El blog de Marc Bernabé

Konchû Tantei Yoshida Yoshimi (Yoshimi Yoshida, Detective de insectos)

Sunday, December 14th, 2008
  • Título: 昆虫探偵ヨシダヨシミ -Konchû Tantei Yoshida Yoshimi- (Yoshimi Yoshida, Detective de insectos)
  • Autor: Aozora Daichi
  • Editorial: Kôdansha
  • Revista: Morning
  • Años publicación: 2008
  • Clasificación: seinen
  • Tomos: 1


¡Otra bizarrada! Este lo vi en un listado de novedades de tomo en Japón de este mismo año y me llamó la atención por el título. Así, decidí comprarlo como regalo para un amigo traductor que además es entomólogo de afición (no os perdáis el post que hizo sobre Naruto, por ejemplo). Por supuesto, no pude resistir la tentación de leerlo a mi vez. De hecho, entre los dos hemos acabado por hacer una entrada coordinada, el mismo día a la misma hora, cada cual reseñando la historia desde un punto de vista distinto, lo que me parece interesantísimo: él, como especialista en entomología y yo, como lector que de insectos no sabe demasiado. Si queréis comparar los dos puntos de vista (por favor, hacedlo), no tenéis más que hacer clic aquí.
Como bien dice el título, este manga va sobre un detective especializado en insectos. ¿Cómo? Pues sí… Yoshimi Yoshida es un detective privado que tiene la facultad innata de poder conversar con todo tipo de animales, especialmente con insectos. Así, durante las páginas de este manga se dedicará a resolver varios casos: infidelidades matrimoniales, desapariciones, fraudes… Todos relacionados con insectos, por supuesto. A cambio, solo pide que sus satisfechos clientes le indiquen la ubicación de algún escarabajo rinoceronte (kabutomushi), unos insectos muy apreciados en Japón como “mascotas” y por los cuales se llegan a pagar auténticas fortunas. Yoshida solo tendrá que ir al lugar, cazar al bicho de turno y luego venderlo para conseguir su dinero.
El manga se estructura en la forma de pequeños episodios de entre 4 y 10 páginas y su vocación es humorística. Digo “vocación” porque realmente es rara la vez que consigue hacer reír, ya que los chistes o situaciones son más bien… Raros. O con poca gracia, no sé. Muchas veces las situaciones se basan en comportamientos de los diferentes insectos, como la forma de copular de las libélulas o la propensión de las mariquitas a hacerse las muertas cuando se sienten amenazadas. En cuanto al dibujo… Buf… Pues ya lo veis en la página de muestra: es feo-feo. XDD

¡Si no fuera porque son insectos, este sería un manga hentai!

El manga se fue publicando a trancas y barrancas en la revista Morning entre 2003 y 2008, un montón de años para recopilar solamente 133 páginas que son las que conforman este tomo, por lo que se podría decir (y de hecho el autor lo comenta) que es casi un milagro que haya podido recopilarse en formato tomo. Y es que aunque parezca mentira, en Japón hay miles y miles de páginas que se publican mes a mes en los cientos de revistas de manga que existen que nunca llegan a tener la suerte de ser recopiladas en tomo y vendidas en las librerías.
Lo que más me gustó de este tomo son los extras que tiene, donde el autor comenta cosas sobre su infancia relacionadas con su pasión por la entomología, como cuando salía a cazar bichos. Se trata de una afición de infancia muy arraigada en el Japón rural, de la que tenía consciencia porque sale a menudo en manga y películas, pero esto de tener un testimonio de primera mano que te cuenta lo que hacía durante sus aventuras entomológicas de infancia resulta interesante. El autor, por cierto, se hace llamar Aozora Daichi (Cielo azul, gran tierra), un seudónimo que sin duda está inspirado en su tierra natal, la isla de Hokkaidô. Se podría decir que este autor prácticamente debutó con esta obra y es casi lo único que ha hecho.
En fin, un ejemplo más de un manga de tercera fila que jamás llegará a España, y un buen ejemplo por si no teníais claro que la ecuación “manga = hostias/violencia/ojos grandes/líneas cinéticas” no es cierta.

Tetsu no Ji (Iron Butt)

Wednesday, December 10th, 2008
  • Título: 鉄の字 -Tetsu no ji- (Letra “Tetsu” / Iron Butt)
  • Autor: Shinya Ohmori
  • Editorial: Magazine House
  • Revista: Brutus / Comic Are!
  • Años publicación: 1993-94
  • Clasificación: seinen
  • Tomos: 1


Curiosísimo manga este Iron Butt, un solo tomo que me dejó muy buen sabor de boca. El manga nos explica episodios de la vida de un flipado por el motocross, concretamente por saltar lo más alto posible con una moto. Pero nos lo cuenta con mucha gracia y con la originalidad de hacer que cada episodio se enmarque en una fase de la vida del protagonista, Tetsumi.
Así, los primeros tres capítulos del manga nos muestran al Tetsumi niño, un mocoso muy parecido al Shiro de Tekkon Kinkreet tanto en expresión facial como en comportamiento y carácter, que va con su bici por las calles de su pueblo, haciendo tonterías, y descubre el mundo de las motos y del motocross. Concretamente, ve a alguien que realiza un salto espectacular con su moto y, a partir de aquel momento, su obsesión será la de conseguir realizar los mayores y más espectaculares saltos con una moto.
En los próximos capítulos, Tetsumi ya ha crecido y se ha convertido en un adolescente que empieza a hacer sus primeros pinitos con el motocross, con la ayuda de un abuelo del vecindario que antes de jubilarse trabajó como ingeniero en una modesta fábrica de motos. Vemos cómo se va introduciendo en el mundillo y cómo reta a otros corredores de la especialidad. Y, finalmente, en el último capítulo, Tetsumi ya es un corredor retirado de unos 30-35 años y tiene hasta un hijo pequeño que… ¡Resulta estar tan o más pirado que él!

Shiro… Digo, Tetsumi intentando hacer motocross con una scooter

Aunque parezca que la historia está muy condensada y que intenta contar mucho en muy pocas páginas (el tomo tiene poco más de 200 páginas), eso no es así porque el autor no ha querido contar muchos detalles, sino solo simples episodios. Lo que pasa entre medio hay que deducirlo (o no, tampoco importa).
Estamos ante un manga muy entretenido sobre… motocross. Sí, en el manga hay todo tipo de temáticas, ya lo hemos dicho mil veces. Pero esto es más que un manga sobre motocross, es un manga sobre la vocación, sobre el esfuerzo y ese punto de locura que hay que tener para llevar a cabo con éxito los sueños, por más alocados que estos sean. Además, lo hace de forma muy entretenida.
El estilo de dibujo resulta curioso porque es muy similar al estilo de Taiyô Matsumoto (o Matsumoto Taiyou, como se le acredita en Occidente), el autor de la genial Tekkin Konkreet, entre muchas otras obras que no han llegado todavía a España. No sé hasta qué punto esta similitud de estilo es coincidencia o no (Matsumoto debutó en 1988, pero no creo que obtuviera mucha notoriedad en sus primeros años, mientras que Iron Butt empezó en 1993). No hay prácticamente información sobre Shinya Ohmori, el autor de este manga, en la red, solo que tiene otro manga también de tipo motociclístico, así que resulta bastante misterioso de dónde salió y adónde fue un autor capaz de realizar un manga tan notable como Iron Butt. Yo hasta sospecho que podría ser un “alter ego” de Matsumoto, porque que un autor a priori tan bueno como este Ohmori solo tenga dos obras menores en el mercado resulta un poco raro. Pero claro, esto es solo una cábala personal mía, yo qué sé.
A propósito, el título es curioso, ya que en japonés es Tetsu no Ji, o sea “letra tetsu” (le letra tetsu (鉄) significa “hierro/metal/acero), supongo que porque el protagonista se llama 鉄美 Tetsumi. Sin embargo, el título inglés es Iron Butt o sea “Culo de Hierro”, una mención explícita al culo que hay que tener cuando uno monta en una moto de motocross XDD.

 

Nihon Chinbotsu (El hundimiento de Japón)

Wednesday, December 3rd, 2008
  • Autor: Sakyô Komatsu (historia original) / Tokihiko Ishiki (manga)
  • Editorial: Shôgakukan
  • Revista: Big Comics Spirits
  • Años publicación: 2006-?
  • Clasificación: seinen
  • Tomos: 13 (en curso)

Menuda semanita llevo… ¡Buf! En fin, es lo que tienen los “previajes” (que el sábado me voy otra vez al Japón de mis amores, ¡yujuuu!) Ya hablé un poco sobre Nihon Chinbotsu en el post de Taiyô no Mokushiroku. Se trata de una novela apocalíptica escrita en 1973 por Sakyô Komatsu en la que se narra un enorme desastre telúrico que destroza el archipiélago japonés y provoca que quede prácticamente sumido bajo las aguas. La novela contó con una versión cinematográfica aquel mismo año (1973), y recientemente, en 2006, se hizo un remake que ha llegado a España de la mano de Selecta Visión (aunque creo que solo está disponible en alquiler, al menos de momento) con el título El hundimiento de Japón. Si os gustan las historias apocalípticas, esta película es muy recomendable: es espectacular y está muy bien hecha (aunque en el plano argumental e interpretativo tampoco es muy destacable, pero bueno, se le perdona).
Lo que no es tan conocido es que, al igual que existen dos versiones cinematográficas de la novela, también existen dos versiones manga. La primera fue realizada por el estudio del gran Saitô Takao (Golgo 13, Survival, Breakdown...) en los años 70 y la segunda es esta que comento ahora, que empezó en 2006 en la revista Big Comics Spirits y sigue en publicación con 13 tomos en el mercado. Evidentemente, las dos versiones manga aprovecharon para chupar rueda del éxito de ambas versiones cinematográficas.
El nuevo manga de Nihon Chinbotsu, obra de Tokihiko Ishiki, me ha sorprendido por la sencilla razón de que el primer tomo (el único que he leído) no es más que un enorme prólogo. Me explico: primero se nos presenta a los personajes principales (Onodera, el piloto de submarinos de alta profundidad; Reiko Abe, la miembro del grupo de rescate especial de los bomberos; y Tadokoro, el científico pirado que resulta ser el agorero que adivina por primera vez el peligro que corre el país y trata de avisar a las autoridades, que al principio no le hacen ni puñetero caso). Y luego se les sitúa a todos en un restaurante situado en la planta baja de un edificio de varias plantas bastante vetusto de Tokio. Está haciendo un calor infernal en Tokio a pesar de ser pleno invierno, y en los alrededores del edificio en cuestión hasta cantan las cigarras (que en Japón solo aparecen en los meses de verano). El profesor Tadokoro, con sus datos y peregrinas teorías, piensa que allí va a ocurrir algo extraño y, efectivamente, la mesa en la que se habían sentado… ¡De golpe se la traga la tierra!
 

¡Que se desploma el edificio!

Así, empieza a haber temblores y el edificio entero empieza a hundirse en la tierra. El fenómeno parece afectar únicamente a ese edificio, que poco a poco se va retorciendo y hundiendo. Tras desalojar el bloque y sufrir varios peligros, solo una profesora de guardería y un niño quedan en el mismo, en la planta superior, pero no pueden bajar porque las escaleras han quedado inutilizadas. Así, Reiko y los demás tratarán de salvarles llegando a ellos a través de uno de los edificios contiguos. En fin, casi todo el primer tomo está ocupado por esta trepidante aventura que en la película ni siquiera aparece (ignoro si en la novela original aparece, eso sí).
Esto hace pensar que estamos ante un manga pensado para durar muchos tomos -estirando como un chicle la historia original e inventándose numerosos excursus en el devenir de su argumento- y en el que prima la acción y la aventura por encima de todo lo demás. Efectivamente, dos años después de su inicio, el manga sigue publicándose y acumula ya 13 volúmenes.
A ver, es un manga entretenido, no voy a decir que no, y el hecho de que se publique en una revista seinen y que use recursos narrativos y gráficos muy “seinen”, ayuda bastante a elevar su grado de interés. Pero, por otro lado, esa manera de estirar el chicle de la historia original, una novela legendaria en Japón, no termina de gustarme. Como manga, eso sí, se deja leer bastante bien y tiene un dibujo que no está mal. Un día de estos intentaré hacerme con el primer tomo del Nihon Chinbotsu de Takao Saitô para comparar ambos mangas, a ver qué tal.

Dorohedoro

Tuesday, November 25th, 2008
  • Título: Dorohedoro
  • Autor: Q Hayashida
  • Editorial: Shôgakukan
  • Revista: Ikki Comix
  • Años publicación: 1999-?
  • Clasificación: seinen
  • Tomos: 12 (en curso)

Mira que hay mangas raros por ahí; pues este es uno de ellos, una de estas bizarradas estrambóticas alternativas-experimentales que normalmente no suelen terminar de gustarme, pero que esta vez me tiene enganchado: Dorohedoro, obra de Q (Kyû) Hayashida. Se publica en la Ikki de Shôgakukan, una revista de cómic alternativo que casi podría considerarse una especie de Garo de la era moderna, donde publicó por ejemplo el gran Matsumoto Taiyou (autor de Tekkon Kinkreet) y publica actualmente Daisuke Igarashi (Hechiceras), además de ser el hogar de obras como mi adorada Kingyo-ya Koshoten o las conocidas en España Freesia y Sexy Voice and Robo.
Ya no recuerdo cuándo empecé a adquirir los tomos de Dorohedoro, pero hace ya bastantes años, y desde entonces he ido siguiendo la serie regularmente hasta que recientemente he leído el tomo 12, publicado a finales de septiembre en Japón y por lo tanto el último disponible de momento. Si compré el primer tomo de Dorohedoro fue simplemente porque me encantó su portada, aquí no hay misterio. Aparte de ser un libro de tamaño grande aunque bastante finito, la portada tiene un efecto en relieve que la asimila a las escamas de un reptil. Este efecto tan curioso, junto con el llamativo dibujo del protagonista en la portada, me llamó tanto la atención que no pude hacer otra cosa que llevármelo a casa.
Al abrir el libro, uno puede decepcionarse si se espera disfrutar de un gran arte: porque el dibujo es más bien sucio y feísta, y los personajes son muy estáticos. Tampoco nos engañemos: Hayashida no es un gran dibujante. Pero aun así, este dibujo sucio se combina con un argumento rarísimo en el que no falta el gore y las situaciones más descabelladas, junto a pinceladas de humor negro estrafolario. El autor dice en un texto que he encontrado en la web de Ikki, literalmente “Este manga nació a partir de la inspiración que recibí de cierta canción. Esa canción tenía unas letras horriblemente oscuras y violentas, pero la melodía era tan alegre que casi hacía que uno se pusiera a bailar. Así que cogí esta idea, la combiné en forma de cómic con otras cosas que me gustan, y así surgió lo que es Dorohedoro en la actualidad”. Yo, francamente, no lo habría dicho mejor. ¡Precisamente esto es lo que es Dorohedoro!
Se va el caimán, se va el caimán… XDDD

A este paso no os voy a contar el argumento. A grandes rasgos, es así: he aquí un mundo imaginario donde existen dos dimensiones (bueno, en realidad son más, pero de momento quedémonos con la idea de las dos); en una dimensión viven los “magos”, unos tipos que, mediante unos conductos internos de su cuerpo pueden generar una especie de “humo” con los dedos o la boca. El humo mágico surte distintos efectos: por ejemplo, uno de los personajes puede transformar en seta cualquier cosa que desee; hay otro capaz de resucitar a los muertos; otro cuyo humo corta en rodajas a todo lo que toca; otro que cura, etcétera. En la otra dimensión, una ciudad llamada “Hole”, vive gente normal y corriente, aunque sufren la tortura de los magos. Porque los magos pueden ir y volver de “Hole” mediante unas puertas muy similares a la de Doraemon (XD); y una vez en Hole, se dedican a hacer experimentos con su humo contra los pobres humanos.
Así, en Hole vive gente muy deforme, como el protagonista de la historia, Kaiman, un hombre al que algún mago le lanzó un humo que convirtió su cabeza en la de un caimán y en el proceso le borró la memoria. Además, en las profundidades de la garganta de Kaiman se esconde una cabeza humana viva cuya identidad nadie conoce (¿es la cabeza original de Kaiman?). En fin, la premisa de la historia es que Kaiman quiere recuperar su memoria, volver a ser normal y de paso cazar y vengarse del mago que le convirtió en monstruo. Él y Nikaidô, la cocinera y propietaria de un restaurante al que Kaiman va habitualmente a atiborrarse de gyôza, se meterán en una aventura impresionante en la que iremos descubriendo cosas sobre los magos, el humo, la misteriosa organización de los “cruz en los ojos”, los demonios, la magia y todo tipo de cosas a cuál más estrambótica. Como bien dicen en el epílogo de cada uno de los tomos, en lo que se nos resume lo que hemos “aprendido” en las páginas que acabamos de leer, “todo esto todavía… Está en medio del caos… ¡Así es Dorohedoro!”
Por cierto, que si os interesa, Dorohedoro está siendo publicado en Francia por Soleil y me sorprendí mucho cuando vi que la edición de los dos primeros tomos es idéntica a la japonesa, con el relieve “reptiliano” en la cubierta y todo. A partir del tercer tomo supongo que decidieron que no les salía a cuenta y dejaron de poner el relieve, pero los dos primeros son exactos a los originales.

Daitôkyô binbô seikatsu manual (Manual de la vida de pobre en la gran Tokio)

Friday, November 21st, 2008
  • Título: 大東京ビンボー生活マニュアル -Daitôkyô binbô seikatsu maual- (Manual de la vida de pobre en la gran Tokio)
  • Autor: Tsukasa Maekawa
  • Editorial: Kôdansha
  • Revista: Morning
  • Años publicación: 1988-89
  • Clasificación: seinen, costumbrista
  • Tomos: 5

Para variar, voy a comentar un manga “raruno”, una de esas cosas que probablemente solo a mí me interesan. Este manga tiene bastante historia para mí. Me explico: antes incluso de empezar a aprender japonés, conseguí unos libros titulados Mangajin’s Basic Japanese Through Comics que explicaban varios conceptos de la lengua japonesa tomando viñetas de manga como ejemplos (no es ningún secreto que me inspiré en estos libros al crear Japonés en viñetas, por cierto, fueron una gran influencia para mí. Antes de que salten los típicos criticones, diré que aunque JeV se inspira en estos libros, el concepto es totalmente distinto y es una obra radicalmente diferente. Que conste en acta XD).
Pues bien, en Basic Japanese Through Comics usaban viñetas de mangas muy diferentes, pero siempre había unos cuantos que salían de forma bastante frecuente, imagino que porque al autor o autores les gustaban especialmente. Uno de estos que salen siempre es este Daitôkyô Binbô Seikatsu Manual (Manual de la vida de pobre en la gran Tokio) y siempre había tenido curiosidad por leerme la historia. Ya veis, una chorrada de motivo.
En todos estos años, a pesar de que a veces pensaba en este cómic y reafirmaba mi idea de querer leerlo, nunca lo había conseguido (tampoco lo había buscado especialmente, la verdad), pero hace poco, cuando volví a pensar en él, se me ocurrió que podría intentar hacerme con él, tuve éxito en mi empeño y por fin me lo leí.
Pobretón hasta las últimas consecuencias

El protagonista del cómic es un chaval llamado Kôsuke que no sabemos muy bien a qué se dedica. Vive en un pequeño apartamento tipo Maison Ikkoku y su filosofía es la de llevar el concepto de “vida de pobre” a su extremo más radical. Así, las primeras 20 o 30 páginas a mí me irritaron bastante porque mostraban actitudes tan radicales como pedirle prestado un cazo al vecino para cocinarse algo o chorradas por el estilo. Como si los cazos costaran tanto dinero… A Kôsuke le ayuda bastante su novia, una chica muy positiva que no sé muy bien qué hace con ese vago, pero le suele invitar a tomar café, o a ir de paseo, etc. Siempre pagando ella. Sí, es un rollo muy raro, ya lo sé, pero es que el manga es raro.
Pero al poco, el cómic sufre una transformación curiosa y se convierte en un manga costumbrista, de tipo contemplativo y hasta poético, que se centra en los pequeños placeres de la vida, en aquellos pequeños detallitos que pueden hacernos felices aunque no tengamos el último modelo de ordenador o de teléfono móvil. Tiene algunas escenas muy bonitas, la verdad.
En cuanto a guión, el manga es bastante anodino, ya lo hemos visto. En cuanto a dibujo, tiene un estilo bastante minimalista y feísta y desde luego rompe el gran mito de que todo el manga japonés tiene personajes de ojos enormes (los ojos del prota son dos simples puntos, si os fijáis). Desde luego, el mundo del manga es muuuuuuucho más que ojos grandes y superpoderes. Si vais leyendo este blog desde hace un tiempo, espero que os hayáis dado cuenta ya de la enorme variedad de estilos de dibujo y temáticas que podemos encontrar en el cómic japonés.