El blog de Marc Bernabé

Ristorante Paradiso

Tuesday, August 14th, 2012
  • Título: リストランテ・パラディーゾ –Ristorante Paradiso–
  • Autor: Natsume Ono
  • Editorial: Ōta Shuppan
  • Revista: Manga Erotics f
  • Años publicación: 2005-06
  • Clasificación: seinen, alternativo
  • Tomos: 1
 

Natsume Ono es una de las autoras alternativas que más rápida y fulgurantemente ha ganado notoriedad en la última década. De hecho, hacía ya años que a mí me llamaban la atención sus obras. No sé exactamente el motivo, tal vez sea porque sus portadas son muy llamativas, así como sus títulos en romaji y a menudo en italiano –como este Ristorante Paradiso, o su primera obra La quinta camera, u otras como Gente, Danza, Tesoro y not simple–. Uno puede comprar una obra porque la portada o el título son curiosos, no digo que no, pero desde luego, si una vez adquirida el contenido no te convence, no comprarás nunca más un manga del mismo autor, ¿verdad? Pues Natsume Ono por fuerza tenía que ser buena, puesto que no solo a lo largo de estos años no he dejado de ver obras suyas destacadas en las librerías, sino que además han sido publicadas también en otros idiomas (no en español, sin embargo) y encima alguna de ellas, sin ir más lejos esta Ristorante Paradiso, se han adaptado a anime (11 episodios, 2009).

Tantos años sin probar a leer a Ono (¡hay tanto por leer en el mundo del manga, deberíais ver mi monstruosa pila de “pendientes de leer”!) y al final por fin me decidí con Ristorante Paradiso. Estamos ante una obra más bien costumbrista, en la que no pasa gran cosa, pero que aun así engancha y consigue que el lector se encariñe de los personajes.

Nicoletta es una joven italiana que vive en un pueblo con sus abuelos y que en un momento dado decide trasladarse a Roma. Lo primero que hace es pasarse por un pequeño restaurante llamado La casetta dell’orso porque lo regenta el marido de su madre, que se divorció de su padre cuando ella era muy pequeña y la dejó al cuidado de sus abuelos. Se ve que la madre, Olga, lo hizo a espaldas de Lorenzo, el propietario del restaurante, cuya única manía en ese momento era que no quería casarse con una mujer que tuviera hijos. Olga, pues, deseosa de casarse con Lorenzo, tomó la decisión de ocultarle a este último la existencia de su hija Nicoletta. Ahora, han pasado los años y Nicoletta ya es toda una joven mujer que, todo hay que decirlo, le guarda bastante rencor a su madre (aunque en realidad es una relación de amor-odio bastante curiosa).

Jovencitas y cincuentones con gafas

Una vez en el restaurante, Nicoletta conocerá a los diferentes (¡y numerosos!) trabajadores del mismo, desde el maître Claudio hasta el chef, pero no se atreverá a presentarse ante Lorenzo como la hija de su esposa, sino como la hija de una muy buena amiga de esta. Nicoletta, intrigada por el extraño ambiente del restaurante, la gran profesionalidad de sus trabajadores (especialmente del educadísimo Claudio), la fidelidad de sus clientas (casi todas mujeres) y el hecho de que todos los trabajadores sean cuarentones o cincuentones y lleven gafas para la vista cansada (?) le llama la atención… El detalle de las gafas, por cierto, fue un capricho que Lorenzo le concedió a Olga, porque al parecer a esta le gustan las gafas en los hombres y algunos trabajadores, que no las necesitan, las llevan igualmente para complacer a la mujer del dueño.

Las páginas del manga van pasando, y Nicoletta se va dando cuenta de que Claudio (que perfectamente podría ser su padre) le gusta de verdad… Él dice estar divorciado, pero lleva aún el anillo de bodas para, según él, “evitar que algunas clientas le incomoden”, pero luego aparece su ex mujer en escena y descubrimos que es muy posible que él todavía esté enamorado de ella, por eso rechaza, muy amablemente, a Nicoletta.

Y así, en un ambiente bastante familiar y peculiar, transcurre este tranquilo manga que, lo vuelvo a decir, puede parecer poca cosa pero consigue algo que muchísimas obras a priori más llamativas no consiguen: enganchar al lector. Este manga, por cierto, tiene una secuela titulada Gente, de 3 tomos, que al parecer narra los hechos que llevaron al establecimiento, por parte de Lorenzo, de La casetta dell’orso.

Lo mejor

  • Un manga tranquilo y fácil de leer.
  • Epítome del gafotakismo.

Lo peor

  • El estilo de dibujo, de corte alternativo, no gustará a todo el mundo. Y la temática tampoco. Pero ellos se lo pierden.

Boku to issho (Junto a mí)

Monday, August 6th, 2012
  • Título: 僕といっしょ –Boku to issho– (Junto a mí)
  • Autor: Minoru Furuya
  • Editorial: Kōdansha
  • Revista: Young Magazine
  • Años publicación: 1997-98
  • Clasificación: seinen, humor
  • Tomos: 4
 

Hacía muchos años que, de vez en cuando, me topaba con este manga en alguna tienda e inevitablemente me llamaba la atención la peculiar portada con ese par de “capullos”. Minoru Furuya es un autor especializado en manga de humor y tenía mucha curiosidad, pero es que en Japón hay tantas y tantas obras que… Tienes que relegar algunas y priorizar otras. Y esto es lo que ocurrió con Boku to issho hasta que recientemente he podido por fin leerlo.

Y la verdad es que, no sé si porque tenía las expectativas disparadas o por un motivo puramente objetivo, no me ha gustado tanto como pensaba. De hecho, me ha gustado bastante poco. Pero no adelantemos acontecimientos.

Boku to issho (Junto a mí), cuenta la historia de unos hermanos, Suguo (14 años) e Ikuo (9 años), que deciden fugarse de su casa después de que su madre muera y su padre (adoptivo) les diga que no valen para nada. Una vez en Tokio, la gran capital, tienen que intentar buscarse la vida como pueden, pero no se lo pone nada fácil el hecho de ser menores de edad. Evidentemente, nadie se presta a darles trabajo, lo que provoca una falta alarmante de recursos. Al cabo de poco conocen a Shigeru Itō, apodado “Itokin”, un tipo muy raro con peinado “a lo chino (pelo rapado salvo una larga coleta trenzada)” que también dice tener 14 años y está haciendo de okupa en un piso deshabitado. Poco después, se une al grupo Kazuki (alias “Kazu”), un chico de casa buena que simplemente se ha escapado de su casa porque estaba harto que le dijeran lo que tiene que hacer.

Caretos muuuy raros y humor absurdo.

Los cuatro intentan pues salir adelante, pero en plan absurdo, y siempre con situaciones extremas y grandes aspavientos traducidos en un estilo de dibujo muy basado en la caricatura y la exageración de rasgos y gestos faciales. La obra es de humor, humor absurdo añadiría yo, pero el autor coloca entremedio temas muy candentes, problemas sociales, como si nada: familias desestructuradas, prostitución, intentos de suicidio… Bastante fuerte la temática, pero como digo, todo muy enfocado al humor y al “careto grotesco”.

Francamente, esperaba un poco más de esta obra. El anterior manga de Furuya, titulado Ike! Inachū takkyūbu (¡Adelante! Club de ping-pong de la escuela secundaria Inahō), goza de bastante popularidad entre varias de mis amistades japonesas, que me lo han recomendado más de una vez, y pensaba que este me gustaría más. Debería darle una oportunidad a Inachū, pero la verdad es que Boku to issho me ha decepcionado bastante.

Lo mejor

  • Un manga para pasar el rato.
  • Esconde temáticas muy fuertes entre tanto humor y slapstick.

Lo peor

  • Demasiado exagerado para mí.
  • El estilo de dibujo tampoco ha acabado de convencerme.

Gyo

Wednesday, August 1st, 2012
  • Título: ギョ –Gyo–
  • Autor: Junji Itō
  • Editorial: Shōgakukan
  • Revista: Big Comic Spirits
  • Años publicación: 2002
  • Clasificación: seinen, raruno, horror
  • Tomos: 2
 

Una de las obras con las que más he disfrutado traduciendo es Uzumaki de Junji Itō, una delirante historia en la que las espirales (=uzumaki) se van apoderando poco a poco de un pueblo. Esta historia, editada hace años por Planeta en 6 minitomos formato “Biblioteca Manga”, debería ser rescatada en un formato más acorde a los tiempos que corren, tal vez en tapa dura y volumen único de 600 páginas al estilo Historias cortas de Naoki Urasawa o Historias cortas de Satoshi Kon.

En cualquier caso, a raíz de Uzumaki quise seguirle la pista a Itō y, cuando vivía en Japón entre 2001 y 2005, un día vi en una librería el tomo 1 de Gyo, que acababa de salir. Evidentemente, lo compré y leí, pero nunca llegué a adquirir el segundo y último ya que cuando salió al mercado probablemente se me pasó por alto. Ahora, años después, he recuperado la historia y, esta vez sí, le he leído hasta el final. Y, me reafirmo en lo que ya pensé en su momento: es, efectivamente, una fumada del 15.

Tadashi y Kaori, una joven pareja tokiota, disfrutan de sus vacaciones en Okinawa. Kaori es una chica un poco extraña, en el sentido de que es muy sensible a los olores, y en un momento dado empieza a quejarse de que “algo huele muy mal”. La situación va prolongándose en el tiempo hasta que Tadashi, harto de sus quejas, decide ir a ver qué demonios ocurre y si ese olor es real o no… ¡Y se topa con una especie de pez con patas!

Tras un primer episodio de grima en el que el pez no para de rondar y molestar a la pareja, Tadashi consigue más o menos reducirle, lo que le permite comprobar que esas patas forman parte de una especie de mecanismo metálico artificial. Poco después, más y más peces, incluidos enormes tiburones, empiezan a emerger de las aguas y a sembrar el pánico entre la población…

¡Invasión de peces con patas!

¿Qué demonios son esos peces? ¿Por qué surgen precisamente ahora? ¿Qué es ese nauseabundo olor? ¿Qué son esas patas mecánicas que llevan acopladas? ¿Quién las ha fabricado y por qué? Todas ellas son preguntas que planean por toda la obra y, aunque algunas de ellas serán contestadas, muchas otras se quedarán sin responder. Y, mientras tanto, la historia va desbarrando y desbarrando al estilo Uzumaki, hasta llegar a cotas inimaginables… Primero son los peces, ¿y después…?

Sobre el título: Gyo es la lectura on’yomi del kanji 魚 (cuya lectura kun’yomi es sakana), que significa “pez” o “pescado”. En general no se usa esta lectura por sí sola para indicar pescado, pero el sonido “gyo” sí consigue despertar reminiscencias en ese sentido. Por otro lado, gyo es también una onomatopeya que indica “sobresalto con un matiz de grima/asquerosidad”. Con lo que tenemos un título la mar de bien buscado.

Lo mejor

  • Dibujo atractivo a la vista y argumento interesante.
  • El tomo 2 se complementa con un par de historias cortas que están muy bien.

Lo peor

  • Quizá la historia está demasiado cogida por los pelos, es hasta “demasiado”.
  • Es una pena que Itō sea tan poco prolífico, porque después de Gyo ha trabajado poquísimo. Y por capacidad de dibujo e imaginación, es un autor que podría perfectamente llegar muy lejos.

Soap no Moko-chan (Moko del Soapland)

Thursday, July 26th, 2012
  • Título: SOAPのMokoちゃん –Soap no Moko-chan– Moko-chan at soapland
  • Autor: Naruo Kusugawa
  • Editorial: Akita Shoten
  • Revista: Young Champion
  • Años publicación: 1990-92
  • Clasificación: seinen, hentai
  • Tomos: 5
 

Los llamados “soapland” (lit.: tierra de jabón) son uno de los tipos de locales de servicios sexuales más peculiares de Japón, y uno de los pocos donde, a pesar de que la ley japonesa prohíbe la prostitución, se pueden conseguir “favores” sexuales completos, ya que todo el mundo hace la vista gorda a lo que ocurre dentro de las cuatro paredes de estos sórdidos establecimientos. De puertas afuera, los soapland son establecimientos de relax y de disfrute del baño, la higiene y los masajes. De puertas adentro, lo que en realidad ocurre es que los clientes pueden disfrutar de un buen baño acompañados por una solícita chica que les enjabona con profusión, les lava y mima (frotándose con ellos con su enjabonado cuerpo desnudo), con “final feliz” que incluye penetración vaginal. Destaco esto último porque, al estar prohibida la prostitución, en la mayoría de los locales de servicios sexuales japoneses no se permite la penetración vaginal y el “final feliz” se obtiene de maneras alternativas.

En cualquier caso, ya he comentado muchas veces que existen mangas de todos los tipos, para todos los públicos y de todas las temáticas y, bueno, los soapland no podían ser obviamente ninguna excepción. Soap no Moko-chan nos cuenta la historia de la guapa y más bien torpe Motoko, que acaba trabajando como soap-jō (lit.: “señorita jabón”) en uno de estos locales, pero no por trágicas circunstancias personales (deudas, víctima de trato de blancas, lo que sea…) ni tampoco por pura vanidad (para poder comprarse bolsos de marca o cosas así), sino porque termina llegando a la conclusión de que no sirve para otros trabajos y con este, que descubre que se le da bien, quiere “dar una alegría a los sufridos trabajadores que se pasan el día en la oficina, trabajando a destajo, y que se merecen un descanso y un momento de relax de vez en cuando”.

El gran clásico de los soaplands: el enjabonamiento sobre la estera hinchable.

Esta es una historia evidentemente para mayores de 18 años, con contenido sexual, pero de hecho es muy light, en el sentido de que las escenas sexuales son más bien escasas y muy poco subidas de tono. En vez de priorizar las escenas de sexo y hacer que sean lo más espectaculares posible, siendo el planteamiento más bien una excusa para mostrar esas escenas, estamos ante un manga que prioriza el argumento y que usa las escenas de sexo como una parte más del mismo. En definitiva, no es un manga porno porque sí, sino que es una historia normal y corriente que se ambienta en un soapland y que, en consecuencia, incluye algunas escenas sexuales.

El dibujo es muy ochentero-noventero (el manga fue publicado entre 1990 y 1992) y a mí personalmente me gusta ese estilo que ahora ya se percibe como bastante anticuado, seguramente por una cuestión de nostalgia puramente generacional. El manga está formado por capítulos autoconclusivos en los que Moko-chan tiene que satisfacer a un cliente cada vez (ejemplos: un viejo con la moralina subida que sin embargo “se deja hacer”, un hombre con un pene enorme, un travesti que, antes de operarse y despedirse de su pene, quiere saber cómo es “hacerlo con una mujer”, un sádico que disfruta torturando a las chicas, etcétera), o bien se nos cuenta alguna faceta alternativa de la vida de la chica. Un manga entretenido, para pasar el rato sin más, y curioso más que nada porque abre una puerta a poder conocer, de forma indirecta, un mundo bastante sórdido y curioso: el de los soapland.

Lo mejor

  • Historias autoconclusivas con bastante humor; fácil de digerir.
  • Permite conocer cómo son los soapland y qué ocurre en ellos.

Lo peor

  • Creo que se banaliza un montón el papel y las aspiraciones de Moko-chan y, por extensión, de las chicas que trabajan allí. Al fin y al cabo, Moko-chan está vendiendo su cuerpo, y cuesta creer que lo haga para “dar una alegría a los sufridos trabajadores”.

Chara-mono

Tuesday, July 24th, 2012
  • Título: キャラ者 –Chara-mono–
  • Autor: Hisashi Eguchi
  • Editorial: Futabasha
  • Revista: Manga Action / Pia
  • Años publicación: 1998-2008
  • Clasificación: seinen, humor, raruno
  • Tomos: 3

Hisashi Eguchi era otro de estos autores de los que había oído hablar o acerca de los que había leído, pero que nunca había llegado a conocer. A pesar de haber trabajado durante los años 70 y 80 en revistas comerciales como la Shōnen Jump (con Susume! Pirates, una de sus obras más conocidas), últimamente se le tiene como un autor alternativo al que vale la pena acercarse. Así que decidí probar con una de sus obras más recientes, Chara-mono.

Si más o menos conoces el carácter japonés y has ojeado manga más allá de los típicos shōnen y quizá algún seinen, sabrás que existe toda una corriente, enorme, de manga de humor, en general bastante absurdo, basado en gags cortos, a menudo de cuatro viñetas. Hay autores, como el genial Yoshida Sensha, que destacan especialmente en este subgénero del manga, que tiene muchísimo seguimiento en Japón, aunque no tanto en ventas globales en formato tomo (muchas de ellas nunca se llegan a publicar como recopilatorios) sino en forma de numerosas publicaciones generalmente quincenales o mensuales especializadas en este tipo de historias. El dibujo de estos mangas suele ser más bien sencillo, incluso directamente feo, aunque esto se compensa con guiones descacharrantes capaces de arrancarle la risa al menos pintado.

WTF WTF WTFFFF!?

Chara-mono es uno de estos mangas. Consta de pequeñas historias de una sola página con un hilo conductor común: una especie de osito de peluche, que en realidad parece ser un títere (vemos a veces una mano saliendo de él o manipulando los palos que hacen mover sus manos) se cuela en casa de una chica y se instala ahí. Quién es ese oso, para qué está ahí, por qué la chica no lo echa de su casa, por qué no intenta averiguar quién demonios está controlando al oso… Todas estas son cuestiones que el autor no se plantea en ningún momento, aunque planean continuamente sobre la historia. Por cierto, otro factor que contribuye al WTF es que cada página de manga viene precedida de una página entera dedicada al título de esa página (con lo que de manga en realidad tenemos solo la mitad del tomo, menudo vaguete el Hisashi-san), escrita en japonés y… ¿En francés? ¿Por qué? XD

La propia absurdidad del planteamiento, combinada con algunas escenas o diálogos total y absolutamente demenciales, hacen de este manga una historia muy disfrutable, con la que me lo pasé genial. Estoy seguro de que casi se podían vislumbrar los interrogantes gigantes y los WTF en neón intermitente surgiendo continuamente de lo alto de mi cabeza mientras leía (bueno, igual eso no, pero la sonrisa estúpida que tenía todo el rato y los intentos de ahogar una carcajada de vez en cuando sí eran reales). Es una lástima que en Occidente en general se tenga una percepción tan limitada de lo que puede llegar a dar de sí el cómic japonés, porque realmente hay DE TODO.

Lo mejor

  • Totalmente descacharrante.
  • WTF continuo.

Lo peor

  • Yo qué sé. XD