El blog de Marc Bernabé

Heart o uchinomese! (Knock your heart out)

Tuesday, August 6th, 2013
  • Título: ハートを打ちのめせ!–Heart o uchinomese!– (Knock your heart out)
  • Autor: George Asakura
  • Editorial: Shōdensha
  • Revista: Zipper Comic, Feel Young
  • Años publicación: 2001-03
  • Clasificación: romance
  • Tomos: 2

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George Asakura es una de las autoras (sí, a pesar de autonombrarse “George”, es una mujer… no comment) favoritas de una amiga japonesa, que en alguna que otra ocasión me ha dejado algún manga suyo para leer, e incluso he reseñado uno: Suimitsutō no yoru (Noches de melocotón).

Hace poco cayó este manga en mis manos y me apeteció cambiar un poco de registro de lectura y ponerme a leer un manga pensado para chicas adolescentes tardías. No sabría si clasificar este manga como josei, pero desde luego no es un shōjo tampoco, así que diría que está a medio camino (es lo que tienen de malo las clasificaciones, que hay obras que acaban cayendo entre los intersticios).

Estamos ante una obra curiosa, que capítulo a capítulo presenta el punto de vista de varios chicos y chicas, compañeros de clase, que están en esa época de la adolescencia media en la que se empieza a experimentar con los novios y novias y algunos, los más osados, empiezan a tener relaciones sexuales. Se trata de historias de amor, otras puramente carnales, de confusiones mentales, hormonas desatadas, envidias y traiciones entre chicos y chicas quinceañeros.

Por ejemplo, la primera historia se nos cuenta desde el punto de vista de Negishi, una chica que suspira por Arai, guapo miembro del club de béisbol. Como sabe que, de por sí, él no se fijará en ella porque parece estar prendado de otra chica llamada Ruri (que después, en posteriores capítulos, descubrimos que está enamorada de su profesor -viudo- y le tira los tejos hasta conseguir ligárselo), Negishi se le ofrece carnalmente. Así, noche tras noche, Negishi experimenta con el sexo con Arai en el invernadero de la familia de este. Mientras tanto, rumores sobre la relación empiezan a correr por el colegio… Y Negishi, claro está, empieza a sentir remordimientos por haber usado su cuerpo para conquistar a Arai, aunque sea solo en cuerpo, porque parece claro que en alma, a priori, él sigue sin quererla genuinamente…

Esta y otras historias del círculo de Arai, Negishi y Ruri se entrelazan en un cómic apasionante de leer, al que al principio cuesta un poco meterse pero, una vez dentro, te atrapa irremediablemente porque quieres saber qué secretos esconden todos estos chicos que empiezan, tentativamente, a conocer los recovecos del amor y del sexo.

Lo mejor

  • Me ha gustado el formato de historias entrelazadas.
  • La carga sentimental y el estado mental confuso de los protagonistas se transmite muy bien.

Lo peor

  • Quizá cuesta un poco meterse en la historia.

Tetsuwan Girl (La chica del brazo de acero)

Tuesday, July 23rd, 2013
  • Título: 鉄腕ガール –Tetsuwan Girl– (La chica del brazo de acero)
  • Autor: Tsutomu Takahashi
  • Editorial: Kōdansha
  • Revista: Morning
  • Años publicación: 2000-02
  • Clasificación: deportivo, histórico
  • Tomos: 9

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Hubo un tiempo en el que me encantaban las obras de Tsutomu Takahashi, justo cuando el director de cine Ryūhei Kitamura, que también me gustaba mucho en su momento por su estilo “cool” y “slick”, adaptó para la gran pantalla dos películas basadas en mangas de este autor: Alive y Sky High.

Sky High, en particular, me pareció una gran obra. Los mangas de Takahashi me llamaban la atención por su dibujo, que me parecía muy atractivo a la vista, pero también por su argumento, bastante rápido, trepidante y bien llevado. Nunca he leído nada de su primera obra Jiraishin, muy famosa en Japón, aunque sí la he ojeado un poco y puedo decir que el estilo de dibujo de Takahashi dio un salto bestial entre el principio de esta obra (muy típico “manga”, con bastante poca personalidad) y su final (donde ya encontró el estilo que le define actualmente).

De Tsutomu Takahashi leí también, en su momento, la obra Blue Heaven, y empecé con Bakuon Rettō (El archipiélago del estruendo), aunque ya en esta última fue cuando me desencanté un poco, ya que no consiguió engancharme y el estilo de dibujo (sobre todo la manía de dibujar los ojos de ciertos personajes como si estuvieran fuera de sus órbitas, que empezó a cultivar sobre esta época) empezó a echarme un poco para atrás.

La siguiente obra que seguí suya, aunque esta ya por motivos profesionales, fue Sidooh, que personalmente no llegó a fascinarme. Sí me gustaba el marco histórico en el que estaba ambientada, y los personajes históricos que de vez en cuando aparecían en ella, pero si hubiese tenido que seguirla por hobby no habría pasado de los 3 o 4 primeros tomos. De hecho, a pesar de haber quedado descatalogada recientemente por culpa del “shueishazo”, no me he decidido a leer los 4 tomos que quedan para finalizar (se tradujo hasta el 21 de un total de 25) a pesar de que tengo acceso al original japonés y de hecho tengo los tomos en mi casa. Después de Sidooh, no me ha llamado la atención su nueva obra, Hito Hitori Futari, aunque no descarto probar con ella algún día.

¡Chicas y béisbol!

¡Chicas y béisbol!

Tetsuwan Girl, la historia que reseño en esta ocasión, es una de las de la primera época de este autor, y recuerdo perfectamente que compré de segunda mano los 3 primeros tomos porque me encantó el detalle de la sobrecubierta “recortada”. A veces me pasa que compro un manga no tanto porque me llame la atención el contenido, sino porque tiene una edición más o menos llamativa u original. Y lo cierto es que este manga me pareció peculiar pero me gustó bastante y hace poco he tenido la oportunidad de releerlo.

Estamos a finales de los años 40, la derrotada nación japonesa sigue ocupada por el ejército americano y las tropas yanquis frecuentan lugares de alterne con chicas. La atractiva, arisca y atrevida Tome Kanō es una de estas chicas. Un buen día, llega un hombre al local en el que trabaja y les propone un “trabajo” muy lucrativo: solo hace falta que se presenten tal día a tal hora en tal sitio para que les paguen un buen pellizco. Y, por supuesto, ellas se apuntan.

El sitio al que acaban yendo resulta ser un campo de béisbol. Allí, les dan uniformes y les dicen que tendrán que disputar un partido de exhibición contra otro equipo porque están pensando crear una liga profesional de béisbol femenino. Las “Candys” (sic.), así se llaman, caen contra las “Strikes”, pero Tome se revela como una prometedora pítcher. Aunque ese debía ser su primer y único partido con las Candys, Tome le cae en gracia a una promotora, que posteriormente la contrata para el equipo, uno de los que formarán parte de la primera liga de béisbol femenino profesional de Japón.

Como podéis ver, es una historia deportiva con tintes históricos, ya que la ambientación es muy “años 50 japoneses”. Aunque ciertamente resulta difícil de creer porque las circunstancias de la mujer en los años 50 era complicada en Japón y me parece impensable que ellas jugaran al béisbol (y menos profesionalmente), la historia se sostiene bastante gracias al dinámico ritmo que impone Takahashi, y a su estilo de dibujo, que, personalmente, me atrae mucho.

Lo mejor

  • El trepidante ritmo.
  • El dibujo.
  • El argumento es bastante adictivo.

Lo peor

  • La premisa en la que se basa me resulta poco creíble.

Kingdom

Monday, July 15th, 2013
  • Título: キングダム –Kingdom–
  • Autor: Yasuhisa Hara
  • Editorial: Shūeisha
  • Revista: Young Jump
  • Años publicación: 2006-?
  • Clasificación: aventuras, histórico, bélico
  • Tomos: 30 (en curso)

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De vez en cuando se pone un manga u otro de moda, y Kingdom es uno de los que más en boga están últimamente. Serializado desde 2006, no fue hasta el año pasado más o menos, cuando ya contaba en su haber más de una veintena de tomos y seis años de andadura, cuando empecé a escuchar referencias sobre él.

Tal vez sea por la adaptación animada que va actualmente por la segunda temporada, posiblemente sí, pero repentinamente un manga sobre el que nada sabía y que ya era relativamente veterano empezó a estar en boca de todos e incluso fue galardonado con el gran premio del Premio Cultural Osamu Tezuka de 2013, uno de los galardones para manga más prestigiosos y con más historia que existen. ¿Por qué este súbito interés en una serie que ya tiene tanto recorrido?

Evidentemente, lo que hice fue hacerme con un tomo y empezar a leerla… Y la verdad, empezando por lo que sería la conclusión, a mí personalmente no me ha enganchado lo más mínimo. Es posible que la historia mejore mucho a lo largo de los tomos, una vez te haces con ella, y que al principio sea tan solo “una más” y luego se vuelva una pasada, pero francamente con tanto por leer “ahí fuera”, prefiero invertir mi tiempo en leer y conocer otras historias antes que apostar por esta, por muy interesante (potencialmente) que se vuelva en tomos sucesivos. Si tengo que llegar al tomo 20 de un manga para que realmente me enganche, es que para empezar este manga no estaba tan bien, digo yo…

La historia de Kingdom está ambientada en la China antigua, un período de guerras y rebeliones que gusta mucho en todo el Oriente lejano, desde por supuesto China hasta Japón, pasando por Corea, Taiwán, etc. Hay numerosas obras de literatura, cine y televisión ambientadas en estos períodos, algunas de ellas obras maestras, creadas tanto en China como en Corea como en Japón. En el manga japonés también hay muchísimas. Eso sí, casi ninguna ha llegado a Occidente, aunque por ejemplo Fushigi Yūgi sería una historia bastante inspirada en esta época. Otras a destacar serían sobre todo la icónica y larguísima Sangoku-shi (Historia de los tres reinos) de Mitsuteru Yokoyama –uno de los mayores maestros del manga en general– o, reseñada en este blog, Saiyū Yōenden de Daijirō Morohoshi.

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¡No te mueraaaas!

No tengo mucho que contar sobre Kingdom más que es la historia de dos chicos que se han criado como hermanos, huérfanos de guerra, que viven en una de estas épocas convulsas de la historia china. En un momento dado, viene un emisario a por uno de ellos, llamado Hyō (Piao en chino) porque (lo sabemos un poco más tarde) se parece como dos gotas de agua al emperador y le quieren utilizar como doble por si alguna vez ocurriera algo. El otro chico, Shin / Xin (el protagonista de la historia) sigue con su vida de pobretón… Hasta que un día regresa Piao cubierto de sangre y moribundo, y muere en sus brazos.

Pronto sabremos que efectivamente ha habido un golpe de estado y que el verdadero rey no está muerto de milagro (porque han matado a su doble). Pronto aparece este rey destronado ante Piao, y juntos tendrán que luchar para recuperar el trono usurpado (o algo así, porque hasta aquí he leído).

Con tanto nombre chino, la verdad es que la lectura se me ha hecho farragosa y aburrida, y me perdía a menudo. Los occidentales no estamos acostumbrados a las historias de guerra ambientadas en la antigua China, desconocemos las jerarquías, la cultura, el contexto en definitiva, mientras que los japoneses, al menos aquellos a los que va dirigido este manga, probablemente han “mamado” de esto durante años y les resulta relativamente cómodo situarse. Al igual que me pasó con Saiyū Yōenden, me aburrí leyendo. Igual es algo mío, que no me gustan estas ambientaciones, o tal vez es algo general de todos los occidentales, no lo sé.

Esto por cierto me recuerda a mis primeras incursiones con mangas de samuráis: al principio no me gustaban, me perdía, pero a medida que fui cogiendo rodaje (sobre todo al tener que traducir ciertas obras, que me obligaron a documentarme y aprender) empecé a cogerle el gustillo y ahora disfruto de un buen manga de samuráis como el que más. Tal vez debería sufrir un proceso de adaptación similar para disfrutar las obras ambientadas en la antigua China, pero… Como he dicho antes, habiendo tanto por leer y disfrutar, no me voy a flagelar porque sí.

Lo mejor

  • El dibujo no está mal.

Lo peor

  • Historia enrevesadilla.
  • Mucho nombre chino. Cuesta retenerlos y saber quién es quién cuando la persona de la que hablan no está presente.
  • Inicio lento, no engancha.

Bōken Dankichi (Dankichi el aventurero)

Friday, June 14th, 2013
  • Título: 冒険ダン吉 –Bōken Dankichi– (Dankichi el aventurero)
  • Autor: Keizō Shimada
  • Editorial: Dainihon Yūbenkai Kōdansha (actual Kōdansha)
  • Revista: Shōnen Club
  • Años publicación: 1933-39
  • Clasificación: aventuras
  • Tomos: 3

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Bōken Dankichi es, solo después de Norakuro, el gran referente del manga de preguerra, una influencia enorme en miles y miles de niños que más tarde decidirían seguir el camino del manga y contribuirían a hacer del cómic japonés la colosal industria que es hoy en día. Aunque siempre aparece en los libros de historia de manga, lo cierto es que Bōken Dankichi no es un cómic, sino una especie de “auca” (lo siento, según la Wikipedia las “auques”, tan típicas de Catalunya, se llaman “aleluyas” en castellano, pero se me hace rarísimo llamarlo así), que en japonés es conocida como e-monogatari (historia ilustrada), uno de cuyos grandes maestros fue Shigeru Komatsuzaki, y el otro Sōji Yamakawa, autor de Shōnen Keniya .

En el caso de esta historia, tenemos grandes ilustraciones con la explicación de lo que está ocurriendo al pie, aunque con la peculiaridad de que en las ilustraciones, a veces, se incluyen bocadillos de texto. Esta última particularidad hace que Bōken Dankichi se considere una obra a caballo entre el manga y el e-monogatari (modalidad de contar historias que tuvo su máximo esplendor en los años 40 y 50).

Bōken Dankichi cuenta la historia de un chaval llamado Dankichi que sube a su barca para salir a pescar junto a su “Milú” particular, un espabilado ratón parlante llamado Karikō. Dankichi se duerme en la barca, que empieza a ir a la deriva hasta llegar a una isla. Al desembarcar, Dankichi y Karikō vivirán numerosas aventuras: serán perseguidos por fieros animales como leones o elefantes y acabarán siendo coronados reyes de una tribu de “negros salvajes”, a los que ayudarán y “civilizarán”.

Como podemos ver, estamos ante una historia con bastantes paralelismos con Tintín en el Congo (dudo mucho, por cierto, que Shimada se inspirara en Hergé más que nada porque las obras son casi contemporáneas: Tintín en el Congo, versión revista en b/n, es de 1930-31 (primera versión japonesa en 1968) y Dankichi empezó en 1933): el superior hombre blanco (en este caso un chico japonés) ayuda a los ignorantes negritos a organizarse la vida, y les enseña cómo funciona “la civilización”. Ellos, alegres y contentos, alucinan ante los conocimientos y consejos del “sabio”, le coronan rey, y poco a poco van evolucionando y “civilizándose”.

Como me estoy liando porque sois todos iguales, os pondré un número a cada uno.

Como me estoy liando porque sois todos iguales, os pondré un número a cada uno.

Es, obviamente, un retrato fiel de la época: Japón se encontraba en esos momentos inmerso en un proceso de expansión e invasión de otras culturas, desde Papúa Nueva-Guinea hasta la India, pasando por Vietnam, Filipinas, Malasia y Singapur, por no olvidarnos, claro está, de Corea y China. La idea japonesa era “luchar” contra el colonialismo occidental imponiendo un estilo de colonialismo “asiático”: no nos dejemos colonizar por el hombre blanco occidental, vamos a unirnos (aunque yo seré el líder lo queráis o no) y les echaremos de “nuestro” continente. En todo caso, los japoneses estaban convencidos de ser superiores y de querer ayudar a sus “hermanos asiáticos” diciéndoles qué y cómo tenían que hacer. Y Bōken Dankichi es un documento fantástico para conocer de primera mano estas ideas, que se transmitían (sin malicia, ya que no era una obra de propaganda, sino comercial pura y dura) a los niños.

A día de hoy, muchísimas imágenes de esta obra pueden llegar a herir sensibilidades al igual que Tintín en el Congo, empezando por el modo de dibujar a los “negritos” (totalmente salvajes, todos iguales, bocas enormes, etc.) y acabando por la actitud “superior” y “adoctrinadora” (repito: sin malicia) de Dankichi y Karikō, pasando por el uso de ciertos vocablos que hoy en día resultarían muy ofensivos, y otras escenas, como una que me llamó especialmente la atención: como Dankichi se lía con sus súbditos y no los distingue, les pinta un número a cada uno en la tripa y les llama “número 1”, “número 2”, etcétera…

Lo mejor

  • Una obra histórica, esencial para entender la evolución del manga desde la preguerra hasta la posguerra.
  • Poder echar un vistazo a la mentalidad japonesa de la época imperialista.

Lo peor

  • Igual debería poner esto en “lo mejor”, porque a mí personalmente me encanta, pero la obra está escrita con las convenciones del japonés escrito de preguerra, bastante diferente al de hoy en día: uso de kanji antiguos y usos diferentes del hiragana (ver la reseña de Norakuro para saber más sobre esto).
  • Hoy en día puede resultar bastante ofensiva, aunque hay que saber situarse en el contexto en el que fue dibujada y escrita.

Grey

Monday, June 10th, 2013
  • Título: Grey
  • Autor: Yoshihisa Tagami
  • Editorial: Tokuma Shoten
  • Revista: Shōnen Captain
  • Años publicación: 1985-87
  • Clasificación: ciencia-ficción, acción
  • Tomos: 3

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Ya sabéis que muy pocas veces rompo mi propia regla de no comentar mangas que hayan sido licenciados o publicados en España, pero de vez en cuando me da por leer y comentar alguna historia que sí fue publicada, pero en los albores de la historia del manga en España (caso de Regreso al mar, recientemente relanzado en una nueva edición, o de Version). Esta reseña, pues, cae en esta categoría, ya que Grey fue publicada íntegramente en España entre 1992 y 1993 de la mano de Planeta deAgostini Comics.

En este caso, sin embargo, contrariamente a los casos de Regreso al mar y Version, la lectura de Grey me ha decepcionado bastante, y es que, aunque tampoco la recordaba con especial cariño, sí que en aquella época compré algunos números y la tenía en mi estantería de otaku adolescente, por lo que la posibilidad de releerla después de tantos años, y esta vez en su original japonés, me hacía cierta ilusión.

El caso es que me he encontrado con una historia que no me ha enganchado en absoluto, que se me ha hecho aburrida e incluso farragosa de leer; un claro ejemplo de que los años suelen embellecer según qué cosas y a veces es mejor no tocarlas y quedarte con el recuerdo.

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Supongo que de este manga u otros por el estilo publicados en esa época surgió esa idea (errónea) de que “los mangas -en general- marean porque tienen líneas cinéticas a saco en todas partes”.

Grey se ambienta en un hipotético futuro en el que todo es un gran páramo donde hay repartidas varias ciudades controladas por ordenadores Little Mama a los que, a su vez, controla un gran ordenador central: Big Mama. Las ciudades están continuamente en guerra entre sí, pero estas guerras son como “juegos”, un poco a lo Avalon de Mamoru Oshii: los participantes, anhelando conseguir el estatus de “ciudadanos”, batallan sin cesar a cambio de los puntos que obtienen con cada hazaña. Claro está, cuando consigues X cantidad de puntos, se te otorga el rango de “ciudadano” y puedes vivir tranquilamente y con todas tus necesidades cubiertas en las (se supone) paradisíacas ciudades.

Grey, el protagonista, es uno de estos guerreros. Implacable y tenaz, su apodo de “shinigami Grey” (Grey la Muerte) le va como anillo al dedo. En parte por vengar la muerte de su novia Lips, que anhelaba convertirse en ciudadana y empujó a Grey a alistarse también, en parte por salir de la espiral de muerte y violencia en la que se encuentra, Grey va participando en batallas y descubriendo los inquietantes secretos de la sociedad organizada y liderada por el gran ordenador central Big Mama.

Lo mejor

  • Obra cyberpunk con dibujo ochentero, pero que no está mal. A priori promete.

Lo peor

  • Historia confusa, avanza a trompicones. A mí desde luego no logró engancharme.
  • Hay hasta demasiada profusión de líneas cinéticas por todas partes.
  • Demasiados conceptos, poco trabajados y explicados. De nuevo, “saca” al lector de la obra.