El blog de Marc Bernabé

Tokkô no shima (La isla de los kamikaze)

Monday, May 26th, 2008
  • Título: 特攻の島 -Tokkô no shima- (La isla de los kamikaze)
  • Autor: Shyuho Sato
  • Editorial: Kôbunsha
  • Revista: Manga Times
  • Años publicación: 2004-?
  • Clasificación: seinen, bélico
  • Tomos: 1 (en curso)

Esta semana no tengo mucho tiempo que dedicarle al blog, así que de momento, para quitarme el “mono” de escribir (esto del blog engancha), me dedicaré a hacer reseñas cortitas sin relevencia histórica (que tiendo a meter unos rollos de órdago cuando hablo de obras o de autores que dejaron huella ^_^). Espero poder recuperar el ritmo pronto, pero los compromisos acucian y esta semana la tengo bastante ocupada.
El manga que comento en esta ocasión me llamó mucho la atención por ser del mismo autor que Say Hello to Black Jack (SHTBJ), un manga médico que me encanta y que he tenido el placer de traducir. En este caso, Shyuho Sato se desmarca del tema médico y nos sorprende con Tokkô no shima, una obra que narra la tragedia de un soldado japonés en la II Guerra Mundial al que ordenan hacer de kamikaze.
特攻 tokkô o 特攻隊 tokkôtai (literalmente “ataque especial” o “tropas de ataque especial”) era el nombre oficial para los kamikaze, soldados suicidas del ejército imperial japonés que se lanzaban con sus vehículos cargados de bombas sobre los barcos americanos con el objetivo de hundirlos. Cuando uno habla de tokkô (kamikaze) piensa inevitablemente en los aviones, pero lo que poca gente sabe es que también había kamikaze que se abalanzaban sobre el enemigo montados en pequeños submarinos llamados “kaiten“. Este manga narra las peripecias de una tropa en la isla en la que se formaron los pilotos suicidas de los kaiten, y se centra en la figura de un soldado perteneciente a esta tropa llamado Watanabe.
Para los que hayáis leído SHTBJ, el tal Watanabe es una fotocopia de el joven doctor Saitô, ni más ni menos. Se cuestiona la necesidad de realizar estos ataques suicidas, se interroga sobre el dolor que las muertes de sus compañeros y de él mismo causarán a sus familias, indaga en los sentimientos patrióticos de sus compañeros, etc. Y todo eso usando viñetas y situaciones muy similares a las del manga de médicos que ha lanzado a la fama a su autor, llenas de sentimiento, “pasión”, trascendentalidad y gritos desgarradores llenos de desafío. En fin, si no habéis leído SHTBJ quizás no entenderéis esta descripción, pero los que lo hayáis leído creo que captaréis muy bien la idea.

Tan trascendente o más que en SHTBJ:
Watanabe: Comandante… ¿Me permite una pregunta…? ¿No alberga usted dudas sobre el hecho de atacar con el “kaiten”…?
Comandante:No. No tiene sentido desarrollar armas que uno no pueda pilotar por sí mismo… 

Francamente, y aparte de las similaridades con la anterior obra de médicos (lo cual a mí me hizo gracia, pero a la vez me irritó porque vi que este autor no es capaz de cambiar de registro) el manga está muy bien. Narra una parte de la historia bélica japonesa, la de los submarinos suicidas, que es muy poco conocida, y además lo hace desde el punto de vista japonés (lamentablemente, la mayoría de la información que nos llega sobre la Guerra del Pacífico is “made in USA”, con todo lo que esto implica) y se centra mucho en los sentimientos, la búsqueda del porqué, etc. Es decir, que nos pinta a los soldados japoneses como personas, en vez de como máquinas que no piensan y son capaces de suicidarse por su patria porque se lo ordena su superior.
Lo que me escama es que este manga parece haber sido cancelado en Japón, puesto que solo existe un tomo a la venta y en ninguna parte he visto que Shyuho Sato esté continuándolo ni nada. Espero que no lo corte, porque realmente me gustaría mucho saber cómo sigue la historia, porque aparte de ser entretenida, se aprende mucho. ¿Sabíais que los submarinos “kaiten” carecían de escotillas, visores y de todo? Es decir, que los que los pilotaban debían guiarse por cartas marinas, brújulas y cálculos en plan “si he avanzado a tal velocidad durante tanto tiempo, entonces he recorrido tantas millas”. Es decir, que ya de por sí había altas posibilidades de acabar chocando con algún escollo y hundiéndose antes de poder siquiera acercarse al barco enemigo… Un porcentaje espantoso de misiones de “kaiten” acabaron en fracaso y en la muerte de sus tripulantes. Morir hundiendo un barco enemigo podía ser hasta cierto punto aceptable; morir inútilmente chocando contra un arrecife tenía que ser patético, inútil y todo lo que se os ocurra…
Una curiosidad que no deja de escamarme: fijaos en la cubierta del tomo. El nombre del protagonista bordado en el traje, 渡辺, aparece al revés, como si se estuviera viendo en un espejo (las letras están al revés y además aparecen en la parte derecha del pecho, cuando en el interior del manga aparecen a la izquierda y escritas correctamente). No puedo dejar de preguntarme si es un error del diseñador o qué, es que es rarísimo. Aunque dudo que sea un error, ya que las editoriales japonesas suelen ser muy pejigueras con estas cosas…

Hunter X Hunter

Saturday, May 17th, 2008
  • Título: Hunter X Hunter
  • Autor: Yoshihiro Togashi
  • Editorial: Shûeisha
  • Revista: Shônen Jump
  • Años publicación: 1998-?
  • Clasificación: shônen, aventuras
  • Tomos: 25 (en curso)

Esta reseña va a ser un poco atípica, en el sentido de que la hago en respuesta a una petición de un lector del blog y también de que voy a hacerla de memoria, sin haber leído recientemente los primeros tomos del manga. En fin, a ver cómo me sale, ya que tengo que confesar que tengo una memoria muy extraña: soy capaz de recordar nombres, fechas o detalles concretos de muchas cosas, pero en lo referente a argumentos (de películas, novelas, mangas…) tengo una memoria horrible y al cabo de poco tiempo de haber visto una peli no soy capaz de acordarme exactamente de su argumento (recuerdo de qué va y si me gustó o no, pero no el argumento exacto). Así que, en el caso de esta reseña en particular, me perdonaréis si soy un poco parco en detalles.
La historia nos cuenta las aventuras del joven Gon, un chavalín que no conoce a su padre y que al principio del manga vive en un pueblo. Un buen día, se entera de que su padre es un famoso “hunter” (una especie de aventureros místicos con una licencia que les abre muchas puertas) y decide que quiere ir en su búsqueda. Así, lo primero que deberá hacer será hacerse “hunter”, para lo cual se presentará al examen reglamentario junto con muchos otros participantes. A partir de aquí, la historia se desarrolla con muchísima amplitud, ya que no se detiene en el estadio de “hunter”, sino que va mucho, mucho más allá. Gon hace realidad su sueño de ser “hunter” muy pronto (sobre el tomo 5, creo recordar), y luego se va enfrascando en otras aventuras, a cuál más variopinta, divididas en varias sagas y con muchísimos personajes bastante logrados (aunque personalmente no trago al arlequín gay, Hisoka).
Este manga es bastante especial para mí, ya que es el primer manga “abierto” que seguí y todavía sigo. Tenía una amiga que era gran fan de Yû Yû Hakusho y me hablaba muy bien de los manga de Yoshihiro Togashi; incluso, antes de irme a Japón por primera vez, me habló de un nuevo manga de Togashi titulado Hunter X Hunter que tenía muy buena pinta. En aquel entonces, 1999, yo sabía muy poco de manga más allá de lo típico (Dragon Ball, Dr. Slump, etc.), así que mi criterio no estaba formado en absoluto. Así, recuerdo una de las primeras veces en las que entré en una librería, concretamente la parte de libros del supermercado Jusco que hay al lado de la Universidad de Estudios Extranjeros de Kioto, donde estuve como estudiante de intercambio entre marzo de 1999 y febrero de 2000. Fue allí donde compré el primer tomo de Hunter X Hunter. En aquella época mi nivel de japonés era muy modesto, pero conseguí entender y seguir bastante bien el manga (no puedo decir lo mismo de Rurôni Kenshin, que la primera vez que leí en japonés, sobre la misma época, se me atravesó mucho porque lo encontré muy difícil. Lo que son las cosas, ahora lo estoy traduciendo y no me parece tan complicado ^_^). Así, con la ilusión de estar pudiendo seguir un manga en versión original, me compré todos los tomos que habían salido hasta el momento -los 5 primeros- y desde entonces llevo comprando y leyendo los tomos regularmente, a medida que salen.

El examen de hunter es mi saga favorita

Debo decir que los primeros cinco tomos me gustaron mucho; el examen de “hunter” es bastante trepidante y lo encontré muy bien hecho (aunque no sé si me gustaría tanto si lo releyera ahora, ja ja, ja). Las sagas posteriores tienen varios altibajos, pero hay algunas que no están mal. En concreto, la saga de la isla de videojuego (Grid Island) me pareció un coñazo como pocos, madre mía (¡y cuánto texto, qué pesadilla para un traductor!). Y la actual, la de los insectos, me está aburriendo mucho también debido a lo ridículo del diseño de los personajes enemigos. Si no dejo la serie es primero porque salen tomos de higos a peras -lo que no supone un gran gasto- y segundo porque al ser la primera serie abierta que empecé a coleccionar, tiene cierto valor sentimental para mí.
Y esta es otra cosa; Togashi fue más o menos regular durante los primeros 15-20 tomos, pero en los últimos años se está tomando la cosa a cachondeo y publica la serie cuando le da la gana, tomándose descansos larguísimos (el más largo, de un año y medio) que seguramente tienen desquiciado a su editor en la Shônen Jump. A pesar de todos estos parones y lo aburridos que son los nuevos episodios, parece que la serie sigue teniendo mucho éxito en Japón, ya que sus lectores siempre la votan como una de sus favoritas en la revista y cada vez que sale un tomo se encarama a los primeros puestos del ranking de ventas.
Con Yû Yû Hakusho, Togashi ya tiene el precedente de acabar quemado con una serie e inventarse un final precipitado y horriblemente dibujado para salir del paso; seguramente por miedo a que no pase lo mismo, en la Jump le están dando más manga ancha con Hunter X Hunter y le están permitiendo todo tipo de caprichos impensables para cualquier otro autor. Como se le ocurra terminar Hunter X Hunter de cualquier manera y con un dibujo tan “pasota” como el del final de Yù Yû Hakusho, me parece que a Togashi se le acabará el poco crédito que le pueda quedar ahora mismo. Esperemos que no la cague.
A pesar de ser una serie de la Shônen Jump y que además goza de una fama y unas ventas que ya querían para sí muchos otros títulos de la misma revista, nadie se ha atrevido todavía a licenciarla en España. Eso sí, supongo que algún día acabará llegando, ya que es mucho mejor e infinitamente más conocida y pedida que muchos de los bodrios que están licenciando las editoriales últimamente.

MachGoGoGo! (Speed Racer)

Sunday, May 11th, 2008
  • Título: マッハGoGoGo! -Mach GoGoGo!- (Speed Racer)
  • Autor: Toshio Tanigami -(c) Tatsunoko Pro y TV Tokyo-
  • Editorial: Shôgakukan
  • Revista: CoroCoro Comics
  • Años publicación: 1997
  • Clasificación: kodomo (infantil)
  • Tomos: 2

Ayer fui a ver la película de Speed Racer y, francamente, me lo pasé muy bien. ¿Adaptación cinematográfica de un anime de los años 60, con estética retro y encima realizado por un par de frikis del anime, con todo lo que ello implica? Estaba claro que me iba a gustar. No es un portento del guión ni nada, pero esa factura tan curiosa, esos efectos y ese colorido tan bestial me encantaron. Los hermanos Wachowski han querido trasladar un anime a la gran pantalla y esto es lo que han hecho, ni más ni menos. Y eso incluye el niñato graciosillo o incluso al chimpancé, tan a menudo presentes en esos animes sesenteros y setenteros, entre muchos otros detalles como por ejemplo el uso de la tonadilla del opening clásico de la serie japonesa en algunas escenas, etc. Entiendo que a mucha gente no le pueda gustar y que incluso se aburra en el cine, pero a mí, como gran fan del manga clásico, todos estos detalles me encantaron.
En cualquier caso, este no es un blog de cine ni tampoco pretende comentar la película, sino un manga basado en la serie de anime original. Bueno, voy a matizar un poco antes de entrar en materia. Mach GoGoGo* (así es el título original) es una producción animada ideada por Tatsuo Yoshida, fundador del mítico estudio de animación Tatsunoko Productions, que se emitió originalmente en Japón entre abril de 1967 y marzo de 1968, en un total de 52 episodios. Recientemente, Dolmen ha anunciado que publicará en españa el manga “original” de esta serie, firmado por el mismo Tatsuo Yoshida (que empezó como mangaka, pero lo fue dejando paulatinamente a medida que su estudio de animación iba creciendo). Lo que no tengo claro, vistas las fechas, es que ese manga sea el “original”, ya que ambas producciones son de 1967. Probablemente fue un desarrollo paralelo, del estilo que se llevaba en la época; por ejemplo, también Mazinger Z o Cutie Honey fueron lanzados simultáneamente en forma de manga y anime.

* El título es un curioso juego de palabras. Mach es el nombre del coche en sí (significa “velocidad del sonido”). En cuanto a los tres “Go” (escritos en alfabeto occidental incluso en el original), se pueden entender como 号 (gô), sufijo que se coloca detrás de los nombres de aparatos (en el manga y anime hablan siempre del マッハ号 Mahha-gô); el apellido del protagonista, que es también 剛 Gô (significa “forzudo”, “robusto”); el número cinco, que se pronuncia 五 “go” (de ahí que el coche lleve pegatinas con el número 5); así como la palabra inglesa “Go” (¡Ve!). Así, podemos entender el título como “¡Adelante, Gô y Mach-gô nº 5!”

En cualquier caso, el anime original tuvo un éxito modesto en Japón hasta que fue exportado rápidamente a Estados Unidos, donde se convirtió en una serie mítica con el título de Speed Racer. Esa versión americana nos llegó a España con el título de Meteoro, lo que la convirtió en una de las primeras (si no la primera) series de anime emitidas en la tele de nuestro país. Como era de esperar, veinte años más tarde la serie tuvo un remake nipón, con el mismo título y emitido entre enero y septiembre de 1997. Esta segunda serie no tuvo el éxito que se esperaba y solo duró 34 episodios. Como curiosidad, existe otra serie, de 1993, de factura enteramente americana y que tuvo aún menos éxito; su título era The New Adventures of Speed Racer y solo duró 13 episodios.

Desenfrenadas carreras automovilísticas, ¡supera esto, Alonso!


Todo esto viene para explicar que este manga que comento ahora es una adaptación al cómic realizada con motivo de la segunda serie japonesa, la de 1997, y serializada en las páginas de la revista infantil de manga CoroCoro Comics. Ignoro si aparte del manga clásico de Toshio Yoshida y este existe algún otro manga de esta serie; en cualquier caso, cuando vi este en una tienda no pude resistirme a comprarlo. Debo confesar que el hecho de que se hubiese publicado en una revista infantil no me había inspirado para leerlo hasta anteayer. Pero finalmente lo hice, en parte para ambientarme un poco antes de ir a ver la película de imagen real, ya que yo nunca vi el anime ni tampoco sabía exactamente de qué iba la serie (aunque la musiquilla sí la conocía, del mega-recopilatorio de openings de anime que tengo en el iTunes).
Exceptuando Doraemon, no soy lector de manga infantil, pero en los últimos meses he leído, aparte de esta serie, la serie de dos tomos Spiderman J que también se publicó en CoroCoro Comics en 2002, con motivo de la primera película del arácnido. Y no sé si es una característica de todos los mangas infantiles modernos, pero la verdad es que tanto este Mach GoGoGo! como Spiderman J son calcados en el sentido de que tienen una estructura súper simple y entran a saco y directamente en la acción, sin molestarse casi en presentar a los personajes y mucho menos en definir sus personalidades.
Por lo que he visto, el argumento de este manga es el mismo que el de la segunda serie. Cambian los nombres de los personajes (en vez de Gô Mifune tenemos a Gô Hibiki; en vez de Kamen Racer tenemos a X Racer, etc.), y los diseños del coche y sus funcionalidades han sufrido unas pocas variaciones respecto al original, pero más o menos el argumento es similar al de la serie original y también al de la película de Andy y Larry Wachowski, por lo que no voy a explayarme en esto.
Estos dos tomos, a mi gusto totalmente prescindibles por su factura tan infantil y plana, y su dibujo normalucho, se leen muy rápido debido a la gran cantidad de páginas de acción desenfrenada que contienen. No me lo pasé mal leyéndolo, pero a no ser que la película genere un boom increíble, no creo que veamos este manga por aquí porque es más bien malillo.

Kami no ude (El brazo de dios)

Saturday, May 10th, 2008
  • Título: 神の腕 –Kami no Ude- (El brazo de dios)
  • Autor: Jaime Brocal Remohí
  • Editorial: Kôdansha
  • Revista: Afternoon
  • Años publicación: 1994
  • Clasificación: seinen, fantasía heroica
  • Tomos: 1

Esta es de momento la única excepción a las normas de este blog que me permito, ya que la obra que reseño en esta ocasión sí ha sido publicada en España. Sin embargo, pese a haber sido publicada en nuestro país, esta obra se merece un puesto de honor en la historia del manga desde el punto de vista español, y por lo tanto merece una reseña.
Tal como comentaba en mi post-investigación Dibujantes occidentales en Japón – El Morning Manga Fellowship-, varios autores españoles publicaron en Japón durante los años 90, aunque solamente tres consiguieron suficiente éxito en sus respectivas revistas como para que sus historias se recopilaran en forma de tomo. Pues me he tomado bastante en serio esta investigación y ya he conseguido un ejemplar de cada uno de estos tres tomos. Es mi intención, por supuesto, reseñarlos los tres, y de hecho uno de ellos ya está figura en este blog: Rosario, de Luis Alberto Maldonado.
Desconozco si anteriormente a Jaime Brocal Remohí, autor de este Kami no Ude, algún otro autor español publicó alguna obra en las páginas de las muchas revistas de manga que existen en el país nipón*. Lo que sí se puede asegurar casi con seguridad es que es este autor valenciano, lamentablemente fallecido en el año 2002, tiene el honor de ser el primer español que consigue que su obra originalmente publicada en una revista japonesa se recopile en forma de tomo. Como decíamos antes, desde ese 1994 en el que se publicó el tomo de Kami no Ude, solo dos españoles más han conseguido emular la gesta.
En lo que respecta al argumento de la obra, Brocal Remohí nos cuenta una historia de espada y brujería protagonizada por “Kaminoude” (brazo de dios), un poderoso guerrero que, nada más empezar la historia, renace de un pozo de lava por orden divina, recibe de boca del dios del viento y el trueno las órdenes de los dioses Izanagi e Izanami, e inmediatamente se pone a luchar contra un insecto gigante. A medida que avanzan las páginas, se empieza a aclarar el confuso inicio: al parecer, Kaminoude es el capitoste de la región de Hidakami, ahora invadida por las hordas del malvado Adorui, general no-muerto de las fuerzas del infierno. Adorui, una especie de esqueleto-zombi vestido de samurái, ha raptado a la bella princesa Yakumo, enamorada de Kaminoude, y pretende hacerla suya. Pero el resucitado Kaminoude intentará frustrar sus malvados planes con el apoyo de los dioses Izanagi e Izanami, señores del firmamento.
Como podéis comprobar, estamos ante un típico tebeo de aventuras de fantasía heroica con protagonista musculoso y bella princesa macizorra muy ligera de ropa, al estilo de Conan el Bárbaro. Y es que es imposible evitar comparar este manga con las aventuras del cimmerio. La particularidad es que Brocal Remohí quiso darle a la historia una ambientación “japonoide”, con elementos de la mitología nipona (como los dioses Izanagi e Izanami), escenarios como castillos o puertas sintoístas “torii” y personajes vestidos con armaduras de samurái. Pero la mezcla es muy extraña y probablemente los lectores japoneses que en su momento leyeron la historia se quedaron perplejos ante algunas escenas. Por ejemplo, es impensable que una princesa japonesa de la época de los samuráis vaya casi desnuda y con los pechos al aire, y mucho menos que abrace y bese “de tornillo” a su querido.

Músculos, zombis y fan-service

Ciertamente, es una obra muy extraña, de estilo enteramente occidental pero publicada en japonés y en Japón, con todo lo que esto implica: lectura del libro al estilo oriental (es decir, al revés), onomatopeyas en japonés, etc. Esta obra pasó sin pena ni gloria por Japón, aunque fue publicada en España en 1995 en comic books por Planeta deAgostini con el título de El brazo de dios. En general, ya bien entrados en el siglo XXI, el público japonés no está todavía preparado para recibir al cómic occidental, y en 1994 todavía lo estaba menos. Así que no me extraña que Kami no Ude no consiguiera éxito: primero por el estilo de dibujo, muy alejado de los cánones estéticos del manga; segundo por la narrativa, que aunque es veloz dista bastante de ser del agrado de los japoneses; y tercero por el argumento, bastante manido y maniqueo, sin profundidad.
Imagino que esto fue un pequeño experimento para Kôdansha, que pretendía abrir mercado con algo totalmente diferente, y la idea que tuvieron fue mirar al extranjero para ver qué encontraban: al parecer, Brocal Remohí fue uno de los primeros autores europeos con los que llegaron a un acuerdo de colaboración y creación de obras inéditas. También aventuro que la tibia respuesta que Kami no Ude recibió en Japón les obligó a enfocar el proyecto de otra manera: en vez de tener a autores extranjeros publicando con su estilo propio (y sus vicios), tal vez sería mejor fichar a prometedores talentos jóvenes, llevarles a Japón con una beca (la Morning Manga Fellowship), y formarles y vigilarles de cerca para que parieran obras “diferentes”, pero con un estilo más cercano al tradicional del manga. Este cambio de enfoque se puede observar claramente en Rosario, donde Maldonado realiza una obra que, formalmente (disposición de página, uso de tramas, etc.), es más manga que cómic español.
Volviendo a la valoración de Kami no Ude, debo decir que no puedo ser imparcial. Ya de por sí la fantasía heroica no es una temática que me guste especialmente, pero es que los cómics de machotes musculosos con espadas pueden conmigo y me aburrí bastante leyéndolo. Eso sí, debo reconocer que Brocal Remohí era un portento dibujando, y seguramente por eso los editores japoneses decidieron publicar su tomo en un tamaño bastante más grande que lo habitual, concretamente en el estándar japonés B5 (
182 × 257 mm), que es el mismo tamaño con el que se publicó originalmente en la revista Afternoon. Imagino que no vieron viable reducir el tamaño del papel porque se perdería detalle y algunas partes quedarían emborronadas.
La tercera y última obra en tomo de autores españoles editada en Japón que reseñaré una vez lea e interiorice será Kabel Imagines (actualización: reseñada aquí), de Juan Carlos Beneyto. Ya aviso que la cosa pinta rara-rara. ^_^

* En el tomo de Kabel Imagines (aparecido en diciembre de 1995) se especifica que la obra fue publicada en la revista Afternoon irregularmente a partir de febrero de 1993. En el tomo de Kami no ude, sin embargo, solo se menciona la fecha de edición del tomo (abril de 1994), sin especificar en qué números concretamente de la revista se publicó. He encontrado referencias de que Kami no ude fue publicado en 1993 en la revista, pero ignoro en qué número empezó y si fue anterior, posterior o simultáneo a Kabel Imagines.

Saint Oniisan (Saint Young Men)

Thursday, May 8th, 2008
  • Título: 聖☆おにいさん –Saint Oniisan– (Saint Young Men)
  • Autor: Hikaru Nakamura
  • Editorial: Kôdansha
  • Revista: Morning
  • Años publicación: 2007-?
  • Clasificación: seinen, humor
  • Tomos: 1 (en curso)
En mi más reciente viaje a Japón en marzo de este año, volví con las maletas llenas de manga, muchos de los cuales eran para trabajar, otros muchos para mi colección de manga clásico y otros series recientes para leer y estar informado de lo que se cuece en el escenario actual de manga. En esta última categoría, solo dos series me robaron el corazón desde el primer momento y se convirtieron en mis grandes descubrimientos del viaje. La primera ya la comenté en su momento: la inefable y ya licenciada Detroit Metal City, mientras que la segunda no es otra que esta Saint Oniisan.
¿Y de qué va Saint Oniisan? Parodiando el nombre de cierta infame banda ochentera, podría resumirse en “Jesucristo y el Buda buscan piso en Tachikawa”. Una vez pasada la amenaza del fin de siglo, y con todo en paz en los reinos celestiales, Jesucristo y el Buda deciden bajar a la Tierra y compartir un pisito en la ciudad de Tachikawa, a menos de una horita del centro de Tokio, para tomarse unas merecidas vacaciones entre los mortales. Jesucristo es como una versión masculina de la Hachi (Nana Komatsu) de Nana: caprichosón, despistado, un poco vaguete y que se emociona con fruslerías, pero absolutamente adorable. El Buda, por su parte, es responsable y ahorrador, y a veces se enfada con Jesucristo porque le da por comprarse -derrochar, según el Buda-, por ejemplo, un disfraz del Shinsengumi o un set de alfarería. Así, en este plan, ambos vivirán una vida tranquila, sin grandes altibajos, en los que saldrán a comprar al súper, irán a un parque de atracciones, se presentarán a un concurso de gags cómicos a dúo, se lo pasarán en grande en un festival (¡sintoísta! ^_^), y el Buda enseñará a nadar a Jesucristo, por ejemplo.
“¡No me ralles, Buda!”, dijo Jesucristo… XDDD

No hace falta decirlo, este es un manga de humor. Y realmente bueno, me atrevería a decir, ya que a mí, por lo menos, me arrancó muchas sonrisas y otras tantas carcajadas por lo absurdo de las situaciones con componente religioso, sin tabúes pero siempre respetuosamente y sin hacer humor de mal gusto (todo es muy blanco).

Por ejemplo, cuando Jesucristo aprende a nadar, acaba teniendo tanto miedo que abre las aguas en plan Moisés atravesando el Mar Rojo. O cuando Jesucristo vuelve tan contento de la tienda de 24 horas y se jacta ante el Buda de que unas chicas susurraban “ese chico se parece a Johnny Depp”. O cuando el Buda se queja de que los humanos hayan tomado precisamente la (corta) etapa de su vida en la que estaba más gordito como referencia para hacer sus estatuas (¡que él en realidad está mucho más delgado y no tiene esos cachos michelines!). O como cuando Jesucristo se pone muy triste, muy triste, empieza a sangrar por la frente debido a la corona de espinas, mientras que cuando el Buda se enfurece, su aura empieza a brillar cegadoramente. En fin, podría pasarme el día contándoos gags que me han hecho gracia de este primer y, de momento, único tomo, y no terminaría. Además os arruinaría la lectura de esta serie más que recomendable, que espero algún día podamos ver por estos lares.

Lo primero que pensé al ver esta obra en la tienda fue “hostia, un manga sobre el Buda y Jesucristo, qué fuerte, estos japoneses son capaces de hacer un manga sobre cualquier cosa”. Lo segundo fue “pero no han tenido huevos de poner a Mahoma también”. Ja, ja, ¿os imagináis el pollo que se hubiera montado si además de estos dos personajes religiosos hubiesen puesto al profeta del Islam como tercer personaje? Buf, habría sido terrible. En fin, si te gusta el humor blanco y no te importa que se haga humor de ciertos aspectos religiosos, este manga te encantará.