callado y, en un primer momento, da la sensación de ser muy borde.
En este primer tomo apenas da tiempo a que se nos presenten los personajes y se empiece a definir el triángulo amoroso con bastantes toques de comedia que probablemente se desarrollará en los siguientes 21 tomos hasta llegar al final. Imagino que la autora, Nagamu Nanaji, ha creado una historia muy bien ligada y capaz de enganchar al lector más allá del primer tomo, porque si no no se hubiese desarrollado durante 22 volúmenes ni hubiese cosechado tanto éxito en Japón. Probablemente, éste es de los manga cuyo primer tomo no engancha pero que luego se desarrolla bien. A mí me pasó con Bleach: el primer tomo me pareció infumable en su momento (y me sigue pareciendo regularcillo tirando a malo) y no quise leer más allá. Pero luego, cuando tuvimos que empezar a traducirlo (por partida triple, además: manga español, manga catalán y, anime), tuve que leerlo por fuerza y ahora estoy enganchado a la historia.
Fuuko, Ichi (el rubio) y Daiya (el moreno que se ve al fondo)

El título no sé muy bien a qué se refiere. Un “parfait” (パフェ) es un postre muy conocido en Japón, el sueño de cualquier amante de los dulces: una copa con trozos de fruta, helado y chocolate. Mientras que el sufijo -tic viene a ser supongo una marca de adverbio proveniente del inglés (tipo “fantastic”, “prophetic” o “heroic”). Así que imagino que si lo tradujéramos a lo cutre sería algo como “copadeheladástico”. Cierta relación tiene con el nombre de la comunidad, Sweet Heights (Altos de los Dulces), pero aparte de esto, ignoro a qué exactamente viene el título.
Una cosa que me ha llamado la atención ha sido el detalle y el carácter que la autora ha querido darle al pelo de la protagonista, Fuuko. Así como otras autoras como Ai Yazawa se centran sobre todo en los vestidos y la ropa de sus personajes, parece que a Nanaji le gustan los peinados, porque no para de dibujar a Fuuko con el pelo modelado de todo tipo de maneras, a cuál más complicada. Ciertamente, no tiene que ser fácil y tiene mucho mérito.
Una última curiosidad sobre este título es que, a pesar del éxito que tuvo en Japón, nunca se ha hecho una serie de anime, ni una serie de imagen real, una película ni nada. Lo único que existe es un “drama CD”, es decir, un CD en el que varios actores de voz se meten en el papel de los personajes y actúan solamente con su voz (para los profanos, sabed que es un producto derivado bastante común en el shôjo manga, por muy friki que parezca).

Detroit Metal City

Tuesday, April 8th, 2008
  • Título: デトロイトメタルシティー -Detroit Metal City-
  • Autor: Kiminori Wakasugi
  • Editorial: Hakusensha
  • Revista: Young Animal
  • Años publicación: 2005-?
  • Clasificación: Seinen
  • Tomos: 5 (en curso)

Ya de regreso a mi rutina diaria barcelonesa, es el momento de empezar a presentar algunas de esas nuevas joyas que he ido encontrando durante este último viaje. Detroit Metal City sería la primera; es una serie que ya me llamó la antención en mi anterior viaje a Japón, pero que, cosas que pasan, dejé correr. Luego, hace un par de meses, recibí a unos amigos japoneses en casa que me la recomendaron mucho, así que al final decidí comprarla. ¡Y me ha encantado! Como dirían los japoneses, es mi actual マイブーム (my boom).
La historia trata sobre un grupo indie de death metal, llamado Detroit Metal City (DMC para los amigos) de lo más bestia. Llevan las caras pintadas al estilo de Kiss, van de demonios y su música es lo más bestialmente agresivo que hay. Su primer single se llama “Satsugai” (Asesinato) y habla de que el líder de la banda, Johannes Krauser II, mató a su madre y luego se la folló, y que mañana se cargará a su padre y le dará por el culo, etcétera.
La sorpresa viene cuando los miembros de DMC se encierran en su camerino y se quitan el maquillaje, porque resultan ser chavales de lo más normalitos. El más destacado es Negishi, (Johannes Krauser II en DMC), que resulta ser un chavalín poca cosa, delgaducho, con peinado “estilo seta” (los demás le llaman “cabeza polla”, pero bueno) y al que le encanta la cultura “gafapasta”. Su película favorita es Amélie, su cantante preferida es Kahimi Karie y le encanta ir a comprar ropa a los barrios gafapasta de Daikanyama y Shimokitazawa, entre otras gafapastadas. Su sueño es el de convertirse en un cantante de alegre música folk, pero no se sabe cómo, acabó metiéndose a hacer death metal…
Con todos ustedes: ¡el gran Krauser II en acción!

La cuestión es que Negishi es como si tuviera doble personalidad. Por un lado es el pusilánime chavalito delgaducho, pero cuando se maquilla y sube al escenario se transforma en un “metal monster”, un verdadero demonio sobre la tierra capaz de las atrocidades más bestias. Numerosas leyendas circulan sobre Krauser II, como que es un verdadero demonio que está por encima de todo y que tiene la sangre verde, que se folla a cualquier cosa que tenga agujero, que se tiró la Torre de Tokio, la dejó preñada y de ahí surgió la torre Mori de Roppongi Hills y más burradas… Lo gracioso es que sus fans lo creen a pies juntillas y, en las numerosas situaciones en las que se mete, acaba sin comerlo ni beberlo aumentando la magnitud de su leyenda.
Todo esto, claro, en contra de la propia voluntad de Negishi, pobre, que ve cómo los fans de DMC se burlan de él cuando no está maquillado (lógicamente, no saben que Krauser es Negishi, lo que provoca situaciones comiquísimas).
Es un manga tremendamente divertido, por una parte por las delirantes situaciones en las que se mete Negishi-Krauser, y por otra por un uso del lenguaje muy basto que a mí me resulta muy gracioso (tened en cuenta que soy el traductor de Gantz y es una de las series con las que mejor me lo paso; además de que me parto de risa oyendo a los Mojinos Escozíos -ay, mi imagen pública, cada vez más deteriorada-). Por ejemplo, una de las principales “heroicidades legendarias” de Krauser II es que es capaz de decir diez “rape” (violar) por segundo. ^_^ Y la jefa de la discográfica no tiene pérdida: cuando algo le encanta, dice que “se le ha mojado el coño”. Fuoooh, ¡qué basto! En fin, los cinco tomos que tiene de momento me los ventilé enseguida, no podía parar de leer… Lo malo es que el tomo 5 salió el 28 de marzo, con lo cual habrá que esperar 4 o 5 meses más para el próximo… ¡Que salga ya! ^_^
No me cabe duda de que en el futuro veremos esta serie publicada en español. Ahora mismo está muy de moda en Japón y ya se han anunciado unos OVA para el verano (animados por el prestigioso estudio 4ºC) y una película de imagen real protagonizada por Ken’ichi Matsuyama, AKA “L” en Death Note. No os perdáis la foto que saqué en el stand de DMC del Tokyo Anime Fair. Yo creo que Matsuyama es ideal para el papel. ¡Ahora a esperar al verano, yo ya me muero de ganas de ver la peli y el anime! Por ejemplo, ¿qué van a hacer con las canciones?


Hablando de las canciones, por cierto, unos fans frikones de Japón han “imaginado” la música del manga. Supongo que tienen un grupo de death metal y han musicado las letras que se pueden leer en el manga. Esta es su web, aunque para facilitar las cosas os he puesto la música para descargar por si tenéis curiosidad (es muy bestia, yo ya aviso).

¡LICENCIADO!
El 25/04/08 se anuncia la licencia de este título por parte de Planeta deAgostini

Masami Kurumada

Thursday, April 3rd, 2008

Atención: este post está escrito bajo el antiguo formato de “Adivina qué mangaka es”, en el que se presentaba una foto antigua del mangaka y el lector debía adivinar de quién se trata. Ahora el formato ha cambiado, pero dejo la redacción del artículo tal cual.

Ahora hacía días que no ponía nuevas entradas de esta sección, ¡esto no puede ser! En fin, vamos a ver si adivináis quién es este jovenzuelo de aspecto tan “mataor” y bohemio… (como siempre, haced clic en “Lee el post entero” para saber la respuesta, ¿eh?)

Time machine: 29 años más tarde…

¡Que te pego, leche!

La verdad es que no ha cambiado mucho, ¿eh? A ver, 29 años no son pocos y se le notan, pero el tío se mantiene bastante joven a pesar de sus 54 primaveras… Por si no lo habíais adivinado, el de las fotos es Masami Kurumada, autor de la idolatrada Saint Seiya (Los caballeros del zodíaco) y también de la serie de boxeo Ring ni kakero. Supongo que la segunda foto se la debían sacar para alguna promoción de esta segunda serie, de ahí el guante.
La primera foto es del tomo 2 de Ring ni kakero, del año 1978. Ahí Kurumada tenía 25 añitos y aún le faltaban ocho años para empezar su serie más conocida, que narra las aventuras del pelmazo de Seiya, su pandilla de amigos gays y la pava redomada de Atenea que no sabe hacer nada que no sea dejarse atrapar para que los demás la rescaten. Ah, no, que son caballeros con armaduras y tal, ¿no? Juas, juas, perdonad los fans de la serie, es broma.
Por cierto, que buscando fotos recientes del hombre encontré también esta, que es del 2004. No tiene pérdida, y os la pongo también. Este tío tiene que ser bastante enrollado, je je.

Más chulo que un ocho…

Keimusho no mae (Antes de la prisión)

Tuesday, April 1st, 2008
  • Título: 刑務所の前 -Keimusho no mae- (Antes de la prisión)
  • Autor: Kazuichi Hanawa
  • Editorial: Shôgakukan
  • Revista: Big Comics
  • Años publicación: 2002-2007
  • Clasificación: Seinen
  • Tomos: 3 (completa)

Si ya de por sí los japoneses en general tienen facetas poco comprensibles para los occidentales, los hay que son directamente raros y que tienen unos “senderos mentales” realmente retorcidos. En el manga tenemos varios ejemplos de tíos raros, como Suehiro Maruo, Shintarô Kago, Hiroaki Samura, Hideo Azuma… Pero se ve que este Kazuichi Hanawa se lleva la palma. Motofumi -Genbun- Kobayashi afirma conocerle bastante bien y, en su última visita a Granada, me contó que, en su opinión, a Hanawa le falta un tornillo (o dos) y que está para encerrar -en mi opinión, también Kobayashi está para encerrar, pero ése es otro tema XDDD-.
Confieso no haber leído casi nada de este autor, por lo que desconozco la mayoría de su obra. Sin embargo, no puedo dejar de recomendar 刑務所の中 (Keimusho no naka), editado en España por Ponent Mon con el título En la prisión. Se trata de un diario extremadamente detallado de la vida en una prisión japonesa, concretamente de Sapporo, al norte del país. Y es, por si os lo preguntáis, autobiográfico. El manga en sí no tiene argumento, sino que se dedica simple y llanamente a explicar con viñetas (y gráficos e ilustraciones) cómo es la vida en la cárcel japonesa. Fascinante, primero porque nos proporciona una descripción muy vívida del día a día (el trabajo, la hora de dormir, el baño, el tiempo libre, las comidas…) y segundo porque Hanawa usa un estilo de dibujo muy detallista y muy “años 30”, no sabría cómo definirlo de otra manera.
Keimusho no naka tuvo un gran éxito en Japón, recibió incluso el premio cultural Osamu Tezuka (pero Hanawa lo rechazó alegando que un mangaka tan minoritario como él no tiene derecho a recibir ningún premio) y fue convertido en película.
La historia de una chica en la era de los samuráis… WTF!?

Poco tardaron las grandes editoriales en llamar a su puerta ofreciéndole suculentos tratos. De hecho, en Keimusho no naka (publicado por la pequeña editorial Seirin Kôgeisha) se nos cuenta solamente que el autor fue arrestado y encarcelado por posesión de armas, pero no se nos dan más detalles. Entonces, ¿exactamente qué pasó? Al final fue el gigante Shôgakukan quien convenció a Hanawa para que contara, en forma de manga, lo que le llevó a la cárcel, y de ahí surgieron estos tres tomos de Keimusho no mae (Antes de la prisión).
Se ve que Shôgakukan le dio carta blanca a Hanawa para que hiciera lo que le diera la gana… Y ciertamente, se lo tomó al pie de la letra. Porque el manga en sí es extrañísimo y desconcertante. A ver, ¿cómo lo pongo para que se entienda? Por un lado, Hanawa nos cuenta su propia historia: que le vendieron una pistola real hecha polvo que alguien había encontrado enterrada en una jungla del sudeste asiático, y que él decidió restaurarla. Por el otro, el 70% del primer tomo aproximadamente está ocupado por la historia de una chica que es hija de un forjador de fusiles en el Japón de la época de los samuráis (allá por el siglo XVI o XVII). ¿Qué tiene que ver la historia de la chica con la del propio Hanawa? No tengo ni idea, porque no he podido leer todavía los tomos 2 y 3, pero aparentemente nada…
De hecho, a mí personalmente la historia de la chica me pareció aburrida, y si aguanté hasta el final del tomo fue porque me moría de curiosidad y quería leer las partes en las que Hanawa cuenta su propia historia. Las transiciones entre las dos historias son brusquísimas, en una página puede de repente cambiar de una viñeta a otra sin previo aviso, lo que hace que la sensación sea más extraña todavía.
Sobre la historia autobiográfica… Ratifico lo que me contó Kobayashi: Hanawa está para ingresar en un frenopático de un momento a otro. El detalle con el que va contando cómo iba restaurando la dichosa pistola es bestial, y los conocimientos sobre armas de fuego que demuestra son increíblemente vastos. De hecho, se ve que Hanawa es un friki de lo militar (de ahí que Kobayashi -otro friki redomado- y él sean colegas) y le encantan las pistolas réplica (model gun). Absolutamente desconcertante el nivel de conocimiento que tiene y, como traductor, personalmente temblaría si tuviese que traducir eso, con tanta palabrita especializada en tema armamentístico y de ingenería de armas de fuego.

En las páginas autobiográficas, Hanawa se mata más con el dibujo. ¡El nivel de detalle es increíble! Me entra sudor frío al pensar que existe la posibilidad de que algún día alguien me encargue traducir esto… ¡Ugh, no, por favooor! ^_^

La verdad sea dicha, me he quedado con ganas de leer los otros dos tomos para saber cómo seguía restaurando ese montón de hierro oxidado al que llamaba “pistola”, porque el tio poco a poco lo iba consiguiendo: limando aquí, pegando allá, golpeando acullá… Aunque la historia de la chica y sus peripecias, sinceramente, me sobra. También huelga avisar de que el dibujo en esta obra no es tan detallado y tan “retro” como en Keimusho no naka, lo que es algo a tener en cuenta (a mí me decepcionó un poco porque esperaba encontrarme con ese estilo de dibujo, pero supongo que no es lo mismo tener años y años para trabajar un tomo que tener sólo meses).
Sólo he leído el tomo 1, así que no sé los detalles, pero sí que se sabe que alguien denunció al amigo Hanawa por posesión de armas (en Japón es absolutamente ilegal poseer armas de fuego) y acabaron condenándole a tres años de cárcel. Sus abogados iban a recurrir alegando que es un castigo demasiado duro para alguien que no ha cometido ningún crimen aparte del de restaurar y poseer una pistola, pero se ve que él aceptó la pena sin rechistar (¿lo veis como es rarito-rarito?)
En resumen: Keimusho no naka (En la prisión), absolutamente recomendable. Una joya. Kemusho no mae (Antes de la prisión). Bastante prescindible, pero es interesante como espécimen de “manga raro”.

Ace o nerae! (Raqueta de oro)

Wednesday, March 19th, 2008
  • Título: エースをねらえ! (Ace o nerae!) -¡Busca el “ace”! / Raqueta de oro-
  • Autor: Sumika Yamamoto
  • Editorial: Shûeisha
  • Revista: Margaret
  • Años publicación: 1973-1980
  • Clasificación: shôjo, deportivo
  • Tomos: 18 (completa)
Antes de empezar, me disculpo por mi silencio de los últimos días. Una serie de encargos de última hora, un par de conferencias y una serie de intensos preparativos pre-viaje me han imposibilitado escribir como me gustaría. Actualmente me encuentro en el Japón de mis amores durante unos días y no tengo escáner, así que de momento iré tirando del material que tenía escaneado para “futuras reseñas”. Mi ritmo de actualización aquí tampoco será muy alto, la verdad, puesto que aparte del trabajo normal de traducción también tengo que salir mucho por motivos de trabajo (y ocio, claro). Pero ya veréis a la vuelta que vuelvo cargado, he descubierto algunos mangas que son para mear y no echar gota. ^_^
En cualquier caso, una de mis “obsesiones” últimamente tiene que ver con el shôjo manga. Debido a mi trabajo como traductor, he leído bastantes historias, pero casi siempre han sido obras recientes y en general estaban cortadas por el mismo patrón (con honrosas excepciones). Pensándolo bien, a España muy poca cosa ha llegado de shôjo clásico, y sinceramente mi conocimiento sobre el tema, saliendo de la excelente La Rosa de Versalles que nuestro equipo tuvo el placer de traducir hace unos años, y La ventana de Orfeo y Mayme Angel, que estamos traduciendo ahora mismo, deja bastante que desear. Así que aquí estoy, estudiando e informándome. De hecho, en casa tengo un libro sobre la historia del shôjo, pero sólo alcanza hasta el año 1962 y esa época me interesa, pero no tanto. El otro día conseguí ganar en las subhastas de Amazon Japan la segunda parte de esta obra (totalmente descatalogada y que abarca de 1963 a 1989) y espero que me llegue mañana mismo. Ya tengo ganas de empezar a estudiar…
Seguramente iré poniendo reseñas de vez en cuando, ya que me parece muy interesante y además se trata de un terreno relativamente poco explorado. Además, por experiencia os digo que cuesta muchísimo más conseguir tomos originales de clásicos shôjo que de clásicos shônen (¡anda que no me costó encontrar un tomo 1 de Attack Nº 1 edición clásica!) ¿Por qué será?
Así que la reseña de esta vez va de un shôjo clásico, ni más ni menos que Ace o nerae!, cuya serie de animación fue pasada por las teles españolas en esos gloriosos 80-90 con el título de Raqueta de oro. Debo confesar que nunca miré la serie ni tampoco conocía el argumento más allá de que va de tenis. La historia empieza presentándolos al club de tenis femeninos del instituto Nishi, y entre sus miembros, la tímida Hiromi Oka, una estudiante de primero que admira a sus senpai (miembros del club mayores que ella, y por lo tanto, “superiores” en todo), en especial a Reika Ryûzaki, apodada Ochô-fujin (Madame Butterfly). La Butterly es un exceso en todos los sentidos: de lejos la mejor de todas, es una niña de casa buena, y es altiva, va de superior, y tiene la melena de rizos dorados y el amaneramiento más estilo “drama queen” desde la María Antonieta de La Rosa de Versalles. Pero Hiromi y las demás estudiantes de primero la adoran y la respetan como a una verdadera hermana mayor, lo que a ella le encanta.

Aish, esos ricitos y esas flores… En grande, Madame Butterfly,
en la esquina inferior derecha, la prota, Hiromi

En estas, que llega al instituto un nuevo entrenador para el club de tenis: Jin Munakata, que resulta ser el típico guaperas que a la vez es distante y frío. Munakata empieza los entrenamientos con mano dura y, para sorpresa de todos, selecciona a Hiromi como miembro del grupo titular… ¡Oh, sacrilegio! ¡Es tabú que una kôhai de primero pase por delante de las “diosas” senpai! Cómo no, las otras chicas, Madame Butterfly en cabeza (cómo no), deciden hacerle la vida imposible a la pobre Hiromi, que sin comerlo ni beberlo se encuentra en el ojo del huracán. Pero Munakata insiste y Hiromi debe jugar…
La verdad es que es un manga muy original para la época en la que fue concebido, en plena fiebre por los mangas deportivos shônen tipo Ashita no Joe (boxeo) y Kyojin no Hoshi (béisbol). Podríamos decir que ésta es una respuesta shôjo a estos manga, con la particularidad de que no se sacan de la manga “tiros del tigre” ni “saques de triple efecto”, ya que intenta ser “realista”. La historia es entretenida y después de leerlo entiendo que llegara a ser un manga de culto en Japón, del que se hicieron varios anime (incluso una serie de imagen real en el año 2004) y que originó un enorme boom del tenis por todo el Japón.
También leer este manga me hizo estar pensando en cómo ha cambiado la mentalidad japonesa en los últimos años sobre el tema del “esfuerzo”. Hasta hace relativamente, poco, los japoneses tenían una especie de adoración por el “esfuerzo”, y no son pocos los mangas setenteros y ochenteros que presentan a un protagonista bastante mediocre que, con mucho esfuerzo y perseverancia, va mejorando y mejorando hasta llegar a ser el mejor. Ace o nerae! es este tipo de manga. Sin embargo, en los últimos años observo que en los manga ya no destaca tanto el “esfuerzo”, sino el “talento”, en un modo de pensar mucho más occidentalizado. Ahora no tenemos a Hyûmas que se maten entrenando para llegar a la cumbre del béisbol, ni a Son Gokus que mueran y resuciten mil veces; tenemos a Ryômas Echizen que son más chulos que un ocho en las pistas de tenis y se mofan de los antaño sagrados senpai, o a Senas Kobayakawa que desde el primer momento corren como una flecha por el campo de fútbol americano. Es sólo una reflexión, ¿pero no os parece algo curioso?
Por cierto, si no la habéis visto, os recomiendo ver la peli Ping Pong, basada en un manga homónimo de Taiyô Matsumoto. Para mí, ésa es la peli que resume esto que acabo de escribir, porque va del enfrentamiento entre un tío que se entrena como un loco, a la vieja usanza, y otro que tiene un talento natural para el ping pong y que, sin esforzarse, puede vencer a sus rivales. Al final, lo que no deja de ser un signo muy claro del cambio de mentalidad japonesa, gana el que tiene talento sobre el que se esfuerza, algo impensable no hace tantos años, donde habría ganado el héroe que se esfuerza por encima del chuleta que lo tiene todo hecho de forma innata… A mí esto me pareció muy sintomático y me hizo pensar mucho.