El blog de Marc Bernabé

Oishinbo

Friday, November 6th, 2009
  • Título: 美味しんぼ –Oishinbo–
  • Autor: Tetsu Kariya (guión) / Akira Hanasaki (dibujo)
  • Editorial: Shōgakukan
  • Revista: Big Comic Spirits
  • Años publicación: 1983-?
  • Clasificación: seinen, gourmet
  • Tomos: 103 (en curso)

oishinbo1

Al igual que hice en su momento con Yoshimi Yoshida, detective de insectos en conjunción con Jesús de Entomoblog esta reseña forma parte de un experimento conjunto con un blog amigo. Esta vez, Roger del prestigioso blog sobre gastronomía japonesa comerjapones.com y yo hemos decidido leer un manga en el que tenemos un interés común y, sin leer antes la reseña uno del otro, las hemos publicado al mismo tiempo. Es muy interesante leer dos reseñas de una misma obra porque se muestran dos puntos de vista totalmente distintos, ¿no os parece? Pues aquí tenéis mi reseña, vista desde el punto de vista de un lector de manga, y aquí tenéis la de Roger, desde el punto de vista de un verdadero gourmet de lo japonés.

¿A quién de vosotros os suena Oishinbo? A muy pocos, imagino, y eso a pesar de que es una de las series más exitosas y longevas de la historia del cómic japonés; se publica desde 1983 y el año pasado superó la friolera de 100 tomos recopilatorios, algo que solo un puñado de otras series hasta el momento habían conseguido. De hecho, con esta reseña inauguro el tag “+100” tomos, en el que iré comentando estas míticas series que han superado la increíble cifra de 100 tomos (hasta ahora he comentado KochiKame y la serie Dokaben). Por cierto, también es la sexta serie con más ventas de la historia (empatada con Golgo 13 y Doraemon a 100 millones de tomos y por debajo de Dragon Ball (150 millones), KochiKame (140 millones), Detective Conan (120 millones) y One Piece y Slam Dunk (110 millones)). ¡Cien millones de tomos! Jo-der.

¿Pero qué tiene Oishinbo que sea tan especial como para haberse ganado el favor del público japonés durante tantos años y tantos tomos? Estamos ante una obra del subgénero conocido como “gourmet manga” (o ryōri manga, no sé exactamente si tiene un nombre fijo, pero yo le llamaré “gourmet manga”). De hecho, aunque no he podido comprobar si Oishinbo fue el primer gourmet manga, sí es seguro que es el que hizo escuela, el “padre” de todos los manga de cocina, cocineros y gourmet habidos y por haber (entre ellos, recordémoslo, se incluye la mítica Mister Ajikko – El rey del sushi). Y de todos es sabido (y si no lo sabéis, ahora mismo os lo diré XD) que el japonés es un pueblo extremadamente gourmet, que disfruta comiendo y probando sabores procedentes de todos los rincones de Japón y también del mundo entero. Existen miles de libros, guías y revistas que recomiendan “los mejores restaurantes de”, y un porcentaje obscenamente alto del espacio en las guías de viajes japonesas está ocupado por direcciones de restaurantes y fotos de la comida que sirven. No es raro, además, que en los viajes al extranjero que realizan muchos japoneses el motivo central de los mismos sea, sí señor, la comida, y además son capaces de irse a ese restaurante perdido en lo más remoto de un país porque “allí sirven la mejor X del país” (sustituir la “X” por el nombre de cualquier plato).

No sé qué fue antes, si el huevo o la gallina; es decir, no sé si lo de ser un pueblo gourmet les viene a los japoneses de antes o bien fue Oishinbo y la miríada de obras del estilo que salieron después a su estela lo que provocó que los japoneses de repente empezaran a valorar la comida de una forma que parece rayar la exageración. Podría ser lo segundo; de hecho la Wikipedia japonesa llega a sugerirlo.

Discutiendo con un chef francés sobre cuál es la mejor carne

Discutiendo con un chef francés sobre cuál es la mejor carne

Oishinbo se enmarca en un periódico japonés, el Tōzai Shinbun, dirigido por un gourmet de pro. Para el centenario de la publicación, el director decide encargar a un par de periodistas la confección del “menú definitivo”, es decir, un menú que consista en un equilibrio perfecto de los manjares más deliciosos del mundo (con especial ahínco en la comida japonesa, cómo no). Solo dos empleados pasan una prueba de paladar que consiste en discernir entre tres tipos de agua y de tofu: el malhumorado y maleducado Shirō Yamaoka (que parece pasar de absolutamente todo) y la novata Yūko Kurita.

Al principio, Yamaoka pasa un huevo de todo y todo el mundo se pregunta si de verdad es una buena idea dejar un proyecto tan serio y decisivo en manos de este tipo y de una chica jovencísima recién entrada a la empresa. Pero poco a poco Yamaoka se va destapando como un gourmet de finísimo paladar y enormes conocimientos, y Kurita, con su capacidad innata para discernir sabores, se destapa también como una gran crítica de cocina. Al cabo de pocos capítulos se descubre el porqué de las habilidades gourmet de Yamaoka: su padre, Yūzan Kaibara, un hombre extremadamente exigente con la comida, les hizo la vida tan imposible a él y a su madre por culpa de su obsesión culinaria que al final acabó “matándola”. A raíz de ello, Yamaoka, que desde muy pequeño había estado en contacto con los mejores manjares del mundo, decidió marcharse de casa y renegar de su apellido (tomando el de su madre), enemistándose de por vida con su padre.

Y bueno, básicamente este es el argumento de fondo. Lógicamente ocurren más cosas, pero esta es la base. Así, capítulo a capítulo, Yamaoka y Kurita irán probando todo tipo de platos e irán demostrando por qué esto es más bueno que lo otro, desmontando teorías establecidas y dejando anonadados y noqueados a todo tipo de expertos. La principal gracia de Oishinbo, así como de la mayoría de los manga culinarios, es que no se centra tanto en “cómo preparar” un plato, sino en describir los sabores, la textura y el “cuerpo” de los alimentos y el porqué de todo ello (incluyendo, por supuesto, información sobre la preparación). De hecho, el propio título ya describe bastante bien de qué va el manga: es una palabra inventada que sugiere la amalgama del adjetivo oishii (delicioso) y el sustantivo kuishinbo (glotón), y que vendría a significar algo como “Ávidos de delicias”.

Una vez conoces el argumento de base, los diferentes capítulos se pueden tomar como piezas independientes, lo que hace innecesario seguir linealmente la obra para disfrutarla. Por eso Oishinbo, como KochiKame o Golgo 13, es uno de los cómics más vendidos en los kioscos de las estaciones de tren y las tiendas 24 horas, y de los más leídos en peluquerías o garitos de comida rápida. Si tienes un ratito para matar, nada mejor que leer un capítulo suelto de una serie cuyos personajes conoces. Para mí, este es el secreto de la gran longevidad de estos títulos.

Por si fuera poco, esta distribución en capítulos autoconclusivos permite que se hayan recopilado tomos temáticos sobre sushi, fideos, carne, pescado, etcétera, que se venden en todo tipo de formatos, como por ejemplo las ediciones baratísimas en papel malísimo y cubiertas de cartón barato que venden en las estaciones o tiendas 24 horas japonesas. Por si os interesa este manga, varios tomos temáticos de Oishinbo están siendo editados actualmente por Viz Media en los Estados Unidos (ya llevan 7 tomos), así que no es necesario saber japonés para introducirse en uno de los manga más conocidos y queridos por el público japonés.

Por cierto, si tienes ciertas nociones de japonés y tienes un blog de una temática definida (fotografía, viajes, zoología, tokusatsu, corte y confección, fisioterapia, televisión, curling, lo que sea…) podemos hacer este experimento cuando quieras. Seguro que encontramos un manga que se adecúe a la temática de tu blog, nos hacemos con él (de eso me encargaría yo), lo leemos y lo comentamos al unísono en nuestros respectivos blogs. ¿Te apuntas?

Lo mejor

  • La gran cantidad de detalle e información que contiene cada capítulo. ¡Es impresionante lo documentado que está!
  • Estamos ante un manga que ha creado escuela y ha causado un gran impacto en la sociedad japonesa en general, y se nota.
  • Se ensalza el valor de los sabores simples y las comidas sencillas por encima de la pomposidad y la ostentación.
  • Esas exageraciones geniales, como por ejemplo hacerle un TAC a unas piezas de sushi para ver cuán apretados entre sí están los granos de arroz. XD
  • Esas descripciones tan detalladas de los sabores y las texturas, que además han sido imitadas hasta la saciedad.

Lo peor

  • Llevan 103 tomos y aún siguen buscando ese “menú definitivo”. ¡El presupuesto del periódico Tōzai debe de ser brutal para financiar eso!
  • El dibujo puede parecer más bien estático y aburrido a simple vista, pero va perfecto para la temática y al cabo de pocas páginas te olvidas.
  • Yamaoka se pasa de chuleta a veces (aunque también es la gracia del manga).

Dokaben

Thursday, February 19th, 2009
  • Título: ドカベン –Dokaben–
  • Autor: Shinji Mizushima
  • Editorial: Akita Shoten
  • Revista: Shōnen Champion
  • Años publicación: 1972-81
  • Clasificación: spokon, béisbol
  • Tomos: 48


Siempre había tenido curiosidad por Dokaben, una de las obras más representativas del manga de béisbol y una de las sagas de manga más longevas y con más tomos que existen, junto a los monstruos KochiKame y Golgo 13. Y es que aparte de esta primera serie, de 48 tomos, existen varias secuelas, y todas juntas de momento suman la friolera de 152 volúmenes. Se trata de Daikōshien (1983-87, 26 tomos), Dokaben Pro Yakyū-hen (1995-2003, 52 tomos) y Dokaben Superstars-hen (2004-en curso, 26 tomos y contando). ¡Ahí es nada! Y el caso es que Mizushima se ha dedicado casi siempre al manga de béisbol y también tiene otras obras famosísimas como Abu-san (1973-en curso, 92 tomos y contando) o Ikkyū-san (1975-77, 14 tomos), o sea que, contando otras obras menores que también van sobre béisbol, estamos hablando de unos 300 tomos o más, todos ellos sobre gente que va con bates y pelotitas. Os podéis imaginar, pues, que Mizushima es considerado el verdadero rey del manga de béisbol, ¿verdad?
Dokaben, sin embargo, sigue siendo tal vez su obra más representativa, con permiso de Abu-san, así que ni corto ni perezoso me puse a buscar como siempre el primer tomo aunque, eso sí -ya sabéis mi manía-, debía ser el de la edición original. No valían ni ediciones en tapa dura, ni de bolsillo, ni nada de eso, debía ser la original, tal y como se publicó por primera vez. Pues la verdad es que me costó, ¿eh? No fue nada fácil encontrar el tomo 1 y estuve tiempo buscando hasta que por fin di con él. Y aquí está.

¿Esto es un manga de béisbol? Por el tomo 1, nadie lo diría

Mi primera impresión al leer este tomo fue “¿de verdad esto es un famoso manga de béisbol?” porque la historia en su inicio se centra sobre todo en el judo y cualquiera pensaría que es una historia sobre judo en vez de béisbol. Claro que, sabiendo que 37 años más tarde tenemos 152 tomos de Dokaben en el marcado y que en casi todas sus portadas salen tíos jugando al béisbol, uno puede imaginar cómo evolucionará la historia.
El protagonista, al menos en este primer tomo, es Tarō Yamada, un chico grandullón y muy tranquilo que entra nuevo a un instituto dominado por Masami Iwaki, un matón enorme. El caso es que Yamada tiene un potencial enorme que solo unos pocos son capaces de ver: tiene una tranquila aura que le permite imponerse en ocasiones comprometidas y responder con agilidad a amenazas y retos. Aunque él, claro está, es de talante muy tranquilo y no quiere líos. Evidentemente, al enorme Iwaki no le gusta nada Yamada y empieza a meterse con él, pero cuando le levanta la mano se siente incapaz de hacerle nada. ¡La gota que colma el vaso, sin embargo, es cuando Yamada saca una enorme fiambrera a la hora del almuerzo, tan grande que supera a la de Iwaki, que hasta el momento se jactaba de ser el que traía la fiambrera más grande del instituto! Y de ahí viene el título del manga, ya que “Dokaben” es una manera dialectal de decir “fiambrera grande”. Menuda parida para un título, ¿no? ^_^
El caso es que, cuando los del instituto empiezan a ver que Yamada no es un cualquiera, empiezan a salir tíos que quieren ficharle para su club: el más insistente es Nagashima, el capitán del equipo de béisbol, que no para de tentarle a que se apunte a su club pero al final lo que hace Yamada es apuntarse al club de judo para ayudar a sus miembros a salir de un atolladero en el que se encuentran. No sé cómo sigue el manga a partir de aquí, pero imagino que finalmente convencen a Yamada a meterse en el club de béisbol y que la historia va avanzando hasta que consiguen imponerse en el campeonato nacional de institutos, el famoso “Kōshien”.
Dokaben marcó un antes y un después en el manga de béisbol, que en los años 70 estaba dominado por clones de Kyojin no Hoshi como Astro Kyūdan y demás obras en las que la fantasía en forma de “lanzamientos con súper efecto increíble” robaba el protagonismo al propio deporte del béisbol. Dokaben, al parecer, destaca porque pinta el béisbol de forma realista y evita deliberadamente los ataques fantasiosos. Una obra pues legendaria que con casi total seguridad se quedará sin salir de las fronteras de Japón.

KochiKame

Wednesday, December 26th, 2007
  • Título: こちら葛飾区亀有公園前派出所 (Kochira Katsushika-ku Kameari Kôen-mae Hashutsujo)
  • Autor: Osamu Akimoto
  • Editorial: Shûeisha
  • Revista: Shônen Jump
  • Clasificación: Shônen
  • Tomos: 158 (en curso)

La obra que inaugura el área de reseñas de este blog tiene el honor de tener posiblemente el título más largo de todos los manga (aunque popularmente se le conoce por la abreviatura KochiKame), pero también es la serie con el récord de tomos publicados, un total de 158 a fecha de enero de 2008. Un momento, ¿¡158!? A unas 190 páginas el tomo, esto equivale a ¡31.590 páginas de manga!
Aunque Aquí la comisaría de policía de enfrente del parque de Kameari, en el distrito de Katsushika (así se traduciría el título) se empezara a publicar en 1976 (o sea, que tiene mi misma edad, ¡argh!), no ostenta el récord de manga más longevo (récord que ostenta Golgo 13, en publicación desde 1968). Lo increíble de este manga es que, semana tras semana (y sin faltar ni una sola), durante más de 31 años, ha estado publicándose en las páginas de la famosísima e hiper-competitiva Shônen Jump, notoria por ser la que ha parido más éxitos (de lejos) del manga shônen japonés. Una revista en la que, a la mínima que una serie pierde apoyo popular, se corta sin más contemplaciones. Pues KochiKame lleva aguantando 31 años ahí, y con más salud que nunca, siempre manteniéndose en los puestos altos de las votaciones de popularidad de los lectores.
Por si fuera poco, siempre que veo fotos de Osamu Akimoto, el autor, alucino con este hombre. Siempre aparece sonriendo, con una expresión dulcísima en la cara, ¡feliz de la vida! Semana tras semana, currando en esta serie sin parar durante la friolera de 31 años seguidos (y ojo, porque a veces -aunque pocas- le da por ponerse a hacer otras series o proyectos diferentes como libros, etc.). Osamu Akimoto es uno de los mangaka a los que más admiro, ¡y es que, a diferencia de la mayoría, jamás le he leído quejarse de lo duro que es su trabajo, ni de la falta de tiempo, ni nada! ¡Y siempre con esa amable sonrisa en la cara!

Pero aún no he comentado de qué va la serie, ¿no? Ups, perdón. La serie va sobre las andanzas de Ryôtsu, un agente de policía de lo más bruto, ruin, marrullero y deshonesto (¡pero que se hace querer!). Acompañado por un elenco de personajes bestial, con centenares de personajes diferentes, cada capítulo es una historia autoconclusiva de humor. Esto posibilita que cualquiera se pueda enganchar a la historia desde prácticamente cualquier tomo, y por ejemplo KochiKame es una de las opciones de lectura habituales en los lugares en los que el cliente debe esperar y matar el tiempo (peluquerías, dentistas, comercios de comida para llevar, etc.). Prácticamente todo Japón conoce a Ryôtsu y, si tiene un rato disponible, no duda ni un instante en tomar un tomo del manga y leer uno o dos capítulos al azar.
La gracia de KochiKame no radica sólo en sus personajes ni en su humor. A mí me encanta leerla porque el autor procura estar siempre a la última en tendencias, tecnología, videojuegos, etc., además de ser un erudito en la historia y tradiciones de Tokio y lugares de interés. Así, en los últimos tomos vemos a Ryôtsu discutir sobre las consolas de última generación (PS3, Wii, X-Box 360), ir a un maid café en Akihabara, etc, pero también participar en un festival tradicional o en un torneo de shôgi. Es una manera divertida de conocer las tendencias de la sociedad japonesa actual y aprender sobre tradiciones o lugares, ¡aparte de que la serie tiene un “no-sé-qué” que engancha muchísimo! Aunque me enganché al manga sobre el tomo 140, a raíz de trabajar en la traducción de la versión animada de la serie, es uno de los pocos manga que sigo religiosamente a medida que se van publicando tomos en Japón, ya que casi parece hecho para mí. Aunque su humor es bastante universal (aunque muy exagerado y cafre), el marco en el que se desarrolla la historia (barrios tradicionales de Tokio) y el trasfondo de la misma -más “nipona” que el anime- provocan que este manga tenga prácticamente nulas posibilidades de triunfar fuera de Japón.
Una última curiosidad es que el autor firmó los primeros cinco tomos de la obra con el apodo Tatsuhiko Yamadome, 山止たつひこ parodia del nombre 山上たつひこ (Tatsuhiko Yamagami), el autor del famoso manga setentero Gaki Deka (humor cafre sobre policías). Nótese que la diferencia entre ambos nombres escritos en kanji es un solo trazo en un carácter (止 vs 上). Sólo las primeras ediciones de los primeros cinco tomos están firmadas “Tatsuhiko Yamadome” y actualmente son muy difíciles de encontrar. Así, una de las joyas de mi colección es una primera edición del tomo 1 (de 1977) firmada con el apodo Tatsuhiko Yamadome. Para contrastar, también tengo la 96º (!!) edición de este mismo tomo 1, de 1994, firmada “Osamu Akimoto” 秋本治.

La portada del número 1 firmada Tatsuhiko Yamadome
(comparar con la portada al principio del post)


Curiosamente, ahora que tengo delante un tomo de 1977, otro de 1994 y otro de 2007, en 1977 los tomos costaban 320 yenes. En 1994 habían subido a 370 y actualmente cuestan 390 (más IVA del 5%). Es decir, sólo 70 yenes de subida en 30 años. Esto da una pista sobre la baja inflación de Japón, ¿verdad?