- Título: ダブルアーツ -Double Arts-
- Autor: Naoshi Komi
- Editorial: Shûeisha
- Revista: Shônen Jump
- Años publicación: 2008
- Clasificación: shônen
- Tomos: 3

Comento este manga a partir de la recomendación que un lector del blog dejó en los comentarios hace algunos meses. La verdad es que me leí el primer tomo hace ya bastantes semanas y en este tiempo fueron surgiendo noticias que hablaban de que su popularidad en la revista Shônen Jump, que había empezado siendo muy alta, iba bajando irremediablemente, hasta que finalmente el manga fue cancelado este septiembre pasado. Así, la serie se quedará con unos míseros tres tomos (el tercero sale dentro de dos semanas).
Y es una lástima, porque como bien comentaba ese lector, el manga tiene un inicio bastante interesante y distinto a lo que acostumbramos a leer en el shônen actual. La historia se enmarca en un mundo alternativo donde una terrible plaga llamada “troy” está causando estragos entre la población. “Troy” es mortal de necesidad y la única manera de librarse de la muerte es recibiendo la ayuda de las llamadas “hermanas”, miembros de una hermandad de mujeres que, aunque no son inmunes a “troy”, sí tienen una alta resistencia a la plaga y son capaces de absorber las toxinas de los cuerpos de los enfermos y curarles. Sin embargo, estas toxinas que succionan de los enfermos se acumulan en su cuerpo hasta que llega el punto en el que su capacidad de absorción se desborda y caen enfermas a su vez. La tragedia de “troy”, y por extensión de las hermanas, es que la enfermedad es contagiosa al contacto físico, por lo que todo el mundo evita tocar a los infectados y a las hermanas y les tratan y miran como si fueran la peste.
Elraine es una de estas “hermanas” que viajan curando a la gente. Sin embargo, al poco de empezar el manga, siente que ha llegado a su límite de tolerancia a “troy” y se dispone a morir irremediablemente. En estas, aparece Kili, un joven pintor muy peculiar, que se acerca a ella y, para horror de los transeúntes ¡la toca! para interesarse por su estado. Y en vez de ser infectado Kili y morir, lo que ocurre es que, en el momento en el que él toca a Elraine, ella recupera su estado normal y el proceso de la muerte se detiene. Parece ser que Kili tiene la extrañísima facultad de, mediante el contacto físico, evitar la muerte de los infectados por “troy”, y esto es algo que podría ser determinante en el proceso de encontrar una cura para la terrible enfermedad.
El problema es que si Kili suelta a Elraine, el proceso de muerte volverá a empezar y ella fallecerá, por lo que deciden dirigirse juntos a la base de la Hermandad (donde investigarán a Kili para ver si a partir de él se puede encontrar la tan ansiada cura), siempre cogidos de la mano. Así, ambos deberán comer, dormir, ducharse y pelear siempre cogidos de la mano.
A partir de esta premisa se desarrolla una curiosa historia con mucha acción, pero también humor y misterio. El dibujo también es muy “Jump”, alegre, atractivo y muy digno para ser creado por un autor novel que debutó con esta historia. Es cierto que la idea de que dos personas deben convivir permanentemente cogidas de la mano es bastante original y despierta varias preguntas en el sentido de “¿cómo solucionará el autor el momento en el que los personajes deban hacer X o Y?”. Pero una vez pasado el “subidón” inicial que surge de la originalidad de la historia es cierto que es un argumento complicado de llevar a cabo y que, a la mínima, tiene el peligro de perder interés. Esto es lo que le pasó a este manga, que perdió rápidamente el favor del público y por lo tanto, según el sistema de la Shônen Jump, tuvo que pasar a mejor vida prematuramente.
Hace ya un par de años que la Shônen Jump no consigue encontrar series que consigan un éxito suficiente como para permitir que las ya veteranas One Piece, Naruto, Bleach, Reborn o Gintama puedan pronto conseguir un retiro digno antes de que se echen a perder más de lo que ya pueden estarlo debido a la obligación de extender los argumentos como un chicle que tienen los autores debido a la presión de sus editores. Solo algunas pocas, como Psyren, parecen estar consiguiendo hacerse un hueco, pero la mayoría de intentos en estos dos últimos años, como Double Arts, han terminado en fracaso. El futuro de la Jump, buque insignia del shônen manga, está pues en entredicho. Veamos si consiguen salir del atolladero.
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