El blog de Marc Bernabé

Wild 7

Friday, January 18th, 2008
  • Título: Wild 7
  • Autor: Mikiya Mochizuki
  • Editorial: Shônen Gahôsha
  • Revista: Shônen King
  • Años publicación: 1969-1979
  • Clasificación: Shônen
  • Tomos: 48

Ésta, directamente, era una serie que me tenía mosqueado. Como ya he dicho en alguna ocasión, una de mis aficiones es visitar tiendas de manga de segunda mano en Japón, y salir de ellas con algunos tomos de manga, sobre todo de los años 60, 70 y 80. He tenido la gran suerte de vivir unos años en el país del Sol Naciente, y por lo tanto de entrar en este tipo de tiendas una vez cada semana o cada quince días. Pues bien, os podéis imaginar que el proceso consiste básicamente en tomárselo con filosofía: entrar tranquilamente a la tienda e ir curioseando entre las estanterías, que no necesariamente están ordenadas por autor, editorial, género… Bueno, depende de la tienda más o menos sí están ordenadas, pero este orden muchas veces deja mucho que desear, sobre todo en las tiendas que más “molan”, las pequeñitas perdidas en alguna calle trasera regentadas por viejecitos, de donde puedes sacar verdaderas rarezas entre los libros polvorientos. Los que conozcáis el aspecto que tienen los tomos japoneses en las estanterías sabréis que normalmente los diseñadores no usan demasiados colores estridentes en los lomos (al menos en los manga más antiguos, y si exceptuamos los rosas de los shôjo).
Pues bien, siempre había una serie de manga, con muchísimos tomos (48, casi nada) y encima con lomo de amarillo chillón, que impepinablemente me encontraba en las estanterías. Una tal Wild 7, que, oye, debía de haber tenido mucho éxito en su momento, ¡porque esos lomos amarillos chillones son verdaderos invasores de las tiendas de segunda mano de manga! Efectivamente, más tarde, cuando ya empecé a saber un poco más de manga, supe más sobre sobre esta Wild 7, una serie que tuvo mucho éxito en los años 70, aunque quedó eclipsada detrás de los manga de deporte tipo Ashita no Joe o Kyojin no Hoshi, las grandes obras setenteras de Tezuka (Black Jack, Hi no tori, Mitsume ga tooru…), el space opera de Leiji Matsumoto o los excesos del amigo Gô Nagai, con Harenchi Gakuen, Mazinger Z y Cutie Honey en cabeza.
Total, que un día me decidí a comprar los dos primeros tomos del famoso Wild 7, harto ya de ver esos lomos chillones en las tiendas de segunda mano. Y, sinceramente, quedé gratamente sorprendido. Se trata de una historia muy bestia, muy fascitoide, pero que tiene un ritmo trepidante y una agilidad de dibujo que ya querrían para sí muchos de los dibujantes actuales que tienen muchos más recursos que los que tenía su autor en los años 70.
Acción a raudales

La historia va tal que así: la ley japonesa se revela poco menos que inútil contra cierta clase de criminales de gran envergadura, que utilizan varios recursos (buenos abogados, influencias en la policía, algún que otro soborno a los jueces…) para salir prácticamente impunes de cualquier arresto o acusación que puedan sufrir. Total, que a un lumbreras de la policía se le ocurre reclutar a gamberros y fueras de la ley para crear un cuerpo de siete policías motorizados con “licencia para matar”. Básicamente, están por encima de la ley y pueden cargarse a cualquiera así, por las buenas. Así, estos siete individuos, que son todos unos bestias de agárrate y no te menees, montan cada pifostio que es para verlo (y si hay que disparar misiles, pues se disparan, oye, ya ves).
El prota es el típico jovenzuelo guaperas de los años setenta, un chaval llamado Dairoku Hiba que además va de malillo en plan James Dean (vamos, es que es una fotocopia del Dean, para qué esconderlo). El resto del grupo de los “siete salvajes”, pues más o menos clavado a los del grupo de Cyborg 009, básicamente todos feíllos menos el prota (excepto que en Wild 7 no hay fémina en el grupo, curiosamente). Ya veis que Mochizuki no fue muy original en lo referente a diseño de personajes ni en su composición básica en plan “grupo”. De hecho probablemente se copió descaradamente de lo que había funcionado, que era Cyborg 009.
Sin embargo, no me negaréis que el planteamiento de la historia tiene su miga, porque no está en absoluto exento de polémica. ¿Hasta qué punto unos tíos tienen potestad de ir a cargarse a cualquiera que ellos consideren un “criminal atroz”? En cualquier caso, ésta es una de las maravillas de las obras antiguas, que no se planteaban casi para nada el tema ético ni tenían miedo de que viniese quien fuera a meterles un pleito (ahora a veces nos pasamos de “corrección política” en todo lo que hacemos, imponiéndonos una autocensura brutal para no ofender a nadie, ¿no os parece? -y yo me incluyo, ojo-) Pues bien, Mochizuki no se corta y, por encima de esta premisa del grupo policial brutal y con potestad para hacer lo que le dé la gana, construye un manga lleno de acción trepidante, muy bien dibujado y que ciertamente hace que el lector se quede embobado pasando página tras página sin parar. Además, el formato es muy interesante, ya que presenta historias autoconclusivas que normalmente abarcan ciclos de dos tomos, unas 400 páginas, ni muy largos (cansarían), ni muy cortos (darían ganas de más). Así, en los 48 tomos de los que consta la primera serie, tenemos 21 historias completas. Aparte de estos 48 tomos, hay varios spin-off que sumarían un total de 19 más (o sea, que hay 67 en total, ¡fiu!) y, cómo no, una serie de imagen real setentera, unos OVA y un anime bastante reciente (de 2002), de 13 episodios.
En definitiva, una serie interesante para los amantes del manga clásico shônen de aventuras pero que, debido a su larga extensión, es ciertamente complicado que la veamos en Occidente, al menos a corto o medio plazo.

Love Com (Lovely Complex)

Tuesday, January 15th, 2008
  • Título: ラブ★コン (LoveCom) -Lovely Complex-
  • Autor: Aya Nakahara
  • Editorial: Shûeisha
  • Revista: Bessatsu Margaret
  • Clasificación: Shôjo
  • Tomos: 17 (completa)
Desde mis inicios como traductor de japonés, siempre he dado gracias a los kami por haber conducido mi trayectoria durante la mayor parte de mi estancia en el país nipón alrededor de la zona de Kansai. Y dentro de esta zona, haber vivido concretamente tres años en Osaka y uno en Kioto es como una bendición del cielo para un traductor de manga. ¿Por qué digo esto? Porque es muy común que en los manga aparezcan personajes que hablan en dialecto de Kansai. Concretamente, personajes graciosillos, macarrillas y vivalavirgen en la modalidad autóctona de Osaka (ejemplos: gracioso: Kero-chan de Card Captor Sakura; macarrilla: Heiji Hattori de Detective Conan; vivalavirgen: Mitsune “Kitsune” Konno de Love Hina…) y básicamente geishas y chicas de buena familia en la modalidad kiotense.
El dialecto de Kansai no es exageradamente difícil de comprender si uno tiene un alto nivel de japonés, pero ciertamente ayuda mucho haber vivido en aquella zona y haber dominado el arte de hablarlo (por cierto, que suele tener un efecto muy positivo para “romper el hielo” hablarle en dialecto de Kansai a un japonès ^_^). Sobre todo por las expresiones distintas que usan y la forma diferente de conjugar algunos verbos. Y, para un traductor de manga y anime, ¡es vital conocerlo y dominarlo!
Parece que a la gente de Osaka no le molesta, pero el estereotipo de personaje que habla en dialecto de Kansai en los manga es básicamente de personaje gracioso, tacaño, macarra, vividor o directamente yakuza. A mí me tocaría la moral, de hecho. Esto es debido a la fama que Osaka se ha granjeado de cuna del humor nacional, de ciudad de comerciantes extremadamente ahorradores y de crimen organizado. Un estereotipo que, bueno, no se ajusta 100% a la realidad, por supuesto, aunque sí es cierto que, en general, la gente de Osaka es mucho más abierta y divertida que la de Tokio. Como mínimo, ¡Osaka es la cuna del kitsch y de la exageración, y a mí me encanta!
Por otro lado, aunque en Kioto se habla también una modalidad del dialecto de Kansai, su pronunciación mucho más suave y pausada, así como el uso de ciertas conjugaciones, se relacionan con la finura, la elegancia y el buen gusto de la antigua corte imperial y también de las geishas, por lo que su imagen es muy refinada. Es curioso esta diferencia de perspectiva, sobre todo estando Kioto y Osaka separadas por sólo media hora larga de tren corriente y moliente…


El enano y la jirafa…
En fin, que me voy por las ramas. Digo todo esto porque el manga que comento en esta ocasión es un soplo de aire fresco en este sentido, y una pesadilla para un posible futuro traductor que no esté familiarizado con el dialecto de Kansai. Y es que éste es uno de los pocos manga en el que casi todos los personajes hablan en este dialecto, una verdera rareza y, hasta hace muy poco, una particularidad que era prácticamente tabú en los manga no ambientados 100% en Osaka, con personajes de la capital de Kansai. Lo cierto es que sólo por esto, este manga ya merece una mención de honor en la tarea de “normalización” del dialecto de Kansai, ya que por una vez sus hablantes no son necesariamente graciosos, macarras o vivalavirgen, sino estudiantes normales y corrientes. Quizá no lo percibáis como algo raro, pero os diré que, por ejemplo, Platonic Venus, pese a estar ambientado en la ciudad de Kobe (donde se habla también dialecto de Kansai), ¡los personajes hablan en japonés estándar! ¿Cómo se come esoooo? Yo me imagino al autor y al editor reunidos, en plan “oiga, señor editor, que como soy de Kansai, me gustaría hacer un manga en el que los personajes hablaran en mi dialecto” y el editor “si haces eso, nos arriesgamos a no vender ni uno solo de tus manga, así que mejor passsando”.
Sin embargo, Aya Nakahara, nativa de Osaka, se salió con la suya (good for you *_^!). Lovely Complex es la típica historia estudiantil shôjo de “chico conoce a chica”, pero enfocada desde un punto de vista humorístico de comedia romántica. La historia nos presenta a los dos protagonistas, Ôtani y Koizumi, un par de jóvenes con unos complejos de tomo y lomo (de ahí el título). Ôtani, el chico, mide sólo 1,56 m y encima su nombre, 大谷 Ôtani (gran valle), incluye el kanji 大, que significa “grande”. Koizumi, la chica, mide 1,70 m y su nombre se escribe 小泉 (pequeña fuente), con el kanji 小 de “pequeño”. Tanto es así, que la gente suele cachondearse de ellos “equivocándose” y llamándoles 小谷 Kotani (pequeño valle) y 大泉 Ôizumi, (gran fuente). Total, que los dos tienen una fuerte relación de amor y odio. Odio, porque cuando están juntos la gente se cachondea de ellos (el enano y la jirafa) y amor, porque es evidente desde el tomo 1 que entre ellos dos salta una especie de chispa, por mucho que pugnen por ocultarlo y engañarse a sí mismos tratándose de convencerse de lo contrario y odiarse.
Lo del dialecto de Kansai en la obra no es gratuito. El dueto que forman Koizumi y Ôtani recuerda a un dueto cómico de manzai, popularísimo en Osaka y también en todo Japón. Prácticamente todos los artistas de manzai son de Osaka (o imitan el dialecto de Osaka), y cada uno de los integrantes de los duetos responden a un estereotipo muy concreto: ambos deben ser muy distintos entre sí (gordo y flaco, alto y bajo, guapo y feo…), y uno debe ser el “atontado” (boke), haciéndose (o siendo) despistado y alerdado, y el otro, el “puyas” (tsukkomi), listo y agudo, especialista en meterle cortes al otro, a menudo acompañados de collejas. Esto está reflejado perfectamente en Lovely Complex, siendo la chica la despistada y el chico el despierto. Todo esto convierte a esta obra en una monumental función de manzai que dura 17 volúmenes y que nos viene empaquetada en la poco ortodoxa forma de una comedia romántica shôjo. Original lo es un rato, y divertido también.
Pese al éxito que ha tenido en Japón esta serie, con peli de imagen real y serie de anime, es curioso que todavía no se haya licenciado en España. No creo que tarden mucho en hacerlo y, aunque debo advertir que todo el efecto del dialecto de Kansai se perdería en una traducción al castellano, y que no se disfrutaría tanto si no se conociera todo el trasfondo que acabo de describir en este post, sigue siendo una serie muy divertida y apta para el disfrute de los lectores de todo el mundo.

ACTUALIZACIÓN ÚLTIMA HORA: Acabo de ver una noticia que dice que Planeta ha licenciado esta serie, sólo un par de horas después de escribir yo este post. ¡Juro que no está hecho adrede, je je! Menuda casualidad, ¿no?

Bradherley no basha (Los carros de Bradherley)

Saturday, January 12th, 2008
  • Título: ブラッドハーレーの馬車 -Bradherley no basha- (Los carros de Bradherley)
  • Autor: Hiroaki Samura
  • Editorial: Ohta Shuppan
  • Revista: Manga Erotic F
  • Clasificación: Seinen
  • Tomos: 1
Hiroaki Samura es internacionalmente conocido por ser el autor de la soberbia Mugen no jûnin (La espada del inmortal), una obra que tengo el placer de traducir y que personalmente me fascina. Aparte de su maestría con los lápices, el ritmo narrativo que impone Samura a su obra es capaz de hacer que me cueste despegarme de ella, y eso es algo que pocos autores consiguen conmigo. Por ejemplo, es de los pocos que logra que, al pasar página, a veces me dé incluso un sobresalto (incluso me pasa traduciendo, me pregunto qué pensarán mis compañeros en la oficina las (pocas) veces que me ocurre ^_^). Y es que su capacidad para la sorpresa se ve apoyada por una destreza gráfica que consigue perfectamente transmitir lo que está pasando. Por ejemplo, las crudas escenas de la tortura y violación de Hyakurin en el tomo 10, o la tensión electrizante del interrogatorio en el paso fronterizo del tomo 8, o cuando le revientan el ojo al cabrón de Kagimura Habaki, entre muchas otras, son escenas que se han quedado grabadas a fuego en mi mente.
A juzgar por sus escritos en las solapas y en los extras de la Espada, Hiroaki Samura es un tío raro-raro. Los que sigáis la Espada ya sabréis a qué me refiero. Siempre que sale un tomo nuevo y llega a mis manos, lo primero que hago es mirar a ver si hay extras, porque es una auténtica pesadilla traducirlos. Nunca sabes por dónde te saldrá el hombre, y sus paranoias son tan absolutamente bizarras* que traducirlas es un reto enorme (para un ejemplo, leed los extras del tomo 20, ¡menuda fumada!). Para fumadas, tampoco os perdáis la delirante Ohikkoshi, que tiene detalles dignos de mención. La faceta rarilla de Samura se amplifica cuando uno se entera de que a veces se dedica a dibujar dôjinshi de corte sado-maso (he leído alguno, y ¡buf!) y a hacer ilustraciones para las portadas de una publicación también sado-maso.
A mediados de diciembre, me sorprendió muchísimo saber que iba a salir un nuevo tomo de Samura, éste que comento ahora, puesto que no tenía ninguna noticia de que estuviera publicando ninguna historia aparte de la Espada. Y encima, el tomo sale de la mano de una editorial muy pequeña, Ohta Shuppan, tras haber sido serializado en una revista llamada Manga Erotic F. Como Samura me encanta, les pedí a unos amigos que justamente pasaron las Navidades y el Año Nuevo en Japón (¡thanks, Manu e Irene!) que me lo trajeran, preparado a leer una historia súper heavy en plan hard porno sadomasoquista.

“Chicas Samura” a tutiplén 

Pues sí y no. Sí, porque la historia es muy dura; no, porque apenas hay escenas de sexo o violencia, sólo unas pocas en el primer tercio del libro. Luego he sabido que la revista Manga Erotic F, pese a su título, se dedica principalmente al manga de corte adulto, pero sin recrearse en el sexo explícito, así que ya me cuadra más la cosa. La historia, ambientada en algún lugar semejante a la Inglaterra del siglo XIX (dice Samura en el epílogo que ya estaba harto de dibujar kimonos y que quería probar con vestidos occidentales de época ^_^), nos cuenta la tragedia de las niñas huérfanas de aquel país. La influyente familia Bradherley regenta un prestigioso teatro y, cada año, selecciona a una adolescente huérfana de cada orfanato para que forme parte del mismo. Todas las chicas, ilusionadísimas, pasan sus días en el orfanato intentando mejorarse a sí mismas, practicando canto, baile e interpretación y soñando con que un día llegue el carro de caballos de Bradherley a buscarlas. Sin embargo, tras este bonito panorama se oculta una tremenda verdad: la mayoría de las adolescentes seleccionadas, en vez de ir a la mansión Bradherley, acaban en cárceles del país, donde una vez al año se celebra el “Festival de Pasca”, consistente en echar a las chiquillas en manos de los brutales reclusos para que hagan lo que quieran con ellas. Así, la peregrina teoría dice que los reclusos se amansan y dejan de actuar con violencia y de amotinarse.
El planteamiento del manga es turbador, muy en la línea del Samura más siniestro, pero en vez de recrearse en las escenas más puramente “gore”, lo que hace el autor es centrarse principalmente en el punto de vista de las chicas, presentándonos sus ilusiones y anhelos, para inmediatamente después dejarnos ver cómo esos anhelos acaban hechos añicos de forma brutal a manos de los reclusos y de la crueldad del gobierno de ese país y de los Bradherley. La lectura de este magistral manga no puede dejar indiferente a nadie.
Aparte del argumento en sí, para los fans del dibujo de Samura, y en especial de sus chicas (¡qué absolutamente bonitas las dibuja el tío!), este tomo representa un verdadero caramelo. No sé cuándo tardaremos en verlo publicado por aquí, pero no me cabe ninguna duda de que acabará saliendo. Y ojalá me toque a mí traducirlo.

* Ya sé que la palabra “bizarro”, estrictamente, no significa “raro”, pero me da igual. ^_^

Mister Ajikko, el rey del sushi

Friday, January 11th, 2008
  • Título: ミスター味っ子 -Mister Ajikko, el rey del sushi-
  • Autor: Daisuke Terasawa
  • Editorial: Kôdansha
  • Revista: Shônen Magazine
  • Años publicación: 1986-89
  • Clasificación: shônen culinario
  • Tomos: 19
A veces, cuando estoy en plan nostálgico, me sorprendo a mí mismo recordando esas tardes cuando, después de volver del colegio, me sentaba con mi merienda delante de la tele y ponía TV3, la tele catalana, para tragarme una hora o dos de programación juvenil en forma sobre todo de animación japonesa (y series de imagen real francesas, malísimas pero que enganchaban). Con especial cariño recuerdo la época en la que primero echaban Dr. Slump, mi serie favorita de todos los tiempos, seguida de la grandiosa Dragon Ball. Era como un sueño hecho realidad. Sin embargo, llegó el día del fin de Dr. Slump, que fue sustituido por una serie absurda que iba sobre un cocinero que se llamaba Sushi. Todavía no sé si el título de la serie en catalán era El petit xef o El gran Sushi, porque era de las típicas en las que el nombre del protagonista acaba convirtiéndose en el título de facto de la serie. En fin, el cambio me tocó mucho la moral al principio, y debo confesar que odié al papanatas de Sushi con toda mi alma…
Pero eso duró poco, porque en vez de mantener la tele apagada hasta que empezara Dragon Ball, el hombre es un animal de costumbres, y yo seguía llegando del colegio y encendiendo la tele con el bocata de Nocilla en la mano a la misma hora de antes. Al poco, estaba enganchadísimo a las aventuras del bobalicón de Sushi, y conmigo, toda una generación de televidentes catalanes, gallegos y vascos.

Ahora, tantos años después, hemos empezado a traducir por primera vez al castellano esta serie de animación que tanto me enganchó de pequeño. Debo confesar que me lo estoy pasando en grande, porque la serie es tan absurda y absolutamente exagerada que me resulta imposible aborrecerla. Esta nueva traducción significará que, por fin, toda la gente del país podrá disfrutar de las aventuras culinarias de Ajikko. El título de la serie en español, Míster Ajikko, el rey del sushi, será fiel al original y a la vez tendrá un guiño al nombre con el que el personaje es conocido por su antiguo pase por las autonómicas catalana, gallega y vasca.

¡Umaaaaiii zooooo! (¡Delicioooosooooo!)

 

Como la amplísima mayoría de las series de animación japonesas, Mister Ajikko está basado en un manga, que es el que presento en esta ocasión. El manga nos cuenta la historia de Yôichi Ajiyoshi, un niño que se ha quedado huérfano de padre y que, junto a su joven madre, se encarga de mantener a flote la tasca que tienen los dos. Un buen día, un prestigiosísimo crítico culinario, el Rey del Gusto (Aji-ô), pasa por delante de la tasca y, ante la perplejidad de su ayudante, se interesa por el menú de katsudón (cerdo rebozado con huevo sobre una base de arroz) que sirven en la misma. Es el mismo Yôichi quien se encarga de prepararla y, como no podría ser de otra manera, el Rey del Gusto queda impresionado con su destreza.
A partir de este momento, Yôichi se embarca en una carrera de “batallas de sabor” contra grandes cocineros de Japón y todo el mundo, siempre buscando nuevas ideas y trantando de superarse a sí mismo. El manga es bastante más soso que el anime, si tengo que decir la verdad. En el anime, las situaciones son exageradísimas, y no es raro ver a los personajes gritando como locos de placer mientras vuelan en medio de volcanes en erupción cuando prueban un plato de delicioso sabor. ¡Incluso los ingredientes se ponen a luchar entre ellos! Toda esta exageración máxima es lo que hace interesante a esta serie, que por otro lado sería de nulo interés para el público occidental, ya que la mayoría de los platos e ingredientes que aparecen son japoneses u orientales. Batallas de sabores de curry, katsudón, ramen, tenpura, sushi, ¡todo lo que uno pueda imaginar! Pero también de espaguetis, gratinados, pizzas…
Ahora que está tan de moda recuperar series antiguas, quién sabe si alguna vez podremos leer el manga de Ajikko en español… Sin embargo, mejor si veis el anime porque, en esta ocasión y contradiciendo a la mayoría de las veces en las que se anima un manga, los animadores hicieron una labor estupenda y superaron al manga. No tengo ni idea de cuándo se empezará a emitir la serie en la tele, pero estad atentos a vuestras pantallas porque, aunque ya tiene unos añitos y se nota un poco viejecita, engancha como muy pocas series actuales pueden enganchar.
¡Y los amantes del yaoi, no os lo perdáis! Si esta serie fuese más actual, estad seguros de que habría mil millones de dôjinshi poniendo a Yôichi como pareja de los demás personajes masculinos. Porque tanta “amistad ardiente” no puede ser normal…

OreTama (Mis pelotas)

Friday, January 4th, 2008
  • Título: オレたま -OreTama- (Mis pelotas)
  • Autor: Shigemitsu Harada (guión) y Takahiro Seguchi (dibujo)
  • Editorial: Hakusensha
  • Revista: Young Animal Arashi
  • Clasificación: Seinen erótico-festivo
  • Tomos: 1 (en curso)

Como ya decía en la entrada de Mx0, no sólo leo manga “gafapasta”, alternativo o intelectualoide (que me gusta, que conste que no lo digo con desdén), sino que también me gusta estar atento a las novedades más rabiosas de Japón. Evidentemente, con más de 700 novedades mensuales de media (sin contar ediciones recopilatorias en formato bolsillo, “edición perfecta”, etc.), es imposible estar a la última de todo lo que se cuece en el país del sol naciente. Pero sí intento tener la antena puesta para saber qué es lo que más éxito está teniendo o resulta interesante. Por eso, un día leí en algún sitio algo sobre esta novísima serie que sólo lleva un tomo recopilado en Japón: OreTama (Mis pelotas), con el subtítulo “¿¡Que yo tengo que salvar la Tierra, dices!?”
Pasen y vean: estamos en julio del año 2XXX, cuando debe cumplirse la profecía según la cual la reina del infierno llegará a la Tierra para reclamarla como suya y de todos los demonios -y de paso exterminar a la Humanidad-. Cuando la amenaza está a punto de cumplirse, llega un ángel decrépito con el último recurso para impedir el desastre: un poderoso conjuro con el que podrá atrapar a la malvada reina demonio dentro de una bola. Ni corto ni perezoso, el ángel lanza el conjuro… Con tan mala suerte que, en vez de encerrar a la reina en la bola de cristal que tenía preparada, la encierra dentro de los cojones del pobre Kôta que, borrachillo perdido, estaba echando una meadíta en ese lugar. Pero bueno, la cosa no parece tan grave para el bando demoníaco, puesto que es fácil liberar a la reina: basta con hacer que Kôta eyacule. Con este propósito, los del mundo infernal envían a una pequeña demonio “lolita” semidesnuda para que se encargue del tema… Tiene todo un mes para hacerlo -estamos a 1 de julio y la maldición caduca en agosto-, y con ese Kôta que va más quemado que el cenicero de un bingo, en principio lo tiene facilísimo…
Vente p’acá, cordero…

Buf, supongo que comprenderéis que, viendo este plan, no pude resistirme a comprar el primer tomo y leérmelo para ver con mis propios ojos hasta qué cotas de absurdidad podía llegar el manga en cuestión ^_^. Pero oye, la verdad es que no está tan mal. El prota va quemadísimo y se muere por “descargar su arma”, pero ante la amenaza de ser el responsable del fin de la Humanidad, intenta aguantarse por todos los medios. Pero no se lo ponen fácil, porque delante tiene a chicas que están como un queso, como la propia demonieta ingenua Erith, su compañera de curro Minayo -déjala ir, a la chiquilla, que parece que no haya matado ni una mosca en su vida-, la guarrilla súcubo Airin o la propia reina del mal, toda una “dominatrix” vestida de cuero.
Las situaciones son manidas y forzadas, pero con lo absurdo del planteamiento inicial se le perdona al manga eso y más. La verdad es que original no lo es mucho, pero tiene su gracia y se deja leer. Y el dibujante es más que decente y no se corta a la hora de enseñar cacho, ya que de hecho el guión es sólo una excusa para mostrar chicas ligeritas de ropa o directamente en pelotas. La verdad es que me lo pasé bien leyéndolo y recuerda -sí, ya sé, muy de refilón y con menos pedigrí, no me lo tengáis en cuenta- al celebérrimo Golden Boy.
Supongo que tarde o temprano acabaremos viendo este manga por aquí (cosas muuucho peores se han editado). Y añadiré que también tiene números para que se haga un anime basado en él.