- Título: 特攻の島 -Tokkô no shima- (La isla de los kamikaze)
- Autor: Shyuho Sato
- Editorial: Kôbunsha
- Revista: Manga Times
- Años publicación: 2004-?
- Clasificación: seinen, bélico
- Tomos: 1 (en curso)

Esta semana no tengo mucho tiempo que dedicarle al blog, así que de momento, para quitarme el “mono” de escribir (esto del blog engancha), me dedicaré a hacer reseñas cortitas sin relevencia histórica (que tiendo a meter unos rollos de órdago cuando hablo de obras o de autores que dejaron huella ^_^). Espero poder recuperar el ritmo pronto, pero los compromisos acucian y esta semana la tengo bastante ocupada.
El manga que comento en esta ocasión me llamó mucho la atención por ser del mismo autor que Say Hello to Black Jack (SHTBJ), un manga médico que me encanta y que he tenido el placer de traducir. En este caso, Shyuho Sato se desmarca del tema médico y nos sorprende con Tokkô no shima, una obra que narra la tragedia de un soldado japonés en la II Guerra Mundial al que ordenan hacer de kamikaze.
特攻 tokkô o 特攻隊 tokkôtai (literalmente “ataque especial” o “tropas de ataque especial”) era el nombre oficial para los kamikaze, soldados suicidas del ejército imperial japonés que se lanzaban con sus vehículos cargados de bombas sobre los barcos americanos con el objetivo de hundirlos. Cuando uno habla de tokkô (kamikaze) piensa inevitablemente en los aviones, pero lo que poca gente sabe es que también había kamikaze que se abalanzaban sobre el enemigo montados en pequeños submarinos llamados “kaiten“. Este manga narra las peripecias de una tropa en la isla en la que se formaron los pilotos suicidas de los kaiten, y se centra en la figura de un soldado perteneciente a esta tropa llamado Watanabe.
Para los que hayáis leído SHTBJ, el tal Watanabe es una fotocopia de el joven doctor Saitô, ni más ni menos. Se cuestiona la necesidad de realizar estos ataques suicidas, se interroga sobre el dolor que las muertes de sus compañeros y de él mismo causarán a sus familias, indaga en los sentimientos patrióticos de sus compañeros, etc. Y todo eso usando viñetas y situaciones muy similares a las del manga de médicos que ha lanzado a la fama a su autor, llenas de sentimiento, “pasión”, trascendentalidad y gritos desgarradores llenos de desafío. En fin, si no habéis leído SHTBJ quizás no entenderéis esta descripción, pero los que lo hayáis leído creo que captaréis muy bien la idea.

Watanabe: Comandante… ¿Me permite una pregunta…? ¿No alberga usted dudas sobre el hecho de atacar con el “kaiten”…?
Comandante:No. No tiene sentido desarrollar armas que uno no pueda pilotar por sí mismo…
Francamente, y aparte de las similaridades con la anterior obra de médicos (lo cual a mí me hizo gracia, pero a la vez me irritó porque vi que este autor no es capaz de cambiar de registro) el manga está muy bien. Narra una parte de la historia bélica japonesa, la de los submarinos suicidas, que es muy poco conocida, y además lo hace desde el punto de vista japonés (lamentablemente, la mayoría de la información que nos llega sobre la Guerra del Pacífico is “made in USA”, con todo lo que esto implica) y se centra mucho en los sentimientos, la búsqueda del porqué, etc. Es decir, que nos pinta a los soldados japoneses como personas, en vez de como máquinas que no piensan y son capaces de suicidarse por su patria porque se lo ordena su superior.
Lo que me escama es que este manga parece haber sido cancelado en Japón, puesto que solo existe un tomo a la venta y en ninguna parte he visto que Shyuho Sato esté continuándolo ni nada. Espero que no lo corte, porque realmente me gustaría mucho saber cómo sigue la historia, porque aparte de ser entretenida, se aprende mucho. ¿Sabíais que los submarinos “kaiten” carecían de escotillas, visores y de todo? Es decir, que los que los pilotaban debían guiarse por cartas marinas, brújulas y cálculos en plan “si he avanzado a tal velocidad durante tanto tiempo, entonces he recorrido tantas millas”. Es decir, que ya de por sí había altas posibilidades de acabar chocando con algún escollo y hundiéndose antes de poder siquiera acercarse al barco enemigo… Un porcentaje espantoso de misiones de “kaiten” acabaron en fracaso y en la muerte de sus tripulantes. Morir hundiendo un barco enemigo podía ser hasta cierto punto aceptable; morir inútilmente chocando contra un arrecife tenía que ser patético, inútil y todo lo que se os ocurra…
Una curiosidad que no deja de escamarme: fijaos en la cubierta del tomo. El nombre del protagonista bordado en el traje, 渡辺, aparece al revés, como si se estuviera viendo en un espejo (las letras están al revés y además aparecen en la parte derecha del pecho, cuando en el interior del manga aparecen a la izquierda y escritas correctamente). No puedo dejar de preguntarme si es un error del diseñador o qué, es que es rarísimo. Aunque dudo que sea un error, ya que las editoriales japonesas suelen ser muy pejigueras con estas cosas…
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