El blog de Marc Bernabé

Mibu – elBulli

Monday, November 15th, 2010
  • Título: 壬生・ブリ –Mibu – elBulli–
  • Autor: Nahomi Tanaka (guión) / Dai Ochiai (dibujo)
  • Editorial:
  • Revista:
  • Años publicación: 2007
  • Clasificación: cocina
  • Tomos: 1

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Este artículo fue pensado y escrito como una coordinación con comerJapones.com, que simultáneamente publicaría su propia reseña de este libro, una obra muy atípica. Sin embargo, los múltiples compromisos de Roger, blogmaster de comerJapones.com, han hecho que la idea se haya ido postergando con los meses y finalmente descartando, así que pongo –por fin, muchos meses después de escribirla y editar el vídeo– la reseña.

He dicho antes que esta obra es muy atípica, y lo es por varios motivos. Primero, porque es un libro autopublicado, es decir, su contenido no se publicó en ninguna revista ni tampoco está editado por una editorial profesional sino por un particular (en este caso, un restaurante). Segundo, aunque pueda parecer increíble, y eso lo descalificaría en principio para ser reseñado aquí, porque está editado en español (aunque en este caso nos permitimos una –justa, creo yo– excepción a nuestra propia regla). Y tercero, porque no está a la venta.

Hace unos años, el prestigioso chef Ferran Adrià visitó Japón y consiguió cenar en un restaurante llamado Mibu. Este restaurante, situado en el elegante barrio tokiota de Ginza, es el más exclusivo del mundo, ya que solo tiene dos mesas con capacidad para ocho personas y encima es imposible reservar asiento ya que es de acceso solo reservado a miembros. Los aproximadamente 300 miembros asociados al Mibu pagan cierta cantidad para poder cenar un día al mes en el restaurante. No se pueden hacer reservas y solo puedes ir si vas invitado por algún miembro (o tienes ciertos enchufes, claro). Pues bien, Ferran Adrià tuvo la suerte de poder cenar en este local, regentado por los señores Hiroyoshi y Tomiko Ishida, y lo cierto es que el particular cocinero catalán alucinó de lo lindo con lo que le sirvieron.

Exquisita comida japonesa de inspiración zen salida de las manos de Hiroyoshi Ishida, con un arte inimitable, frescura siempre garantizada y gran creatividad sin renunciar a la sencillez de la cocina japonesa más tradicional basada en el respeto a las estaciones del año y al esfuerzo. Y todo esto combinado con la gran hospitalidad y servicio de Tomiko Ishida, siempre atenta, siempre dando las explicaciones oportunas en el momento oportuno y siempre adelantándose a los deseos de los comensales. El espíritu del Mibu es este: la comida es importante, pero el trato al comensal (お持て成し o-motenashi) lo es tanto o más.

Adrià quedó tan impresionado y cautivado que desde aquel día consideró a Ishida una especie de “hermano” o “maestro” espiritual, e incorporó a su cocina algunas de sus ideas y conceptos. En un momento dado, a Adrià se le ocurrió la idea de organizar una especie de evento: invitar a los Ishida y a su equipo a su restaurante, el celebérrimo elBulli, para que cocinaran allí durante unos días. Sin embargo, la idea fue creciendo y al final lo que hicieron fue ¡trasladar íntegramente el restaurante Mibu a Cala Montjoi! Así es, los Ishida y su equipo se trasladaron a Catalunya (con ingredientes, ajuar e incluso litros y litros de agua japonesa) durante una semana para cocinar para los comensales e invitados de elBulli.

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El equipo de elBulli y Ferran Adrià dan la bienvenida a los Ishida a Cala Motjoi.

Durante la duración del evento se priorizó la degustación de los platos en su punto óptimo y el ambiente de relax y hospitalidad ofrecido por la señora Ishida, por lo que no se permitió sacar ninguna foto ni ningún vídeo de la comida servida. Como sería una pena que todo esto cayera en saco roto, finalmente los Ishida decidieron, unos años después, encargar la creación de un manga donde se contaría la historia de este evento y se detallarían con exactitud los platos cocinados y las reacciones tanto de Ferran Adrià como de los demás comensales.

Esta es la historia de este interesante manga, que fue editado simultáneamente en japonés y español y distribuido entre la gente afín a los dos restaurantes. El anhelo de los Ishida es que este sea un documento de un sueño que sirva a las generaciones futuras para comprender la esencia de la cocina japonesa, y para eso su idea es donar ejemplares del libro a a escuelas de cocina donde se formarán los talentos del futuro.

El manga en sí es muy entretenido e interesante (a pesar de que el dibujo, realizado por un dibujante novato, no es muy bueno); la verdad es que no ocurre todos los días que un personaje español de actualidad sea personaje de un manga, y en este caso Ferran Adrià y su equipo tienen un papel más que protagonista. Ya solo por esto, este libro merece una mención de honor en la historia del manga en España.

Y os preguntaréis… Si este libro no está a la venta, ¿cómo lo has conseguido? En respuesta a esta pregunta, os dejo con un vídeo en el que os cuento cómo cayó la obra en mis manos y lo que me ocurrió aquel mismo día, en el que la casualidad y la suerte hicieron que… ¡Fuera invitado a cenar en el Mibu, el restaurante más exclusivo del mundo!

Lo mejor

  • Un hito histórico del manga en España, aunque lamentablemente no ha tenido casi repercusión.
  • El evento que cuenta el manga es muy interesante (aunque un poco “gastrofriki”).
  • Los conceptos sobre cocina japonesa que nos cuenta el manga resultan muy iluminadores.
  • Estupenda calidad de papel y de impresión para tratarse de un libro autopublicado.

Lo peor

  • El dibujo podría ser mejor.
  • Que no esté al alcance del público general. Creo que se debería hacer un esfuerzo por ponerlo a la venta, si no por motivos de lucro, para hacer llegar la obra a todos los posibles interesados. O bien darlo gratis de forma electrónica.

The Insect (El insecto)

Monday, November 8th, 2010
  • Título: インセクト –The Insect– (El insecto)
  • Autor: Leiji Matsumoto
  • Editorial: Asahi Sonorama
  • Revista: varias
  • Años publicación: 1976 (este tomo)
  • Clasificación: shōnen
  • Tomos: 1

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Leiji Matsumoto es principalmente conocido por sus historias de ciencia-ficción fantástica, como Capitán Harlock, Acorazado Espacial Yamato y Galaxy Express 999, por lo que internacionalmente se le suele considerar el rey de la “space opera” japonesa.

Sin embargo, su obra por supuesto abarca mucho más que eso, y en realidad este autor tiene al menos cinco facetas bastante diferenciadas y más o menos conocidas:

  • Space opera. Su faceta más famosa de lejos. Matsumoto es el rey del género tanto en Japón como internacionalmente. No hay más que ver los vídeos de Daft Punk englobados en la macroproducción Interstella 5555.
  • Guerra. Matsumoto tiene una amplia producción de manga bélico, entre los que destaca la serie The Cockpit.
  • Cuatro tatamis y medio. Este autor fue el principal responsable de un género entero en la literatura y el manga japonés: la narración de las historias de tíos pobretones (mal)viviendo en pequeñas viviendas de cuatro tatamis y medio con cocina y lavabo comunitarios y sin bañera (había que ir a lavarse a los baños públicos). Su obra más famosa en este sentido es Otoko Oidon.
  • Shōjo. Como muchos otros grandes autores de manga, Matsumoto empezó dibujando shōjo. Destaca por su capacidad innata de crear “animalitos monos”. De hecho tiene algunas historias co-creadas junto a su mujer Miyako Maki, en las que ella dibujaba los personajes mientras que él se encargaba de los animales (perritos y gatitos) ya que le “salían tan bien”.
  • Entomología. Este autor tiene también algunos manga basados en insectos. Se trata de su faceta menos conocida, incluso en Japón.

El manga que tratamos en este ocasión forma parte de esta quinta faceta del “padre” de las bellezas Emeraldas y Maetel. Estamos ante un tomo que recopila un total de 11 historias cortas basadas de una u otra manera en el mundo de los insectos.

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Ciempiés...

La verdad es que no hay hilo conductor entre ellas. Mientras que algunas se basan en la interacción de los humanos con uno o varios insectos (por ejemplo, una historia va de un tipo que tiene un montón de escarabajos en su casa) y otras personifican a los insectos (una de las historias ocurre en un hormiguero donde una poderosa hormiga –con cuerpo, rostro y ademanes de persona, ojo– domina a las demás). Otras historias simplemente se basan en alegorías, como por ejemplo la historia de un tipo bajito y regordete con gafas de culo de botella que, obviamente, recuerda a una mosca.

Hormigas, libélulas, escarabajos, moscas, ladillas, cucarachas, mariposas… Todas ellas tienen cabida en este tomo de ritmo muy irregular pero con ese sabor tan “matsumotero” que deja cierto regusto triste en la mente del lector, ese mono no aware del que hablábamos en la reseña de Galaxy Express 999 y que resulta tan propio del estilo del autor.

Por supuesto, en este manga encontramos también los típicos personajes Matsumoto: mujeres estilizadas, guapísimas, de pelo larguísimo y porte melancólico; hombres bajitos, feos, regordetes y borrachos; chicos desgarbados y perdidos por la vida… Vamos, una obra Leiji Matsumoto 100%.

Personalmente me ha gustado el manga. Cierto es que algunas historias son mejores que otras y que el ritmo es un poco irregular, pero en general es un buen manga. Una curiosidad muy interesante para los fans de Leiji Matsumoto que quieran llegar un poco más allá de su faceta como maestro de la space opera.

Lo mejor

  • Historias cortas muy imaginativas.
  • Las etilizadas, melancólicas y enigmáticas chicas Matsumoto.

Lo peor

  • Ritmo irregular.
  • Algunas historias quizás son un poco demasiado abstractas.

Fūunji-tachi– (Los espíritus libres)

Thursday, November 4th, 2010
  • Título: 風雲児たち –Fūunji-tachi– (Los espíritus libres)
  • Autor: Tarō Minamoto
  • Editorial: Ushio Shuppan
  • Revista: Shōnen World / Comic Tom
  • Años publicación: 1979-1998
  • Clasificación: humor, histórico
  • Tomos: 30

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Fūunji-tachi es la obra más representativa del autor de manga humorístico Tarō Minamoto, autor de Homo Homo Seven. Estamos ante una obra de corte histórico donde se narra de forma bastante fidedigna la historia de Japón desde la batalla de Sekigahara del año 1600 hasta la época del fin del shōgunato Tokugawa en 1868. Pero la principal particularidad de este manga es que narra la historia siempre con el humor por bandera, sin dejar, eso sí, de ser una narración correcta y documentada.

Se dice que Tarō Minamoto quería hacer un manga sobre la época del bakumatsu, ya sabéis, el fin del shōgunato Tokugawa, esa época mítica que tan hondo cala en el corazón de los japoneses y que tanto les gusta, reflejada en mangas como Rurōni Kenshin, Sidooh, Ryūgetsushō y tantísimos otros en los que seguro que ahora mismo no estoy cayendo. Sí, toda esa historia del Shinsengumi (Kondō, Hijikata, Okita, Saitō…), Takamori Saigō, Ryōma Sakamoto, Kaishū Katsu y toda esta peña que sale una y otra vez en los manga. Sin embargo, sin consultar con la editorial, que ya había dado el OK a un manga histórico-humorístico sobre el bakumatsu, Minamoto decidió en el último momento que no se podía comprender el bakumatsu si no ponía antes la base y empezaba a explicar la historia desde la batalla que marca el inicio de la dinastía de shōgunes Tokugawa: la batalla de Sekigahara.

Y así empieza este manga, con una narración al dedillo del transcurrir de la batalla de Sekigahara documentada hasta el último detalle, pero con la particularidad de que todo se toma a cachondeo, desde el diseño deforme y cabezón de los personajes (que a mí me parece genial) hasta la manera como se presenta la información. Por ejemplo, fue esencial en esta batalla el hecho de que uno de los generales del ejército del Oeste, Hideaki Kobayakawa, traicionara a su bando y se pasara al Este (ejército de Ieyasu Tokugawa). Pues aquí nos pintan a Kobayakawa como un perfecto imbécil que acaba traicionando a su bando prácticamente sin querer. Y es cierto, se dice que Kobayakawa no era muy inteligente…

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Sí, el de la última viñeta es Kobayakawa...

En cualquier caso, justamente mientras leía este tomo estaba traduciendo una historia corta de Hiroshi Hirata ambientada también en la batalla de Sekigahara, y lo que Hirata cuenta con tremendo detalle histórico nos lo cuenta también perfectamente Minamoto en esta Fūunji-tachi, sin olvidarse ni de un solo detalle, lo que deja entrever que el autor se documentó con ahínco para realizar esta historia.

Hace años que me llamaba la atención Fūunji-tachi, sobre todo porque una vez cayó en mis manos un tomo en muy mal estado que utilicé para escanear algunas viñetas para que sirvieran como manga-ejemplos de Japonés en viñetas 2. El tomo estaba muy deteriorado y además era un número a medias, por lo que decidí tirarlo, aunque se me quedó en la memoria ese estilo de dibujo tan peculiar y siempre había querido introducirme en la obra, algo que por fin he podido hacer.

Fūunji-tachi tuvo muchísimo éxito en su momento y Tarō Minamoto ha seguido basando su carrera en este proyecto. Entre 1998 y 2000 dibujó una primera secuela en la que contaba la vida del famoso revolucionario Ryōma Sakamoto (5 tomos), y desde 2001 se encarga de una nueva secuela (en la que por fin se decide a contar su versión del bakumatsu) para la editorial Lead.

Lo mejor

  • El diseño de los personajes es hilarante.
  • Cuenta lo que pasó de forma fidedigna, aunque con mucho humor.

Lo peor

  • Hay muchos chistes sacados de programas de tele, mangas, animes, películas y cosas así de la época, por lo que ahora no se entienden. En una edición posterior recopilatoria se tuvieron que incluir explicaciones para que la gente pudiera captar esos chistes.

Beelzebub

Monday, October 25th, 2010
  • Título: べるぜバブ –Beelzebub–
  • Autor: Ryūhei Tamura
  • Editorial: Shūeisha
  • Revista: Shōnen Jump
  • Años publicación: 2009-?
  • Clasificación: shōnen
  • Tomos: 7 (en curso)

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No es la primera vez que menciono en este blog que voy comprando las series Jump que más éxito van cosechando en Japón, primero porque me parece importante desde mi posición (y hobby) de “industry-watcher” y segundo porque son unas de las que más probabilidades tienen de ser publicadas en España y, por tanto, de caer en manos del equipo traductor de Daruma para su traducción. No es raro que las editoriales consigan un contrato y, con las prisas de poder publicar esa nueva serie a tiempo para el próximo Salón del Manga/Cómic, pidan mucha rapidez a la hora de traducir, pero que paradójicamente aún no hayan recibido los materiales y por lo tanto nos encontremos que tenemos una serie cuyo tomo 1 tiene que ser traducido urgentemente, pero… ¡Estemos sin tomo! Y claro, entonces viene muy bien tener ese tomo 1 a mano ya que puedes empezar a trabajar de inmediato. Tampoco es que lo compre todo, pero sin ir más lejos, para poner ejemplos recientes, en estos últimos meses no me ha ido nada mal tener en casa ejemplares de Bakuman., Tegami Bachi (Letter Bee) y Busō Renkin (Armamento Alquimista). Al menos unos pocos días sí hemos ganado, que ya es mucho cuando hay prisa.

En fin, que me voy por las ramas. El caso es que procuro ir leyendo las series que van destacando en la Jump para tenerlas ubicadas y saber de antemano más o menos de qué van. No es que sea muy amante del shōnen actual, ni mucho menos de la Shōnen Jump, pero está bien este ejercicio de ir controlando qué es lo que hay. Este es el caso de Beelzebub, una serie que está dando bastante que hablar últimamente debido a que ya se ha anunciado una serie de anime que empezará el próximo mes de enero de 2011.

Tatsumi Oga es el típico matón de instituto que va por ahí en plan violento. Su instituto está plagado de gamberros chungos, pero él, sin ser ningún armario ni llevar peinados agresivos o tatuajes, resulta siempre más fuerte que ellos. En esas estamos que, mientras Oga está recreándose en la victoria tras una pelea a la orilla de un río, baja un cuerpo inerte de un tío bigotudo corriente abajo, que encalla en la orilla y se abre (!) para revelar un bebé en su interior (vamos, parodia total del típico cuento de Momotarō, que baja del río dentro de un enorme melocotón).

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Y el niñato que no suelta a Oga ni a sol ni a sombra...

Cuando el bebé ve los aires de Oga, que se comporta como un absoluto bruto despiadado ante sus rivales caídos, se queda prendado de él y no lo suelta para nada. Poco después, aparece Hildegarde –Hilda para los “amigos” –, la tata del niño, que cuenta que ese bebé no es otro que el hijo del Rey Demonio, y que ha sido enviado a la Tierra para que crezca y sea criado por un humano hasta que sea lo suficientemente mayor como para arrasar el mundo. ¡Y el bebé resulta que ha elegido a Oga! Y nada, pues así empieza un manga en el que Oga se debatirá entre si criar al niño maléfico (con la ayuda de Hilda) o pasar de todo. Pero es que tampoco puede pasar de él, porque el niño está muy encaprichado y, a la que se separa más de quince metros, echa a llorar con nefastas consecuencias…

Pues nada, un manga más de aventuras de la Jump que empieza de forma bastante original, con ciertas dosis de humor, pero que a mí más bien me ha dejado frío. Resulta entretenidillo, pero me temo que a los pocos tomos empezará a derivar a las típicas luchas power-up de la Jump, que están muy bien para los que les gusten, que no son pocos, pero a mí me aburren después de haber leído montones de manga del estilo y tener ya cierta edad en la que los shōnen tienen que tener algo muy especial para que realmente me gusten.

Un par de comentarios extra:

  • El bebé sale siempre desnudo, pilila al aire. Si los mojigatos americanos le pusieron calzoncillos a Son Gokū en esa escena en la que saltaba al lago para pescar un pez enorme, ¿qué harán con esta obra? ¿Directamente no la licenciarán? ¿Le pondrán calzoncillos al niño todas las –muchas– veces que sale?
  • El título, べるぜバブ (Beruzebabu, o sea, Beelzebub, el nombré en inglés del demonio Belcebú) es curioso en japonés. Si estáis familiarizados con los silabarios japoneses, veréis que la parte BERUZE está escrita en hiragana, mientras que BABU lo está en katakana. Babu es la manera con la que los japoneses expresan el barboteo típico de los bebés, igual que nosotros decimos “gugú-tata” o “ajó-ajó”. Así que el título japonés denota, de forma totalmente visual, el nombre del demonio Belcebú, a lo que se suma cierto toque “a bebé”. Curioso, ¿verdad? Un matiz totalmente intrasladable, por otra parte.

Lo mejor

  • El dibujo es típico de la Jump. Nada novedoso, pero atractivo a la vista y “moderno”.
  • Tiene ciertas doses de humor que no está mal.
  • El planteamiento es original. ¿Un gamberro criando a un bebé?
  • Furuichi, el amigo cínico de Oga, me ha caído bien con sus comentarios y sus caretos de “flipa”.

Lo peor

  • No tiene mucho atractivo para un lector harto de leer shōnen.
  • Temo que, en un momento dado, el autor caerá en el recurso fácil de las batallitas y los power-up.

Palepoli

Friday, October 1st, 2010
  • Título: Palepoli
  • Autor: Usamaru Furuya
  • Editorial: Seirindô
  • Revista: Garo
  • Años publicación: 1994-96
  • Clasificación: humor, alternativo
  • Tomos: 1

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Ya he comentado muchas obras de Usamaru Furuya, uno de mis autores fetiche, en este blog, y en no pocas ocasiones he insinuado el gran impacto que causó Palepoli, su primera obra, cuando la leí de prestado hace unos años. Pues bien, hace unos meses me decidí a adquirir una copia para mi biblioteca particular de este manga, para poder releerlo y hacer una reseña para el blog.

La primera vez que leí Palepoli quedé alucinado con la inmensa capacidad gráfica de su autor, Usamaru Furuya, y su capacidad para hacer auténticas obras de arte, imitar todo tipo de estilos de dibujo (desde el arte pictórico clásico europeo hasta el manga de trazo feo y humorístico de Fujio Akatsuka) y conseguir efectos tipo trompe l’oeil, ilustraciones que recuerdan a las obras de René Magritte, y similares. Este manga, sin duda, es una joya imprescindible del cómic underground japonés reciente; no en vano se publicó en las páginas de la última etapa de la extinta y mítica revista Garo, durante muchos años el símbolo de la libertad creativa en el manga y la cuna de autores repletos de imaginación y atrevimiento.

Palepoli es una recopilación de chistes de cuatro viñetas que ocupan una página entera cada uno, a veces unidos entre sí a través de las páginas. Por ejemplo, tenemos una retahíla de chistes sobre lo que se ve al otro lado de una mirilla, otra sobre un niño un poco especial llamado Takashi, otra sobre qué tipo de basura es el que se recoge hoy, otro sobre un fantasmita que se empeña en fastidiar a un dibujante de manga (presumiblemente, el propio Furuya), etcétera.

En el apartado gráfico, esta es una obra que deja con la boca abierta por los enormes recursos que el autor dedica a cada página. Su impresionante e inusual habilidad con la pluma le permite imitar cualquier tipo de estilo, con especial énfasis en las reproducciones y alteraciones paródicas de obras pictóricas clásicas, realizadas con un mimo exquisito. También destacar la gran habilidad para hacer dibujos que, vistos de lejos, recuerdan a otras formas, en especial rostros. Un alarde visual impresionante. Destacar también que hay bastantes escenas muy fuertes que incluyen mutilaciones, destripamientos, violencia sexual, etcétera. Al servicio del humor, cierto, pero de un humor muy-muy-muy negro.

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Por un gallifante: ¿A qué serie parodia este chiste?

Traducción del chiste, titulado, “Después”. Viñeta 1 (arriba derecha): ¿Y cómo se encuentra su hijo? Pues doctor… Ya lo ve, se pasa el día mirando el cajón de su mesa… / Viñeta 2 (arriba izquierda): Por lo que veo, su hijo es incapaz de rellenar el enorme hueco que hay en su corazón y esa pura desesperación le está destruyendo psicológicamente. Será mejor ingresarle. / Aaah, Nobit— / Viñeta 3 (abajo derecha): Primero le proporciona un sueño tras otro… Y luego va y se larga. / Viñeta 4 (abajo izquierda): Es realmente muy cruel. / ¡¡Odiaré a ese maldito gato hasta el fin de mis días!!

En el apartado argumental, esta no es una obra para todos los públicos. Muchos de los chistes no se entienden si el lector no tiene un profundo conocimiento sobre cómo funciona la sociedad japonesa –sin ir más lejos, lo del día de recogida de la basura es algo que aquí no tenemos y allí sí; por ejemplo el lunes tienes que sacar la basura orgánica, el martes las latas, el miércoles la inorgánica, el jueves el vidrio, etcétera–. Y también hay muchos gags que se basan en otras obras manga, algunas de ellas grandes clásicos del underground japonés como Elegía Roja o las obras de Yoshiharu Tsuge, que si no has leído o al menos te suenan, es imposible entender. Y referencias a canciones infantiles japonesas y cosas así…

El tomo recopilatorio de Palepoli lo leí por primera vez hará cosa de seis o siete años, cuando mi conocimiento sobre manga en general no era el que es ahora, y estoy seguro de que en aquel momento no pillé muchos de los chistes. Aun así, disfruté mucho con esta obra y me dejó un gran sabor de boca debido a lo impresionado que me dejó el apartado gráfico. Ahora, con mayor bagaje, sigo sin entender algunos chistes, pero a nivel de contenido entiendo mucho mejor los chistes y situaciones, por lo que lo he disfrutado más. En el apartado gráfico, por cierto, sigo impresionado.

Lo mejor

  • El apartado gráfico es increíble; un derroche de talento.
  • Algunos chistes son muy buenos.
  • Corre una scanlation en inglés por ahí por si te pica la curiosidad.

Lo peor

  • Una obra no apta para todos los públicos; hay que conocer bien la cultura japonesa y el manga alternativo para disfrutarla mejor.
  • En ocasiones se nutre de un humor muy gore; hay que tener cierto estómago.
  • Algunos chistes resultan complicados de entender, no sé si por desconocimiento o porque no hacen gracia.