El blog de Marc Bernabé

Oh! Tōmei Ningen (¡Oh! Hombre invisible)

Monday, April 20th, 2009
  • Título: Oh!透明人間 –Oh! Tōmei ningen– (¡Oh! Hombre invisible)
  • Autor: Yasuhiro Nakanishi
  • Editorial: Kōdansha
  • Revista: Shōnen Magazine
  • Años publicación: 1982-87
  • Clasificación: shōnen
  • Tomos: 11

Sigo enfrascado y más enfrascado… ¡Menudos mesecitos llevo! Por suerte para mi salud mental, esto parece tener fecha de caducidad y ya pronto podré disfrutar de un poco más de tiempo para dedicarlo a leer manga y comentarlo en este blog. Por cierto, este miércoles pasado estuve en Huelva dando una conferencia. Siento no haber avisado antes, pero es que el viaje no se decidió hasta el último momento. A todo esto, la madre de mi futura hija (ups, lo he dicho como quien no quiere la cosa ^_^), Verónica Calafell, dará una conferencia este jueves 23 de abril en Vigo. Tenéis más info en el Blog Manga de Norma por si queréis pasaros.
En fin, vamos a lo que nos incumbe, que es la reseña de manga. A veces me entero de la existencia de mangas curiosos por vías poco ortodoxas, y este es el caso Oh! Tōmei ningen. Me explico: hace unas semanas estuve traduciendo el tomo 9 de Kurosagi servicio de entrega de cadáveres, y en él había una historia sobre un tío que consigue crear un traje con el que volverse invisible y tal. En fin, no os contaré nada más, ya lo leeréis dentro de poco cuando se publique el tomo en España. El caso es que cuando le preguntan al colega cuál fue la motivación o lo que le inspiró que le llevó a crear ese traje de invisibilidad, en vez de decir Ghost in the Shell, que sería lo obvio (como afirman los propios personajes de Kurosagi), el tío menciona Oh! Tōmei ningen.
En fin, me picó la curiosidad y, como estaba en Japón en esos momentos, poco tiempo me faltó para conseguir un ejemplar del tomo 1 de esta serie de 11 volúmenes publicada en los años 80. Y, madre mía, ¡qué manga más picantillo! No llega a ser un hentai, pero se le acerca.
Cualquier excusa es buena para enseñar cacho ^_^

El argumento es básicamente una excusa para meter al protagonista en situaciones picantes y para enseñar cacho de las protagonistas femeninas, como tantísimos otros mangas, ¡pero la gracia de este es que es un manga de los años 80 y que se publicó en una revista infantil-juvenil como es la Shōnen Magazine! Ahora no creo que fueran capaces de publicar un manga en el que aparecen tetas y culos a cada momento en la misma Magazine, la verdad, pero es curioso ver lo muy “liberales” que ya eran los japoneses en los años 80. Aunque, pensándolo bien, Harenchi Gakuen (La escuela indecente) de Go Nagai también es muy bruto en este sentido, por lo que se puede pensar que los japoneses se han vuelto más mojigatos de lo que eran, ¿no?
El argumento nos presenta a Tooru, un chico enclenque que, por circunstancias que no se nos explican, acaba viviendo en casa de su tía, que vive con la abuela y que tiene tres hijas: una niña pequeña llamada Rumi, una adolescente bastante “madurita” para su edad de nombre Yoshie y Aiko, una veinteañera muy guapa pero muy tranquila que, para que os hagáis una idea, recuerda a Kasumi de Ranma ½. ¡O sea, todo mujeres!
El caso es que Tooru odia las huevas de salmón, un exquisito manjar japonés, pero en un momento dado se ve obligado a comerlas… ¡Con el resultado de que se vuelve invisible! Así es, las huevas de salmón tienen este efecto en Tooru, que a partir de ese momento se volverá invisible cada dos por tres con el objetivo de hacer todo tipo de “guarreridas niponas” sobre todo ante Yoshie, que no duda en quedarse en cueros a la mínima.
Estamos ante una comedia picante bastante divertida y, sobre todo, muy guarrilla. Un shōnen entretenido que dudo mucho que jamás salga de las fronteras de Japón. Por cierto, este manga tiene una secuela, llamada Oh! Tōmei ningen 21, que consta de 8 tomos y que fue publicada en la revista Super Jump de Shūeisha entre 2002 y 2006 que sin duda fue pensada para esos treintañeros que en su infancia disfrutaron como enanos de las aventuras guarrillas de Tooru.

Tetsuya Chiba

Tuesday, April 7th, 2009

Atención: este post está escrito bajo el antiguo formato de “Adivina qué mangaka es”, en el que se presentaba una foto antigua del mangaka y el lector debía adivinar de quién se trata. Ahora el formato ha cambiado, pero dejo la redacción del artículo tal cual.

Una entrega más de la mítica sección “Adivina qué mangaka es”. Últimamente ya no es tan fácil adivinar a los autores que pongo, ¿verdad? Normal, porque los autores más candentes del momento son generalmente muy jóvenes y los mangaka clásicos la verdad es que son casi completos desconocidos en nuestros lares. Pero bueno, no pasa nada, porque aunque no podáis adivinar quién es el de la foto de “juventud” ni lo reconozcáis tampoco en la foto “actual” no pasa nada. Eso sí, aprovechad para hacer culturilla manga y conocer más sobre los autores clásicos, que vale la pena. Veamos al invitado de hoy:

¿Lo sabes? Si no, no tienes más que hacer clic en el link de “Leer el post entero” de aquí debajo y lo sabrás enseguida…

Time machine: 41 años más tarde…

¡Loor al maestro!

Os presento a Tetsuya Chiba, uno de los más destacados autores del género “spokon” del mundo mundial. Su obra más famosa ya la comenté en su día en el blog. Estoy hablando de Ashita no Joe (dibujo de Chiba y guión de Kajiwara), manga y anime míticos donde los haya y que, junto a Kyojin no Hoshi (también guionizado por Kajiwara, aunque dibujado por otro autor), marcaron un brutal punto de inflexión en el manga shōnen. El manga actual no sería el que es si no hubiese existido Joe, “el campeón”.
Tetsuya Chiba nació en 1939 y, como tantos otros mangaka de su época, primero se dedicó al shōjo –en los albores del género allá en los años 50, casi todos los autores de manga para chicas eran hombres– para luego pasarse al shōnen y posteriormente al seinen. Además de Ashita no Joe (guionizada por Asao Takamori, A.K.A. Ikki Kajiwara), en su obra destacan Harris no Kaze (El vendaval del colegio Harris, de un gamberro en un colegio), Ore wa Teppei (Yo soy Teppei, también de un gamberrillo), Notari Matsutarō (Matsutarō el tranquilón, de sumo) y Ashita tenki ni naare (Que haga buen tiempo mañana, de golf).
La primera foto está sacada de la solapa de Harris no Kaze, de 1967, cuando Chiba tenía 28 años. La segunda es de 2008, cuando el sensei tenía ya 69 añitos.
Pues nada, me voy unos días de vacaciones de Semana Santa. ¡Ahí os quedáis, que yo estoy agotado y necesito unos días de desconexión! XD

Embalming –The another tale of Frankenstein–

Wednesday, April 1st, 2009
  • Título: エンバーミング Embalming –The another tale of Frankenstein–
  • Autor: Nobuhiro Watsuki
  • Editorial: Shūeisha
  • Revista: Jump SQ
  • Años publicación: 2007-?
  • Clasificación: shōnen, seinen
  • Tomos: 1 (en curso)

Embalming, el nuevo manga de Nobuhiro “Rurouni Kenshin” Watsuki después de Busō Renkin, tuvo el honor de protagonizar la primera portada de la nueva y exitosa revista de Shūeisha Jump SQ, en el mercado desde noviembre de 2007, una revista cuyo elenco de mangaka es realmente apabullante y que cuenta con una calidad, al menos gráfica, deliciosa. Sin duda alguna, se trata de una digna hermana mayor de la Shōnen Jump.
La verdad es que Watsuki parece ser el típico caso de mangaka cuya primera obra determina toda su carrera, ya que desde que consiguió el éxito indiscutible con Rurouni Kenshin ninguna otra de sus historias ha conseguido tener mucho éxito. Embalming, en mi opinión, no es ninguna excepción ya que, a pesar de estar muy bien dibujado, con el atractivo estilo de Watsuki, el argumento no acompaña mucho.
La acción de este manga transcurre en una Europa imaginaria de finales del siglo XIX, una Europa en la que Victor Frankenstein existió en la realidad y tuvo éxito en sus experimentos de crear un hombre artificial, el monstruo de Frankenstein. Así, en este mundo, la tecnología para crear estos seres (llamados “Frankensteins” en el manga) existe y es utilizada con cierta profusión. Al parecer, Embalming narra varias historias separadas que tienen que ver con los Frankensteins, aunque el tomo 1, que es el que me he leído, está casi íntegramente dedicado a una sola de estas historias, la de Fury Flatliner, un joven que de niño sufrió el ataque de un Frankenstein junto a su amigo Allen y que posteriormente es adoptado como sirviente por la familia Weiss junto a Allen.

En lo que se refiere a dibujo, Watsuki está evolucionando muy bien

A mí la historia me pareció más bien confusa y la verdad es que se me hizo pesada de seguir. No llega a estar mal y seguramente tendrá sus fans, pero no me pareció muy original ni especialmente bien narrado, aunque es cierto que el dibujo de Watsuki es muy atractivo y a los fans de su arte les encantará. Por cierto, al término de cada episodio se incluyen extensas notas de Watsuki sobre los personajes y el argumento, así como “conversaciones” entre los personajes en las que se aclaran varios aspectos sobre la cultura europea de finales del siglo XIX (desde el punto de vista de un traductor, una verdadera pesadilla XD). En definitiva, en mi opinión este es un manga más, en absoluto destacable, pero que debido a su temática de acción, su atractivo dibujo y el nombre de su autor, seguramente llegará a Europa y posiblemente gozará de una versión animada.

Gekiga Hyōryū (A la deriva en el gekiga)

Thursday, March 26th, 2009
  • Título: 劇画漂流 –Gekiga Hyōryū– (A la deriva en el gekiga)
  • Autor: Yoshihiro Tatsumi
  • Editorial: Seirin Kōgeisha
  • Revista: Mandarake manga mokuroku / Mandarake ZENBU
  • Años publicación: 1995-2006
  • Clasificación: seinen, autobiografía
  • Tomos: 2

Como buen aficionado a la historia del manga no pude evitar emocionarme cuando me enteré de que en noviembre y diciembre de 2008 se puso a la venta la recopilación en dos tomos de la autobiografía de Yoshihiro Tatsumi, esta Gekiga Hyōryū que fue publicada por entregas entre 1995 y 2006 en los catálogos de manga vintage de la famosa tienda Mandarake. Por cierto, la edición de los tomos conmemora el 50º aniversario de la palabra gekiga (luego explico de qué va esto). Por supuesto, no tardé en hacerme con ella y aquí está mi reseña.
Vivimos tiempos felices los amantes del manga clásico, ya que además, en este mes de marzo se ha puesto a la venta en Japón la tan esperada recuperación de la mítica Shin-Takarajima, La nueva isla del tesoro. Me refiero a la original, la de Shichima Sakai y Osamu Tezuka (en contraposición al “remake” que Tezuka hizo a principios de los años 80 para que se incorporara a sus obras completas y que editó Glénat en España hace un par de años). Por supuesto, esta edición de Shin-Takarajima, la primera desde que se lanzó el manga en 1945, también forma parte de mi colección… concretamente, la edición de lujo (porque han salido dos, la normal y la de lujo, que cuesta 8.000 yenazos pero es… ¡Un peazo lujo!). A ver cuándo tengo un rato para saborear Shin-Takarajima y compararla con el remake ochentero de Tezuka. No dudéis que cuando lo haga aquí habrá la correspondiente reseña.
En fin, no me voy más por las ramas. Empecemos por hablar de quién es Yoshihiro Tatsumi, ¿os parece? En Japón, Tatsumi no es un autor demasiado conocido, la verdad, ni en Occidente tampoco, pero por supuesto tiene sus seguidores. Este histórico autor empezó a trabajar durante los años 50 y destacó por ser uno de los primeros dibujantes que quisieron desmarcarse del manga eminentemente infantil de aquella época para empezar a crear algo que fuera más allá, algo que pudieran disfrutar lectores más adultos. Y fue el que inventó la palabra “gekiga” (dibujos dramáticos), un término que estuvo muy en boga durante los años 60 y 70 pero que luego cayó en desuso y ahora solo se usa para las obras de corte adulto de autores de los años 60 y 70 (por ejemplo, El lobo solitario y su cachorro es un ejemplo perfecto de lo que la palabra gekiga define en el Japón actual).
En los años 50, la palabra “manga” era sinónimo de cómic para niños, de trazo infantiloide y trama simplona (los que hayáis leído Astroboy, por ejemplo, tenéis un buen ejemplo de lo que era un “manga” en la época, y pongo Astroboy como ejemplo porque es prácticamente el único ejemplo que tenemos editado en España de una obra de entonces). Ahora esta percepción ha cambiado mucho y “manga” designa al cómic en general, sea para niños, para jóvenes, o incluso pornográfico. Pero en aquella época, Tatsumi y sus compañeros no querían que sus obras quedaran etiquetadas con la palabra “manga”, ya que ellos hacían “manga que no es manga” (un poco como la reticencia actual de algunos autores a llamar “cómic” a su arte para usar en cambio la expresión “novela gráfica”). Así, para diferenciar su arte de lo que hacían los demás autores de la época, Tatsumi decidió acuñar el término gekiga, una palabra que significa literalmente “dibujos dramáticos”. Pero como he dicho antes, esta palabra cayó en desuso durante los años 80 y pasó a ser sustituida por el término “seinen manga”, es decir, “manga para público adulto”.

El adolescente Tatsumi va a visitar a su admirado Osamu (“dios”) Tezuka, cuando este todavía vivía en la casa de sus padres y apenas acababa de debutar

El gekiga se caracteriza por un trazo realista que huye de los típicos ojos grandes y caricatuzaciones, así como por argumentos muy trabajados y a menudo llenos de dureza, violencia, sexo e incluso de consideraciones de tipo político. Es decir, absolutamente nada que ver con Astroboy y su tropa.
En Gekiga Hyōryū, Tatsumi nos narra una parte de su vida que va desde el fin de la II Guerra Mundial en 1945 hasta principios de los años 60, y lo hace a través de 800 páginas repletas de datos y anécdotas divididas en dos gruesos tomos. A pesar de que es una autobiografía, Tatsumi no utiliza su propio nombre en el cómic, sino que el protagonista se llama “Hiroshi Katsumi”, lo que a mí francamente me parece muy raro, máxime cuando casi todos los demás personajes de la historia sí aparecen con su nombre real. Pero bueno, sus razones tendría…
En el cómic se nos narran por ejemplo los primeros pasos de Tatsumi en el mundo del manga, cómo se quedó alucinado con las obras de Osamu Tezuka en su adolescencia, cómo conoció al propio Tezuka, cómo empezó a publicar algunas historias, etc. Luego pasa a la fundación de la mítica revista-compilación Kage y a su pugna por crear “manga que no es manga” (o sea, lo que luego bautizaría como “gekiga”). Todo esto amenizado con numerosas notas y aclaraciones sobre la sociedad y política japonesa de cada época que trata, lo que resulta muy interesante para contextualizar lo que nos cuenta. En la historia vemos cómo va evolucionando la manera de pensar y de considerar el manga de Tatsumi, a la vez que el propio mercado del manga iba cambiando, sobre todo gracias a la eclosión de las librerías de alquiler (kashi hon’ya), que se alimentaban de los autores y de las editoriales que surgieron a su estela y que generaron un gran mercado en la época.

Puntos a favor:

  • Me ha parecido una obra muy entretenida e interesante y la he devorado.
  • Los numerosos datos que ofrece sobre historia, sociedad y política de la época, que ayudan a contextualizar lo que nos cuenta.
  • ¡¡¡¡Tatsumi es de Osaka y vivía en Hotarugaike, justo al lado de donde vivía yo durante mis tres años en Osaka!!! Las viñetas donde salen los trenes Hankyū, el Hospital Toneyama y toda esa zona me han encantado.
  • Casi todo el manga está en dialecto de Kansai cerrado. Me encanta el dialecto de Kansai.

Puntos en contra:

  • Tiene que gustarte el manga clásico y la historia en general para disfrutar este manga.
  • El manga se acaba justo al entrar los años 60. ¿Qué hay del resto de la vida de Tatsumi?
  • El protagonista se llama Hiroshi Katsumi en vez de Yoshihiro Tatsumi. ¿¡Por qué!?
  • La historia se centra casi exclusivamente en la faceta de Tatsumi como mangaka. Casi no se nos cuenta nada acerca de actividades, sentimientos o problemas fuera de lo que es el mundo del manga.

Por cierto, en primicia os diré que en la solapa de los tomos, donde ponen la biografía de Tatsumi y tal, se dice que “desde incluso antes de que se publicaran estos dos tomos en Japón, se ha decidido ya su publicación en inglés y español, y se espera que se vayan definiendo otras ediciones internacionales muy pronto”. ¿En español? Fíjate, habré descubierto una primicia de alguna editorial sin comerlo ni beberlo. Tiene pinta de Ponent Mon, ¿no? ¿O será La Cúpula, que ha editado algunas obras de Tatsumi? Chi lo sa

Entrevista en el Heraldo de Aragón

Tuesday, March 24th, 2009
El periodista Oscar Senar me realizó hace poco una entrevista para el Viñetario, el nuevo blog sobre tebeos del periódico El Heraldo de Aragón. Os recomiendo el blog, porque aunque aún es muy nuevo tiene pinta de que va a ser un buen blog de información sobre tebeos. Por cierto, ya ha habido varios intentos de blogs sobre cómics en general para periódicos, algunos de ellos ya consagrados (y otros lamentablemente desaparecidos o inactivos), pero… ¿Para cuándo un blog de manga en un periódico?

Aquí va la entrevista, que tiene dos partes:

Por cierto, ya estoy empezándome a quitar de encima el mega-pico de trabajo que ha venido acosándome los últimos meses, por lo que espero poder retomar este blog dentro de poco, que tengo ganas de ir comentando cosas que he estado leyendo o que tengo pendientes en la pila de material para leer. ¡Espero no demorarme mucho!