El blog de Marc Bernabé

Comunicado de FICOMIC sobre el tema #indignadosconlaRAE

Friday, June 22nd, 2012

COMUNICADO SOBRE LA ABERRANTE DEFINICIÓN DEL MANGA

DADA POR EL DICCIONARIO DE LA RAE

La definición que da el Diccionario de Real Academia Española sobre el Manga como “género de cómic japonés, de dibujos sencillos, en el que predominan los argumentos eróticos, violentos y fantásticos” es errónea en el concepto y denigrante en la caracterización. El manga es el nombre que recibe el cómic en Japón y cómo en el resto de países tiene una gran diversidad de géneros. A lo largo de su fructífera historia el manga ha dado auténticas obras maestras de diversos géneros teniendo en Osamu Tezuka a su gran referencia autoral tras la Segunda Guerra Mundial.

Reducir el manga a temática erótica, violenta y fantástica es dar una visión manipuladora y distorsionadora que muestra desconocimiento o mala intención en la redacción. Resulta vergonzoso que defina al manga como de “dibujos sencillos”, ya que si algo caracteriza al cómic japonés es la gran diversidad de estilos gráficos de una gran calidad y originalidad. Uno de los aspectos más bochornosos de dicha definición es que además parece resultar de una mala traducción de un texto sobre el manga que se encuentra en el Oxford Dictionaries Online.

El manga es una de las manifestaciones más dinámicas e interesantes de la cultura japonesa contemporánea y tal definición de la RAE es un auténtico insulto para la misma, así como para los profesionales que lo dibujan, editan y venden en librerías, como para los millones de lectores que tiene el manga en todo el mundo. Por todo ello, se debe exigir la retirada inmediata de tal aberrante definición en el diccionario de la RAE y que una comisión de expertos en manga pueda aportar una definición objetiva y clarificante sin coste alguno.

Carles Santamaria
Director del Salón del Manga de Barcelona
Director del Salón Internacional del Cómic de Barcelona

AKB49

Monday, June 18th, 2012
  • Título: AKB49 恋愛禁止条例–AKB49 Ren’ai kishi jōrei– AKB 49 Prohibido enamorarse
  • Autor: Reiji Miyajima (dibujo) / Motoabazu Factory (historia original) / Hisashi Takahashi (colaboración en la composición)
  • Editorial: Kōdansha
  • Revista: Shōnen Magazine
  • Años publicación: 2010-?
  • Clasificación: shōnen, idols
  • Tomos: 8 (en curso)

Ya antes de empezar tengo que decir que, no es que no sea fan de las AKB48, es que no me interesan lo más mínimo más allá de su condición de fenómeno social en el Japón actual. Y es que lo de las AKB48 es increíble. No sé mucho, la verdad, pero a los que no estén “in” les diré que se trata de un grupo musical (en realidad, cuatro “unidades” de 16 miembros cada una) compuesto en su origen por 48 chicas y actualmente por 64 (récord Guinness, por cierto, por el grupo musical de pop con más integrantes). Un producto básicamente comercial que bebe de las fuentes primero del fenómeno idol de los 80 y 90 y segundo de los macro-grupos como Morning Musume.

El acrónimo AKB del nombre responde a Akihabara, el famoso barrio tokiota de la electrónica y los otakus por antonomasia, ya que es allí donde nació el fenómeno, se desarrolló y, a día de hoy, sigue con una fuerza inusitada. Estas chicas han conquistado el corazón de muchísimos japoneses (y extranjeros), y cada uno de sus discos y singles se vende por millones. Por otra parte, los “concursos” para decidir nuevas miembros y líderes, así como qué chicas interpretarán en cada uno de los singles, desatan pasiones en Japón, donde se emiten en directo por televisión en horario prime time y rompen todas las audiencias. En fin, básicamente hablo de memoria y de oídas, y seguramente me estoy dejando muchísimas cosas, y algunas de las que he dicho tal vez no sean del todo correctas. Ya de antemano me disculpo, pero supongo que el lector “profano” habrá comprendido que la dimensión de este enorme grupo musical impregna la cultura popular japonesa en general en los últimos años. (Si quieres más información sobre las AKB48, por cierto, puedes leer su entrada en la Wikipedia, por ejemplo).

Este fenómeno, cómo no, se ha extendido al manga, con este AKB49 en publicación en la Shōnen Magazine, una de las tres grandes revistas de shōnen. Y, aunque es cierto que es un producto eminentemente comercial, debo decir que me ha sorprendido gratamente. Quizás no tanto porque sea muy bueno, sino porque no ha sido tan malo como me temía. Pero bueno, no avancemos acontecimientos.

AKB49 nos cuenta las aventuras de Minoru Urayama, un chico de cara bastante afeminada que no sabe nada de las AKB48 y que tampoco tiene a su chica favorita del grupo (parece ser “requisito” indispensable para el buen fan apoyar a una de las chicas, y cada cual tiene la suya… Como hay pocas donde escoger…). Por otro lado, una chica de su clase, Hiroko Yoshinaga, sí es gran fan del grupo y de hecho, poco después Minoru descubre que la aspiración de Hiroko es… ¡Formar parte de las AKB48!

El “antes” (chico) y el “después” (chica) de Minoru. En plan Ranma.

Para ello se apunta a un cásting para entrar en la “12.ª promoción” del grupo. Yo no lo sabía, pero “detrás” de las 48 miembros oficiales se encuentra todo un ejército de aspirantes, que se dividen en “promociones”, que van aprendiendo y formándose a la sombra del grupo hasta que surge una vacante por el motivo que sea. Entonces, las mejores “estudiantes” se someten a un proceso de selección, del que saldrán las nuevas integrantes.

En cualquier caso, Hiroko se apunta a ese cásting, y Minoru, preocupado por ella (ya que es una chica bastante torpe y sensible, y un fracaso estrepitoso sería devastador en su estado de ánimo), decide disfrazarse de chica y apuntarse también a ese cásting con el objetivo de apoyar a su amiga (sin que ella se entere, se entiende). Bajo el nombre de Minori Urakawa, una larga peluca rubia y, obviamente, ropa de chica, Minoru se presenta al cásting y no solo consigue que su amiga lo supere, ¡sino que también él es seleccionado! Y de ahí proviene, supongo, el título, colocando a un chico, Minoru, como 49.º miembro de las AKB.

Entonces empiezan las aventuras de Minori y Hiroko en la academia de las AKB48, con los típicos líos que resultan de las confusiones chico-chica, los “ay que me descubren”, las envidias, las disputas… Y la obvia tensión que provoca el hecho de que haya un chico “camuflado” en medio de una tropa de chicas. Todo esto amenizado por numerosos “cameos” de varias de las integrantes más famosas de las AKB48, como Atsuko Maeda, Minami Tahakashi, Mayu Watanabe, Tomomi Itano o Yūko Ōshima.

El manga está lleno de tópicos y de situaciones que hemos visto mil veces en tantos otros manga, pero… Sorprendentemente es muy entretenido, está muy bien dibujado y la verdad es que se deja leer. Personalmente, como decía hace unas líneas, me ha sorprendido muchísimo esta obra.

Lo mejor

  • Un manga entretenido y bien dibujado.
  • Aprendes sin querer sobre el curioso sistema de las AKB48.

Lo peor

  • Tópicos, tópicos y más tópicos.
  • Producto comercial que seguramente se vende como churros ahora mismo, pero del cual las tiendas de manga de segunda mano estarán inundadas dentro de 4 o 5 años y, en 10 años, presumiblemente nadie se acordará de él.

Shin’ya Shokudō (Comedor de medianoche)

Wednesday, June 13th, 2012
  • Título: 深夜食堂 –Shin’ya Shokudō– (Comedor de medianoche)
  • Autor: Yarō Abe
  • Editorial: Shōgakukan
  • Revista: Big Comic Original
  • Años publicación: 2006-?
  • Clasificación: seinen, alternativo
  • Tomos: 9 (en curso)

A veces apetece leer obras un poco más light, menos pretenciosas (no sé si es esta la palabra, pero ya me entendéis) que las que solemos leer: llenas de aventuras, misterios, emoción, impacto… A veces apetece disfrutar de algo sencillo pero entretenido, con carácter, que permita pasar un buen rato y simplemente, leer por el placer de leer. Pocas obras japonesas de este tipo han llegado a España. Estoy pensando en Yotsuba!, El dulce hogar de Chi y… No sé, poco más, ¿verdad? Creo que con estos dos ejemplos entendéis mucho mejor por dónde quiero ir.

Shin’ya Shokudō es una de estas obras. No nos narra grandes aventuras, ni tampoco tiene elementos impactantes ni cliff hangers, ni tampoco tiene esos visos pretenciosos y/o elitistas de muchas obras de corte alternativo, pero misteriosamente engancha como pocas y siempre consigue lo que debería ser el objetivo primordial de cualquier obra de cómic comercial: entretener al lector.

La obra nos presenta una tasca, aparentemente sin nombre (bueno, sí, en su cortina pone Meshi-ya, es decir, simplemente “Tasca”), conocida entre los parroquianos como “Shin’ya Shokudō”, es decir “Comedor de la madrugada”, debido a su peculiar horario: de 12 de la noche a 7 de la mañana. La tasca está situada en un barrio más bien sórdido, de esos en los que hay mucha vida nocturna (bares, locales de alterne, locales de prostitución, etc.), presumiblemente en la ciudad de Tokio. Su dueño es un hombre taciturno, que siempre va con un cigarrillo en la boca y tiene una notoria cicatriz en el ojo izquierdo que le da un aspecto de persona, digamos, con la que no te gustaría tener problemas. La carta de la tasca solo incluye “menú de sopa de cerdo” y bebidas alcohólicas como cerveza, sake y shōchū, pero el dueño siempre dice a los nuevos clientes que pidan lo que se les antoje, que si tiene los ingredientes a mano se lo preparará.

Una stripper que se pirra por el tarako pero que un día pide kimchi... ¿Qué habrá pasado?

Y así se desarrollan las historias autoconclusivas de este manga, que generalmente nos presentan cada vez un relato basado en uno de los pintorescos clientes que acuden a la tasca, entre los que se incluyen prostitutas, dueños de bares de transexuales, mafiosos yakuza, clientes de los distintos locales de la zona y, por supuesto, gente normal y corriente, de a pie, con sus historias del día a día: la gorda que es incapaz de adelgazar por mucho que haga dieta, el boxeador fracasado, el universitario que intenta sacarse su carrera y se enamora de una chica que trabaja en un local de alterne, etcétera. Todo ello amenizado por historias acerca de la comida (no en vano, el japonés es un pueblo extremadamente gourmet), a veces manjares poco frecuentes, pero la mayoría de las veces comidas muy sencillas, hechas con ingredientes normales y corrientes que se pueden encontrar en cualquier supermercado, que reivindican el valor de lo simple, lo casero, y lo de “toda la vida”, platos que tienen un valor sentimental muy superior al de su valor de mercado.

Son historias con muchísimo corazón, entrañables, que atrapan al lector y lo dejan con ganas de más.

Lo mejor

  • Historias deliciosas sobre la vida en general, narradas a través del filtro de la comida.
  • La típica obra que no es recomendable “devorar”, sino ir dosificando poco a poco, capítulo a capítulo, para saborearla como es debido.
  • Existe un dorama o serie de imagen real (muy exitosa) basado en este manga. Yo no lo conozco, pero si os pica la curiosidad siempre podéis intentar ver algún capítulo.
  • Yo no soy el único que dice que este manga tiene algo especial. No en vano, en el año 2010 fue galardonado con el Premio Manga Shōgakukan al mejor manga seinen y con el Gran Premio de la Asociación Japonesa de Dibujantes de Manga.

Lo peor

  • Puede parecer gafapasta, pero no lo es (tanto). No te dejes engañar.
  • El dibujo puede asustar a más de uno. Sin embargo, es perfecto para la temática del manga.

Mahō Shōjo Madoka Magica (Puella Magi Madoka Magica)

Thursday, June 7th, 2012
  • Título: 魔法少女まどか☆マギカ –Mahō Shōjo Madoka Magica– (Puella Magi Madoka Magica)
  • Autor: Magica Quartet (guión) / Hanokage (dibujo)
  • Editorial: Hōbunsha
  • Revista: Manga Time KR Comics
  • Años publicación: 2011
  • Clasificación: shōjo?, shōnen?, aventuras
  • Tomos: 3

No soy aficionado a las series de anime, la verdad, aunque ver alguna buena película animada sí me gusta de vez en cuando. Ya lo sabéis, lo mío es el manga. Aun así, estando en este mundillo uno no puede evitar estar más o menos informado sobre lo que “rompe” en el anime, y en 2011 no paraba de escuchar maravillas sobre Mahō Shōjo Madoka Magica, título traducido literalmente como Madoka Magica, la chica mágica, pero que cuyos autores han preferido adaptar su título internacional al latín: Puella Magi Madoka Magica.

El proceso habitual en el mundo del manganime, como estoy seguro que sabéis de sobra, es que cuando una serie de manga empieza a romper y a tener cierto éxito, algún estudio de animación adquiere los derechos para convertirlo en anime. Hay, por supuesto, algunas excepciones en las que el proceso es justamente el contrario (Evangelion, sin ir más lejos), y Madoka Magica se incluiría en estas, por lo que estamos ante una obra manga que no es original, sino una adaptación, con todos los pros y contras que esto tiene. En general, la obra original suele ser mejor que la adaptación posterior. En este caso no sé si es así, ya que no he visto el anime, pero el manga se aguanta perfectamente solo y tiene una calidad más que aceptable, tanto en el plano del dibujo como del guión.

Todos los que hablan maravillas de Madoka Magica insisten en que es una serie diferente, que da una vuelta de tuerca importante a un género tan manido como el de las magical girls, en el que los clones de Sailor Moon y Card Captor Sakura abundan por doquier. Y lo cierto es que el manga de Madoka Magica empieza de forma muy típica: la chica protagonista de repente se topa con ciertos elementos fantásticos, conoce a una chica que es capaz de transformarse, adquirir poderes (y, no lo olvidemos, un vestidito y una varita de lo más mono todo) y luchar contra el mal. Luego está la típica mascota de este tipo de series, un adorable bichito llamado Kyūbee que no para de sugerirle a Madoka que se haga chica mágica también, que a cambio de luchar contra los seres malvados podrá ver cómo se le concede un deseo, el que sea. Hasta aquí, nada fuera de lo normal…

¿La enésima serie de magical girls? No exactamente.

Pero llegamos al final del primer tomo y nos encontramos con el gran impacto que provoca el gran giro en la historia y rompe todos los esquemas que teníamos hasta el momento. La historia deriva entonces hacia un argumento básicamente de manga de magical girls, no digo que no, pero ya muy diferente, muy fresco, novedoso e impactante. De ahí que no sea capaz de clasificar este manga. Lo lógico sería decir que es un shōjo, pero… Tiene muchos elementos de shōnen y también, aunque parezca sorprendente, de seinen… No voy a decir gran cosa para no destripar argumentos a nadie, aunque los que hayáis visto el anime ya sabréis por dónde van los tiros.

Lo mejor

  • Un soplo de aire fresco en un género que parecía estancadísimo.
  • Buen dibujo, buen guión.
  • Tanto el anime como el manga tienen buenas posibilidades de llegar a España, ni que sea por su corta duración (12 episodios de anime, 3 tomos de manga).

Lo peor

  • Evidentemente, gustará a muchos pero también echará para atrás a otros. A mí, francamente, me ha costado mantener la atención ya que prefiero otro tipo de historias, aunque confieso que la escena del “gran cambio de enfoque” me sorprendió gratamente.

Poe no ichizoku (El clan Poe)

Wednesday, June 6th, 2012
  • Título: ポーの一族 –Poe no ichizoku– (El clan Poe)
  • Autor: Moto Hagio
  • Editorial: Shōgakukan
  • Revista: Bessatsu Shōjo Comic (Betsucomi)
  • Años publicación: 1972-76
  • Clasificación: shōjo, histórico, vampiros
  • Tomos: 5

El llamado “Grupo del 24” que revolucionó el mundo del manga en general en los años 70 y consiguió hacer que el shōjo manga pasara de ser considerado un género “menor” a gozar del estatus de género respetado, con todos los honores, dentro del amplio mundo del manga. Las integrantes del “Grupo del 24” consiguieron reventar las barreras que el shōjo se había autoimpuesto según las que las historias creadas para el público femenino debían ser básicamente ñoñas y romanticonas, con princesitas o bailarinas inocentes que se enamoran de apuestos galanes. Hagio, Ikeda, Takemiya, Yamagishi y las otras autoras de esta generación empezaron a crear historias de lo más elaboradas, rocambolescas incluso, dramas, comedias y thrillers, historias de terror o ciencia-ficción incluso, ambientadas en todo tipo de escenarios: tanto vale la Inglaterra del siglo XVIII como en el Japón moderno o el espacio exterior. Y sus esfuerzos fueron recompensados con el favor del público, la “salida del armario” del shōjo, el inicio de un gran tsunami que haría del shōjo la gran fábrica de historias apasionantes que conocemos ahora, y el surgimiento de las raíces de varios subgéneros, entre los que destaca el yaoi.

Tengo que reconocer que, aunque en mi biblioteca tengo –como buen estudioso del manga que intento ser– varias obras de Moto Hagio (aparte de Poe no ichizoku, también tengo 11nin iru! y Thomas no shinzō), como el shōjo no es un género que me atraiga mucho siempre las había ido dejando “para otro día”. Tengo que agradecer a Pro Shoujo Spain que sirviera de espuela y me instara a leer Poe no ichizoku para hacer esta reseña, ¡porque me ha permitido descubrir un manga de lo más apasionante que imperdonablemente me estaba perdiendo y que estaba siempre relegando para otro día! ¿Cómo no había descubierto a una autoraza como Hagio hasta ahora?

Para mí, hay dos sorpresas principales con este manga. La primera es que es una historia romántica de vampiros que, para más inri, desestima directamente algunos tópicos vampíricos (aversión a la luz del sol, a las cruces, conversión en murciélagos, etcétera). Es sorprendente porque esta tendencia a desmontar los mitos vampíricos está actualmente más en boga que nunca con productos como Crepúsculo o True Blood, ¡y Poe no ichizoku se adelanta a ellas más de 35 años! La segunda es que, muchos años antes de que películas como Reservoir Dogs o Pulp Fiction pusieran de moda los argumentos no lineales y los saltos en el tiempo de la acción del futuro al pasado y luego al presente, otra vez al futuro y así, Moto Hagio ya lo hizo con este manga. O sea, que al menos en estos dos aspectos estamos ante una obra muy, pero que muy, avanzada a su tiempo. En absoluto me esperaba algo así, por lo que al finalizar el primer capítulo y acometer al segundo tardé varias páginas en comprender lo que estaba pasando, porque volvía a salir como si nada un personaje que en el primer capítulo había muerto… Al principio pensé que tal vez la serie era una recopilación de historias cortas independientes en las que se usaban siempre los personajes en distintas épocas, ambientes y papeles (como si fueran actores), pero no. Simplemente la historia está organizada de forma no lineal, algo revolucionario (para la época) e inesperado.

Poe no ichizoku nos cuenta las andanzas de Edgar, un chico que fue abandonado en un bosque junto a su hermana Marybell por ser hijo ilegítimo de un noble. En principio deberían haber muerto allí, pero Hannah Poe les encuentra y decide adoptarlos. El clan Poe resulta ser una familia de vampanellas (en la historia no se usa la palabra “vampiro”, sino “vampanella”, en un intento de Hagio de desmarcarse del concepto clásico del vampiro) y acoge a los dos jóvenes en su seno. Al cabo de unos años, cuando Edgar tiene 14, ocurre un incidente que pone en peligro la continuidad del clan; así, el gran capitoste, el poderoso King Poe, decide convertir a Edgar en uno de ellos a pesar de su temprana edad –en principio se evita no convertir en vampanella a personas no adultas, ya que una vez han sufrido la metamorfosis no envejecen jamás, por lo que en el caso de Edgar la conversión implica ser un chaval de 14 años para siempre. En cuanto a Marybell, se la deja tal cual y los caminos de ambos hermanos se separan.

Flores, floreeees... (Y vampiros)

Al cabo de unos años, y tras varios sucesos, los hermanos se reúnen de nuevo y Edgar “da la bienvenida al clan” (o sea, convierte en vampanella) a su hermana cuando esta tiene 13 años. Luego, ambos son adoptados por el matrimonio vampanella Portsnell para guardar las apariencias y cada unos cuantos años van cambiando de residencia, ya que resulta sospechoso que los hermanos no crezcan en absoluto a pesar del paso de los años. Tras más sucesos en el argumento de la historia, Edgar se encapricha de Allan Twilight, un joven de su edad de aspecto andrógino, y decide darle también la “bienvenida” al clan Poe. Así, muchos de los sucesos narrados en la historia están protagonizados por Edgar y Allan, del clan Poe. ¿Os suena de algo esta combinación de nombres? XD

Poe no ichizoku se desarrolla entre los años 1744 (cuando Edgar y Marybell son abandonados en el bosque a los 4 y 0 años respectivamente) y 1976, es decir, en la época contemporánea de cuando se dibujó el último capítulo de este manga. En los diversos capítulos se narran algunos episodios de las vidas de Edgar, Allan y/o Marybell en un complejo entramado de argumentos que contribuye a hilvanar y construir una historia sobresaliente.

Esta gran historia, sin embargo, requiere de un esfuerzo considerable por parte del lector, ya que Hagio no lo pone fácil y no explica más de lo estrictamente necesario, por lo que si en un momento dado te despistas es muy fácil que pierdas el hilo del argumento. En ocasiones, asimismo, el lenguaje lleno de florituras y poesía hace complicado seguir la historia, aunque cuando uno se engancha y se sume en ella, lo hace a una profundidad a la que pocos autores de manga son capaces de sumergir a sus lectores.

El dibujo es muy del estilo clásico del “Grupo del 24”, cercano, para dar un referente conocido, al de las historias de Riyoko Ikeda (La rosa de Versalles, La ventana de Orfeo): muy cargado, con mucho detalle, y muuuuchas flores por todas partes –los “vampiros” de Hagio tienen una relación muy estrecha con las rosas, lo cual sirve de excusa para llenar las páginas de flores por doquier. Los personajes también son muy rococó: chicos occidentales de aspecto andrógino, rubios y, en el caso de Edgar, de ojos azules y pelo rizado. Marybell, con su aspecto virginal, largo pelo rubio rizado y grandes ojos, también representa un cliché bastante claro que revela los gustos de las lectoras de shōjo de los años 70.

Por cierto, se suele decir que Kaze no ki to uta (1976-82) de Keiko Takemiya sentó las bases de lo que actualmente conocemos como boy’s love (BL)/yaoi, es decir, historias de amor (BL) y sexo (yaoi) homosexual entre chicos (generalmente de aspecto afeminado). Tal vez sea así de forma más directa, ya que sin ir más lejos el manga de Takemiya empieza con dos chicos desnudos metidos en la cama haciendo de las suyas, pero después de leer Poe no ichizoku (1972-76) ya no tengo claro dónde están esas raíces del BL/yaoi. Porque la relación de Edgar y Allan tiene muchísima tensión BL, especialmente en un pasaje en el que se deja bastante claro que lo suyo va más allá de la pura amistad… En cualquier caso, sin entrar en discusiones sobre “quién fue la primera”, lo cierto e indiscutible es que tanto Hagio como Takemiya son las verdaderas madres de este subgénero.

Poe no ichizoku consiguió, junto a 11nin iru! (de la misma autora), el honor de conseguir el premio de manga Shōgakukan de 1975, en la categoría de “mejor manga shōnen/shōjo” en el primer año en el que se instauraba esta categoría. Anteriormente, solo un shōjo había conseguido el premio de manga Shōgakukan: Fire! de Hideko Mizuno en 1969, una obra que reseñaré también un día de estos. Y en 1979, Keiko Takemiya, compañera de fatigas y amiga íntima de Moto Hagio, conseguiría el preciado galardón también con Tera e… y Kaze to ki no uta, lo que demostraba que, con el “Grupo del 24”, el shōjo había conseguido por fin la mayoría de edad y el reconocimiento social.

Por cierto, comentar también que, en su edición original, Poe no ichizoku cuenta con un total de 5 tomos, que se convierten en 3 o 2 según las ediciones posteriores que han ido saliendo en formatos de bolsillo o recopilatorio. En la Wikipedia inglesa se dice que son 9 tomos, pero se trata de un error.

Lo mejor

  • Un argumento muy bien hilvanado
  • Técnicas narrativas muy avanzadas a su época
  • La deconstrucción del mito vampírico realizado por Hagio muchos años antes de que el concepto se pusiera en boga

Lo peor

  • Muchas, demasiadas, flores por todas partes
  • El estilo dibujo a veces acaba siendo demasiado rococó, así como los diseños de personajes
  • La narración es bastante densa y requiere que el lector realice un esfuerzo considerable para seguir su hilo