El blog de Marc Bernabé

Lugares tezukianos de interés: Tezuka Pro y Estatua de Astroboy

Friday, March 12th, 2010

En esta ocasión no voy a hablaros de ningún museo, sino de dos lugares relacionados con la figura del gran “dios” del manga, Osamu Tezuka: la sede de la empresa que él fundó, en Tokio, y una estatua de Astroboy situada en la escuela en la que estudió, cerca de Osaka. Además, también añadiré un pequeño “bonus track”.

SEDE DE TEZUKA PRODUCTIONS

  • Nombre del lugar: 手塚プロダクション本社 –Tezuka Production Honsha– Sede de Tezuka Productions
  • Dirección: 4-32-11 Takadanobaba, Shinjuku-ku, Tokio 169-0075 (Google Maps)
  • Cómo ir: A unos 10-15 minutos a pie de la estación Takadanobaba (líneas Yamanote de JR, Shinjuku de Seibu o Tōzai de metro).
  • Precio:
  • Horario:
  • Web (en japonés): http://tezukaosamu.net/
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Exterior de la sede de Tezuka Productions

Esta primera visita es un poco chorras porque apenas se puede ver nada: consiste en ir a la sede de la empresa que fundó en 1968 Osamu Tezuka para gestionar su actividad como mangaka: Tezuka Productions. Esta empresa se ocupa actualmente, más de 20 años después del fallecimiento de su fundador, de gestionar los derechos de la enorme obra legada por el “dios” del manga tanto para el mercado nacional como el internacional. Tezuka Productions es también un estudio de animación que aún hoy sigue produciendo series, no necesariamente basadas en la obra de Osamu Tezuka.

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Detalles del edificio de Tezuka Productions

La sede de Tezuka Productions está situada en medio de una tranquila zona residencial cercana a la estación de Takadanobaba, una estación importante que forma parte del anillo de la línea Yamanote, la columna vertebral (con permiso de la línea Chūō) de la capital japonesa. Como la relación de Tezuka con Takadanobaba es realmente larga, es curioso comprobar que la distintiva musiquilla de aviso de entrada y salida de trenes de la estación de JR no es otra que, ¡el opening de la serie original de televisión de Astroboy (1963-66)! Cada una de las estaciones de la línea Yamanote tiene un sonido distinto, y Takadanobaba eligió en 2003 (año del “nacimiento” del personaje) a su “hijo predilecto” Astroboy.

Es recomendable realizar el paseo hacia el edificio pasando por la avenida Waseda, ya que está decorada con banderines dedicados a la obra de Osamu Tezuka: así, podemos ver a Black Jack, a Sharaku de Mitsume ga tooru, a Zafiro de La princesa caballero, al mismo Astroboy y a Leo, protagonista de Jungle Taitei (El emperador de la jungla).

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Distintos banderines adornan la calle Waseda. De izquierda a derecha, Jungle Taitei, La princesa caballero y Mitsume ga tooru.

¿El edificio en sí? Pues… La verdad es que no tiene gran cosa de especial, ya que no se puede entrar como visitante (o igual sí, no sé, pero yo no lo intenté) y desde fuera poca cosa se puede ver aparte de unos pocos detalles como una pequeña estatua de Astroboy y poca cosa más. Aun así, para los “tezukadictos” este puede ser un paseo bastante interesante, ni que sea solo para ir a rendir pleitesía a un lugar en el que Tezuka pasó muchas horas y sin duda creó muchas obras imperecederas.

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Más detallitos: el cartel de la oficina, la indicación de "puerta de entrada de trabajadores" con una caricatura de Tezuka y una estatuilla de Astroboy.

ESTATUA DE ASTROBOY

  • Nombre del lugar: 大阪教育大学附属池田小学校(アトム像) –Ōsaka Kyōiku Daigaku Fuzoku Ikeda Shōgakkō– Escuela primaria de Ikeda, dependiente de la Universidad Kyōiku de Osaka (estatua de Astroboy)
  • Dirección: 1-5-1 Midorigaoka, Ikeda City, Osaka-fu 563-0026 (Google Maps)
  • Cómo ir: A unos 20-25 minutos a pie de la estación de Ikeda (línea Takarazuka de Hankyū).
  • Precio:
  • Horario: Horario lectivo de la escuela (9 AM – 17 PM aprox., solo entre semana)
  • Web (en japonés): http://www.ikeda-e.oku.ed.jp/
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El edificio principal del colegio. La estatua de Astroboy se encuentra ahí en la entrada.

La segunda visita relacionada con Osamu Tezuka está “un poco” lejos de la primera, concretamente en las cercanías de la ciudad de Osaka. En otoño de 2008, la Escuela primaria de Ikeda decidió colocar una preciosa estatua de Astroboy en la entrada de su edificio principal. Y os preguntaréis: ¿por qué esta escuela? ¿Y por qué motivo decidieron gastarse la pasta en una estatua?

La respuesta a la primera pregunta es que esta fue la escuela donde Tezuka estudió de pequeño. Así, nació en Toyonaka, pasó su infancia en Takarazuka, pero estudió los cursos de primaria en Ikeda (Toyonaka y Takarazuka están a unos 20 minutos en tren, e Ikeda queda justo en medio).

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Primer plano de la preciosa estatua

La respuesta a la segunda pregunta es más complicada: resulta que en 2001, esta escuela sufrió un brutal ataque por parte de un enajenado mental, Mamoru Takuma, que entró con un cuchillo y se cargó a ocho niños, hiriendo a otros quince. El indiscriminado asesinato hizo correr ríos de tinta y horrorizó al país. Así que la dirección de la escuela, en parte como homenaje al ex alumno Tezuka, en parte como celebración por el centenario de la fundación de la escuela, y en parte para animar a los alumnos después de la brutal masacre, decidió poner esta estatua.

Cuando me enteré de la noticia de la colocación de esta estatua, no podía creérmelo, ya que la escuela está situada muy cerca de donde Vero y yo solíamos vivir durante nuestra estancia de tres años estudiando sendos másters: vivíamos muy cerca de la estación de Ishibashi y de vez en cuando solíamos dar largos paseos a pie hasta la siguiente estación en dirección norte, la estación de Ikeda. ¡Esta escuela está situada justo en medio de este camino que recorrimos tantas veces!

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Varios planos de la estatua desde diferentes ángulos

La casualidad quiso que, en diciembre de 2008, en conmemoración de nuestro inminente “10º aniversario de nuestra primera llegada a Japón”, planeáramos un tour que nos llevó por todos los sitios especiales de nuestra vida en Japón: nuestro pisito en Kioto y la Universidad de Estudios Extranjeros de Kioto (y los lugares que frecuentábamos cuando vivíamos allí); mi apartamento cutre en Yokohama y la oficina donde trabajé durante el Mundial de Fútbol; el pisito de Ikeda (Osaka), las universidades donde estudiamos y, por supuesto, el mítico paseo Ishibashi-Ikeda. Así que aprovechamos este trayecto para acercarnos a la escuela, donde solo un par de meses antes se había inaugurado la estatua.

No hace falta decir que fliparon al vernos. Dos extranjeros querían ver la estatua de Astroboy. Claro está, después de la amarga experiencia de siete años antes, las medidas de seguridad de la escuela eran notables: en la entrada había un vigilante (viejecito, eso sí) que nos paró y nos preguntó amablemente qué queríamos. Al decirle lo de la estatua, se quedó bastante alucinado pero aun así llamó a dirección para explicarles el caso. Después de unas cuantas reverencias dirigidas al interlocutor al otro lado del auricular y tantas otras explicaciones, finalmente nos dejaron pasar, no sin antes rellenar un formulario donde debíamos poner nuestros datos y darnos unos “pases” que debíamos llevar todo el rato colgados del cuello.

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Frikeando, que es gerundio

La estatua en sí es preciosa. No muy grande, pero realmente bonita. Representa a Astroboy dándole un emotivo abrazo al planeta Tierra, que lleva la inscripción “I love the Earth and all creatures on it” (Amo a la Tierra y a todas las criaturas sobre ella).

No creo que valga la pena ir expresamente a ver la estatua de marras, pero… Si quieres ir a visitar el Museo Tezuka en Takarazuka y te sobran un par de horas, siempre puedes apearte en la estación de Ikeda, a medio camino entre Umeda (Osaka) y Takarazuka, y darte el paseíllo para tener una experiencia “tezukiana” aún más intensa si cabe. Prepárate, eso sí, para tener que explicarle al vigilante que quieres ver la estatua y que solo estarás unos minutos nada más.

BONUS TRACK

Y termino con una curiosidad bastante tonta. Tezuka es conocido por sus obras de manga y también por sus anime, claro está, pero… ¿Cuántos de vosotros sabíais que también tuvo una faceta de escultor?

La única escultura destacada de Osamu Tezuka (no sé si hizo alguna más) está expuesta de forma permanente en el Museo Municipal de Kawasaki (Kawasaki-shi Shimin Museum) (aquí, información en inglés de cómo ir, ojo que es bastante complicadillo).

Se trata de una escultura bastante peculiar, ya que cuando te acercas, se iluminan las caras que adornan su superficie y se escuchan risotadas enlatadas. Y es que el título de la escultura es “Warai” (Risas). Tezuka realizó esta obra, de 4 metros de altura, en 1988, solo un año antes de su muerte, y la cedió al Museo Municipal de Kawasaki en el año de su inauguración.

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Warai, por Osamu Tezuka

Este museo resulta bastante interesante para el aficionado al manga porque en él se han celebrado numerosas exposiciones relacionadas con el cómic japonés. Es tal vez el museo que, hasta la inauguración del flamante Museo Internacional del Manga de Kioto, ha dado más importancia al manga desde hace muchos años. Yo, sin ir más lejos, estuve allí en marzo de 2008 para ir a una exposición interesantísima sobre manga shōjo, y aproveché la visita para ver la peculiar estatua del maestro, que… La verdad, es un poco aberrante, ¿no? XDDD

Más fotos del prototipo (en tamaño más pequeño) y cosas aquí.

Tokiwa-sō no Seishun (La juventud en los apartamentos Tokiwa)

Tuesday, March 9th, 2010

La semana pasada di una conferencia sobre los apartamentos Tokiwa en la Universidad Complutense de Madrid en el marco de conferencias UCMCOMIC, y justo después de esa conferencia (que podréis ver pronto en RamenTV) se proyectó una interesante película titulada Tokiwa-sō no Seishun (La juventud en los apartamentos Tokiwa), dirigida por Jun Ichikawa y protagonizada por Masahiro Motoki, el protagonista de la oscarizada Okuribito (Departures). (Ficha de la película)

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Al no existir subtítulos en ningún idioma para esta película, los organizadores del ciclo de conferencias hicieron un esfuerzo económico, al que personalmente me sumé, para que la película fuera traducida y subtitulada, tarea que realicé yo mismo.

Imagino que es la primera vez, como mínimo la primera en muchos años y fuera del circuito de festivales internacionales de cine, que se proyectaba esta cinta fuera de Japón.

Ahora, con el permiso de la gente de UCMCOMIC, decido poner a vuestra disposición los subtítulos de esta película, realizados claro está sin ánimo de lucro, para que podáis disfrutarla si la encontráis por ahí. Asimismo incluyo unas páginas con notas adicionales.

Podéis bajar el material aquí

Por cierto, veo que un ánima caritativa ha subido el .avi de la película a Megaupload. Si os interesa, aquí lo tenéis.

¡Que la disfrutéis!

Sneak preview de la Conferencia en la UCM

Friday, March 5th, 2010

Ayer di una conferencia sobre los orígenes del manga en la Universidad Complutense de Madrid, en el marco de UCMCÓMIC y la verdad es que estoy muy contento de cómo quedó. David de Ramen para dos estuvo allí para grabarla y ha prometido editarla y subirla en breve para que todos podáis verla también. De momento, os dejo un pequeño “trailer” que ha realizado. ¡Gracias a los organizadores por invitarme, a los asistentes por venir a escucharme y a David por el vídeo!

Sebangō Zero (Dorsal 0)

Thursday, February 25th, 2010
  • Título: 背番号0 –Sebangō Zero– (Dorsal 0)
  • Autor: Hiroo Terada
  • Editorial: Mushi Pro
  • Revista: Yakyū Shōnen
  • Años publicación: 1956-60
  • Clasificación: shōnen, deportivo, costumbrista
  • Tomos: 1

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Seguramente habréis notado mi “pequeña” obsesión por los apartamentos Tokiwa-sō, donde convivieron varios de los más importantes creadores de manga en los años 50, unos autores que hicieron crecer el medio y lo llevaron a cotas insospechadas, hasta el punto que casi se podría decir que sin ellos, Japón no sería como es ahora el país donde más cómic se consume, donde el cómic genera más mercado, y donde más autores trabajan incansablemente creando nuevas historias. No me cansaré de repetir los nombres de los habitantes más ilustres del Tokiwa-sō: Osamu Tezuka, Shōtarō Ishinomori, Fujio Akatsuka y el dúo Fujiko Fujio.

Estos cuatro nombres (cinco, si contamos que Fujiko Fujio se separaron y ahora son conocidos como Fujiko F. Fujio y Fujiko Fujio Ⓐ) son los que siempre se mencionan cuando hablamos del Tokiwa-sō y los albores del manga. Pero hubo varios otros creadores viviendo allí (o bien simplemente apuntándose a sus fiestas), que tuvieron más o menos suerte, como por ejemplo Shin’ichi Suzuki, Naoya Moriyasu, Tokuo Yokota, Jirō Tsunoda, Hideko Mizuno…

Y sin embargo, existe un autor, el más veterano de ellos (con permiso de Tezuka) y auténtica alma del grupo, al que muy pocos recuerdan y que me apetece reivindicar: Hiroo Terada (1931-92). Leyendo Manga Michi, uno se hace a la idea de lo mucho que significó Terada (llamado cariñosamente Tera-san por los demás) para el grupo del Tokiwa-sō: con 25 años, él fue el “hermano mayor” de esos jovencísimos autores (que rondaban los 20), un chico serio, responsable, muy trabajador y que siempre estaba allí para dar consejos a sus compañeros, cocinarles algo en momentos delicados o dejarles dinero cuando les ocurría algún imprevisto.

El papel de Tera-san se reivindica sobre todo en la película Tokiwa-sō no seishun (La juventud del Tokiwa-sō), de 1996, que me encantó y va a ser proyectada por primera vez subtitulada en un idioma occidental el próximo jueves en Madrid. De hecho, creo que la reseñaré en este mismo blog, porque aunque no sea un manga, trata muy directamente sobre manga y vale mucho la pena. En esta película, como decía, se da el protagonismo a Tera-san, que ve cómo sus compañeros van consiguiendo el éxito poco a poco mientras que él, a pesar de su duro trabajo, se va quedando atrás. En este sentido, es una cinta bastante triste y melancólica, realmente excelente en este sentido.

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Zero y los chicos del Z Team jugando a béisbol.

Ya desde que vi la película se me quedó la imagen de Tera-san como el gran olvidado del Tokiwa-sō, pero tras leer Manga Michi esta imagen se me quedó grabada con aún más fuerza en la mente. Tera-san, el amable y atento “hermano mayor”, un dibujante con verdadera integridad y pasión por su trabajo, pero que precisamente debido a su integridad y a sus ideas de que “el manga es para el público infantil y debe ser entretenido, pero nunca dañino” se quedó claramente atrás. Ya a finales de los años 50, su estilo se consideraba “anticuado” y “pasado de moda”. Y a pesar de todo, él siguió en sus trece y nunca quiso cambiar de estilo.

Sebangō 0 (Dorsal Cero) es una de sus obras más conocidas, y además es considerada una de las primeras obras manga sobre béisbol, precursora de títulos tan legendarios como Kyojin no Hoshi, Astro Kyūdan o Dokaben. Tera-san era, de hecho, un gran apasionado del béisbol, y en cuanto tenía un momento salía a la calle a lanzar unas bolas.

No había podido leer nada de Hiroo Terada hasta ahora porque sus obras no se reeditan actualmente y su producción no fue nunca muy destacada, por lo que muy poco de lo que hizo se recopiló en tomo (en los años 50, el manga se publicaba solo en revistas; no fue hasta bien entrados los años 60 que empezaron a venderse tomos unitarios tankōbon en el formato actual). Sebangō 0 es una de las pocas excepciones: este tomo que reseño fue editado por Mushi Pro (la editorial que montó Osamu Tezuka) en el año 1968, ocho años después de que se terminara de publicar en la revista Yakyū Shōnen entre 1956 y 1960.

La historia está protagonizada por Zero (le llaman así porque su dorsal es el número 0), la estrella del equipo del barrio, el “Z Team”, y está ambientada en un barrio normal y corriente del Tokio de los años 50. Cada uno de los capítulos es autoconclusivo y nos cuenta alguna anécdota de Zero y sus amigos, la mayoría de ellas basadas en el béisbol. Lo que sí tienen todas las historias en común es que son extremadamente inocentes, fomentan la amistad y el compañerismo y, aunque algunas veces hay algún mal rollo, siempre se acaba arreglando, lo que termina por fortalecer los lazos de amistad entre los personajes.

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De izquierda a derecha: Terada, Akatsuka, Tezuka, Fujko Fujio Ⓐ y Moriyasu. Los del Tokiwa-sō formaron un equipo de béisbol llamado "Errors" y Tezuka fue a verles un día.

Por ejemplo, un día de mala suerte en el que todo parece salir mal pero luego se arregla; o un “espía” de otro barrio que se apunta al equipo Z para ver cuál es el secreto de su éxito y al final decide que se hará amigo de todos ellos; o un día en el que deciden ayudar a un pobre chico al que su madre tiene esclavizado estudiando como un loco y a pesar de ello saca muy malas notas (la conclusión a la que llegan es que el chico tiene que relajarse y jugar, por ejemplo al béisbol, para luego estudiar con más concentración, y la mamá se queda contentísima y todos felices); o cuando el padre y la hermana de Zero deciden ayudar a su madre, a la que ven muy agobiada, y le dicen que se vaya unos días de vacaciones a un balneario… Al final la madre regresa al cabo de un solo día porque se siente culpable de haberlos dejado allí solos –pobrecitos, que no saben ni freírse un huevo–, y todos contentos.

Como veis, todas historias muy inocentes, muy “íntegras”, muy acordes con la imagen de Tera-san que me había forjado en mi mente tras ver la peli Tokiwa-sō no seishun y leer Manga Michi de Fujiko Fujio Ⓐ. No me extraña que Tera-san no consiguiera el éxito: ciertamente, a pesar de ser una obra de la segunda mitad de los años 50, ya se percibe muy anticuada comparada con otras cosas que se hacían en la época. Pero como he dicho antes, Tera-san nunca quiso cambiar de estilo, y mucho menos dedicarse a crear obras con violencia o contenidos potencialmente “dañinos”, por lo que jamás pudo levantar cabeza y cayó en el olvido.

Este, pues, es mi pequeño homenaje a un dibujante tozudo como pocos, el alma y el líder de los grandes dibujantes que poblaron los apartamentos Tokiwa-sō. Gracias, Tera-san.

Lo mejor

  • Historias tiernas y muy inocentes.
  • Una ventana a la vida de los japoneses de clase media en los años 50.
  • El personaje Nonki-sensei, un mangaka del barrio al que le encanta el béisbol y ayuda a los chicos del Equipo Z cuando puede (basado obviamente en el carácter del propio Tera-san).

Lo peor

  • El estilo de dibujo, así como la temática, resultan anticuados.
  • Algunas situaciones, como el evidente machismo, pueden resultar ofensivas hoy en día, aunque en la época eran completamente normales.

Hitler ojisan (Tío Hitler)

Tuesday, February 2nd, 2010
  • Título: ひっとらぁ伯父さん –Hitler ojisan– (Tío Hitler)
  • Autor: Fujiko Fujio Ⓐ
  • Editorial: Asahi Sonorama
  • Revista: Varias
  • Años publicación: 1976 (recopilación en tomo)
  • Clasificación: seinen, humor
  • Tomos: 1

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El hecho de traducir hace unos meses Hitler – La novela gráfica del insigne Shigeru Mizuki hizo que recordara una historia corta que leí hace unos años, creo que en un libro de “leer y tirar” de esos que venden a precio ridículo en las tiendas 24 horas y estaciones de tren japonesas, llamada Hitler ojisan (Tío Hitler), creada por Fujiko Fujio Ⓐ. Como rebuscando en mi biblioteca no logré dar con este libro (seguramente lo tiré en alguna mudanza, ya que la calidad de estos libros es muy mala y no justifica coleccionarlos), decidí comprarlo de nuevo para releerlo, pero esta vez en su formato original.

El título completo de este libro es Black humor kessakushū – Hitler ojisan, es decir, Recopilación de obras maestras de humor negro – Tío Hitler. ¡Y no podía ser más apropiado el título, porque el humor que destilan estas páginas es negro-negro-negro! En el libro se recopila un total de ocho historias cortas publicadas en varias revistas entre finales de los años 60 y mediados de los 70.

Entre estas historias destacan las dos de temática “hitleriana”, Hitler ojisan (que da título al libro) y su secuela, Hitler ojisan no jōnetsuteki-na hibi (El pasional día a día de tío Hitler), aunque las otras seis no les van a la zaga en lo referente a calidad y crudeza. Las dos historias de “tío Hitler” nos presentan a un hombre que se parece al dictador alemán como dos gotas de agua y que viste y se comporta exactamente como él, que de repente llega a un barrio residencial japonés en su Volkswagen escarabajo y se instala como realquilado en casa de los Koike. Poco a poco, el iracundo “tío Hitler” se va imponiendo en el barrio, subyuga a los Koike y crea su propio escuadrón de niños. El final de la historia es bastante bestia, una parodia muy macabra de los campos de concentración y exterminio alemanes.

Esta faceta “bestia” de humor más negro que el carbón es lo que sorprende al leer estas geniales historias, en las que el autor se dejó de correcciones políticas y creó historias fantasiosas inspiradas en las novelas de Roald Dahl y Stanley Ellin. En estas historias no faltan muertes, asesinatos, mala leche e incluso canibalismo, pero todo llevado siempre desde el humor. Y a mí me han encantado.

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Tío Hitler pasando revista a sus tropas: los niños del barrio

Por ejemplo, voy a resumir una de las historias más impactantes para que veáis de qué hablo. La historia se titula Pekin Duck-shiki (Estilo pato Pekín) y nos presenta a un grupo de turistas japoneses que visita Hong Kong junto a su guía, un orondo y sonriente chino. Entre los turistas figura un ex militar japonés, extremadamente rudo y borde, que no se corta un pelo a la hora de relatar en medio de risas las atrocidades que él y sus compañeros efectuaron durante la guerra sino-japonesa de 1937-45. Por ejemplo, en un momento dado explica que durante la masacre de Nankín estuvo decapitando, como si golpeara pelotas de golf, a chinos a los que previamente habían enterrado en el suelo hasta el cuello. Aparte de esto, los turistas japoneses se muestran muy irrespetuosos con lo que ven, arrojan dinero a los niños mendigos y les sacan fotos, etcétera. Mientras tanto, el guía permanece impávido, con la gran sonrisa adornándole la cara. En un momento dado, el guía les lleva a una granja donde crían a patos que serán cocinados como pato Pekín. En esta granja, los patos están enterrados hasta el cuello para que no puedan moverse y son alimentados forzosamente para que engorden. Pese al “horror” que muestran los japoneses ante esta práctica bárbara, eso no les impide sacar fotos y luego atiborrarse de pato Pekín en el restaurante. Al cabo de un rato, el sonriente guía se despide de ellos en el hotel y les aconseja que no vayan a Kowloon City por la noche, ya que es muy peligroso y hay muchas mafias por allí que secuestran a extranjeros. El ex militar, “para macho yo”, pasa de todo y, junto a un joven compañero, decide ir a la zona peligrosa. Allí, unos mafiosos les rodean y les noquean. Al cabo de unas horas, el joven se despierta: está enterrado en el suelo, como uno de esos patos de la granja, y le fuerzan a comer. Aparece el guía sonriente, que resulta ser el jefe de la banda mafiosa, y le informa que le van a dejar allí hasta que su carne se ablande lo suficiente y coja el mejor sabor… Y, ante el horror del joven, el sonriente guía le dice que ya han “probado” al ex militar y que no estaba nada bueno: acto seguido, le acerca una bandeja con la cabeza decapitada del japonés y le dice “¿quiere probar?”

¡Brrrr! Impresionante, ¿verdad? Estas historias macabras resultan muy interesantes, por un lado por el humor negro que destilan, pero por el otro por el ejercicio de reflexión que el autor hace con ellas: ¿estamos dispuestos a dejar que otro Hitler acabe dominándonos? ¿Respetamos suficientemente a los demás? ¿Es lícito cometer según qué atrocidades sin ponerse en la piel de las víctimas? Da que pensar.

No puedo imaginar el “shock” que sufrirían los lectores de la época con estas obras cortas. En aquel momento, el dúo creativo Fujiko Fujio aún trabajaba como una unidad bajo el mismo nombre (no fue hasta 1987 cuando se separaron en Fujiko F. Fujio y Fujiko Fujio Ⓐ), y eran conocidos básicamente por obras de corte infantil y de humor blanco como Obake no Q-tarō, Doraemon o Hattori el ninja. Ahora sabemos que Doraemon fue creado por Fujiko F. Fujio, pero en aquella época firmaban los dos con el mismo nombre, Fujiko Fujio, y así es como apareció esta obra en el mercado. ¿Qué pensaría la gente al ver que “el autor” de Doraemon era capaz de realizar unas historias tan macabras?

Lo mejor

  • Ocho historias muy entretenidas y de lo más tétricas.
  • El estilo de dibujo “doraemonesco” contrasta brutalmente con el contenido macabro.
  • Las historias dan que pensar.
  • En este tomo se publica Kuroi Salesman (El negro vendedor a domicilio), historia corta en la que se basó la mítica serie que actualmente se conoce como Warau salesman (El sonriente vendedor a domicilio), otra genialidad de Fujiko Fujio Ⓐ.

Lo peor

  • ¿No hay más volúmenes de historias cortas de humor negro de Fujiko Fujio? ¡Necesito más dosis!